Las trompetas resuenan rompiendo el sepulcral silencio de la cámara real, los tambores advierten que la guardia se acerca con paso firme y la respiración de todos los presentes se torna cada vez más pesada conforme el prisionero se acerca a comparecer ante el padre de todo. Loki está atrapado y lo sabe, ya ha usado todas sus cartas y trucos secretos, ya ha intentado escapar de este juicio una centena de veces en su mente y en todas resulta atrapado y muerto o incluso peor. No, ya no hay salida para el embustero maestro y como todo en la vida, incluso en la vida de los dioses, lo que se hace se paga y en el caso de Loki el deseo de cobrarse por parte de Odín es tan ansiado que podría llegar a ser macabro pero nadie en el reino se atrevería a hacérselo ver, nadie excepto dos seres en todo Asgard pero ellos, al igual que el prisionero están totalmente controlados conforme se espera de un juicio real.
Frigga, aun con todo su amor se encuentra atada de pies y manos ante el castigo que de seguro recibirá su amado hijo, prohibida de entrar a la cámara real hasta que el juicio se de por terminado solo puede orarle a las Nornas en el antiguo templo construido en el gran palacio para que el corazón de su esposo se ablande a sus suplicas previas y Thor, de pie junto a los tres guerreros ve pasar a su hermano frente a el sin siquiera voltear a dirigirle la mirada, el corazón del guerrero se retuerce con cada paso que ve dar al menor pero es incapaz de hacer ya más, sabe que tal vez, el castigo que se le impondrá será por demás merecido mas eso no quita el sentir de traicionar a su amado hermano al no poder hacer nada más que solo mirar.
Loki llega al lugar asignado portando aquella sonrisa de completo descaro, de quien sabe lo que ha hecho y está orgulloso de ello, ve al soberano de Asgard estoico esperando sentado en su trono y su sonrisa se ensancha con provocación.
—Cielos padre, se ve que estabas ansioso por verme pero no pensé recibir tan cálida recepción ¿la planeaste tu solo?
—Guarda silencio Loki, tal vez de esa forma logres salvar algo de tu manchada honra
— ¿Honra? Pensé que me había encargado de destruirla completamente con mi último juego, padre de todo – responde el hechicero maldito casi escupiendo las últimas palabra.
El juicio es ceremonioso y tortuosamente largo y se nota en las cara de fastidio que el dios de las mentiras deja ver, cargo tras cargo es anunciado ante la corte, cargos que Loki acepta con hinchado orgullo y ese toque de macabro humorismo suyo que deja a la audiencia más que indignada por la completa falta de arrepentimiento que demuestra mas un rostro permanece estoico y tranquilo, el rostro de Odín no se inmuta ante las atrocidades que su hijo adoptivo ha cometido ni ante la desfachatez que este muestra, Odín ha vivido cada atentado y ha sopesado todo desde la noche anterior y sin importar ningún reproche que pueda darle este él ha tomado una decisión. Al fin el juicio está por terminar y solo por mera formalidad el Padre de Todo permite al hechicero dar un alegato final.
— ¿Serviría de algo hablar? —Pregunta este de forma burlona y desafiante – todo lo he hecho yo y me encantó hacerlo y si me dais la oportunidad lo volvería gustoso a hacer y lo sabes mejor que nadie, padre.
El recinto revienta en cuchicheos indignados mientras Loki parte en carcajadas burlonas por la situación, por Odín, por el rostro acongojado de Thor, por la ausencia de su madre en el juicio, por su inminente fin y por absolutamente todo a su alrededor. Por fin Odín se pone de pie acallando así los cuchicheos mas no las risas del moreno, camina unos pasos adelante, tan serio, tan tranquilo que parece encontrarse en un nivel totalmente superior a las provocaciones del menor.
