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Bulletproof Heart por Karla BBC

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6 años después

 

Sumo silencio había en el aula de clases, todos los alumnos estaban concentrados en sus exámenes y lo único que se escuchaban eran los lápices contra las hojas de aquellos que escribían al saberse las respuestas o que al menos lo intentaban mientras otros se jalaban figurativamente de los cabellos al no tener idea que contestar. El profesor se paseaba de un lado a otro al frente de la clase y entre las filas por si alguno necesitaba ayuda o tenía alguna pregunta y veía aquellos frustrados como si estuvieran en un difícil examen de matemática cuando sólo era de japonés. Negaba indignado con la cabeza por aquellos que seguramente ni se molestaron en abrir sus cuadernos para estudiar.

 

-Se terminó la hora, entreguen - indicó el profesor y uno a uno fueron dejando las hojas sobre su escritorio para después dejar el salón - Ji Hoon - llamó a un chico que aún seguía intentando contestar el examen - Dije que entregarán ya.

-Deme un chance - dijo sin mirarlo.

 

El profesor se levantó y se paró de brazos cruzados al lado del pupitre del chico.

 

-Si te diera un chance se lo tendría que dar a todos, así que entrega.

-Bien - hizo un mohín y le dio la hoja.

-Dejaste muchas preguntas sin contestar ¿Por qué no estudias?

-Es que es difícil.

-¿Entonces por qué decidiste estudiar idiomas? Hay muchas otras carreras que quizás se te darían mejor.

-No lo sé - suspiró con desgano - Yo antes estaba estudiando teatro pero me dijeron que no era bueno así que me salí pero no podía quedarme sin hacer nada e intenté con idiomas para ver qué tal se me daba pero supongo que para nada sirvo.

-No digas eso, todos son buenos en algo. Ya sal y ve a tu descanso.

-Sí - se levantó, colgando su mochila de su hombro - Adiós profesor Lee, nos vemos la próxima semana.

-Adiós Ji Hoon.

 

El profesor Lee apiló las hojas de los exámenes en un montón y los guardó en su maletín. Ya no tenía más clases que dar ese día así que podía irse a casa y aprovechar el tiempo que tenía para corregir otras pruebas pendientes de otro curso. Se detuvo en la puerta del salón al ver a la chica que estaba esperándolo recostada de la pared. El profesor se cruzó de brazos y arqueó una ceja. La chica lo miró de igual manera.

 

-Hola profesor.

-Hola.

-¿Ya terminó o está ocupado?

-Ya terminé ¿Por qué? ¿Deseas alguna cosa?

-Sí, de hecho - sonrió - ¿Qué tal si vamos por un café?

-¿Será correcto salir con una profesora? Mi novia se molestaría.

-Yo hablo con tu novia, espera... Señorita Park ¿Puedo salir con su guapo novio?... Por supuesto señorita Park, no hay problema.

-Jajaja, tonta - le dio un leve golpecito en la cabeza y le pasó un brazo por los hombros - Vamos a merendar pero luego debo ir a casa porque tengo cosas pendientes.

-Sí, yo también - resopló - No veo la hora que vengas las vacaciones.

-Pero si empezamos hace tres semanas.

-Aish, es que los chicos de primer semestre como acaban de salir de la preparatoria aún son muy inmaduros y no hacen caso. Hay un grupito que no para de hablar y no me hace caso, no entiendo para que entran a la universidad – salieron hacia el estacionamiento -¿Y cómo fue el examen?

-Bien, bueno, muchos se veía que no habían estudiado y se estaban quemando las neuronas. Ya luego veré que tal lo hicieron.

 

Lee Jong Suk ahora era un profesional licenciado en idiomas, graduado de la universidad de Seúl hace dos años con un excelente promedio como siempre lo ha sido. Le ofrecieron un trabajo como profesor en la misma institución y sin pensarlo dos veces, aceptó; sin embargo  desempeña el rol de intérprete en algunas oportunidades, por ejemplo cuando algunos empresarios tengan visitas internacionales en donde requieran un traductor. La vida del chico ha sido perfecta desde que comenzó a estudiar y gracias a su trabajo y a la buena posición económica de su familia, pudo salir de casa y tener su apartamento y auto propio; lo último bueno en su vida fue su novia Hayley Park, también profesora de la universidad pero de la materia de inglés, la cual vino desde Estados Unidos hace mucho tiempo atrás para vivir con su familia en el país natal de su padre.  Es cuatro años mayor, Jong Suk la conoció cuando entró a dar clases y tan sólo llevan cuatro meses saliendo pero su relación va por buen camino y seguirá  así ya que además son muy buenos amigos y se entienden perfectamente.

 

-Comamos pizza – propuso Hayley.

-¿Pizza?

-¿Qué, es muy chatarra para ti? En Estados Unidos es muy común comer eso.

