-Espera, me estás diciendo que jamás, pero nunca lo...- Tony hizo un gesto obsceno metiéndo el indice de su izquierda en un círculo formado con el pulgar y el índice de su mano derecha mientras intentaba salir de su asombro. No podía creer que el gran Capitán América con su gran... Capacidad de atraer a muchas mujeres y hombres nunca se le diera la oportunidad para tener sexo. Comprendía que en aquella epoca las mujeres podían ser un poco más reservadas que en los tiempos modernos, pero si Howard pudo ligar tanto con tantas mujeres no entendía como Steve podía seguir virgen, si él era mucho más atractivo que su padre. -¿Y que hay de esa chica?, Peggy Carter, por lo que sé ella era una muy linda-
-Tony, no todo en esta vida es sexo...- intentó defenderse el capitán.
-Claro, entiendo eso, pero, capitán, ¿Qué edad tienes? ¿Como 90 años? En serio necesitas divertirte, yo tengo el plan perfecto.- El castaño sonrió casi con malicia y a Steve le dio un escalofrío desde sus pies hasta la cabeza, sabía que los planes de Stark no eran nada bueno.
Ya pasaban tres días después de la conversación que tuvo con Tony y aún seguía tratando de huir cada vez que veía al castaño, realmente temía a los planes de su compañero, pero para bien o para mal por fin llegó el día en que Tony puso su plan en marcha.
-¡Capitán!- Sabía que tarde o temprano tendría que ceder a los planes del menor y sabía que ese momento había llegado pues Tony lucía una sonrisa que no le dejó ninguna duda -Tiene una cita para hoy en la noche, es una cena con una elegante chica, es enfermera, pero eso no le quita lo atractiva, es rubia y muy linda, así que vamos, tengo que ayudarte a vestir decente- Tony tomó del brazo al pobre rubio que no sabía como librarse de esa situación.
-Tony, ya te dije que no es necesario, no quiero ninguna cita, de verdad, estoy bien así...- Rogers decía una y otra excusa con tal de librarse de eso pero nada convencía al castaño.
-Vamos Rogers, solo es una cita, no tienes porque tener sexo si quieres-le dirigió una mirada comprensiva al rubio -Aunque la verdad es que para eso te estoy consiguiendo citas- eso último prácticamente lo murmuró pero fue escuchado por el rubio que solo suspiró resignado.-Muy bien, quitate esa horrible playera- ordenó y Steve como buen soldado obedeció mientras Tony se dirigía hacia el armario para sacar unas bolsas con ropa nueva.
-Ponte esta, con estos pantalones y estos zapatos- Tony colocó delicadamente la ropa sobre la cama armando rápidamente el conjunto, lo observó por un momento y luego asintió satisfecho con su elección -Muy bien...- dijo dando una palmada y dandose vuelta para ver al soldado solo con unos ajustados boxers negros que en contraste con su piel blanca se veían sumamente sexy. Tony trago saliva al ver semejante monumento de hombre frente a él -Vaya...- carraspeó al sentir su garganta seca -Al menos no tienes mal gusto para la ropa interior- Bromeó y sonrió sarcastico -Temía tener que salir a comprarte también la ropa interior qur usarias hoy- sonrió nuevamente y se relamió los labios pensando que tal vez no era mala idea comprarle nuevos boxers al capitán y obligarlo que se los pobrara frente a él.
-Tony, por favor deja de bromear... Espera, ¿Tu compraste personalmente toda esta ropa?- preguntó el rubio tomando otras piezas de ropa de las bolsas que estaban en la cama.
-Pues, sí, yo las compré, ¿Quien más podría tener buen gusto como el mio?- Tony se cruzó de brazos y alzó una ceja, como si no fuera obvio que él tenía un gusto exquisito para la ropa y para todo en general.
-No tenías porque hacer todo esto...- Steve sonrió con ternura al pensar que a veces Stark podía ser demasiado lindo con él. Esa sonrisa no fue desapercibida por el castaño que sintió como si su corazón diera un pequeño salto en su pecho.
-Bueno, vistete rápido todavía tenemos que pensar en los accesorios que usaras- bromeó nuevamente dejando su pose estática y saliendo de la habitación, no sin antes dar una pequeña mirada al perfecto trasero del capitán antes de cerrar la puerta.
Steve tomó la camisa azul oscuro el pantalón negro y la chaqueta del mismo color se vistió y se vió en el enorme espejo que estaba en una de las paredes de la habitación. Sin duda la ropa le ajustaba perfecto y le quedaba muy bien, no podía creer que en serio Tony Stark se tomara todas esas molestias por él y se sorprendió a si mismo sonriendo como bobo mientras pensaba en el castaño cuando escuchó la puerta abrirse seguida de una inconfundible voz.
-Muy bien capitán, espero no este completamente desnudo y tenga puesta la linda ropa que conseguí para usted- dijo Tony divertido abiriendo la puerta de la habitación de Steve quedando por segunda vez sin habla al ver al capitán. Nadie podía negar que en definitiva tenía un excelente gusto y el capitán Rogers era la prueba de ello.
Se acercó a paso lento al mayor hasta quedar a pocos centimetros de él, lo tomo por las zolapas de la chaqueta y fingió acomodarlas, sentía el perfume de Rogers inundar sus fosas nasales. Era exquisito el aroma mezclada con el olor natural de ese hombre, suspiró disimuladamente intentando no pensar en ello todo en un silencio que ninguno de los dos había percibido como incómodo. Más bien fue un silencio agradable e íntimo que los envolvía completamente.
-Si esa chica no se quiere acostar contigo es porque está loca- bromeó Tony en voz baja y sin ser capaz de ver a los ojos al rubio.
-Tony...- le llamó con tono de advertencia pero con una sonrisa divertida jugando sobre sus labios. Tony Le dio una leve palmadita en el hombro y se alejó un poco para observarlo mejor.
-Te ves bien Steve- dijo casi en un suspiro y se cruzó de brazos -¿Quires que te preste alguno de mis autos?- ofreció con una sonrisa.
-Gracias, pero prefiero mi motocicleta-
-Bueno, tú te lo pierdes- dijo Tony saliendo de la habitación siendo seguido por Steve hasta la entrada de la torre donde vio partir al Capitán a toda velocidad en su Harley Davison.
Bien su misión estaba completa o al menos parte de ella, faltaba que el Cap volviera alardeando de haber perdido su virginidad.