Hace mucho tiempo en una aldea la cual no recuerdo su nombre había un joven de 17 años llamado Pepe. Él siempre estaba solo, no tenía amigos. Una noche, vió un unicornio en un monte, se acercó a él y comenzó a hablarle.
—Hola, señor unicornio.—saludó amablemente Pepe.
—Hola...— al parecer, el unicornio estaba triste.
—¿Qué le pasa, señor Unicornio?
—Es que... yo no tengo ningún amigos. Siempre estoy solo en este cerro mientras que los demás unicornios pasean por las nuves y estrellas; mientras que ellos van por los arcoíris y les roban las calderas con oro a los duendes...
—Oh, ¿es eso? Pues... yo estoy igual. Podemos... ¿ser amigos?
—¿¡En serio!? ¡Genial! Ya tengo a un amigo... Disculpa, no sé tu nombre.
—Me llamo Pepe, señor unicornio.
—Oh, entonces... amigo Pepe— rió un poquito y bajito.
De repente, la curiosidad mató al gato. Pepe tocó el cuerno del señor unicornio.
—¡Pepe, no toques mi cuerno!— gritó enojado el señor unicornio.
—Lo siento— dijo Pepe tratando de calmar al señor unicornio— No sabía que te molesta-
—Quiero volar. Trépate.— sin saber cómo o por qué, Pepe se subió al lomo del unicornio.
Ambos comenzaron a volar por el cielo; sin rumbo fijo.
—Oye... Pepe...
—¿Sí, Señor unicornio?
—Creo que te amo— dijo así, de huevos.
—Yo no lo creo...— dijo Pepe besándole en la boca— yo estoy seguro.
Se repente bajaron y comenzaron una relación sexual humano-unicornio bastante extraña que no quiero explicar de nuevo.
Los días pasaron y Pepe no encontraba al Unicornio en ningún lado "¿Las drogas me dieron tarde y fue una alucinación?" fue lo primero que pensó Pepe pero no, ya había dejado las drogas hace meses y no había sufrido nada de eso durante todo el transcurso. Miró al cielo y pudo ver al unicornio, ahí, volando. Vio que fue a parar en el mismo cerro de la otra vez y corrió a su encuentro.
—¡Unicornio!— gritó desesperadamente Pepe al verlo ahí.
—Pepe...— desanimado lo dijo unicornio
—¿¡Dónde has estado!? ¿¡No sabes cómo estuve!?
—Lo siento, Pepe. Pero...
—¡No digas nada! Pense... ¡Pensé que lo nuestro era algo serio!
—¡Y lo es! ¡Pepe, lo es!— las lágrimas comenzaron a brotar de los ojos del unicornio— Lo es...
—¡Entonces explícame por qué no había venido aquí!...
Dos seres bastante extraños salieron de entre las patas del unicornio; dos unimanos...
—¿Q-qué-qué?
—Son tuyos, Pepe. No sé si sabías pero en el ciclo de preñamiento de un unicornio macho es de días y no como el de las hembras que duran 150 años en parir; yo di a luz en tres días.
—Dios... ¿Por qué no me lo dijiste?
—Pensé... pensé que te irías si lo hacía...
—Unicornio, yo te amo, ¿sí? Y ahora te amaré más por mis hijos. Vamos a mi casa, ahí nos quedaremos por siempre.
—Pepe... te amo.
—Y yo a ti, Unicornio.
Y ambos vivieron felices hasta que Pepe decidió salir a comprar unos cuantos "cigarrillos"... pero sólo encontró mentolados, los cuales no le gustaban para nada. Pobre Pepe, el Karma le había pegado instantaneamente.
Por su parte, el señor unicornio logró sacar adelante a sus hijos sin la ayuda de Pepe, el cual estaba debajo de un puente mendigando por cigarrillos Camels normales.
Fin... palabras reyeno para que sean 500 palabras.