-Pero no estamos allá. Me gusta la pizza pero son las cuatro de la tarde, es hora de merendar. Prefiero un postre o quizás un emparedado.

-¡Espera! ¿Dijiste que son las cuatro?

-Sí.

-¡Ay por Dios, se me olvidó por completo!

-¿Qué cosa?

-Mi mamá llega hoy de América y le prometí que pasaría a buscarla al aeropuerto porque mi papá está ocupado trabajando.

-¿Y a qué hora llegaba?

-A las cinco debería llegar pero es en Incheon y es un poco lejos así que ya debería de estar camino allá.

-Entonces vayamos.

 

Jong Suk cambió la ruta a donde iban y dio la vuelta para ir en dirección al aeropuerto de Incheon. Eran apenas las cuatros de la tarde y la mayoría de las personas aún no salían de sus trabajos así que el tráfico debía de estar ligero y llegarían rápidamente, lo bueno es que siempre los vuelos llegan retrasados y aún tenían una hora por delante. Jong Suk ya conocía a la madre de su novia y a diferencia de las creencias populares en donde los hombres no se llevan bien con su suegra, ellos habían congeniado bien al igual que con el padre de la chica, la personalidad alegre, amable y humilde del joven siempre lo ha ayudado mucho en tener buenas relaciones personales y no ha habido persona con quien se haya llevado mal.

 

Llegaron sin problemas al aeropuerto, sólo cuarenta y cinco minutos les tomó y el vuelo aún no había llegado por lo que si la madre de Hayley preguntaba, Jong Suk debía decir que estaban allí esperando desde hace una hora. Esperaron sentados hasta que fuera el tiempo en que el avión arribara, aprovecharon a tomar algo para merendar y apenas veinte minutos más tarde de la hora en que el vuelo debía llegar, llegó, sólo debían esperar el largo proceso de desembarque. Jong Suk se separó un momento de su novia pues el café que se había tomado no le había caído del todo bien y tenía que ir corriendo al baño. Por su mala suerte el más cercano estaba cerrado por limpieza y tuvo que ir hasta el otro extremo del aeropuerto por lo que apresuró el paso y pudo llegar a tiempo. Al salir, corrió para regresar al otro lado con su novia y estar a tiempo para recibir a la madre de ésta; tuvo que esquivar a varias personas quienes estaban con sus maletas que se le atravesaban en el camino y en un instante tropezó a una mujer y se volvió sin detenerse para disculparse.  Adelante un carrito lleno de valijas lo esperaba y no tuvo chance de esquivarlo por lo que chocó con éste haciendo que todo el equipaje cayera al suelo y quedara enterrado entre algunas de las maletas.

 

-¡OYE! ¿¡Acaso estás ciego!? – escuchó una voz gruesa que le gritaba, supuso que era el dueño de las valijas.

-Lo siento – se quejó y se incorporó sobándose la cabeza por el golpe que recibió – Disculpe – hizo una reverencia.

-Ahora recoges todo y más te vale que nada se haya dañado o si no vas a tener que pagarme. Estas maletas no son cualquier cosa, son finas, de diseñador y muy costosas – le advirtió el muchacho, de gran altura al igual que Jong Suk pero de contextura un poco más robusta. Vestía con prendas muy finas, un saco largo de gabardina y una bufanda los cuales estaban muy desubicados ya que estaban en pleno verano; llevaba lentes oscuros lo que lo hacía lucir como si fuese una celebridad pero al no estar nadie gritando a su alrededor, Jong Suk asumió que no lo era y debía de ser tan sólo un rico empresario prepotente- ¿Qué tanto me miras? Recoge todo ya – le decía en un tono despectivo que a Jong Suk no le gustó para nada pero para no meterse en problemas y ya que él tenía la culpa por su torpeza, regresó todas las maletas a su lugar. El otro se bajó un poco los lentes y las examinó por encima para asegurarse que estuviesen bien.

-¿Hay algún problema?

-No, se ven bien aparentemente – volvió a acomodarse los lentes y sin decir un gracias, simplemente siguió con su camino.

-No tenía por qué ser tan grosero – bufó Jong Suk y regresó con su novia que ya estaba con su madre – Rayos, llegué tarde. Lo siento señora es que estaba en el baño.

-No te preocupes querido, gracias por venir hasta acá y disculpa las molestias.

-No se preocupe, no es problema para mí. Déjeme y la ayudo con su equipaje.

 

La mujer tan sólo llevaba una maleta y un bolso de mano pero después del largo viaje debía de estar muy cansada así que como un buen caballero, Jong Suk llevó todo el equipaje de la señora hasta el auto y dejó a las dos luego en la puerta de su casa.

 

-Gracias, luego te llamo ¿Sí? – le dijo Hayley al chico y le dio un beso en la mejilla de despedida.

-Gracias Jong Suk.

