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Tan Romántico - Kaisoo. por Azul Olivia

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Notas del fanfic:

¡Buenas madrugagadas, bebés! 

-aunque no sé cuando lean esto, en fin.-

 

Lo corto es lo mío, ya dije. 

-aunque esto no es tan corto-

 

Esto estaba estancado en mi laptop y hoy me lo topé por casualidad, lo estaba revisando cuando estaba en la página ocho y luego mis dedos empesaron a volar, y me ví sumergida en la página 22. En fin. 

 

Pasen y lena, bebés, algo tranquilo, bonito quizás, y con sentimiento. ;)

 

¡Buena lectura!

 

Notas del capitulo:

De alguna manera, la personalidad que le doy a Kyungsoo, suele parecerce mucho a la mía. 

-como si a alguien le importara.-

 

 

Voy por el mundo rodando, en fin. 

 

 

Buena lectura, repito. <3

-Kim Jongin.- el nombrado voltea, tiene cara de pocos amigos así que le dedico una igual.

-¿Qué quieres?- ¿Qué quiero? ¿Qué, qué quiero?  Juro que quiero arrancarte la cabeza y dársela de comer a los perros, eso. Eso quiero.

-Debo hablar contigo.- le digo. Una risa se oye, viene de atrás, y creo que es del chico Wu. Pero no me importa. Tengo una misión y debo cumplirla. Y mientras más rápido, mejor.

-Bueno, ¿Qué estamos haciendo ahora?- ahora todo su grupo se ríe. Conozco a todos esos chicos, no porque me importen, sino porque es mi función saberlo. El de cabello rubio naranja, es Wu Fan, o como le dicen, Kris, el de su costado, de cabello plateado es Zi Tao. El rubio, Lu Han. El de cabello de diversos colores, que más parece un arco iris, es Oh Sehun. Y el de cabello negro, natural, de ojos impresionantes aunque algo extraños, de sonrisa soñadora, labios perfectos y rostro aniñado, es Park Chan Yeol. El hombre más guapo del planeta entero.

-En privado. No delante de todos tus “Amigos” ni en medio de la cafetería, donde soy el centro de atención, porque ni siquiera se preocupan en ser algo discretos al mirar hacia aquí mientras hablo. Ahora. Párate y sígueme. Debemos hablar en privado.- le digo, retrocedo un paso y el me mira arqueándome las cejas. Se sienta girándose totalmente hacia mí y pone ambos codos sobre la mesa, con una actitud arrogante. Agrrr. Como odio a este tipo.

-Qué te hace pensar que yo, Kim Jongin, caminaría junto a ti…- hace tronar sus dedos señalando a su grupo sin mirarlos, el único en hablar es Park.

-Do Kyungsoo.- dice, su voz ronca pronunciando mi nombre hace que mis piernas tiemblen, pero no lo puedo dar a notar. Debo mantener compostura. –Es la mano derecha del presidente, JoonMyeon.- pero si sabe mi nombre, y mi cargo. ¿Será que le gusto?

No. Eso es imposible. Ese metro ochenta de perfección, jamás se fijará en mí.     

-Sí. ¿Qué te hace pensar que, yo, Kim Jongin, caminaría junto a ti, Do Kyungsoo?-  me pregunta, se lame el labio y me mira juguetonamente.

Me mandaron aquí, porque sabían que yo no caería en este tipo de jueguitos suyos. Yo odio a Kim Jongin. Jamás podría llegar a enamórame de él.  No me importaría verlo desnudo o bailándome de esa manera tan suya que tiene. Para mí, es un maldito insecto.

-¿Hablas de ti en tercera persona? ¿Eres estúpido?- le digo, mirándolo con odio, el aprieta la mandíbula mientras que sus amigos susurran un débil: “Uhhhhh”

-¿Quién te crees que eres, eh?- me pregunta, parándose delante de mí, y riendo con sorna. –Bajito.- ¿A quién llama bajito? Oh, Kim. Estas cavando tu propia tumba.

-¿Vendrás por las buenas o por las malas?- le pregunto, mirándolo desafiante.

-Por las malas, bajito.- me dice, volviéndose a sentar.

