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BaekHyun's List por PorcelainBae

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Notas del capitulo:

Esto planeaba subirlo el mismo 31 pero se me complicó hacerlo. ¿? ¡Feliz 2016 para todos! 

El último día del año siempre era el más pesado, y BaekHyun lo sabía mejor que nadie. Trabajaba en una tienda de música ubicada en el centro comercial más concurrido de la ciudad, por ende, el más grande. Solía perder el tiempo cuestionando cuántas personas podrían habitar tranquilamente en solo un sector de la edificación.

Había pedido el día libre, simplemente no le apetecía cargar con varios compradores que buscaban iniciar el año de la forma adecuada, con música que trajera buena suerte. Había visto muchas cosas en los dos años que llevaba en esa tienda, desde personalidades que buscaban algo más oscuro para Dios sabe qué, hasta esas que pretendían alabar al señor con sus cánticos sin sentido.

Su día se resumiría en una gran formación de personas esperando el pase a la venta de entradas para los diversos conciertos que se llevarían a cabo ese treinta y uno. En ese reducido espacio había gran variedad de entidades, entre adolescentes alocadas y hormonales que planeaban conseguir un puesto en esos festivales de música juvenil; hombres y mujeres con pintas extrañas y personas como el mismo BaekHyun, que no tenían nada mejor que hacer que pretender interesarse por alguno de los artistas en cuestión y conseguir algo con qué fundamentar la transición al nuevo año.

Diez minutos después el alboroto se había desatado en la sección musical del mall, tal parecía que uno de los tantos grupos a presentarse era, sin duda alguna, el mejor exponente de rock que había llegado a la época. BaekHyun, a pesar de trabajar con millones de nombres tanto de canciones como de álbumes y artistas, no pudo reconocer esos rostros ocultos a la mitad por las sombras que diseñaban su cartel publicitario.

Una vez llegado su turno meditó por medio minuto antes de decidirse por un show. No le sentaba mal culturizarse un poco con la música que volvía locos a tantos hombres y mujeres. Compró una sola entrada, procurando no llamar la atención con ello para no sentir más lástima por su persona, ¿quién pasaría solo un año nuevo?

Agradeció con una pequeña inclinación y dejó su lugar frente a esa vitrina forrada con los poster de próximos eventos. No habían pasado más de tres segundos antes de escuchar la voz de esa jovencita, la misma que atendía el puesto, resonar por los altavoces de la tienda.

El concierto de Broken Heaven tiene las entradas agotadas. Gracias por su comprensión.

BaekHyun parpadeó deteniéndose en ese preciso lugar. Buscó en los bolsillos de su gran abrigo esa entrada que había adquirido apenas segundos antes esperando no ser la razón de los murmullos de lástima de muchos otros jóvenes. Abrió los ojos con sorpresa y jadeó quedo, efectivamente él tenía la última entrada.

****

—Por favor, BaekHyun. Tú y yo sabemos que no te gusta ese tipo de música.

Luego de esa incómoda escena en el sector de entradas, a BaekHyun no se le ocurrió nada mejor que llamar a su mejor amigo en busca de apoyo porque se sentía como el peor bastardo del mundo. No contaba con que ese mismo grupo de rock fuera el predilecto de su alto amigo.

La escena que quiso evitar con algún extraño estaba siendo recreada por ese gigante bobo, siendo incluso peor de lo que esperaba.

—¿Y eso qué? Puedo revender las entradas y ganar algo de dinero.

Vio por el rabillo del ojo como ChanYeol suspiraba con frustración. Seguro su mejor amigo se habría ofrecido para ser su comprador, pero todo el dinero que había ahorrado desapareció en una cita fallida con su ahora ex novia.

—BaekHyun.

El pelinegro sintió el peso de la mirada ajena en su cuerpo. Disimuladamente observó el reloj que decoraba la plaza central del centro comercial; hizo cuentas mentales y sonrió con cierta maldad brillando en los ojos.

