ChanYeol sabía que estaba rogando por un cambio. Que rogaba porque algo significativo ocurriera en su vida. Sabía que siempre se quejaba y gimoteaba acerca de lo aburrida que era su vida. Pero… ¿realmente tenía Dios que poner su vida patas arriba tan drásticamente?
En un minuto en lo único que pensaba era que tenía que ir a la escuela al día siguiente, y ahora… que… sabía quién iba a ser su futuro esposo. Sin mencionar que su futuro esposo estaba, de hecho, a unos pocos pasos de él. Y que… era atractivo como el infierno.
No.
Esto no estaba bien.
Esto no podía estar pasando.
Esto eran sólo tonterías.
ChanYeol se puso de pie y salió del puesto de la adivina bruscamente. No le importaba si estaba siendo irrespetuoso con la mujer, ni que estuviera dejando a JongIn atrás. Lo único que quería era alejarse lo más posible de su futuro esposo. Mierda. Deja de decir eso.
La cosa es, que olvidó lo rápido que era JongIn.
El menor tiró de él con fuerza. ChanYeol había caminado unos siete metros desde el puesto de la adivina, pero JongIn ya lo había alcanzado. Así de atlético era ChanYeol.
Se giró con una mezcla de sentimientos encontrados en su corazón, y pensamientos irracionales en su cerebro. “¡JongIn, suéltame!”
Pero claro, JongIn no le haría caso. “¡No, hyung! Acabas de conocer a tu futuro esposo, ¿y tú sólo huyes?”
“¡Baja la voz, imbécil!” Le siseó ChanYeol a JongIn. Lamentaba hacerle eso a JongIn, pero estaba demasiado confundido en ese momento como para hacer uso del filtro cabeza/boca. “Y él no es mi futuro esposo, ¡son sólo tonterías!”
El menor rodó los ojos. “Vamos, hyung, supe desde el momento en que vi tu cara que realmente lo creíste.”
“Por un segundo, sí, lo creí. Pero después me di cuenta de que nada de esto puede estar pasando, JongIn.”
“¿Por qué? ¿Por qué no?”
“¡Porque es estúpido!” Gritó ChanYeol.
“Ugh…” Gruñó JongIn. “¡Hyung! ¡Es tu esposo, por el amor de Dios!” JongIn apuntó al chico detrás de él.
ChanYeol dirigió su vista nuevamente hacia la figura que la adivina señaló como su futuro esposo parado a unos metros de distancia. Él era realmente apuesto, y hermoso, admitió el alto. Tenía cabello corto y de color magenta, el cual le quedaba de maravilla. Demasiado. Lo hacía ver realmente sexy. Su piel era de un blanco lechoso, y en ese segundo, ChanYeol sintió la necesidad de correr hacia él y tocar esa hermosa piel. Él era más bajo comparado consigo mismo, pero inmediatamente pensó que era la estatura perfecta si los dos se abrazaban.
Requirió toda su fuerza de voluntad el apartar su mirada del chico pequeño.
“JongIn, por favor, déjame ir. Yo sólo… estoy bastante confundido ahora, no puedo pensar correctamente.” ChanYeol le dedicó a JongIn una mirada frustrada.
“Pero, hyung…”
“Si realmente es mi esposo…” ChanYeol soltó el agarre que tenía JongIn sobre él, y JongIn lo dejó ir. “… Nos veremos de nuevo, ¿cierto?”
ChanYeol retrocedió un paso. JongIn quería decir algo, pero él también estaba muy confundido en ese momento. Se sentía un tanto culpable por haber forzado a ChanYeol a algo como eso.
“No quiero creer en una estúpida esfera de cristal, dejemos que el destino me traiga a mi futuro esposo.” ChanYeol se giró y comenzó a caminar, pero se detuvo y se giró de nuevo para hablar con JongIn. “No me sigas a casa, nos vemos mañana en la escuela, ¿de acuerdo?”
JongIn sólo asintió, y esa fue la señal de ChanYeol para irse. Echó un último vistazo al chico que seguía de pie frente al stand de tatuajes, se veía como si quisiera uno para sí mismo.
Sólo que no era el último vistazo, no lo era en absoluto.
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Inhala. Exhala.
Inhala. Exhala.
