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Diario de un amor por Tsuki no Megami

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Notas del capitulo:

Feliz cumpleaños Kurokocchi.

Omedetto

 

Conocer a sus suegros fue más sencillo de lo que  pensó,  sólo un poco vergonzoso y una que otra amenaza por parte del padre de Kuroko, sus días después de eso fueron más tranquilos, entre cumpleaños y bodas de sus amigos. Medio año después de casarse Daiki y Ryota, siguieron Midorima y Takao, al año Atsushi y Tatsuya dieron la sorpresa, en el mismo día se enteraron de la boda de Chihiro y Seijuro. Los único que faltaban eran Kagami y Kuroko ya que dentro de dos semanas sería el turno de Nijimura y Haizaki.

 

- Oye Kuroko, estas bien con esto, digo todos tus amigos ya se casaron y pues tu y yo ...

 

- Kagami-kun tu me quieres verdad.

 

- No te quiero, te amo * acercándose a el envolviéndolo en un abrazo de oso, besando su blanco cuello * 

 

- A veces eres muy romántico agh.

 

- Esto lo que creó que es * Con agilidad metió su mano entre el pantalón sintiendo el miembro de su conejito *   Tan rápido y ya éstas de buen humor.

 

- Es por que Kagami-kun sabe como lograrlo mhg 

 

De la sala se pasaron a la habitación que compartían, hace un mes que decidieron vivir juntos, con la ayuda de sus padres y un trabajo de medio tiempo compraron la casa donde habitan actualmente, en esa cama dormían entre otras cosas, en esta ocasion la usarían para calmar la llama interna de pasión.

 

- Ka ... mi agh debemos ngh

 

- Lo haremos  después, por ahora voy a devorarte sin importar nada.

 

- Mng agh esta ngh bien.

 

Ya no tenía defensas contra el salvaje tigre que lo tenía sometido en la habitación, no les interesaba nada, ni el ruido de los autos mucho menos los celulares vibrando sobre la cómoda, por horas ignoraron todo, sólo  cuando estuvieron satisfechos, se recostaron muy juntitos, escuchando el latir de su corazón.

 

- Tetsu, te amo y quiero dormir todos los días de vida contigo.

 

- Así será Taiga, no necesitó un papel para quedarme a tu lado.

 

- Sigue así e iremos por otra ronda.

 

- Dame cinco minutos y empezamos.

 

- No, mejor de una vez.

 

Así estuvieron toda la noche hasta que el sueño y el cansancio los venció, al amanecer irían a su ceremonia de graduación en sus respectivas facultades, encontrarse en el camino con alguno de sus compañeros era ya de rutina y más tratándose de un ruidoso rubio y un serio moreno de ojos azules como la noche.

 

- Kurokocchi, ya viste la lista de regalos que hizo Nijimura-sempai.

 

- Ese sujeto piensa que tenemos la fortuna de Akashi.

 

- Aomine-kun no es para tanto.

 

- Pero Ahomine tiene algo de  razón, hay cosas que no  se consiguen tan fácil.

 

- Esas de seguro las puso el bueno para nada de Haizaki.

 

- Como sea Kise-kun, ustedes ya compraron algo, no lo vallan a dejar al final.

 

- Oi, Tetsu ¿ Porqué le sigues hablando por su apellido ? Ahora es un Aomine.

 

- Kurokocchi, me puede decir como el quiera y si ya compramos su regaló, ustedes.

 

- Después de recoger nuestros papeles, iremos al centro para ver que comprar.

 

- Bakagami, Tetsu nosotros los dejamos,  vamos a casa de mis cuñadas.

 

- Cuidense Kise-kun, Aomine-kun.

 

- Nos veremos en la boda.

 

- Tal vez antes Kagamicchi.

 

Continuaron cada pareja por su lado, llegaron a la universidad, con un beso fugaz se  fueron a sus respectivos lugares, escucharon las palabras de despedida, pasaron por sus documentos, despidiéndose de sus compañeros y amigos de colegio. Reuniéndose en la entrada principal, caminaron tomados de la mano, entre risas y besos llegaron a su destinó, anduvieron por todo el lugar, buscando en cada establecimiento el obsequio de bodas para su sempai.