—¿De verdad quieres la entrada, ChanYeol?

—¡Claro que sí!

BaekHyun relamió sus labios con malicia.

—Te la daré ChanYeol — el alto acortó la distancia de lo separaba de BaekHyun y lo elevó en un gran abrazo, repitiendo hasta el cansancio gracias, Baek. — . . .Con una condición.

El rostro de ChanYeol fue un poema. Regresó a BaekHyun al suelo y le observó expectante de su petición.

—Me ayudarás a cumplir mi lista de fin de año.

—¿Qué lista?

ChanYeol rascó su nuca con un aire de confusión. BaekHyun jamás había mencionado nada relacionado a una lista, pero el pelinegro realmente tenía una. Había ocurrido algún tiempo atrás, luego de ver esa película —New Year’s Eve. — se decidió por escribir su propia lista con todas esas cosas que esperaba cumplir durante el año, claro que en esos tres años que llevaba con la idea no pudo completar más de un punto de la dichosa lista, la cual, luego del segundo año, renovó con la esperanza de por fin cumplirla en su totalidad.

—Si quieres la entrada, me ayudarás con la lista. ¿Es un trato?

Percibió la duda en el rostro ajeno, pero sonrió complacido cuando ChanYeol buscó su meñique para cerrar esa promesa.

—Prometido.

****

Era una lista corta, y estúpida a los ojos de ChanYeol, pero sin duda no complicada de realizar. Por una fracción de segundo ChanYeol cuestionó las metas que su mejor amigo tenía, mas evitó realizar comentario alguno pues no quería jugar con la posibilidad de ver a su banda favorita.

Se tomó un par de minutos, calculando el tiempo necesario para poder cumplir con esa petición de fin de año. Todo debía culminar antes de medianoche, momento exacto en que el concierto daría inicio.

****

El primer deseo de la lista era el más fácil de conseguir. Obviamente  era imposible encontrar algún lugar en el que su mejor amigo pudiera entonar siquiera un par de notas. Era estúpido, jamás se cansaría de repetirlo, pero debía cumplir con todas las excentricidades que su pequeño compañero tenía.

BaekHyun se limitaba a sonreír con una mezcla de gozo y maldad en los ojos pues era consciente que gran parte de esos seis deseos eran casi imposibles de cumplir. Esa, quizá, era la razón por la que él no había cumplido la lista en tres años.

Caminaron en completo silencio por el centro comercial, ChanYeol se deshacía la cabeza en busca de una solución a ese problema y BaekHyun se divertía con las caras graciosas que su mejor amigo hacía. Cerca de la plaza central se llevaría a cabo una pequeña presentación de grupos amateur, un tipo de festival multitemático en el cual planeaban mezclar diferentes géneros musicales para atraer a más gente, y eso había funcionado, especialmente con aquellos que no tenían grandes planes para esa noche.

Como si un ente celestial hubiera oído las plegarias de ChanYeol, encontró a tres de sus amigos acomodados tras el escenario. Observó la cara de resignación de los jóvenes, sintiendo lástima aún sin conocer cuál era el pesar. Tomó la mano de BaekHyun y así llamó la atención de uno de ellos, JongIn, logrando que este indicara al gran guardia de seguridad que esos chicos podían acompañarlos en ese espacio libre.

—Hey, ¿por qué esas caras?

KyungSoo, el más bajito entre los tres, le dedicó una mirada de frustración y cansancio, haciendo que se estremeciera ente el peso que su mirar poseía.

—Soo-Hyung no puede cantar. Amaneció sin voz, pero esperábamos que en el transcurso del día la recuperara.

JongIn suspiró luego de soltar esas palabras. La resignación y desgana era palpable y  a la vez incómoda para ChanYeol, quien no estaba acostumbrado a ese tipo de situaciones.

BaekHyun se hizo espacio junto a KyungSoo, susurrando palabras de aliento para ese chico ojos de búho que estaba al borde de las lágrimas.