Demonios. Enserio lo detesto. Ojalá se muera virgen. Aunque, conociendo su historial. Eso ya es… insólito. En fin.

-De acuerdo. Como tú quieras.- me acerco a él, avanzando dos pasos. Me paro justo delante de él, y solo para molestarlo, acerco mi cara a la suya. He escuchado que doy miedo, pero parece que en él no causo ningún efecto. Creo que somos iguales. -Verás.- le tomo de la camisa de uniforme. Le tomaría de la corbata, pero simplemente no la tiene puesta. Odio a este tipo de chicos que se creen muy malos pero que en realidad no hacen nada. ¿Quiere maldad? Le voy a dar maldad.  –Tú harás lo que yo te diga.- me paro a un costado y tiro tan fuerte de él que su cuerpo sale disparado hacia adelante, haciéndolo caer de rodillas en el suelo.

¡JA! ¡Qué pena me da!

-Acabas de.- me dice molesto, levantándose, pero lo interrumpo.

-No me amenaces, te di alternativas y tú elegiste. Ahora sígueme, porque si quiero, podría llevarte a patadas.- le digo, sus amigos me miran como lobos hambrientos, esperando una señal para atacarme. El resto del mundo ah contenido el aliento, unos incluso se han levantado de golpe. Todos quieren matarme, y, no saben, que yo puedo matar a todos.

-Kyungsoo.- una palabra, su cuerpo tiembla ligeramente, lo veo abriendo y cerrando las manos, y, ¿Por qué no? Tengo un poco de miedo. Solo un poco.

-Jongin.- en menos de un segundo, estoy encima de la mesa de sus amigos, ¿Acaba de golpearme? ¿Cuándo pasó? ¿Cómo? Sus amigos me miran curiosos, pero no les presto atención, los dos segundos que mis ojos miran a Chanyeol son suficientes para  recargar mis baterías. Chanyeol me mira divertido, con cara de niño bueno mirando una de sus caricaturas favoritas. Se ve tan lindo.

Me paro de golpe, Jongin camina hacia mí y se aprovecha de mi altura para mofarse. Me sujeta del cuello de la camisa y me levanta. Casi estoy en puntitas cuando otro puño cae sobre mi cara. Y ese si lo sentí. Y también lo vi. Y ese si me dolió.

-Yo no quería lastimar esa cara bonita tan tuya. Pero me has obligado.- me dice, riéndose burlón, el abre su mano, zafando su agarre y yo caigo como papa al suelo. La cabeza me da vueltas y tengo la visión borrosa. Huele a sangre, ¿Esa sangre es mía? Maldición. Ahora tendré que lavar eso.

-Repito.- me levanto de golpe, mareándome un poco. El resto del mundo en la cafetería se ha formado en un círculo alrededor de nosotros, gritando a todo pulmón. “¡Pelea! ¡Pelea! ¡Pelea! ¡Pelea! ¡Pelea! ¡Pelea! ¡Pelea! ¡Pelea! ¡Pelea! Y  debo reconocer que el bullicio es insoportable. Incluso los amigos de Jongin están cerca de él, pero sin decir nada. –Elegiste mal.- mi mano se eleva en puño y le logro dar en toda la cara. Derecha. Mi otra mano se concentra en golpearlo y lo logra, en una costilla. Izquierda. Él está medio tambaleándose cuando un gancho mío va directo a su quijada. Derecha.

-Maldición, le está dando una paliza.- la voz de Lu Han resuena de algún lugar, apenas como un susurro. Parpadeo tratando de enfocar bien mi visión aún borrosa, me limpio la nariz y sí. Esa sangre es mía. Al menos Jongin también sangra.

-Maldito bastardo. Me diste en la cara.- se queja, levantándose, creo que está tan adormilado como yo, pero no estoy tan seguro a ciencia cierta, es decir, ¿Cómo voy a saber yo? No veo con la nitidez que al menos me puede brindar los lentes.

-¿Ya estás listo para que te lleve?- le pregunto a Jongin, el otro Jongin, espera. ¿Cuántos Kim hay? Maldición.

-¿No es divertido?- la voz inconfundible de Chanyeol me distrae, es como si todo el mundo se callara solo para oírlo. Es como música.

