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Kilómetro por segundo por Megane Michiru-chan

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Notas del fanfic:

Sé que esperan actualizaciones de mis otros fics, los que aún las esperan, sólo quería subir mis inicios en otras historias antes de eso, no me odien por favor

Corrían asustados por las desiertas calles de la ciudad, en el día se ocultaban donde podían y la noche la dedicaban a escapar siempre en la misma dirección, la que fuera del lado opuesto del lugar donde venían. La calle vacía los incitó a cruzar la avenida sin fijarse que no muy lejos un par de vehículos se acercaban.

¡Cuidado! - Gritó desesperado mientras se arrojaba con su hermano del otro lado de la calle

Las dos motocicletas que se aproximaban a ellos derraparon hasta casi sacar chispas en el asfalto por la velocidad y el intento de no arrollar a los dos chicos que se encontraban a salvo aunque con algunos raspones del otro lado de la calle.

El primer motociclista se levanta y ayuda al otro a hacer lo mismo para después acercarse al par de muchachos que aún eran una pequeña bola sobre la acera abrazándose uno al otro

El motociclista se quitó el casco dejando al descubierto un singular cabello rojo con negro y unas cejas de lo más extrañas, era alto y su figura parecía imponente - ¿están bien? - pregunta mientras se acerca corriendo para socorrer a los chicos ambos tenían el cabello castaño

En cuanto se acercó escucho a uno de ellos disculparse una y otra vez como si de verdad fuera su responsabilidad y no la de ellos por andar a exceso de velocidad

El otro chico se quitó también el casco dejando ver su tez morena y cabello oscuro

– Y-yo s-si bien – dijo el que no se disculpaba pero tartamudeando y temblando como gelatina – ¿Ryou t-tu estas bien? – le preguntó al otro mientras se ponían de pie

El otro castaño sólo asintió pero algo no iba bien y lo notó de inmediato, Ryou sujetaba su codo con fuerza.

El pelirrojo se acercó un poco más poniéndolos nerviosos pero así era él y no sería capaz de alejarse sin confirmar que ambos estaban bien

– ¿Qué sucede Kagami? – preguntó el moreno acercándose después de haber dejado las motos a la banqueta para quitarlas del camino, por la hora que era no había casi movimiento en esa zona de la ciudad pero aun así pasaba alguno que otro auto, una vez asegurando sus tesoros más preciados se acercó para ver lo que pasaba y porque su amigo tardaba.

– Aomine creo que debemos llevarlos al hospital – habló el pelirrojo

– ¡No! – Gritó el castaño tembloroso – estamos bien – dijo tomando a su hermano para tratar de alejarse pero en cuanto intentó dar un paso su tobillo le falló dejándolo caer, casi sentía de nuevo golpear el concreto pero algo lo de tuvo en el aire.

- Tsk, claro que no están bien – el moreno que lo atrapó antes de que se lastimara más de lo que ya estaba chasqueando la lengua – tengo una idea si no quieren ir al hospital – saco su celular del bolsillo trasero del pantalón y se lo dio al pelirrojo – llama a Midorima – prácticamente ordenó mientras se acomodaba mejor al castaño para llevarlo hasta su motocicleta y tenderle su casco

Kagami llevaba a Ryou y le cedía su casco mientras llamaba a su amigo para que les ayudara sin dar mucho detalle de los que había pasado

Los dos castaños estaban aterrados pero no creían que hubiera lugar peor que aquel del que venían así que se dejaron llevar si las cosas se ponían mal ya encontrarían él modo de huir de nuevo.

Quince minutos después se encontraban en una bodega enorme adaptada para ser un taller mecánico tenía partes de motos por todos lados donde miraran, ellos estaban en unas camas al fondo separadas del taller por unas cortinas

Escucharon cuando la puerta se abrió y una voz fuerte y clara diciendo - ¿quién de los dos se rompió qué?

– Está vez no fuimos nosotros – contestó el moreno con desgana

– Fue un accidente y... – Kagami nervioso desvío la mirada hacia la parte del "dormitorio"

Al abrirse la cortina los dos chicos que se encontraban abrazados en la misma cama, observaron asustados al peliverde que suavizó un poco su expresión, dejó el maletín en la cama vacía para acercarse a los chicos que aterrados intercalaban miradas entre los motociclistas y el chico de lentes que se acercó a ellos despacio para no asustarlos

Iba a tomar la mano de Ryou para revisar su pulso pero la mirada de sus dos amigos lo ponía nervioso también a él por lo cual acabó por echarlos al taller y cerrar las cortinas del "dormitorio" para tener más privacidad, al momento los dos chicos se relajaron permitiendo que pudiera revisarlos

– Hola ¿cómo te llamas? – preguntó al primero

– Ryou Sakurai – contestó cubriéndose los labios como si hubiera dicho algo indebido un recuerdo vino a su cabeza

– Ese ya no es tu nombre entiéndelo de una vez –

Comenzó a disculparse sin motivo alguno, extrañando a Midorima ya que el otro castaño comenzó a temblar

Cuando el de lentes extendió el brazo de Ryou para ver el daño pudo notar algo más pero no quiso hacer mención de ello

– ¿Cuántos años tienes Ryou? Preguntó mientras le limpiaba y untaba una especie de gel en el brazo del chico para después vendarlo

– 15 – contestó Ryou en un suspiro

Midorima asintió y comenzó a revisar al otro chico haciendo las mismas preguntas

– Kouki Furihata – dijo mirando a su alrededor como cuidándose de que alguien lo escuchara – tengo 17 – contestó el chico mientras atendía su tobillo

Terminó dándole un par de analgésicos a ambos para reducir el dolor y esperar a ver que el gel hiciera su efecto desinflamatorio

Algo de ellos le preocupaba, eran muy jóvenes para estar solos a esa hora y en sus cuerpos se veían claramente las señas de maltrato

Volvió con sus amigos y les explicó sólo que debían mantenerlos a salvo que se notaba que no tenían a donde ir y les advirtió que volvería al siguiente día para revisarlos después de que terminara su turno en el consultorio.

Los dos volvieron para ver como seguían los castaños, encontrándolos durmiendo ambos en la cama de Kagami, afortunadamente tenían un sillón medio decente en la parte del taller, algún día deberían comprar otro pero ahora no sería el momento, después de perder un piedra papel o tijeras con Aomine, Kagami fue quien terminó pasando la noche rodeado de piezas de motocicletas, eran las tres de la mañana cuando por fin le ganó el sueño.


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