Las manos viajan por cada zona de aquel cuerpo caliente. Estaba desesperado y era como si quisiera probar todo en menos de un segundo, tanto tiempo deseando ese cuerpo androgino, quería devorarlo, lamerlo, estrujarlo. Ji Yong ya estaba sin camiseta y trataba de retroceder ante todos los toqueteos rápidos e imprudentes de Seung Hyun. Pero no podía... gemía cuando llegaba a sus caderas y luego subía hacia su espalda y la arañaba. Sus dedos viajaban por toda su piel humeda.
En un momento Seung abraza al menor y lo estruja contra su cuerpo. Ambos intentan calmar sus agitadas respiraciones, sus corazones latían muy fuerte y seguían acelerados.
Seung tenía su mente hecha un desastre... por un lado el menor respondía correctamente a todas sus estimulaciones. Por otro la linea de lo prohibido seguía ahí. Y quería profanarla ya mismo.
Ji Yong se acerca a los labios de Seung Hyun y lo besa torpemente. Y el mayor no tarda en corresponder. Sus lenguas vuelven a entrelazarse con obsenidad, la saliva se escurre entre la comisura de los labios de Ji. Estaba tan caliente, tan desesperado. Quería probar a ese hombre y necesitaba que lo volviera a tocar.
No recordaba haber sentido manos tan gentiles sobre su cuerpo alguna vez.
Lo excitaba mucho, su entrepierna vibraba de la ansiedad y su miembro estaba más que duro.
Seung acomoda el cuerpo de Ji sobre la cama, y apenas se separa del beso, lame toda la extensión de su cuello. Ji Yong gime debilmente y se arquea hacia atrás. Esa lengua tan larga y caliente lo hace retorcerse de placer.
TOP pasa unos dedos por sus pezones y abre bien los ojos al sentirlos tan duros. Le gustaría verlos pero la oscuridad de la habitación no lo ayudaba.
Cuando presiona uno con sus dos dedos, Ji tiembla y esa reacción abruma a Seung Hyun... ¿Tan sensible era en ese lugar? Vuelve a presionar y esta vez Ji gime arqueandose. No podía creer los hermosos sonidos que salían de su boca, lo estaban volviendo loco.
Decide dejar de controlarse.
Se abalanza sobre el cuerpo de Ji Yong, desabrocha sus pantalones e introduce una mano en su interior, sujeta una de sus nalgas con la palma de su mano, paseándose por debajo de su ropa interior, y la presiona fuertemente con sus dedos. Como lo pensaba, su trasero era muy firme y su piel era exquisita. Con su otra mano sujeta por la nuca a Ji Yong y lo une a su rostro, volviendo a saborear sus labios y el interior de toda su boca.
Las lenguas bailaban, la saliva se escurría por ambos labios en señal de completa desesperación. Los movimientos pelvicos comienzan y ambos rozan sus miembros por arriba de su ropa, hacían toda la fricción posible, tanto que sus caderas empezaban a doler por el esfuerzo del movimiento.
Ji Yong no dejaba de gemir, el sentir como Seung sujetaba su trasero con tanto morbo y como sus entrepiernas se rozaban con tanta violencia lo hacían enloquecer. Quería más, necesitaba toda la hombría de Seung Hyun en su interior para perder la cordura en totalidad y correrse con toda la furia del mundo.
Entonces, Seung se separa del beso respirando terriblemente agitado y Ji deja caer su cabeza hacia atrás, exponiendo toda su debilidad ante el contrario. El mayor suelta su nalga y rodea la cintura de su acompañante, atrayéndolo a su cuerpo y volviendo a provocar más espasmos de placer en toda su columna.
-Ji Yong... lo siento... pero ya no puedo resistir... perdón si te hago daño... es solo que...-
-Te confío mi cuerpo.-
Ante tales palabras pronunciadas por el menor, Seung no hace otra cosa que abrir sus ojos atónito sin poder reaccionar. Ji Yong sonríe confiado y cierra sus ojos. A pesar de que no podía verlo, estaba seguro de que podía transmitirle algo de su seguridad.
-Sé que no me defraudarás.-
Dicho esto, TOP solo espera unos escasos segundos para despejar su mente. Ji Yong estaba accediendo a sus deseos y tampoco le importaba cruzar la barrera de lo prohibido.