Uno de los Kim se me acerca con prisa, me toma de la corbata y tira de mí, trato de alejarlo pero mis golpes son imprecisos. No sé quién de los Kim ha levantado un puño. 

-¿Qué está pasando aquí?- la voz el profesor  Choi, perfora mis oídos, y, ahora que lo pienso, nadie está coreando pelea. Siento que nos separan, antes de sentir una patada en las bolas. No ha sido tan fuerte pero, mierda, ¡Me ha dado en las bolas!                  

-¡Kim!- un grito. El profesor Choi suena enfado. –A detención, y usted Do. Espero que tenga una buena excusa, nunca pensé esto de usted.- parpadeo varias veces, la visión a está volviendo a ser la de antes. La cara del profesor es un verdadero poema. –Sí, pero primero vallan a enfermería. Ambos están castigados.-                                                

 

 

 

~

 

 

-Au. Au. Au. ¡Ten cuidado! ¡Au!- ah, que llorón es ese niño. Mira que tener que escucharlo siempre. –Pagarás por esto, Do.- me amenaza, mirándome con odio. Giro los ojos evidenciando lo mucho que me importa.

-¡No puede ser posible!- Ay, no. –Te pedí que lo convenzas de manera amistosa de nuestro trato, no que se molieran a golpes.- Suho entra y desde la puerta me llama la atención. –Acabas de manchar tu historial, Kyungsoo. ¿Qué clase de presidente estudiantil, asume tal puesto teniendo una conducta inadecuada? ¿Hum? ¿Quién?- me pregunta, ya está parado junto a mí, le importa poco lo golpeado que este o lo mucho que me duela la cabeza. A él solo le importa el puto cargo presidencial.

-¿A uno que no le importa asumir tal puesto?  Por favor. Ya te dije que busque a otra persona, no quiero ser presidente. Además, el próximo año me iré. Y no podrás hacer nada para evitarlo. Por cierto, sí, estoy bien. Gracias.- digo irónicamente.

Miro hacia abajo, es casi cómico que mis pies no toquen el suelo, pero es algo a lo que poco a poco me voy acostumbrando, medir casi  un metro setenta, no es tan malo como parece.

-Perdón.- Oh, no. Yo y mi bocota. -¿Estás bien, Kyunggie?- una risa irónica resuena, valla, hasta me había olvidado de la existencia de Kim, estaba bastante calladito.      

- ¿“Kyunggie”?  ¿Qué apodo es ese? A mí no me jodas, JoonMyeon.- le digo, el me mira con ternura y yo le giro los ojos, en unos mili segundos sus manos están toqueteando mi cara e manera excesiva.

-Oww, mi bebé, ¿le pegaron en la carita?   Oh, le pegaron en la carita. Pobre bebé. Mira tu naricita, mira tu naricita. Pobre bebé, y ese labio, mira ese labio, Oww, esta partidito. ¿Quieres que te lo cure? Te lo voy a curar.- Suho se acerca a mí con todas las intenciones de besarme.

-Iuu. Demonios aléjate de mí.- Kim explota en risas, hasta la enfermera lo hace, Suho esta ridiculizándome apropósito. ¿Así dice que me ama? Y un carajo con él. –Genial y todo eso del amor que sientes por mí, pero, oye, vete a la mierda. Prefiero besar una piedra antes que a ti.- no es que odie a Suho pero lo odio. Siempre diciendo por ahí que destila amor por mí, cuando en realidad, solo le importa la escuela. Es lo primero que ve. ¿Por qué no puede ser un chico normal? Uno, no sé, que sea más detallista, más comunicativo, o que al menos me pregunte como estuvo mi día. Suho es un chico bueno, y por eso lo considero amigo, pero no hace nada por mí, lo suyo es dar órdenes de manera sutil y liderar con éxito la escuela.  Qué asco.

-No sé cómo puedes ser un chico malo, para ser tan bueno.- me dice.

-Sí, como sea. Kim está ahí. Ahora tu habla con él, porque yo solo quiero partirle la cara.- le digo, el me mira y asiente.