-Por nada señora, sabe que puede contar conmigo – quizás algunos pensarían que es exagerada su amabilidad sólo para agradarle a la madre de su novia pero Jong Suk siempre ha sido así naturalmente.

 

Ya por fin Jong Suk podía regresar a su apartamento pero estaba cansado por el viaje de ida y vuelta de Incheon, más porque de regreso les agarró el tráfico y lo menos que quería hacer era ponerse a corregir los exámenes pendientes que tenía así que lo dejaría para más tarde o quizás mañana, ahora lo único que tenía en mente era darse una buena ducha tibia y echarse en su cama para ver televisión. Apenas habrá durado unos diez minutos recostado viendo el programa que estaban dando cuando comenzó a cabecear por el sueño pero el repentino sonar de su teléfono lo hizo despertar.

 

-¿Aló? – contestó entre un bostezo.

-¿Hablo con Lee Jong Suk?

-Así es ¿Quién es?

-Soy un representante del grupo Taejin, hablé con un amigo profesor de la universidad de Seúl y te recomendó como intérprete pues éste fin de semana tendremos de invitado a un inversionista extranjero de Australia y requerimos tus servicios.

-Por supuesto, no hay problema.

-El viernes a las diez el inversionista estará en la compañía así que debes estar una media hora antes mínimo y el sábado habrá una fiesta a la cual también deberás asistir, te envío todos los detalles por correo, dame tus datos.

-El viernes está bien, suerte que no tengo clases – le entregó su correo para que le pasara toda la información necesaria – Bien, muchas gracias, adiós.

 

Tenía tiempo que no lo llamaban para ser de interprete y le saldría bien ese dinero extra aunque no tiene porqué preocuparse por éste pues su familia es de clase media/alta pero el ser remunerado por un trabajo hecho por él mismo era mucho más satisfactorio si le pedía a sus padres que les prestara.

 

El viernes por la mañana, Jong Suk fue directo al edificio del grupo Taejin a la hora especificada. La reunión con aquel inversionista extranjero fue rápida en una sala de conferencias de la compañía pero después tuvo que acompañar a todos a un restaurante muy lujoso para seguir ayudando con la comunicación entre las dos partes. Estaban en un salón aparte sólo para ellos para no ser molestados y Jong Suk ya se estaba aburriendo pues llevaban más de dos horas allí y no había un momento en donde hicieran silencio. De muchas historias tuvo que enterarse mientras traducía, tanto del empresario australiano como del presidente del grupo. Cuentos familiares, cosas personales que le pasaron, de cómo era la vida en Corea y como lo era en Australia; en una oportunidad hasta se pusieron a conversar de viejas bandas de música y discutían cuales eran las mejores. Al parecer no hallaban de qué hablar y hablaban de lo primero que se les ocurriera, lo bueno es que por lo menos le invitaron el almuerzo a Jong Suk.

 

Después de largas horas en ese restaurante, por fin Jong Suk había terminado su trabajo y ya podía volver a casa. Aún era temprano pero sin embargo el muchacho estaba cansado y el sueño le estaba pegando. Hacía un gran esfuerzo para no dormirse mientras manejaba y aprovechaba los semáforos que más duraban para cerrar los ojos por un momento; en un instante en que uno cambió a verde, no se dio cuenta hasta que el auto de atrás tocó su corneta, el chico se sobresaltó y se puso en marcha pero un auto que se pasaba la luz en sentido perpendicular a él, se le atravesó y cuando le dio tiempo de frenar, ya le había chocado a un lateral. El impacto fue fuerte pero por suerte la bolsa de aire se abrió y no permitió que Jong Suk se llevara un gran golpe.

 

-No puede ser – dijo con su cara aún pegada en la bolsa y después de guardarla, salió para observar que tan grave había sido el choque. La puerta del otro auto estaba completamente abollada y el faro del suyo estaba hecho añicos en el suelo al igual que su para choque se caería en cuanto separara el carro.

 

El dueño del auto, aquel que se atravesó imprudentemente al pasarse la luz roja, se bajó y se quitó sus lentes de sol bruscamente para ver el estado de su vehículo. Apretó la mandíbula y todo el rostro se le tensó de la rabia. Subió la mirada hacia Jong Suk y con ésta lo fulminó, el chico hasta pudo sentirlo, daba miedo.

 

-¡Imbécil! – le gritó el hombre a Jong Suk.

-¿Qué? ¡Tú fuiste el que se pasó la luz roja, tú eres el culpable de que esto sucediera!

-¿¡Y no pudiste tan sólo detenerte!?

 

Jong Su abrió la boca para decir algo pero se quedó observando al sujeto el cual se le hacía muy conocido. Sólo se lo imaginó con los lentes de sol puestos y supo que era el mismo del aeropuerto con cuyas maletas se tropezó. No le comentó sobre eso pero el otro también lo reconoció y abrió la boca y los ojos de par en par mientras lo señalaba con el dedo.