—Tendremos que cancelar nuestra presentación de hoy. Seguro llamarán a alguno de los grupos en lista de espera. . .

SeHun, quien no había dicho palabra alguna, golpeó la pared tras de sí. Murmuró un quedo Ya regreso y desapareció por el lado contrario del escenario, perdiéndose en el flujo de músicos que ya empezaban a prepararse para el concierto.

A ChanYeol se le prendió el foquito luego de estudiar a BaekHyun. No podía tener más suerte que esa, el primer punto de la lista del mayor estaba a menos de un suspiro de cumplirse.

—BaekHyun tiene buena voz. Podría ayudarlos, al fin y al cabo solo será un rato.

El mencionado abrió los ojos tanto que era posible creer que se escaparían de sus cuencas. JongIn recobró esa sonrisa que solía tener en el rostro, siendo incluso más creepy que la del mismísimo ChanYeol.

—Baek-Hyung, ¿nos ayudarías? Presentaremos un solo cover por cuestiones de tiempo.

Si a BakHyun le hubieran dicho que su cuerpo sería un manojo de nervios ante la sola idea de subir a un escenario y cantar frente a cientos de personas, probablemente no habría anotado ese deseo en su lista de fin de año. Sentía una mezcla de emoción y nerviosismo recorrer cada fibra de su ser, pero no negó la ayuda a ese moreno que le observaba como si el destino le regalara un precioso pase al cielo.

Sin saber exactamente cómo, repasó las notas de Locked out of heaven, que sería la cual planeaban presentar en ese pequeño festival. KyungSoo le apoyó cuanto pudo mientras JongIn se dedicaba a buscar a SeHun para darle la buena noticia. El vocalista prometió ayudarle en el escenario con el hilo de voz que le quedaba.

ChanYeol estaba satisfecho consigo mismo, si todos los deseos de BaekHyun se cumplían a esa velocidad sin duda llegaría con tiempo a su gran concierto.

Los minutos pasaban y BaekHyun se sentía cada vez más cómodo con la presentación que en breve tendría que realizar. Jamás se imaginó en un escenario, por más irrelevante que ese festival fuera, para BaekHyun era un paso importante. Sus rodillas temblaron apenas pisó el firme suelo de madera que lo elevaba casi un metro y tanto por encima de los demás; cierto terror se plasmó en su rostro pero fue dejado en el olvido al encontrar la sonrisa amplia de ChanYeol entre el público, estaba parado en uno de los extremos, dándole esa mirada reconfortante que necesitaba.

SeHun dio el inició con sus baquetas, seguido de JongIn con el ingreso de la primera guitarra y KyungSoo a un lado como segunda, quien se daba el trabajo de hacer una segunda voz suave para acompañar a BaekHyun.

Desde su lugar, ChanYeol admiró en silencio la luz propia que poco a poco iluminaba al pelinegro porque BaekHyun tenía esa voz que le quitaba el aire y hacía que todo a su alrededor se hiciera más dulce, más perfecto. Jamás admitiría en voz alta que, efectivamente, adoraba cómo las mejillas sonrosadas de su mejor amigo le daban un aire más tierno; tampoco que solía aprovechar esas grabaciones que le hacía a BaekHyun en secreto y que le servían como arrullo en las noches que le costaba conciliar el sueño.

Los aplausos de la multitud le regresaron a la realidad. En el escenario BaekHyun, KyungSoo, JongIn y SeHun agradecían haciendo varias inclinaciones antes de desaparecer por el gran telón rojo. No tardó en caminar hasta ese punto en backstage para encontrar a su grupo de amigos felicitándose entre ellos por el gran trabajo que habían realizado. BaekHyun lo abrazó con fuerza segundos más tarde, susurrándole un Gracias, Yeol que lo dejó sin aliento.