-Hola, Kim Jongin.- Suho se aleja de mí, y se acerca hacia Jongin, es entonces donde empiezo a ignorarlos. –Soy JoonMyeon, pero puedes llamarme Suho. Quizás Kyungsoo no te pidió de manera amable cierto punto que voy a comentarte ahora, pero quiero dejarte en claro primero, que Kyungsoo es un buen tipo.-

Suho es un chico bueno. Demasiado bueno. ¿Por eso no me gusta? ¿Eso quiere decir que me gustan los chicos malos?

No claro que no, no me gustan los chicos malos. A mí me gusta Chanyeol.    

-No parece eso. ¿Ves mi cara? No me veo nada guapo gracias a su chico bueno.-

Aún lo recuerdo, en cuarto de primaria, cuando yo no era nada bueno en matemática y el chico de lentes grandes y redondos me enseñó. Y aprendí de la mejor manera. Nos veíamos todos los recreos por dos años más, luego, más tarde, perdí contacto con él, por mi cambio de escuela, cuando mis padres salieron del país por trabajo. Cuando regresé aquí, mi primer amigo fue Suho, el presidente.

-Él es así con los chicos que no conoce, le gusta que las cosas se hagan a su modo y quizás se pone un poco temperamental, pero, es bueno.-

-Sí, como sea.  Hoy estuvo tan amigable, quería decirme algo en privado.-

-Oh, sí. Le pedí por favor que te convenciera de darle unas clases de baile a un chico especial. Se llama Taemin, tiene talento, pero es bastante tímido. Es “amigo” de Kyungsoo. Y por eso se afanó tanto con este tema… verás, él quería asegurarse de que trates bien a Taemin, ya que, es un poco lento… pero muy talentoso.-

El año pasado volví a ver a Chanyeol. Completamente trasformado. Adiós lentes grades, adiós ropa suelta. Adiós mala niñez, adiós. Cuando lo vi, era un chico completamente distinto, trasformado en el hombre más guapo de la escuela, del país, del mundo. Es decir, el tiempo había hecho maravillas con él.

-¿Tengo que darle clases a un chico con retraso, es eso?-

Debo admitir que no lo reconocí la primera vez que lo vi, pero a mi mente me trajo las imágenes del niño que me gustaba. Si cuando era un niño me gustaba, ahora que se hizo todo un hombre, bueno adolescente, me enamoró. Caí en el amor, por Chanyeol. Pero parecía que él no se daba cuenta de que existía.

-No lo llames así, es un niño especial. Vamos Jongin, puedes aceptar. Además me encargaría de mover algunos puntos para que tus notas se eleven de alguna manera. Por favor. Acepta. Por favor.-

Luego el grupito se formó, todos los amiguitos (que para ese tiempo eran los chicos más guapos e inalcanzables de la escuela) se unieron y formaron su concentración. Ignorando y eliminando súbditamente a la competencia.

Así  Chanyeol, también me ignoró. Y es posible que no sepa que existo justo ahora. Es decir. No he cambiado mucho de niño, pero, quizás, él solo no me recuerda.

-¿Y Kyungsoo estará cerca?-

-Claro, Kyungsoo es el tutor de Taemin, es como su hermano mayor, Taemin vive en la casa de Kyungsoo, bueno, también Minho, que es un amigo de Taemin, los dos viven junto a Kyungsoo.-

-¿En la casa de la familia Do?-

-No, Kyungsoo es huérfano. La familia Lee y la familia Do, eran muy amigos, pero hubo un accidente y Kyungsoo tuvo que regresar al país, trayendo a Taemin y Minho con él. No creas que Kyungsoo sea malo, solo que, está muy tenso. Después de estudiar, trabaja, un turno en la tarde, un turno en la noche. Duerme muy poco. Se levanta temprano a cocinar el almuerzo y prepararles el desayuno a los niños, y así, cansado, viene a la escuela. Kyungsoo es un chico bueno.-

-¿Todo eso le pasó a ese chico?-

-Sí, ¿Algo duro, no? Pero no te preocupes, si aceptas ayudar a Kyungsoo, él te pagará, no mucho, porque no tiene tanto presupuesto, pero si alguna propina, además, a los ensayos, asistiría Minho, así no te molestarías en verlo. ¿Qué dices? ¿Aceptas?-

O quizás si sabe que existo, y si me recuerda de cuando éramos niños.

