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Doce manías por BrokenDoll

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Notas del fanfic:

Pues creo que el resumen lo dice todo. Esta idea de nació hoy en la tarde cuando no tenía nada mejor qie hacer. Si siguen me fic de KnB, el AoKise, no se alteren que en breve habrá conty ~~~

Este modesto fic cconstará de doce capítulos (uno por manía) y si gusta subiré un epílogo especial.

 

Y ya está. Disfruten la lectura 

Notas del capitulo:

Los personajes de Haikyuu no me pertenecen. Sólo los uso y escribo de ellos a mi antojo para gusto y disfrute del personal

Si de algo estaba seguro Asahi incluso antes de empezar su relación, era que Nishinoya amaba su cabello. De eso no cabía duda.

No es que al castaño le molestara aquello. Para nada. Sin ese peinado tan carcterístico Noya no sería Noya, porque su pelo te advertía desde lejos de la personalidad del líbero; espontánea, divertida, llamativa y, en definitiva, muy, pero que muy extrovertida.

Adoraba todo de Nishinoya, eso estaba más que claro, y nadie en este mundo tenía argumentos para refutarlo. Pero había ciertas cosas en la personalidad, pequeños detalles, que lo ponían nervioso en algunas situaciones.

Como este, que trataba del cabello de su pequeño y enérgico novio además. El hecho de que el menor tardara más en enlistarse debido a la gomina y al minucioso peinado – que más bien terminaba siendo un despeinado- que tenía que darle a sus hebras y que él tuviera que quedarse en el marco de la puerta, congelándose o sudando, dependiendo de la estación, para acompañarlo a la preparatoria pues le minaba un poco la moral. No por nada, no porque no le gustara que el líbero sacara su lado “coqueto”, no por el hecho de que tardara, sino porque el camino de ida y vuelta a la preparatoria era uno de los pocos momentos íntimos que podían compartir juntos sin tener que compaginar horarios, estudios ni actividades del club. Y eso no lo quería perder.

Por las conversaciones tontas y sin importancia. Por ir cogidos de la mano. Por pararse en cualquier rincón del camino para darse besos sin importar que podrían ser regañados por llegar tarde.

Esos momentos, Asahi no los quería perder.

Para cuando Yuu asomó por la puerta de su casa, el castaño ya había tenido tiempo de sobra para comprobar unas quince veces que no se le olvidaba la dichosa cartulina que tanto le habían insistido en llevar aquel día para un trabajo de caligrafía. El pequeño líbero de Karasuno trotó contento hacia su novio para abrazarlo y pedirle por su beso de buenos días, beso que Asahi no dudó en darle por muy congelado que estuviera.

Tienes los labios fríos -comentó el menor con una de sus manos sobre sus propios labios, sintiendo ese leve cosquilleo que siempre le quedaba al besarse con Asahi.
Bueno -dijo el otro entre una leve risa nerviosa. No quería echarle la culpa a Yuu- no era mi intención.
Hmmm.

Desde ese momento, Noya ya tenía la sospecha que algo le rondaba a su novio por la cabeza. Pero, cuando el más alto lo tomó de la cintura y besó su frente justo en el cruce entre la piel y el nacimiento del cabello, simplemente no pudo pensar en nada más. Y así iniciaron su camino rutinario hacia la preparatoria.

Yuu -llamó el castaño a medio camino, deteniéndo y exhalando un pesado suspiro. Su aliento parecía humo en el gélido aire- Yo no quiero perder esto.

A Noya le dio un vuelvo el corazón. Soltó la mano de Asahi.

Es... estás, ¿intentando romper conmigo? -pocas eran las veces en las que Nishinoya tartamudeaba, tenía que estar o muy nervioso o muy asustado. Y estaba muy asustado.
¡No! -Asahi se apresuró en negar- No, claro que no es eso... Me refería a estos momentos cuando vamos al instituto. Yuu, ¡tardas mucho en arreglarte el cabello!
¡Idiota me asustaste!
¡Perdón!

Llegados a este punto tanto Noya estaba al borde de las lágrimas. No sabía si era por el susto que se había llevado o porque la pureza y el romanticismo de Asahi con aquella queja le había trastocado un poquito el corazón. Quizá fuera por ambas cosas. El caso es que cuando alzó la cabeza y se encontró al castaño en el mismo estado que él casi le da algo.

¡¿Por qué lloras?! -no podía evitarse. El pobre líbero se había alterado,
Es que no me gusta ni quiero verte llorar
No estoy llorando -suspiró, abrazándose al más alto- Asahi, yo tampoco quiero perder estos momentos contigo. Es decir, dentro de poco tú irás a la universidad y se hará más difícil el vernos.
Pero, aun así nos veremos, ¿no? -preguntó el castaño con su corazón de vidrio a punto de quebrarse
¡Por supuesto! -respondió Noya. ¿Cómo decirle que no a ese peluche andante que tenía por novio? ¿Cómo romperle ese corazón tan frágil pero tan grande? Ni hablar. Ellos estarían juntos, y cuando a Noya se le metía algo así entre ceja y ceja, se hacía.

Asahi sonrió, abrazando más fuertemente al muchacho entre sus brazos, reconfortándolos a ambos.

Siento haber sacado las cosas de contexto.
No tienes que disculparte -susurró el líbero-, es cierto que soy un tardón.

Asahi le revolvió con ternura el cabello y le besó en los labios, dando por zanjado, al menos de momento, el asunto. No quería hablar de esas cosa ahora, habría más días, más momentos para pensar sobre cómo se las arreglarían cuando Asahi entrara en la universidad, pero de mientras debían de disfrutar del camino que compartían juntos día a día.

Aunque Noya tardara en arreglarse el peinado, Asahi lo esperaría paciente.
Notas finales:


  1. Y eso es todo por mi parte uvu 


     


     


     


    Con cariño, BrokenDoll




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