****

El segundo punto de la lista de BaekHyun los llevó fuera del centro comercial. ChanYeol se deshacía la cabeza buscando algo que pudiera servirle en ese segundo punto de la dichosa lista pero nada le parecía lo suficientemente bueno. Sabía que su destino tendría que ser un Stylish Spa o Centro Estético pero no tenía el dinero suficiente para pagar el cambio de look que el bajito quería, y sabía de antemano que él no pagaría su propio cambio.

Entre el silencio y el torrente de ideas que llegaban a su mente, sus pies lo dirigieron a una zona céntrica de Seúl, llevando consigo al pequeño pelinegro que aún seguía en las nubes por su última presentación. Le tomó un segundo ubicarse en esa calle repleta de personas pero al hacerlo notó el gran cartel del negocio que tenía LuHan, un estilista nuevo en Seúl. Discretamente observó la hora en el reloj que BaekHyun le había regalado en su cumpleaños número veinte, y que seguía usando como si fuera parte de sí mismo.

—¿Listo para un cambio de look?

—¿De qué. . .?

No dio tiempo a que el pelinegro terminara de hablar pues ya lo estaba llevando hacia la puerta de cristal, ignorando el cartel de “Cerrado”. Tocó el timbre improvisado de la tienda y a los pocos segundos LuHan apareció en escena con un semblante algo malhumorado.

—Park ChanYeol, ¿qué no sabes leer?

La sonrisa en el alto seguía intacta. Sin esperar más, empujó al pequeño chico al interior del salón.

—BaekHyun quiere un cambio total, Hyung.

LuHan sonrió complacido, no era secreto para nadie que el chino llevaba unos cuantos meses con ganas de quitar ese aburrido color negro natural del bajito. Suavemente llevó a BaekHyun hasta uno de los sillones especiales para el momento y giró, viendo directamente en los ojos de ChanYeol.

—Tú esperarás afuera, grandulón. — Sin más, LuHan empujó a ChanYeol hacia el salón de espera y bloqueó el ingreso a la sección del salón que usaría con el más bajo.

****

ChanYeol caminó como gato enjaulado por el diminuto espacio que el chino usaba como sala de espera para sus clientes. En cuatro zancadas podía movilizarse de un extremo a otro sin problema alguno.

Rebuscó en sus bolsillos hasta dar su teléfono móvil una vez más. Habían pasado casi dos horas desde que su pequeño mejor amigo había caído en manos de LuHan; le estresaba de sobre manera no conocer lo que sucedía tras esa puerta improvisada, temía que la vida de BaekHyun se hubiera acabado entre tintes y productos para el cabello.

Estuvo a punto de derribar el bloqueo cuando este simplemente desapareció de su vista. LuHan le dedicó una sonrisa satisfecha, sabía que probablemente estaría adulando su propio trabajo en mente; tras él se ocultaba una cabellera con tintes rosa.

Tuvo que parpadear un par de veces antes de reaccionar y cruzar a velocidad el espacio existente entre BaekHyun y ChanYeol. Tomó su rostro con cuidado y lo elevó lo suficiente para detallar hasta el mínimo cambio en su ser pues no era solo ese rubio platino con mechas rosadas lo nuevo en su mejor amigo, algo de brillo en la mirada le había hecho sonreír, pues ese sutil delineado que era raro en el mayor ahora profundizaba su mirada, haciéndole aún más irresistible de lo que ya era.

—¿Qué te parece? — BaekHyun susurró debido a la cercanía con su mejor amigo, ganando una nueva y más amplia sonrisa por parte del alto.

—Te ves muy bien, Baek. Serás todo un heartbreaker.

Contento con el resultado, BaekHyun arrugó la nariz y se apartó del castaño procurando ocultar el rojo que se instalaba en sus mejillas por ese momento íntimo. LuHan los despidió, dándole las gracias al más bajo por permitirle jugar con su apariencia luego de meses ignorando sus suplicas.