 

- Deberíamos ir a América por el balón autografiado, así hacemos nuestro viaje de graduación.

 

- Lo pensaste de antes de venir ¿ Cierto ?

 

- Quería que fuese sorpresa, estas enojado.

 

- No, estoy feliz de ir a donde creciste.

 

- En ese caso,  vamos a casa para hacer las maletas, el vuelo sale a las ocho de la mañana.

 

- Kagami-kun, no se si golpearte o aventarte a la fuente.

 

- No seas así, mejor vámonos y me castigas ahí.

 

- Pervertido.

 

Tan rápido como sus pies les permitieron, llegaron a su hogar, tomaron un baño  rápido, arreglaron su equipaje, la idea era dormir temprano y levantarse a tiempo para comer algo antes de irse, pero el calor de ambos cuerpos cambio las cosas, pasando por una sesión de sexo antes de ir al mundo de los sueños, logrando con ello que apenas llegasen al aeropuerto y tomar su vuelo a Los Ángeles. Después de veintidós horas y media de vuelo, aterrizaron sanos y salvos, pasaron por los pasillos de seguridad de aduana con su equipaje, irían a una playa cercana con hotel, tomarían el sol, nadarian un poco, harían un poco de turismo y porque no, tendrían noches de amor y pasión, al menos por los diez días que estarían en el país.

 

Ambos disfrutaron mucho del lugar, el idioma no fue impedimento para hacerlo, pues en la universidad lo aprendieron y Kagami estaba cerca por si algo fallaba, los días pasaron y tendrían que volver a casa, no sin antes comprar el dichoso balón, conseguir el autógrafo, volviendo por sus maletas.

 

- Alex-san es muy amable al ayudarnos con esto.

 

- Algo bueno salió de casarse con el.

 

- Kagami-kun, lo hizo por amor no por interés.

 

- Lo se, pero me siento raro con ello.

 

- Será porque quieres a Alex-san y estas céloso de ...

 

- Le tengo apreció por enseñarme a jugar, te lo he dicho y demostrado, yo te amo, nunca te alejaré de mi.

 

A cambio de esas palabras recibió un enorme besó, dulce y al mismo tiempo apasionado, tendrían que esperar a pisar suelo nipón para continuar su sesión de besos, por la diferencia de horas llegaron a casa el jueves por la tarde, ese fin de semana sería la gran celebración. Parecía león enjaulado y eso que la noche anterior se había asegurado que estuviese todo listo.

 

- Nijimura-san debe calmarse, todo saldrá bien.

 

- Kurokocchi, no lo puede evitar, papicchi nos consiguió una mamicchi muy especial, por eso esta nervioso.

 

- Rubia oxígenada tanto químico te mató la veintiunica neurona 

 

- Daiki no le hables así, Ryota tiene razón será su madre en pocos minutos.

 

- Eso papicchi pegale duro, además soy rubio natural aunque no lo creas.

 

Toda la generación milagrosa se encontraba en la habitación de Nijimura, al resto le tocó convivir con la "mami" del arcoiris, Haizaki no sabía donde meter la cabeza y las manos, para no pensar en asesinar a sus acompañantes, para su fortuna empezaron a sonar las campanas que anunciaban el enlace matrimonial. Ambos lucían felices en sus trajes de color negro y blanco respectivamente, los invitados se emocionaron y gritaron cuando firmaron el acta donde consta su reciente unión, entre risas y baile dieron inició a la fiesta, como casi nunca sucede cada quien hizo su grupito para charlar y beber en confianza.

 

Afortunadamente todo término de buena manera, las  parejitas fueron abandonando la residencia, dando la privacidad que requerían los recién casados, a la hora de abrir los regalos, Nijimura le había contado en un mensaje a Kuroko que por su culpa se iba a quedar viudo, pues a Shougo casi le da un infarto al ver el balón con la firma del mejor jugador de los Lakers. El peliceleste esbozó una sonrisa que a ojos de su pareja lo hizo verse adorable, tanto que no dudó en probar esos suaves y dulces labios.

