Noya miraba con un -para nada disimulado- recelo a su chico.
Ya no era sólo por esos pinchazos que sentía en su pecho al ver al As rodeado de chicas de primero -amigas de Yacchi, si mal no había oído-. No. Podía vivir con ello. Con lo que no podía era que Asahi tenía la puñetera manía de pasarse ligeramente la lengua por los labios, humedeciéndolos, cuando se sentía nervioso. Esos labios que él tan bien conocía...
Casi podía ver cierto brillo en los ojos de aquellas muchachas cuando el castaño hacía eso. ¡Y no! Esos labios del castaño eran de él, sólo a él le podían hacer cosquillas o quitarle el aliento. ¡A nadie más!
- Noya, ¿me estás escuchando? -preguntó Tanaka, que como siempre había salido del aula para hablar con su mejor amigo, con su mejor cara de intimidación para conseguir la atención del líbero.
- Sabes que tus caras no funcionan conmigo
- ¡Pues hazme caso!
Yuu le dedicó una mirada vaga, tan vaga que Tanaka ya sabía que sólo lo estaba haciendo por resignación.
- Ya sé todo lo que te pone Kiyoko-san cuando te rechaza -comentó con sus grandes ojos clavados en su amigo, pero con su mente fija en Asahi- De hecho, todos lo sabemos.
- ¡No hablaba de eso!
Ryuunosuke se fue bufando enfadado -obviamente Noya estaba demasiado pendiente del castaño como para darse cuenta-. Estaba ya hasta los mismísimos de esos dos. Obvio que se alegraba por su mejor amigo -aunque mentiría si dijera que se lo tomó bien desde un principio, pues pensaba que el líbero era hetero-, pero es que desde que Asahi y Noya salían juntos pocos momentos de amisyad podía tener ya con el enérgico líbero de Karasuno.
En esas estaba cuando pasó al lado del castaño, quien seguía respondiendo algunas cosas a las chicas.
- ¡Ve y arréglalo con Noya, me estás quitando a mi amigo! -gritó señalando con un dedo acusador al As.
Se hizo el silencio. Asahi había dado un respingo del susto y las chicas de primero cuchicheaban mirando raro al recién llegado.
Tanaka siguió su camino, sin arrepentirse de nada. Pensaba que estaba haciendo lo correcto -a su manera, claro- y que cuanto antes aclarara Asahi el asunto ese de los celos que tenía con Noya, antes recuperaría él a su amigo.
Si es que era demasiado bueno.
Asahi, por su parte, no salía de su asombro. ¿Qué puñetas tenía que arreglar?
El timbre de la próxima clase sonó, y él se despidió muy amablemente de mi chicas -aunque lo tuvieron nervioso por un buen rato-. No fue hasta que vio la intensa mirada almendrada que le dedicaba Noya desde el otro lado del pasillo cuando se hizo una idea de lo que pasaba.
Asahi podía ser torpe y tímido en algunos, muchos, aspectos, pero ya conocía lo suficiente a su novio como para saber que algo de lo que había pasado antes con las chicas -que no pasó nada- no le hizo ninguna gracia.
-------
La jornada escolar había acabado, y con ella empezaron las prácticas.
Las cosas se presentaron algo tensas entre el As y el líbero. No coordinaban bien y sus jugadas no salían como antes.
Daichi, que sabía de la relación de aquellos y de lo chocante de sus personalidades, decidió hablar con Takeda-sensei para finalizar antes la sesión, no sin antes castigar al As y al líbero para que arreglaran sus cosas.
Y así fue como se encontraron ello dos en el gimnasio, recogiendo la red y las pelotas, sin dirigirse la palabra. Asahi, porque no sabía cómo afrontar la situación -más que nada porque ni siquiera sabía que había hecho mal- y Noya, pues porque era Noya, y quería que su novio se diera cuenta también de las cosas.
- ¿Acaso te molestó cuando hablé con esas chicas? -al fin Asahi fue capaz de romper el hielo. Eso hizo un poquito feliz a Noya, que apartó la mirada.
Asahi suspiró.
- Yuu, esta no es la primera vez que tenemos una discusión por esto. Creí que ya lo habíamos dejado claro la última vez.
- No se por eso -susurró el líbero.
- ¿Eh?
- Asahi, te humedeces los labios cuando te pones nervioso, te ves increíblemente irresistible, más de lo que ya eres. Y no soy el único que lo nota.
El As se había quedado sin palabras. Bueno, Noya no era el primero que le comentaba aquello -aunque era el que más importaba que lo supiera-, pero... ¿y qué?
- Además -Yuu estaba haciendo ya un puchero, uno de esos tan adorables que le provocaban abrazarlo y no soltarlo-, odio que antes todo el mundo comentara que tú no eras la gran cosa, o que te tuvieran incluso miedo, y que ahora tengas a tantas detrás de ti.
- Yuu, yo no... -no sabía qué decir. Pocas eran las veces en las que Noya se sinceraba de aquella manera tan íntima sobre lo que pensaba, normalmente era terco como él solo y parecía que su personalidad no iba más allá de gritar por los pasillos y darlo todo en los entrenamientos.
En otras palabras, Asahi se sentía desarmado por semejante declaración.
Se dirigió al menor con la intención de abrazarlo, pero no se dio cuenta de que a la vez se estaba humedeciendo los labios, mordiéndolos de paso. Y lo único que consiguió fue que Nishinoya le saltara encima, casi tirándolo al suelo, para lamerle la fina capa de saliva que recubría sus labios con la punta de su lengua.
- Y-yuu -tartamudeó. Su novio ya estaba tomando la iniciativa, pero ese no era el sitio.
- Sé que no puedes controlarlo, pero prométeme que sólo yo puedo probar tus labios
Y no necesitó decir nada más. Bastó besar al líbero para que este supiera la respuesta -aunque tampoco era como si la necesitara-.
Noya pensó ahora que era una tontería haberse molestado por eso, pero al menos ya tenía la promesa que quería
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español