Sin importar el color de cabello o el maquillaje que BaekHyun usara, a ojos de ChanYeol seguía siendo ese lindo muchacho que le provocaba más de un suspiro sin siquiera intentarlo.

****

BaekHyun apoyó a su mejor amigo con el tercer deseo. Él ya tenía el lugar en el que quería hacer el tatuaje, incluso poseía ya una cita agendada para esa misma tarde.

En el tiempo libre que ambos tenían recurrieron a una comida rápida para aplacar el hambre que ya se hacía presente.

—¿Qué vas a tatuarte?

BaekHyun apartó la vista de la hamburguesa que estaba comiendo. Alzó su índice derecho para pedir un segundo antes de responderle.

—Un nudo celta.

—¿En serio?

El bajo bufó.

—Tiene bastante significado, gigante. Es importante para mí.

ChanYeol solo sonrió burlón y terminó de comer las patatas fritas que le quedaban del pedido.

****

Antes de hacerse la idea a tatuar su piel, BaekHyun había investigado bastante sobre los diversos estudios y tatuadores del lugar. Entre sugerencias de clientes había llegado a Moonlight, un estudio reconocido en Seúl.

Al pelirosa le había agradado la distribución del local, pues parecía más amplio y menos tétrico que el resto de estudios que había visitado por curiosidad. Ese mismo día agendó una cita en Moonlight, pues solo así cumpliría con algo de su lista.

El cartel luminoso se elevaba frente a los dos amigos, a decir verdad ChanYeol se hallaba más ansioso que el mismo BaekHyun por esa nueva marca que decoraría su piel. Le había dado la opción de esperarlo fuera pero el alto se había negado rotundamente alegando que si lo hacía no cumpliría con su parte del trato.

Así fue como ambos terminaron sentados en los cómodos sillones blancos esperando a que uno de los encargados llamara por él, lo cual ocurrió apenas minutos después. Un chico alto de mirada penetrante fue quien sacó a los dos amigos de esa burbuja que solía rodearles. ChanYeol pudo ver un gran dragón saliendo de la playera sin mangas que ese individuo —Kris, como se presentó— llevaba.

BaekHyun fue quien llevó a ChanYeol de la mano a la sala que le correspondía a Kris.

—¿En dónde lo quieres? — Preguntó el chino una vez que BaekHyun dejó a ChanYeol sentado en una de las sillas cercanas a la puerta. Sin pronunciar palabra alguna se deshizo de su camiseta, señalando a duras penas el final de su nuca.

ChanYeol sintió la garganta seca al presenciar la piel lechosa de su mejor amigo pues aunque no era la primera vez que lo veía así, podía asegurar que su corazón jamás reaccionó como lo hizo. Su pulso se aceleró y temió que pudiera oírse el eco de sus latidos en el ambiente silencioso.

Apartar la mirada del cuerpo delgado de BaekHyun le significó más esfuerzo que cuando tenían doce años e iban juntos a la piscina. ¿Hacía cuánto tiempo que no tenía esas salidas con BaekHyun?  La última vez que vio el cuerpo ajeno fue a inicio de los trece años, desde ahí el pelirosa creaba cualquier excusa para evitar mostrar más piel de la necesaria.

Un quejido bajo llamó la atención de ChanYeol. El diseño del nudo celta que BaekHyun quería ya estaba en su piel, Kris solo se dedicaba a repasarlo con la tinta negra. Se levantó algo dudoso y caminó hasta el sillón de cuero en el que BaekHyun descansaba. Por un segundo se quedó de pie y luego solo se arrodilló, tomando la mano del mayor sin intenciones de dejarla ir.

Conforme el tatuaje se adhería a su piel, pequeñas lágrimas que acumulaban en los ojos del bajito, siendo ChanYeol quien las quitaba con sus dedos o incluso labios, en besos cortos.