 

-¡No puede ser, eres el mismo idiota del aeropuerto!

 

Jong Suk rodó los ojos y bufó. Se cruzó de brazos y le dio la espalda al otro para recostarse de su auto.

 

-¿Acaso es tu costumbre chocar con todo?

-Lo lamento…Aunque en realidad yo no hice nada, tú eres el infractor y es obvio que el choque lo perdiste tú – lo miró por encima de su hombro – Debiste haber esperado la verde, amigo – le sonrió hipócritamente lo que al otro sujeto le hizo enojar y saltó por encima de donde estaban chocados ambos autos para llegar a Jong Suk.

-Vas a tener que pagar esto.

-Tú vas a tener que pagarme a mí porque yo pasé con la luz – miró hacia arriba al semáforo – Hay cámaras así que hay pruebas.

-Tengo mucho dinero, puedo arreglármelas para que pierdas.

-Si tienes mucho dinero entonces no será problema para ti en pagarme la reparación del auto y pagar la del tuyo.

-Sabes, tu actitud me desagrada ¿Quién te crees que eres para hablarme con tal altanería?

-¿Disculpa? – rió para sí y apartó la mirada del muchacho – No puedo creer lo que estoy escuchando.

 

El muchacho tomó a Jong Suk del cuello de la camisa y lo acercó a él. Jong Suk lo miraba calmado y con una leve pero notoria sonrisa dibujada en sus labios lo que hacía al otro exasperar más, sin embargo esa sonrisa se borró y en su rostro se volvió serio. Aquella mirada intimidante y esos rasgos faciales le parecían a Jong Suk que ya los había visto mucho antes del encuentro en el aeropuerto, sintió una extraña sensación de deja vu en cuanto dirigió su vista a los labios del chico pero rápidamente volvió a sus ojos.

 

-¿Te conozco? – le preguntó calmadamente. El otro relajó su rostro y lo miró como si intentara reconocer a quien tenía delante de él.

-No lo creo – lo soltó y se alejó – Llamaré a transito para salir de esto y no te preocupes, te pagaré el choque – sacó su teléfono y llamó.

 

Jong Suk sentía la extraña sensación de que ya había visto ese rostro alguna vez en el pasado pero no podía recordar donde. Se ponía a pensar de sus compañeros de la escuela y de la universidad pero ninguno de ellos era, quizás tan sólo se le parecía a alguien más ¿Pero a quién podría ser? El rostro de ese muchacho era peculiar, no muchos serían iguales a él. Ahora Jong Suk hasta no recordar quién era se partiría la cabeza y no podría concentrarse en alguna otra cosa. Siempre había sido así, simplemente no podía dejar pasar algo hasta que se acordara o si no le daban ataques de ansiedad por la curiosidad de saber. Después de que el choque fue levantado, estuvo todo el camino en la grúa pensativo hasta que lo dejó en la puerta de su edificio. Miró la tarjeta que ese sujeto le había dado y ese nombre “Kim Woo Bin” nunca le pareció haberlo escuchado.

 

-¿Quién es, quien es? – se preguntaba mientras se hallaba sentado al borde del sofá de la sala, mordiéndose las uñas y  reventándose las neuronas -¿¡Quién es!? – se jaló de los cabellos y se dejó caer de espaldas en el sofá.

-Soy yo.

 

Jong Suk se incorporó y vio a su novia entrando al apartamento, él le había dado la contraseña y no tenía problema en que entrara sin invitación.

 

-¿Eh?

-Preguntaste que quien era y te respondí que yo ¿Por qué te ves tan frustrado? – dejó su bolso en una silla y se sentó al lado del chico para acomodarle el cabello desordenado - ¿Está todo bien?

-Sí, no, es decir, sí pero estoy estresado. Hoy choqué con un auto que se me atravesó después de pasarse la luz roja…No me pasó nada, todo está bien – dijo cuando vio que su novia se asustó – Lo que sucede es que el dueño del auto con quien choque siento que lo he visto en otro lado pero no logro recordar donde.

-Por eso estás frustrado entonces. Siempre es lo mismo, un día se te reventará el cerebro. Quizás no es nadie importante así que no tienes porque intentar acordarte.

-Sí, supongo que no es importante porque si no lo recordaría fácilmente pero sabes cómo soy, aunque sea algo tonto no descanso hasta acordarme.

-Ya, no sigas ocupándote en cosas que no interesan. Yo te ayudaré que se te olvide todo el asunto.

 

Hayley comenzó a besarlo en el cuello lentamente, causándole cosquillas al chico quien reía bajo por sus roces. La chica se subió sobre su regazo y Jong Suk colaba sus manos por el interior de la camiseta de ella, acariciando su espalda y costados para después comenzar a subir la camisa y sacársela.