Hoy menciono mi nombre. Y suena bastante estúpido emocionarme por eso pero maldición. ¡Es el hombre que amo!

No sabía que era gay hasta que, de alguna manera empecé a sentí cosas por él.

Su voz es tan seductora~

-Lo haré gratis.-

-¡Genial! Sabía que aceptarías. No eres un mal chico Jongin. Le daré la noticia Kyungsoo.-

-¿Qué no está oyendo?-

-Que poco lo conoces.-

Sus ojos traviesos, sus manos grandes, sus dedos tan largos, es tan alto, su sonrisa… oh... su sonrisa… sus…

-Está perdido en el mundo “Chanyeol”-

-¿Yeol? ¿Por qué?-

-Para mí molestia y desatino. Está enamorado de ese grandulón. Quizás si yo fuera más alto, se enamoraría de mí.-

-¿Es en serio?-

-Kyungsoo.-

¿Por qué es tan guapo? ¿Por qué?

-¡Kyungsoo!-

¡Rayos!

-¿Qué? ¡¿Qué?!- digo alterado, Suho es bastante molesto cuando se lo propone.

-Él acepto.- ¿Qué?

-¿En serio? Genial. Te besaría. Maldito.- le digo bromeando, el “ama” que diga ese tipo de cosas.

-Tan tierno. ¿No vas a agradecerme?- me pregunta. Una sonrisa se me escapa de los labios. Me levanto a abrazar a Suho y luego me arrepiento porque, mierda. Me duele la cara y algunas partes del cuerpo que no sabía que tenía adoloridas.

-Gracias Suho, Gracias…- Ehh ¿Qué le ocurre a la cara de Jongin? Jongin se ve mirándome con… ¿admiración? ¿Qué demonios? Su rostro golpeado, con un parche debajo del ojo izquierdo, el labio partido y acabo de darme cuenta que está con el torso desnudo. Ahhhh, por Dios, ¡Yo quiero un torso así!… pobre Jongin, tiene un gran parche a la altura de la costilla. –Lo siento.- Me disculpo, e incluso creo que me sonrojo.

-Valla.- me mira. En serio, ¿Qué demonios le ocurre? Es como si le hubiesen lavado la cabeza, o quitado el cerebro, o algo así. –Jamás te había visto sonreír. Ni sonrojarte. Eres muy guapo.-

-¿Lo doparon? Seguro aceptó por la droga, ya me había emocionado. Ah cierto. Suho. Me mandaron a detención. Y los castigos son en la tarde, y me preguntaba si podías ayudarme. No es como si me metiera mucho en problemas, tampoco.- le digo, estoy muy ocupado en la tarde. No tengo tiempo de ir a detención.

-Si bueno, veré que hago. ¿Quieres que haga algo por ti, Jongin?-

-No, gracias. Todos los chicos vendrán en la tarde.- se disculpa. ¿Todos los chicos? ¿En serio? ¿Son unos busca pleitos o algo así?

-¿Será que ya se pueden ir, Sunny?- habla Suho, yo lo miro curioso, ¿Se sabe el nombre de todos, en serio?

-Claro, solo tengan mucho cuidado.- dice la bonita pelirroja, yo asiento rápido. Jongin se pone su camisa y Suho me mira reprobatoriamente.

-¿Qué?- le pregunto, el me señala con los ojos a Jongin y aprieta los labios. –Aceptó hacerlo gratis.- me dice, lo miro parpadeando. -¿No piensas agradecerle?-

-Valla, eso es genial, no tengo mucho presupuesto y eso me conviene mucho.- digo, me dirijo a Kim Jongin y aprieto su mano izquierda entre mis dos manos. –Muchas gracias, Jongin.- entonces recuerdo que Kim Jongin es Kim Jongin. Y aprieto su mano con fuerza.

Así haga méritos, voy a seguir odiando al maldito.

-De nada, Kyunggie.- me dice riendo, y no sé, si los golpes d antes me han hecho una mala pasada o algo así, porque siento que Jongin me acaricia los dedos. Qué extraño.

Le suelto la mano y le miro con mala cara. Ese tipo es un fastidio.