Lo que a ambos les pareció una eternidad concluyó antes de cumplirse la hora de haber llegado. Kris le tendió un espejo a ChanYeol y le indicó que ayudara a su amigo a revisar si el diseño le convencía, recibiendo una sonrisa satisfecha como resultado. BaekHyun revisó hasta el mínimo detalle de la tinta, esperando que esas creencias antiguas pudieran ayudarle a cumplir de manera exitosa lo que restaba en su lista de deseos.

****

BaekHyun deslizó sus dedos por la pantalla de su teléfono móvil, desbloqueándolo al instante. Mordió su labio inferior al notar que faltaban menos de tres horas para que llegara media noche y ellos aún debían movilizarse hasta la Torre Namsan y de regreso para que el alto pudiera llegar a tiempo a ese concierto.

Apoyó su espalda en la pared tras suyo mientras esperaba a ChanYeol. El gigante apareció con dos cafés calientes listos para regalar algo de temperatura a sus cuerpos.

—Tienes deseos raros, eh.

BaekHyun asintió con las mejillas sonrosadas, según él por la bebida que tenía en las manos.

—Al próximo año tendrás que ayudarme tú a cumplir la mía.

—¿Tienes una?

—Haré una, y la cumpliremos juntos.

Ambos sonrieron con complicidad y terminaron el café, retomando el camino hacia la torre.

BaekHyun no recordaba cuál fue la última vez que pasó tanto tiempo con su mejor amigo, sin duda siempre se mantenían en contacto pero la universidad y ese empleo de medio tiempo parecía haberle absorbido la vida. Escuchó con más interés todo lo que el alto tenía que decir, esas experiencias que no podían compartir juntos porque no estudiaban en la misma facultad.

—¿Qué pasó con JiYeon? Nunca dijiste qué sucedió en esa cena. . .

ChanYeol suspiró.

—Tú lo sabías, lo nuestro no iba a durar mucho.

Eso le bastó al bajo para vetar el tema, recuperando la sonrisa del alto con bromas tontas y chistes sin gracia.

****

Tal y como ChanYeol había esperado, la torre estaba a poco de reventar con todas las parejas que planeaban hacer una promesa de amor eterno.

Algo en su pecho le dio alivio al saber que era él quien ataría ese candado junto a BaekHyun. Sería ChanYeol y no cualquier chico estúpido que pretendía a su  pequeño mejor amigo.

Con esa idea en mente, ChanYeol llevó a BaekHyun hasta el punto de souvenir, iba a dejar que el mayor eligiera el candado que cerrarían ese día; BaekHyun optó por un rojo llamativo y fue ese el elegido.

En silencio caminaron por el piso más alto, admirando desde ese punto el resto de la ciudad. ChanYeol dedicó todo el recorrido a deleitarse con la sonrisa despreocupada en los labios de BaekHyun porque era estúpido para él ocultar más que ese chico lograba en él cosas que nadie había conseguido.

Diez en punto de la noche ambos encontraron un buen lugar para su candado. BaekHyun fue el primero en anotar el deseo en la parte posterior del candado rojo, dándole el espacio anterior al más alto. Ambos fueron precisos, y casi con las mismas palabras pidieron el mismo deseo mientras lo sellaban.

—Dos puntos más y tendrás tu entrada, Park.

El mencionado asintió. Como en los viejos tiempos, rodeó a BaekHyun por la espalda, obligando al bajo a acomodarse en su pecho. En esa posición, aun cuando a su alrededor había gran barullo, para ellos no había más que una gran calidez reconfortante.

—Vamos.

BaekHyun alzó su rostro como pudo, observando el semblante sereno de ChanYeol casi con admiración. Los grandes ojos castaños del alto le hicieron temblar, cobijándolo aún más entre sus brazos al creer que las corrientes gélidas calaban su cuerpo.

Sus manos se encontraron en silencio, enlazándose sin titubeo.