 

-¿Te quedarás ésta noche? - preguntó Jong Suk aún con los labios de la chica en su cuello.

-Si tú quieres - lo miró y le dio un corto beso en los labios.

-Sí quiero - abrazó a Hayley y se levantó. Para no caer, la chica se abrazó con sus piernas a la cadera de Jong Suk y éste se encaminó hacia la recámara.

 

Después de terminar allí, ya sus energías eran escasas y ya que Jong Suk venía cansado después de casi todo el día estar con esos empresarios y de estar esperando en medio de la calle a que los policías de tránsito llegarán para levantar el choque, se quedaron acostados para dormir hasta que estuviesen bien descansados; quizás se quedarían allí hasta el día siguiente.

 

Ya el sol bajaba y la noche se metía, el verano se había presentado muy caluroso ese año y ni que anocheciera refrescaba el ambiente. El calor fue lo que hizo a Jong Suk despertarse pero a Hayley no parecía molestarte quien seguía durmiendo plácidamente aún teniendo la sábana por encima. El chico se levantó y se dio una ducha rápida, tomó una bebida refrescante y luego salió al balcón en donde se quedó observando la hermosa vista iluminada de Seúl que tenía ante sus ojos. Ahí de vez en cuando soplaba una fresca brisa pero cuando no, se seguía sintiendo ese calor que hacía desear a Jong Suk meterse en una piscina y nadar como antes. Aquellos días que practicaba natación y Taekwondo simultáneamente le hacían añorar su juventud, no es que no siguiera siendo joven pero ya tenía veintiséis años, era un hombre que hasta podría estar ya casado pero eso realmente no se interesaba, el casamiento nunca le había atraído.  Jong Suk siempre temió crecer pues no sabía cómo sería la vida de adulto y le asustaba las responsabilidades pero tenía un buen trabajo, un buen hogar y una buena novia, todo le había salido bien como siempre. Su vida era perfecta y no podía quejarse.

 

Regresó adentro para volver con Hayley, escuchó el agua de la regadera abierta y supo que su novia se daba un baño. Jong Suk aprovechó para acomodar unas cosas en su cuarto y guardar en su armario ropa limpia que aún no había ordenado; su traje para la fiesta del día de mañana, lo apartó a un lado junto con la camisa y la corbata. Antes de cerrar las puertas del closet, divisó en la parte superior una caja de zapato forrada con un papel a rayas plateadas y azules la cual tomó. Sabía que era suya y que la había visto pero desde que se mudó de su casa la guardó allí y no la había vuelto a abrir. No la tiró porque sabía que adentro habían recuerdos suyos antiguos pero no recordaba qué exactamente. Se sentó en la cama y quitó la tapa de la caja, lo primero que vio fueron unas figuritas de acción de unos robots, rió ante eso, le encantaba coleccionar esa clase de juguetes y ponerlos en las repisas de su habitación. Habían unos papeles, fotografías con sus antiguos amigos de secundaria, un antiguo boleto de un concierto y algunas prendas que solía usar como un brazalete tejido. Sacó alguna de las hojas mirando lo que eran, viejos exámenes, folletos de algún establecimiento que guardaba porque le gustaba el diseño y garabatos que hacía en sus cuadernos durante las clases; nunca había sido un buen dibujante. Vio un sobre que tenía su nombre, sacó la carta en él y la leyó.

 

"Perdona si no te busqué estos días y estaba perdido, es que tenía unas cosas que hacer. Vine y no encontré a nadie en casa así que me metí en tu cuarto, encontré ésta hoja y sobre y decidí dejarte una carta al estilo antiguo. Sólo quería decirte ¡Felicidades por entrar a la universidad! Seguro te preguntarás como es que lo sé y la respuesta es que en realidad no tengo idea pero algo me dice que sí lo lograste, eso espero o si no que vergüenza haberte dejado ésta carta. En fin, para eso venía y también para desearte mucha suerte en el futuro.

 

KHJ"

 

-¿KHJ?

 

Se quedó pensando quien era el que le había dado esa carta hasta que hizo memoria. Era aquel chico que entró herido una noche en su casa hace mucho tiempo, recordaba bien ese momento pero no se acordaba del rostro del muchacho ni de su nombre hasta ahora. Kim Hyun Joong, ese era su nombre.

 

Guardó la carta pero vio unas fotos instantáneas, en una salía sorprendido como si no se hubiese dado cuenta que le tomaron la foto y tenía en sus manos unos palillos y un plato de comida; en otra foto estaba con un chico, éste sonreía amigablemente mientras le rodeaba los hombros con uno de sus brazos y mostraba una señal de amor y paz con sus dedos.