-Tienes prohibido totalmente llamarme así. ¿Me has entendido?- le pregunto, mirándolo desafiante. Hay algo extraño y nuevo en su mirada, me mira de una forma juguetona, pero entrañable, es como si no me conociera y le agradara lo que ve, como si acabara de conocerme y quedara encantado.

-Vale, lo entiendo. ¿Nos reunimos en la tarde?- me pregunta. Giro los ojos.

-Estoy ocupado. Pero dame tu número, quizás te mande un mensaje.- digo sacando mi teléfono, y entregándoselo para que lo teclee. Giro hacia Suho, y él me mira enfadado.

-¿Le das tu número antes de la primera cita? Estoy celoso.- dice, y me sonrojo. Divertido. Porque Suho siempre trata de subirme el ánimo a su extraño modo. Siempre usando la coquetería y los celos. -¿Qué tiene él que yo no?- pregunta, batiendo las cejas. Es ahí donde se me escapa una carcajada.

-No sé, más color y más centímetros.- le digo, él hace un puchero. Jongin, Sunny y yo, reímos.

Jongin me da el teléfono con una sonrisa, que no puedo evitar, así que también le sonrío, marcando el número de mi  nuevo contacto.

“Jonginnie” más un corazón.

-Te guardare como “Kyunggie”-dice, cortándome la llamada. Le levanto una ceja, y luego me arrepiento, porque la cara me duele.

-Me tiene sin cuidado.- le digo, con cara de dolor. Suho se me acerca y me toma con cuidado por la espalda.

-Quizás debas descansar un poco, deberías acostarte en la camilla, dormir un poco. Estás herido, puedo manipular tus horarios de clase por eso.- me dice, en ese tono tan suyo, que parece mi madre. Diría padre, pero mi mamá era más comprensiva.

-Nada de eso. Está a punto de terminar el receso, y mis perfectas notas no se mantendrán solas. Además, dijiste que me comprarías un batido de fresa.- ambos salimos de la enfermería sin mirar atrás. Suho me sigue sujetando de la cintura y no le quito la mano, solo esta vez, porque la verdad, me siento muy cansado como para caminar solo.

 

 

~

 

 

-Rayos Suho. No puedes decirme esto ahora.- le digo, él hace un gesto en la cara, de culpabilidad, pero junta las cejas. En su cara se puede leer la impotencia.

-Lo sé, lo siento, acabo de enterarme justo antes de pasar por ti por la enfermería, lo siento.- y esta vez, agacha la cabeza. Doy un suspiro.

-Supongo que llamaré a Baekhyun.- digo haciendo un mohín. No es que tenga nada contra Beak, me cae bien y somos amigos, pero, a él debo pedirle un favor con mucha anticipación.

-Supongo que yo le puedo sobornar un poco. Es mi culpa.-

-Sí, ya pasó, supéralo.- le digo girando los ojos.

-Porqué serás así.- me dice, apretando un poco la manzana con sus manos. Él siempre se queja de que no tengo “tacto.”

-Pero así me amas.- respondo, poniendo un poco de coqueteo.

-Te vez lindo, morado.- me dice, riendo.  Le arrugo la cara de golpe. Estúpido Kim Jongin.

-Como sea. Iré a buscar a Baekhyun. ¿Qué clase?- le pregunto, él se lleva un dedo al mentón, casi al mismo tiempo al que achina los ojos.

-Creo que, está en… ah, sí. La clase de canto, apuesto que no sabes que tu chico rapea. Te dije que entres a las clases de canto.- Gruño levantándome de la mesa. Lo miro con odio y él suspira.

-No es mi chico y sabes que no puedo por mis horarios, deja de sacármelo en cara. Nos vemos luego.- tiro mi fuente de comida hacia él,  y me giro.

-Nadie mencionó a “ese chico”- me dice, giro los ojos y me alzo de hombros.

 

 

 

Camino rápido por los pasillos de la escuela.

Al inicio se me hizo bastante difícil acostumbrarme a los diferentes lugares, pero ahora, casi mitad de año, se me hace bastante fácil. Creo que ya me acostumbré.

 

Acomodo mi corbata con la mano y trato de peinar sutilmente mi cabello. Aunque creo que es en vano, seguro la mitad de mi cara debe estar hinchada y como dijo Suho, poniéndose morado. Demonios. Espero que ese maldito bastardo también esté sufriendo estragos como yo.