—Sabes tu destino y que tu fin está escrito y es esa la única razón por la que deseas irte dando un último gran espectáculo pero no será así, tu morirás Loki, morirás de la forma más humilde y denigrante que puedes detestar, morirás luego de tener una larga y vacía vida como mortal
—Que idiota... – deja escapar a propósito el hechicero- ¿un mortal? ¿En serio? Crees que solo denigrarme a una forma de vida tan patencia te salvara de mí, dame la mínima oportunidad y prometo volver a destruir este maldito reino a como dé lugar, mientras Asgard sea Asgard, mientras tú seas rey mientras yo sea yo...
—Pero ya no lo serás – Interrumpe el soberano imponente – desde hoy Loki Laufeyson, hechicero, tramposo y traicionero ha de morir y ten por seguro que disfrutare de verte vivir perdido y sin saber quién eres cual cervatillo recién nacido.
Un movimiento de cabeza basta para que los guardias apresen los labios del hechicero y así dejarlo sin poder protestar y llevarlo contra su voluntad al salón de ejecuciones con Odín tras de ellos y la corte disolviéndose completamente, todos menos Thor, Sif y los tres guerreros que ven pasar a Loki retorciéndose en protestas. Los amigos toman de los hombros al príncipe de dorado reino tratando de hacer que reaccione pero Thor no responde, es incapaz ya de pensar pues la única idea en su mente es la de estar perdiendo a Loki para siempre, de pronto un impulso latiguea en su sistema y aleja a sus hermanos de armas violentamente, Loki no puede morir, no puede irse, él no puede permitir que eso pase y antes de poder darse cuenta el dios de trueno corre a todo galope a encarar a su padre con la mirada fiera y desesperada de quien utiliza su último recurso pero Odín es inflexible a reclamos y protestas y a pesar de la fuerza de su frenesí Thor queda al fin relegado fuera del salón de ejecuciones.
Desde ese día han pasado 15 años, 15 largos y tortuosos años en los que el dios del trueno no fue capaz de perdonar a su padre, 15 años en los que dio por perdido a su amado hermano y en los que la vida no pinto más que gris para el dios de las tormentas. Ni guerras, ni mujeres, ni banquetes lo hicieron olvidar al tramposo hechicero dejándose así morir en vida, mas aun el más severo padre es incapaz de ver a su propio hijo sufrir de tal forma y es ese amor lo que lleva a Odín a revelar aquel secreto que tanto desea su hijo conocer. Así a dos meses de cumplir 16 años de la condena impuesta y con el pesar del rey de Asgard, Odín revela el renacimiento del lengua de plata, como el último de los hijos de una mediocre familia de mortales en la ciudad de San francisco.
Los ojos de Thor vuelven a brillar como hacía años no lo hacía y la sangre cerrar cual ríos caudalosos por sus venas, Loki está vivo otra vez y Thor también lo está por ello, pero la dicha no es compartida pues la mirada de su padre luce gris y decaído al contarle aquel secreto delatando así que hay más que solo buenas noticias en ello.
—Él ya no es tu hermano, Thor, su castigo fue especifico y aquel mentiroso de negro corazón murió aquel día, si vas a Midgard solo te encontraras con otro simple mortal, sin poder, sin memorias y sin saber quién eres tú. ¿Aun así podrás llamar a eso hermano?
—Su alma es la misma y por tanto es el mismo él también, tal vez no tenga recuerdos pero eso significa también que no pese ese odio que en primer lugar lo destruyo.
—El un mortal ahora, pertenece a ese mundo, aunque lo encuentres no lo podrás traer.
—Es mi hermano tenga la condición que tenga y esta vez seré yo quien decida qué hacer con él, no tú.
Loki está vivo y eso es lo único que importa, Loki tiene un nuevo inicio, una nueva vida, la vida que siempre mereció y Thor debía ser parte de esa nueva vida así como lo fue de la primera, sin perder el tiempo parte tras recibir la bendición de su madre y la aprobación de su padre, Loki lo espera y Thor lo sabe, sabe que en lo más profundo de su corazón Loki todavía espera por él.
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