***

A media hora de llegar al año nuevo, BaekHyun y ChanYeol caminaban sin rumbo por el centro comercial. Aún faltaba cumplir dos puntos de la lista de BaekHyun, pero ChanYeol ya había perdido la esperanza de llegar al concierto que lo había llevado a una tarde llena de ajetreos.  

Se detuvieron en la plaza donde aún se llevaba a cabo el festival musical.

—Ten.

ChanYeol ladeó su rostro para encontrar la preciada entrada en las manos del mayor; recobró la pose emocionada, abriendo los ojos tanto como su cuerpo se lo permitía.

—Pero Baek. . .

—Toma la entrada, Yeol. Creo que aún no estoy listo para esos dos últimos puntos.

El alto reaccionó muy distinto a como BaekHyun había esperado. La emoción en su mirada desapareció, sus brazos ligeros se ataron sobre su pecho y desde ahí observó con detenimiento al pelirosa.

—Prometí que cumpliríamos toda la lista.

Un suspiro corto llenó el espacio entre ambos. BaekHyun no tardó en acariciar las mejillas del alto aún con la entrada entre sus dedos.

—Esos dos puntos son más complejos, ¿sabes?

No conforme con la respuesta que recibia, ChanYeol extrajo en un movimiento rápido la lista escrita a mano que BaekHyun guardaba en el bolsillo delantero de su abrigo. El rostro del bajo se tornó pálido, no siendo capaz siquiera de reaccionar y tratar de recuperar esa pequeña hoja de papel.

Los ojos del alto recorrieron línea por línea lo escrito, halló las estrellas que el mayor había dibujado al culminar uno de los deseos. Su respiración falló y sintió su mundo desmoronarse poco a poco: BaekHyun deseaba confesar sus sentimientos y, finalmente, recibir el año con esa persona especial.

El picor en sus ojos le indicó lo cerca que estaban las lágrimas e hizo lo posible por no dejarlas salir. Era más que obvio, su mejor amigo no rechazaría a esos chicos que se presentaban en su puerta con rosas, dulces cartas, para siempre; debía llegar esa persona que haría saltar a su corazón. Esa persona que, seguramente, le quitaría toda la atención de BaekHyun.

En completo silencio le entregó el trozo de papel y tomó la entrada. Por un momento quedó en blanco.

—Vamos, debes confesarte.

No esperó respuesta alguna y tiró de la muñeca ajena hacia una de las salidas. BaekHyun no reaccionó hasta encontrarse a pocos metros de la entrada, siendo despertado por las corrientes helada que traspasaban las puertas de cristal.

—¿Qué mierda te sucede?

Aplicó cierta fuerza, lo suficiente para indicarle al gigante que quería su brazo de regreso.

—Tienes que confesarte.

—No.

—BaekHyun. — La voz de ChanYeol descendió una octava más pero BaekHyun no dejó que esa corriente cálida quitara la molestia de su rostro. Dio un paso hacia su mejor amigo y luego otro; en tres pasos estaba lo suficientemente cerca como para tener que tirar su espalda hacia atrás para verle directamente a los ojos.

—Ya te di la entrada. No voy a confesarme hoy.

Por medio de los parlantes se anunció que en diez minutos se llegaría al nuevo año, pero dicha indicación fue ignorada.

—Quiero ver quién es el hijo de puta que te gusta.

BaekHyun bufó.

—¿Quién eres tú para querer saber quién me gusta?

—Joder, BaekHyun. Soy tu mejor amigo.

—Bien, perfecto. — Fue BaekHyun quien dio un paso hacia atrás, girando sobre su eje mientras recobraba el aliento. — Me gustas tú, ChanYeol. Siempre me has gustado tú, desde niños, cuando íbamos juntos a los estúpidos campamentos; siempre fuiste tú el hijo de puta que me gustaba. — La molestia que en algún momento tiñó la voz del pelirosa se hizo nula, dejando paso a un tono suave, dolido, calmado. — Las veces que llegaba llorando a casa, o cuando me encontraste solo con los ojos acuosos en secundaria, todo fue por ti. No te pido que me correspondas, joder, porque sé que simplemente no soy tu tipo. Lo sé, no hay por qué pasar por eso de nuevo.

