Un trueno se escucha fuerte en esa noche. La lluvia no dejaba de caer, el agua se desplazaba por las ventanas a chorros gruesos.
-Mierda... estoy empapado.-
Abre la puerta apurado, luego de estar buscando las llaves en sus bolsillos por eternos segundos. Y al entrar a su casa, siente como sus extremidades chorreaban agua. Camina hasta el comedor, maldiciendo cada paso por estar mojando toda la sala. Estaba regresando de un ensayo, en una semana eran las audiciones de YG y no podía desperdiciar ni un segundo de su tiempo.
-Seung Hyun, estás aquí.-
Esa voz era inconfundible y provocan que salte del susto porque al llegar a la cocina, Jen lo recibía sentada en una silla próxima a la mesa principal. Bebía una taza de té caliente y le sonreía amablemente.
-Jen... yo... no sabía que vendrías.- Su presencia lo aturde. Hace días que no la veía tanto por los ensayos como por el trabajo de ambos. A pesar de que le había prometido a Ji Yong que la dejaría, aun no habí podido cruzar palabras con ella para hablar del asunto.
Quizás ese era el momento.
Ya no podía retrasar más tiempo lo inevitable, sin mencionar que tenía muchos planes junto a Ji Yong. Quería que viviera en su casa para poder hacer que se alimentara bien, quería cuidarlo como nunca antes nadie se había dignado a hacerlo.
-Vine de sorpresa. Me tomé el día en el trabajo, no ibamos a tener muchos clientes con esta lluvia después de todo.- Sonríe ella un poco apenada por haber caído de sorpresa, no era su estilo no avisar.
-De hecho, quería que hablemos. Agradezco que hayas venido.- Seung se vuelve serio y antes de caminar hacia ella, Jen se pone de pie y da pasos largos hacia él. Le acaricia un brazo y lo mira con preocupación.
-Mírate. Estás empapado. Podrías enfermarte. ¿No quieres cambiarte primero?-
TOP forma una mueca dolida. Hyori se preocupaba más que una madre por él y siempre lo cuidaba y era atenta. La situación era una mierda, le dolía ser cruel con la pareja con la cual había compartido tantos momentos felices. Pero estaba seguro de que ella podría ser feliz con alguien que en verdad la amara. Y ese no era él.
-No. Lo que debo decirte es importante, Jen. Perdón por no ser sincero contigo desde el principio, pero la verdad... es que yo...-
Seung se detiene.
No puede comprender, las lágrimas fluían de los ojos de su novia. Ella no puede contenerse, solo cierra sus ojos y solloza lastimada. Tiembla abrumada y agobiada por toda la situación. Tenía tanto miedo de ser abandonada en un momento como ese, cosa que sería comprensible ya que Seung era joven y quería seguir sus sueños.
-Perdóname, Seung Hyun. Lo lamento mucho. Perdón...- Ruega con voz quebradiza y fragil, abrazando su cuerpo y sin el valor suficiente como para enfrentar el rostro de su pareja.
Seung Hyun aún no había dicho ni una sola palabra, no comprendía de qué estaba hablando y su llanto solo lo confundía más.
De repente, ella marca el gesto que provoca que TOP empalideciera por completo. Hyori lleva una mano a su vientre y levanta su mirada llorosa hacia él, tratando de mantener firme su rostro y no titubear más.
-No puede ser...- Murmura Seung en shock, no tragando esa realidad inaudita. Pero Jen toma su mano con cuidado y la posa sobre su vientre plano.
Sigue derramando lágrimas. Se lamentaba por todo, pero esa era la realidad. Ambos serían padres y nadie podría evitarlo.
El mundo de Seung Hyun se derrumba. No puede ni siquiera articular palabras de consuelo hacia Jen, abrazarla o decirle que todo iría bien, que él los protegería a ella y a su bebé. No es capaz de decir nada, ni mucho menos alegrarse. Porque ese no era solo el fin de sus sueños, sino también...
El fin de todo lo que sentía por Ji Yong.
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-¿Crees que le guste a Seung Hyun?- Ji Yong atrae a Daesung hasta la mesada de su cocina y le muestra lo que acababa de sacar del horno. Dae no puede creerlo, abre su boca impresionado. ¡Eran cupcakes decorados con bolitas de chocolate!