Eso era lo que ChanYeol había estado haciendo por las últimas dos horas desde que supo sobre… eso. En su camino a casa, no se podía concentrar mientras caminaba, todo lo que podía pensar era acerca de un chico con un hermoso rostro. Sólo lo vio unos segundos, pero su imagen era muy clara y seguía atascada en su cabeza. No podía borrar la figura del chico en sus pensamientos. Para nada.
Cuando llegó a su apartamento, sólo lanzó su cuerpo a la cama queriendo enterrarse a sí mismo en el centro de la tierra. Honestamente, ni siquiera sabía por qué estaba actuando de esa manera, ¿por qué estaba afectándolo tanto? No se suponía que debía ser así. Él claramente se había dicho a sí mismo, y a la adivina también, que él no creía ni creería jamás en esas cosas tan absurdas.
Pero, ¿quién estaba tragándose sus propias palabras ahora?
Park ChanYeol.
¿Quién fue el que creyó en las palabras de la adivina al segundo después de que las dijo?
Park ChanYeol.
¿Quién tenía un repentino flechazo con el chico que estaba ‘predicho’ como su futuro esposo?
Park ChanYeol.
Sí.
Park ChanYeol estaba teniendo un maldito flechazo hacia su propio supuesto esposo. Perfecto.
En serio, ¿qué harías si estuvieras en la posición de ChanYeol? ¿Puedes imaginar que alguien te diga que la persona a diez metros de ti era tu futuro esposo o esposa y ni siquiera lo conoces en absoluto? ¿Qué sentirías?
ChanYeol quería enterrar toda esa curiosidad e incertidumbre. No, no quería sólo enterrarlo, quería quemarlo, desaparecerlo. Quería retroceder el tiempo de modo que JongIn y él jamás hubieran ido con la adivina y nada de eso estaría pasando.
Pero claro, no puede hacer eso.
Sólo podía gritar con muchas ganas.
“¡Ahhrrrggg!”
“¡Hey, ChanYeol! ¿Qué sucede?” La hermana mayor de ChanYeol, Park YuRa, abrió la puerta del dormitorio del chico tan pronto como lo escuchó gritar. “¿Por qué estás gritando?”
“Cierra la puerta, noona.” Dijo ChanYeol débilmente mientras cubría su rostro con la almohada.
Pero en lugar de hacer lo que ChanYeol había dicho, YuRa entró a la habitación y tiró lejos la almohada que cubría la cara de su hermano. “¿Qué pasó? ¿Dónde está JongIn?”
ChanYeol hizo un puchero. “¿Quién es tu hermano? ¿JongIn o yo?”
“Awww…” YuRa se sentó junto a ChanYeol. “Alguien está celoso.”
“No lo estoy.”
YuRa sonrió y desordenó el cabello castaño de su hermano menor. “Vamos a la cocina, te hice arroz frito con kimchi.”
ChanYeol miró al reloj que tenía sobre su mesita de noche. “¿Ya son las 7pm?”
“Mhh… ¿sí?” YuRa se paró y caminó hacia la puerta de la habitación de ChanYeol. “Apresúrate antes de que se enfríe.”
ChanYeol se sentó derecho al borde de la cama mientras seguía mirando al reloj. Pensó que había sido apenas un par de horas desde que llegó a casa, ¿realmente pasó todo ese tiempo pensando en… ese chico?
Mierda.
Ni siquiera sabía su nombre.
Dejó salir un suspiro lleno de frustración y decidió dejar ese pensamiento en algún lugar oculto en su mente. No quería nada que perturbara su precioso tiempo mientras comía.
Caminó hacia la cocina, en donde encontró a su hermana poniendo un poco de arroz frito con kimchi en un plato. Supuso que era para él, y tenía razón. YuRa puso el plato en el lugar que ocupaba ChanYeol en la mesa, y ella ya tenía su propio plato.
Cuando ChanYeol deslizó su silla para tomar asiento, YuRa lo miró. “Espero que tenga buen sabor, me quedé sin pimienta.”
ChanYeol se sentó y sonrió. “Está bien, noona.” Agarró su cuchara e inmediatamente comió su cena. Y estaba buena. Su hermana siempre había sido buena en la cocina, no era de sorprenderse tampoco, ya que ella se había hecho cargo de ChanYeol desde hace cinco años atrás debido a que sus padres estaban de viaje, por lo que cocinar se volvió una obligación para ella. “Está estupendo.” Dijo ChanYeol mientras masticaba su comida.