Esa adrenalina compartida... sabía muy bien entre sus labios.
Se deshace de su propia ropa y luego termina de desvestir a Ji Yong.
Se agacha a la altura de sus piernas y las abre, para introducir su cabeza entre sus rodillas y comenzar a lamer sus muslos suaves y marcados con tatuajes.
Estaba viviendo entre el Inhale Exhale de sus tibios y blancos muslos internos. Sus tatuajes más preciados.
Ante cada lamida y toqueteo, Ji Yong larga gemidos cortos y agudos, retorciendose y dando pequeños saltos en su lugar. Cuando Seung rozaba su palpitante sexo, se sentía en el maldito cielo y maldecía en voz alta por lo jodidamente bien que se sentía.
Finalmente Seung Hyun decide inclinar un poco más sus piernas hacia atrás, introduce su larga lengua en la entrada dilatada de Ji Yong y siente a la perfección su manera de contraerse al apenas ingresar a su cavidad. Sus musculos internos temblaban, Ji chilla excitado y sintiendo el éxtasis del orgasmo demasiado cercano.
Seung solo permanece unos tres minutos estimulando su entrada con su lengua y deleitandose con los movimientos internos y temblores de su entrada. Si seguía escuchando a Ji Yong gemir como una zorra caliente, se correría sin dudarlo y esa no era la idea. Se arrodilla ante las piernas del menor y coloca su enorme miembro en su entrada.
Siempre había pensado que debía tratar cuidadosamente a Ji, siempre repudiaba la idea de imaginarselo follando con mil hombres y que estos lo lastimaran hasta hacerlo sangrar.
Cuando comienza a penetrarlo, en vez de sentir que el pequeño cuerpo se estuviera tensando, lo siente más relajado. Suspiros pesados y jadeos impacientes salen de los labios de Ji Yong, hasta que por fin termina introducir todo su falo hasta llegar hasta el fondo.
Ambos estaban empapados en sudor, jadeando a punto de llegar a su límite. Seung tiembla muy afectado ante lo estrecho que era Ji, jamás había probado una cavidad tan estrecha y tan caliente.
Estaba ardiendo por dentro, estaba humedo y muy apretado. Tan delicioso. Las embestidas fuertes se generan por instinto.
El ritmo comienza muy fuerte.
Ante cada fuerte estocada, Ji Yong gime casi a los gritos. Seung Hyun lo tomaba por las caderas con ambas manos.
Mete, saca, mete, saca, mete, saca. Se repetían los movimientos demasiadas veces y la habitación era un mar de gemidos y jadeos.
El mayor se atreve a tomar el cuerpo de Ji y aferrarlo a su cuerpo, ambos frente a frente rebotando en sincronía y provocando que el miembro de Ji se refregara en el vientre de su compañero.
Ji Yong deja caer su cabeza hacia atrás y pierde todas sus fuerzas. Se había perdido en el placer, sus ojos estaban entrecerrados y nublados. Las lágrimas no tardan en caer. Seung golpeaba su punto débil tantas veces con su miembro, temblaba muy fuerte en su interior y ya no podía resistir ni un segundo más.
Ji Yong rodea la cintura de Seung con sus piernas y el mayor aprovecha ese movimiento para sujetarle las nalgas con ambas manos y ponerse de pie.
Todo ese lado tan sumiso y fragil en Ji le daban ganas de detruir toda su pureza y delicadeza. Se estaba saliendo de control y comienza a olvidar sus principios de tratar bien su débil cuerpo. Al ponerse de pie sobre el colchón, lo embiste hasta llegar a la pared y allí lo estampa. Ji grita llena de pasión y en ese momento Seung lo embiste contra la pared como una fiera descontrolada.
El trasero de Ji choca contra la pared provocando un ruído sordo al igual que su espalda. Chocaba una y otra vez, tanta violencia y morbo sobrepasan sus límites y causa que ambos se distancien de la realidad.
El frenesí del sexo y la habilidad de sincronizar sus movimientos habían causado que sus mentes se quedaran en blanco.
Es entonces que Ji Yong se contrae sin propia voluntad y cuando es embestido contra la pared una última vez, se corre violentamente contra el vientre de Seung. Este siente como el interior de Ji lo aprieta con mucha fuerza y no puede evitar correrse también.
Ambos gritan al unísono un alarido de placer máximo, dejándose llevar como nunca antes.