 

-Hyun Joong - murmuró y abrió los ojos de par en par al recordar otra cosa. Se llevó una mano a la boca y enseguida rió por lo bajo - Fue él ¿Cómo lo pude olvidar?...Mi primer beso - sonrió inconscientemente. Se preguntaba que había sido de él. Después de esa noche no lo volvió a ver más nunca.

-¿Y esa sonrisa?

 

Jong Suk levantó la mirada. Hayley se sentó a su lado y observó la foto en su mano.

 

-¿Quién es?

-Un antiguo amigo, bueno, sólo nos vimos como unas pocas veces así que no podría considerarse que tuvimos una amistad. No me acordaba de él pero ya lo hice. Era simpático aunque un rebelde.

-¿El bueno de Lee Jong Suk de amigo con un rebelde? Eso es una novedad.

-Sí, no es el tipo de persona con la que me juntaría pero era bueno, hasta me cocinó el día en que presenté la prueba de admisión para la universidad.

-¿Cocinó para ti?

-Lo ayudé en algo, lo hizo para agradecerme - guardó de nuevo las cosas en la caja y la cerró - Tengo hambre ¿Quieres cenar? Te prepararé algo.

 

El sólo leer esa carta y ver esas fotos fue como si en la memoria de Jong Suk se abriera una puerta que se mantenía cerrada y ahora podía recordar absolutamente todo sobre ese chico, desde como asumió el papel de doctor para curarle la pierna que unos tipos le habían herido hasta cuando quedaron en ser amigos y le dio su collar de la suerte, aquel que era el colmillo de un tiburón. Nunca se arrepintió de habérselo dado aunque no lo volvió a ver porque sabía que lo necesitaría más que él, Hyun Jong era un chico no de muy buena posición económica que tenía problemas en su casa, con su padre específicamente como le había contado tan sólo por encima y quizás un poco de suerte le haría falta. Ahora que Jong Suk se acordaba bien de él, quería saber que era de su vida, si seguiría en Seúl, si las cosas para él habían mejorado o si seguiría con vida porque al ser un chico mala conducta nunca se sabe con qué clase de gente se pudiera topar; esperaba que eso último no fuera verdad y estuviera bien.

 

-Estás listo – dijo Hayley al terminarle de hacerle el nudo de la corbata. Ya era la noche del sábado y debía ir a esa fiesta con los empresarios del grupo Taejin y su inversionista Australiano.

 

Jong Suk se miró al espejo y notó el nudo mal hecho de la corbata. Miró a la chica expresando con sus ojos un “¿En serio?”.

 

-No sé hacer nudos.

-Sí, ya lo noté – rió ligeramente mientras se desataba la corbata –Te dije que yo lo hacía.

-Quería intentarlo – resopló y se cruzó de brazos recostándose del marco de la puerta – No seré una buena esposa.

 

Ante aquel comentario Jong Suk no dijo nada  ni la miró, sólo se concentró en hacerle el nudo a la corbata pero sí que había escuchado bien, sólo esperaba a que Hayley no le estuviera mandando una indirecta. Él la quiere mucho pero apenas tienen pocos meses saliendo y pensar en casamiento sería algo muy precipitado, además que él nunca pensó en casarse algún día.

 

-Ya está, debo irme. Te acompaño a tu casa.

-Lástima que no pueda ir contigo, me gustan las fiestas.

-Y ésta será una muy aburrida así que te salvaste, yo no – hizo una mueca graciosa de lamento.

 

Ya que el auto de Jong Suk seguía en el taller por el reciente choque del día anterior, tuvo que tomar un taxi para llegar al salón de fiestas después de dejar a Hayley en la puerta de su edificio. Llegó más temprano que el resto de los invitados, ni siquiera el inversionista extranjero estaba aún allí por lo que había llegado justo a tiempo. Los meseros seguían acomodando el buffet y ponían en cada una de las mesas, diversas botellas de licor para el disfrute de los invitados que poco a poco fueron llegando. Jong Suk debía de mantenerse detrás del presidente del grupo Taejin para hacer su trabajo de intérprete.

 

-Buenas noches señor Courtly, se bienvenido – le saludó el presidente del grupo y ya Jong Suk debía comenzar con las traducciones.

 

Quizás esa noche sería más agotadora que el día anterior en el restaurante pues debía pasearse junto al presidente del grupo y permanecer de pie al menos que decidieran tomar asiento pero como iban las cosas, al parecer no pretendían hacerlo. Jong Suk pudo descansar por primera vez desde que comenzó la fiesta cuando el inversionista australiano se retiró un momento con su asistente para ir al baño y el chico aprovechó para tomar un pasa palo que repartía uno de los tantos meseros. Entre la multitud conversadora, se detuvo para mirar por encima de todas esas cabezas a alguien que reconoció de inmediato, era aquel sujete con quien chocó el día anterior. Sintió una extraña sensación, era demasiada casualidad que ya fueran tres veces seguidas que se lo haya encontrado; quizás como pensó también era un rico empresario y por eso estaba allí en la fiesta. Le pareció curioso que a diferencia de los demás no estuvieran hablando con nadie si no tan sólo estaba de pie a un lado de la mesa de comida mientras tomaba un poco de vino.