Nuevamente sonó el parlante; solo quedaban cinco minutos.

—Cuando hice ese trato contigo, Yeol, pensé que no íbamos a conseguirlo. Tenía fe en poder ocultar más tiempo mis sentimientos por ti, porque no quiero que nuestra amistad simplemente se acabe. Eres muy importante para mí, y eso lo sabes a la perfección. . . no dejaré que una estúpida lista mía nos separe, ¿sí? Solo ve al concierto y olvida esto.

ChanYeol tuvo que agudizar el oído para captar lo último dicho por el más bajo, y su corazón se detuvo por lo que a él le pareció una eternidad. No pudo moverse, ni siquiera recordaba como pensar, y ese actuar solo hizo que BaekHyun bajara la cabeza y emprendiera una huida silenciosa, perdiéndose entre las personas del festival.

Entró en pánico cuando volvió en sí y se encontró completamente solo. Según el enorme reloj del centro comercial, aún le quedaban dos minutos para encontrar a su pequeño mejor amigo.

Y como nunca antes, corrió entre las personas, empujando a algunas para hacerse el campo necesario y pasar. Sentía más presión pues por cada segundo que se detenía a meditar dónde hallar al mayor, era un segundo menos que le quedaba por encontrarlo. Como un recuerdo fugaz apareció la pequeña pileta que decoraba la pequeña plaza cercana al trabajo de BaekHyun.

El pelirosa había sido hábil. Planeó su escape desde que las palabras empezaron a brotar de sus labios sin pare alguno. Gracias a ese festival de música, esa parte del centro comercial estaba vacía, salvo por algunas parejas que parecían preferir el ambiente calmo al bullicio excesivo que llegaba como eco a la zona. El conteo regresivo inició.

Diez.

Nueve.

ChanYeol divisó la cabellera rosa de BaekHyun y aceleró el paso. Estaba unos escasos cinco metros de él, no podía simplemente darse por vencido.

Ocho.

Siete.

Seis.

Cinco.

BaekHyun cerró los ojos imitando una de las tantas cábalas que su madre le había enseñado de pequeño. Pediría un deseo, tal vez al siguiente año sí podría iniciarlo con ese gigante estúpido.

Cuatro.

Tres

Dos.

Uno.

Los labios de BaekHyun sintieron una presión ajena. Lentamente abrió los ojos y se encontró con ChanYeol, ese mismo gigante que había dejado en la puerta central del centro comercial hacía cinco minutos más o menos.

Los gritos y el estruendo de los fuegos artificiales fueron lo único que rompió el silencio entre ellos. A través del techo de vidrio fueron testigos de las primeras luces en cruzar el cielo de ese nuevo año.

—ChanYeol. . .

—BaekHyun, ¿empezarías este nuevo año conmigo? — Vio las intenciones del bajo por hablar y refutarle, así que optó por la comodidad de callarle con un casto beso. — Sé que soy un idiota despistado, pero Baek, cuando te digo que te quiero es real. Dame la oportunidad de hacerte feliz, no te prometo el cielo ni las estrellas porque sé que aún queriendo no podría dártelas. Te prometo un amor real, sincero, humano, tan imperfecto que será perfecto para ambos. — Como en el estudio de tatuajes, ChanYeol secó las nacientes lágrimas de BaekHyun con sus labios, besos cortos y cargados de sentimientos. — BaekHyun, déjame quererte sin medida ni ataduras.

Esa sonrisa que a ChanYeol le encantaba apareció en los labios del pelirosa. Rodeó con cuidado el cuello ajeno y así, con las luces artificiales iluminándoles, le besó como había anhelado hacer desde pequeños.

—Te quiero, ChanYeol.

 

“Deseo tenerte por siempre a mi lado.”


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