-¡Lucen deliciosos! ¿Sabes cocinar? ¡Me lo hubieras dicho antes! Si sabes hacer esta clase de cosas, de seguro también puedes preparar otros manjares.- El menor se acerca a uno de los cupcakes y cuando esta a punto de introducir sus dedos para tomar una bolita de chocolate, Ji Yong golpea su mano con mucha fuerza.
-¡Son para Seung! Tú no puedes tocarlos.- Apenas dice esto, Dae forma un puchero triste y Ji aleja la bandeja para colocarla en el refrigerador y hacer que se enfríen.
-Um. Me hubiera gustado probarlos. Pero bien, esa clase de gestos enamoran a los chicos. Estoy seguro que le fascinará.-
-¿De verdad lo crees?- Se le acerca Ji muy ilusionado y Dae le acaricia la cabeza como si fuera un buen chico.
-Por supuesto. De hecho, me parece extraño que nunca hayas tenido pareja hasta ahora si puedes preparar detalles tan tiernos.-
-Nunca hice esto por nadie. No creí que nadie valiera la pena. Pero Seung Hyun es diferente. Sé que haría lo mismo por mi.- Sonríe soñador al pensar aquello, porque todo valía la pena cuando se trataba de su hyung. No tenía miedo de entregar todo de si, presentía que nunca lo defraudaría no importase lo que pasara...
Un celular suena.
Ji Yong reconoce el tono personalizado y no puede evitar volver a sonreír. Se va corriendo hacia la otra habitación con mucha prisa.
-¿Quién podrá ser?- Se pregunta Daesung ironicamente, sintiendose alegre por su principe.
Cuando Ji llega a esa habitación, toma el celular y atiende, se lo lleva al oído sin borrar su sonrisa.
-Lindo. Me encanta cuando me llamas por la noche. Te extrañé.- Es muy meloso al hablar, su corazón latía rápido y estaba muy feliz. Amaba mucho a Seung Hyun. Lo amaba tanto que quería verlo a cada instante, era una felicidad infinita.
El silencio en la linea se hace presente.
Y Ji Yong de a poco borra su sonrisa, porque a pesar de no escuchar su voz, escuchaba su respiración.
-Ji Yong...- La voz sale grave, tan fría que daba escalofríos. Casi siniestra, pero definitivamente intimidante.
Ji siente como sus rodillas tiemblan. Algo estaba mal, era algo muy malo, estaba seguro.
-¿Qué... sucedió?- Pregunta el menor con un hilo de voz dudoso, con miedo de quebrar su voz a pesar de haber articulado una frase tan corta.
No sabía bien por qué, pero de pronto sentía miedo. Un terror profundo e inexplicable.
-Hyori... está embarazada.-
El aire deja de circular por su cuerpo. Ji siente como si su cuerpo ya no respondiera. Las lágrimas caen solas de sus ojos hasta rodar por su barbilla y caer al piso. No sollozaba ni marcaba expresión, pero el dolor era tan sofocante y contundente, que había dejado de respirar. Cae de rodillas al suelo y siente sus labios temblar.
-Lo siento... lo siento mucho... pero no puedo dejarla sola ahora. Sería una basura. De verdad... lamento todo esto, Ji Yong. Si no quieres volver a verme, lo entenderé.-
Pero la mente de Ji no puede salir del shock emocional. Se había sentido tan feliz en los brazos de Seung Hyun, tan protegido y amado, como nunca antes. No quería dejarlo nunca, no quería que se fuera. Arroja el celular con todas sus fuerzas hacia la pared y lo destruye en mil pedazos.
De pronto, su llanto se extiende a gritos, desgarrándose la garganta y muriendo de dolor. No podía tolerarlo. Que le arrebataran a Seung de esa forma era tan injusto.
Daesung llega a la habitación y corre hacia él, estaba sufriendo una crisis nerviosa y se apresura a abrazarlo desde atrás tratando de estabilizar su llanto y su alborotado cuerpo.
Pero Ji Yong solo termina sollozando despacio, queriendo morir por la horrible injusticia que le estaba presentando la vida.