 

-Jong Suk… ¡Jong Suk!

-¿Eh? – giró a ver al hombre que lo llamaba y se percató que el inversionista ya había vuelto del baño.

 

Aún ese sentimiento de conocer a ese sujeto seguía presente en Jong Suk y de nuevo se rompía la cabeza al intentar acordarse pero debía mantenerse concentrado en el trabajo que estaba haciendo. De vez en cuando miraba atrás y buscaba a ese sujeto con la mirada, de la mesa de la comida se pasó hacia la otra esquina del salón y en un momento no lo encontró.

 

-Jong Suk, traduce – le indicó el presidente.

-Ah, sí, lo siento.

 

¿Por qué se sentía tan inquieto por un simple desconocido que quizás no era nadie importante? Tal vez lo llegó a ver alguna vez por la calle y por eso es que se le hacía conocido más no significaba que alguna vez haya congeniado con él. Miró tras él por una última vez y vio al chico conversando con unos señores amenamente y por primera vez desde que lo veía, le vio sonreír. Conocía esa sonrisa, la había visto hace poco, justo el día anterior en la fotografía que tenía guardada en la caja de zapato. Se excusó un momento con el presidente y el inversionista diciéndoles que debía ir al baño y se acercó a donde se encontraba el sujeto del cual estaba seguro se trataba de Hyun Joong, el chico que conoció hace seis años.

 

-Disculpen ¿Podría hablar con él un momento? – le preguntó Jong Suk a los señores y estos los dejaron solos.

-¿Qué…? Eres tú, el del carro y el aeropuerto ¿Por qué te consigo en todos lados?

-Eso es lo mismo que me pregunto, Hyung Joong – dijo con una leve sonrisa. El otro se tensó y frunció el ceño.

-¿Disculpa?

-Eres tú Kim Hyun Joong, sabía que te había visto en otro lado pero ya me acordé ¿No me recuerdas? Nos conocimos hace seis años, soy Lee Jong Suk.

-Creo que me estás confundiendo, mi nombre es Kim Woo Bin, no es Hyung Joong y no conozco a alguien con ese nombre salvo el artista.

-No, estoy seguro que eres  tú, justo ayer vi una foto en la que estaba contigo, tú la tomaste cuando fuiste a visitarme después de que terminé de presentar mi prueba para la universidad.

 

Woo Bin ladeó la cabeza y miraba a Jong Suk de manera incrédula dejándolo como si estuviera loco y confundido. Por un instante miró por detrás del chico y pasó por su lado para alejarse pero el otro lo detuvo del brazo.

 

-Suéltame – le ordenó Woo Bin.

-Hyun Joong, no puede ser que no me recuerdes.

-Ya te dije que no soy ese tipo – se soltó del agarre – Estás confundido, yo jamás te he visto en mi vida, la primera vez fue en el aeropuerto y tú tampoco a mí así que deja de fastidiarme – siguió su camino pero Jong Suk lo volvió a retener -¡Ya!

 

Jong Suk iba a decir algo pero de pronto las luces se apagaron. Los invitados exclamaron por temor mientras se escuchaba a otros tratando de calmar a la multitud diciendo que sólo había sido una falla eléctrica y que pronto debía resolverse, lo extraño es que ni siquiera las luces de emergencia se encendieron, parecía como si alguien se hubiese encargado de que eso sucediera.

 

 Unos pocos minutos habían pasado y la luz seguía sin llegar; los invitados lograron mantener la calma y nadie se movía porque no se podía ver absolutamente nada al menos que utilizaran las linternas internas de sus teléfonos pero de la fiesta no se iban. Ya habían llamado para que fueran a arreglar el problema pues no era un simple breaker que se quemó, al parecer unos cables se habían caído y debían esperar a un experto pero de pronto y sin que nadie se lo esperara, un fuerte sonido de escuchó en el interior del salón que hizo a todos entrar en pánico de nuevo. Aquel impacto ruidoso parecía haber provenido del disparo de un arma larga pero nadie se detuvo a averiguar de dónde había salido y tan sólo se encargaron de dejar el salón de festejos y ponerse a salvo.

 

Todos se empujaban y tropezaban, a Jong Suk lo tiraron en una oportunidad al suelo y lo pisaron pero logró levantarse y escapar de allí también. Nadie sabía que sucedía, gritos de terror y llantos llenaban el salón que acababan de dejar y se podía asumir que le habían disparado a alguien. Ya estando afuera todos a salvo, la policía venía llegando y entraron al edificio. Lograron devolver la electricidad y todos esperaban afuera esperando para saber que había sucedido. Se dieron cuenta que las cosas no andaban bien cuando acordonaron el lugar, llegó la ambulancia y le pidieron a todos que se retiran.