 

- Deseo saber quien o que logró hacerte sonreír.

 

- Recibí un agradecimiento de Nijimura-sempai por el obsequio.

 

- Oh! Si les gusto, eso es bueno, hablando de regalos que te gustaría para tu cumpleaños.

 

- Lo que sea que Kagami-kun quiera regalarme, lo que sea me hará feliz.

 

- Seguro, aunque falta un mes para ello, si quieres algo en especial pidelo.

 

- Si estas a mi lado es más que suficiente.

 

- Esta decidido esta noche no dormimos.

 

Tal cual cumplió su amenaza y no dejó de saborear a un conejo en toda la noche, ya después vería como levantarse e ir a su trabajo, Kagami estudio leyes por lo que ahora daba asesorías  jurídicas además de ser voluntario en el escuadrón de bomberos, Kuroko amaba a los niños por lo que obtuvo trabajo en una primaria cercana a su hogar y con una magnífica vista. Los días dan paso a la noche y esta a un nuevo amanecer, más rápido de lo pensado llegó el día más hermoso de todos, el cumpleaños de su adorada sombra, el plan original era una cena romántica en casa, sediendo el lugar a abrir los regalos, pero la visita del emperador provocó que los planes cambiasen a una fiesta en casa de los Akashi. Cada uno de sus amigos llegaba con un pequeño obsequio para el ojiceleste.

 

- Kagami-kun, luces molesto

 

- No lo estoy, es sólo que, yo quería pasar el día contigo, mimarte y consentirte.

 

- Eres muy tierno Kagami-kun, te prometo dejarte el resto de la noche y ...

 

- No me tientes, que soy capaz de tomarte y llevarte a la primera habitación que encuentre.

 

- Vamos, no se darán cuenta.

 

Jalando del brazo, buscaron un  cuarto con cama en la que lograsen estar cómodos y solos, cuando la hallaron no perdieron el tiempo, la ropa desaparecía entre las caricias que empezaban a calentar los cuerpos.

 

- Si nos agh vienen a buscar mng

 

- No creó y si lo hacen, me enojaré.

 

- Por mgh interrumpirnos ahh

 

- Aparte, porque escucharan tus hermosos gritos de placer y eso sólo yo lo puedo hacer.

 

- Ahh espera mgh no, mejor ngh después.

 

- No, yo quiero ahorita mismo, tu otro regalo te lo daré cuando lleguemos a casa.

 

Se acabaron las palabras, sólo el chapoteo entre penetraciones y los gemidos de placer inundaban las cuatro paredes de la habitación, al reunirse con sus compañeros de fiesta, las miradas de fuego dirigidas a Kagami provenientes de un Nijimura enojado y un pelirojo con sed de sangre. Al final se divirtieron como niños entre juegos de uno contra uno, verdad o reto e incluso 7 minutos en el paraíso, todo salió bien regresaron a casa entrada la noche, apenas pusieron un pie dentro corrieron escalera arriba a su cuarto, su segundo regalo se encontraba bajo la almohada de su cama, una hermosa sortija con un perrito de cristal.

 

- Son a juego yo tengo el rojo y tu azúl, no necesitamos un papel que lo diga, pero así sabremos que nos tenemos uno al otro por siempre.

 

- Kagami-kun es hermoso gracias, por  todo.

 

- Nunca te dejaré, me quedaré contigo hasta mi último día de vida.

 

- Te amo Taiga y me gusta la idea de pasar todos los días a tu lado.

 

Sin duda alguna, ese fue su mejor cumpleaños, jugó con sus amigos, paso tiempo con su pareja, obtuvo regalos fabulosos y lo más hermoso de todo un anillo de compromiso.

Notas finales:

Con este capítulo doy por terminada la historia.

 

Gracias por leer y comentar.


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