YuRa sólo sonrió y comenzó a comer también. Ambos se quedaron en silencio mientras disfrutaban la deliciosa comida. Sin embargo, YuRa no puede dejar pasar la mirada preocupada que tiene su hermano. “Así que… ¿por qué el grito de hace rato?” Preguntó directamente.
ChanYeol se ahogó un poquito y su hermana le dio agua rápidamente. Él la tomó y bebió un sorbo; después de que estuvo mejor, miró a su hermana, quien seguía observándolo con curiosidad. Aclaró su garganta antes de continuar hablando. “Nada.”
ChanYeol maldijo mentalmente, ¿por qué su hermana debía mencionar eso de nuevo? Por varios minutos se había olvidado del chico, y estaba realmente disfrutando su cena.
YuRa lo observó por un rato antes de que se encogiera de hombros tratando de ignorar el hecho de que su hermano estaba mintiendo. Ella conocía a su hermano, podía perfectamente saber cuándo estaba diciendo la verdad o no.
ChanYeol, por otro lado, estaba aliviado de que YuRa no lo forzara a ser honesto, pero ChanYeol se sentía incómodo nuevamente mientras la imagen del chico aparecía otra vez en su cabeza. De alguna manera perdió el apetito, se quedó mirando a su hermana esperando secretamente que le obligara a decir la verdad. Porque, honestamente, ChanYeol se moría por decirle a alguien; necesitaba los consejos de alguien más.
“Noona…” ChanYeol llamó a su hermana antes de que pudiera detener las palabras que salían de su boca. ¿Por qué su cerebro y su cuerpo nunca cooperaban?
YuRa miró hacia su lugar. “¿Qué?”
ChanYeol bajó su mirada y se quedó observando su cena sin terminar. “¿Crees en cosas como la adivinación?” Preguntó.
Realmente no era necesaria esa pregunta porque sabía que YuRa era una gran creyente de esas cosas desde que era una niña.
“Claro que sí, ¿por qué?
ChanYeol levantó la vista nuevamente. Ambos habían dejado de comer a pesar de que todavía les faltaba la mitad para terminar. “¿Creerías en todo lo que una adivina dijera?”
“La mayor parte, sí.” Ella frunció el entrecejo. “¿Por qué, Yeol?”
Él pensó que ya era muy tarde para retractarse así que sólo siguió. “¿Qué pasa si una adivina te dice algo respecto a tu futuro esposo?”
“No entiendo.”
“Ya sabes, digamos que una adivina señala a algún hombre y dice que él es tu futuro esposo.”
“De acuerdo, ¿y lo que preguntas es…?”
“¿Le creerías?”
YuRa se mantuvo en silencio por un rato, con la mirada puesta en ChanYeol, provocando que se pusiera incómodo. “Bueno, es una pregunta difícil por supuesto.”
Los ojos de ChanYeol se abrieron grandes. “Lo sé, ¿cierto?” Se sentía un poco aliviado ahora. Su propia hermana que era una gran fan de la adivinación también dudaba respecto a ese tema en particular.
“Espera, Yeol.” La mano de YuRa se cerró en la muñeca de ChanYeol. “¿Esto es sobre ti?”
“¿Q-Qué? No… yo no-“
“Oh, por Dios, Yeol, ¿conociste a tu esposo? No, espera, ¿es esposo o esposa? ¡Oh, por dios!”
“Noona…”
“¡Esto es maravilloso!”
“…Escúchame, por favor.”
“Mierda, tú lo creíste, ¿cierto?”
“¿Qué? No, es complicado, ¿de acuerdo?”
“Dime, ¿es él o ella sexy?”
ChanYeol se quedó con la boca abierta. “¡Noona! ¿Por qué te diría algo sobre él?” Oh, mierda.
“¿Él? ¿Él? ¿Es un chico? Santo cielo, ¡¿tendrás un esposo?!” YuRa ahora estaba de pie dando saltitos de emoción incontrolablemente.
ChanYeol sentía muchas ganas de vomitar. Se puso de pie rápidamente dejando a su amada y adorada hermana. Sabía que no debía haberle dicho algo al respecto.
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