 

-¿Qué sucedió? Oficial...- Jong Suk buscaba que le dijeran que pasaba - Oficial ¿Qué ocurrió allí adentro?

-Hubo un asesinato - le respondió tan sólo y se alejó sin entrar en detalles.

 

El chico vio como sacaban una camilla en la cual yacía una bolsa negra con un cuerpo adentro y escuchó a las demás personas comentar que la víctima había sido el presidente del grupo Taejin. No pudo evitar sentir un intenso temor porque no hace muchos minutos atrás había estado junto a él ¿Como podía haberse imaginado que en un abrir y un cerrar de ojos su vida terminara así? Pero la verdadera pregunta es quién lo hizo y por qué.

 

No había más nada que hacer allí así que Jong Suk se fue y tomó un autobús. Aún estaba traumatizado por lo que había acabado de vivir aunque no pudo ver nada pero el hecho de haber estado en el mismo salón en donde alguien disparó y mató un hombre le asustaba porque cualquiera pudo haber salido herido, incluso él pero al parecer ese asesino iba directamente hacia el presidente del grupo Taejin. De tanto alboroto se había olvidado de Hyun Joong que aunque le dijera que no era, él estaba seguro que sí. No sabía hacia donde habría ido en el momento en que todos abandonaron el edificio pero afuera no lo llegó a ver en ningún momento.

 

Lo primero que Jong Suk hizo al llegar a casa fue sacar la caja de zapatos de lo alto de su armario y buscar esa foto donde salía con Hyun Joong. La observó por unos instantes y seguía firme al creer que el que vio en el aeropuerto, al que chocó y con el que acababa de hablar en la fiesta era su amigo de hace seis años. Ciertamente había cambiado mucho, antes llevaba flequillo y el cabello alborotado y ahora lo peinaba hacia atrás dejando ver su frente y sus prominentes cejas; su rostro estaba mucho más maduro pero la sonrisa era la misma. Lo que le parecía extraño es  por qué lo negaba y se hacía llamar Woo Bin, y cómo es que ahora era tan adinerado. Por lo visto el collar de la suerte que le regaló le funcionó bien y ahora era un exitoso empresario.

 

-¿Aló? – tomó su celular en cuanto sonó.

-Hola ¿Ya terminó la fiesta? No escucho ruido al fondo – dijo Hayley al otro lado de la línea.

-Sí, ya terminó – no quería contarle lo sucedido porque sabía que se preocuparía.

-¿Y cómo fue? Aburrida, supongo.

-Normal…Oye, a que no adivinas.

-¿Qué cosa?

-¿Te acuerdas el chico de la foto que saqué de mi vieja caja de zapatos, el rebelde?

-Sí, que pasó con él.

-Lo vi hoy en la fiesta y fue el mismo con quien choqué. Sabía que lo había visto en otro lado y hoy supe por qué.

-¿En serio? ¡Vaya! El mundo sí que es pequeño.

-Lo es. Es muy curioso que haya aparecido así de repente de nuevo en mi vida, pero al parecer él no se acuerda de mí.

-Fueron varios años que no se vieron.

-Pero tampoco es que yo he cambiado tanto y debería acordarse…*Sobre todo del último día* - pensó ¿Cómo podía no acordarse de que lo besó?

-No importa, es alguien del pasado que simplemente desapareció de un día para otro. Lo bueno es que ya no te estarás rompiendo la cabeza por saber quién era.

-Sí, tienes razón.

-Te dejo, sólo quería saber cómo te había ido. Luego hablamos – ambos trancaron.

 

Jong Suk miró por última vez la foto y en vez de guardarla en la caja, la puso en una de sus cajones. Se quitó el saco y la corbata y se tendió boca arriba en la cama mirando el techo. Inconscientemente relamió sus labios y la escena de hace seis años cuando Hyun Joong lo besó, llegó a su memoria. El chico se iba a quedar a dormir con él en casa porque se había peleado con su padre y en un momento se subió sobre él y le dijo que lo besaría porque sabía que le gustaba. Jong Suk le respondió que no pero ahora que lo pensaba, no había sido del todo sincero porque lo cierto es que sí le gustaba y con el beso lo corroboró. Hyun Joong le había dado su primer beso de verdad y aunque fue corto lo había disfrutado. Pensó que era extraño que le gustara un chico sabiendo que él no jugaba para ese lado pero él tenía algo especial en su mirada que lo había atrapado. Sin embrago eso ya era cosa del pasado, algo de lo que podían hablar y reír. Ahora Jong Suk estaba en una buena relación con una chica increíble y que Hyun Joong apareciera ahora no cambiaría las cosas.


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