La puerta conocida para mí, está abierta. Al entrar, hay muchos grupitos en todas partes, como divididos, barro los ojos por todas partes hasta chocar con una cabeza rubia. Tuerzo la boca con disgusto.

Ahí está.

Sentado entre las piernas de Chanyeol, sujetando la guitarra, que seguramente es de Chanyeol también. Se puede ver claramente que está fingiendo que no sabe tocar guitarra, el bastardo de Baekhyun toca la guitarra mejor que yo, incluso canta mejor que yo. Podría decirse que en todo me supera.

Hasta en la atención de Chanyeol.

Perfecto.

Hago un bufido. Decidiéndome por interrumpirlo o no. Vamos, estoy pudriéndome de celos pero no soy estúpido, si ah el chico le gusta Chanyeol, y tiene oportunidad. Que lo disfrute.

-¿Puedo ayudarte en algo?- doy un saltito antes de ver a mi lado, ah, es este bastardo.

-No busco tu ayuda, gracias.- le digo, no puedo evitar soltar una sonrisa maliciosa al verlo, con ese parche y con la piel un poco hinchada.

-Es que, como te paraste aquí, a ver con odio a las manos bonitas, yo pensé que venías a hacer algo más que matar con ojos, no sé, digo.- me dice, con  esa sonrisa de medio lado.

-Te ves tan guapo con la cara molida.- le digo, riendo con sorna.

-Lo mismo digo.- me dice. Giro los ojos dispuesto a salir, ver a Chanyeol no me ha gustado en  lo más mínimo.  Y creo que me tomaré el día libre, puedo alegar que me robaron o algo así, quizás me dejen. –Hey, Kyunggie- me llama, lo miro a los ojos y frunzo las cejas.

-Te prohibí que me llames así, ¿te gustaron mis puños en tu cara?- le digo, el ríe.

-Lo siento, pero, en serio. ¿Necesitas algo?- me pregunta, mi cejas casi vuelven a su sitio.

-Vine a buscar a Baekhyun, pero como está ocupado.- un mal sabor pasa por mi boca, no estoy muy seguro del gesto que hago, pero seguro no es nada bonito de ver. –Me iré, no tengo nada más que hacer.- le digo. Una vez más, hago el ademán de irme, pero esta vez, él me toma de la muñeca. La cara de sorpresa está pintada en mi cara.

-Kyungsoo.- me mira, el ojo que no está hinchado se nota bastante sincero. –Sé que empezamos mal, pero, me gustaría volver a intentarlo contigo.- susurra.

¿El gran Kim Jongin sabe susurrar? Espera, no. ¿Sabe ponerse nervioso?

-Jongin.- estoy a punto de quitar mi mano, a punto de irme. Pero, por alguna extraña razón, llámalo cansancio o derrota, me dejo influenciar por los tiernos ojos con los que me mira.

-Por favor, Hyung.-

Parpadeo.

Me tomo unos minutos para entender qué coño está pasando, pero no encuentro una solución, esto debe ser uno de sus jueguitos.

-¿Por qué tanto interés en mí tan de pronto? ¿Eh?- él me sonríe de lado, y luego toca su mejilla adolorida. Yo giro los ojos.

-Es que, nadie me había partido la cara como tú, no sé, me emocionas. Incluso podría decir que me gustas.- susurra. No puedo evitarlo, se me escapa una sonrisa.

-Lo sé, a veces me pongo muy romántico.- y bueno, no puedo negar que si en algún momento mi ánimo cayó, ahora me siento mucho mejor.

-Entonces, ¿Me dejas intentarlo? Ser amigos primero, y luego algo más, si quieres.- me dice, y me guiña un ojo.

-Buena suerte con eso.- le digo, antes de darle un golpecito en la costilla. El ríe, con cara de dolor. Es gracioso de ver, si lo piensas.

-¡Kyungsoo!- me llama Beakhyun. Mi cara se pone dura de golpe, y creo Jongin lo nota. -¡Au!- oigo que se queja, cuando me giro sobre mis talones, él está levantándose del suelo, y Chanyeol al otro lado, lejos de él, justo al lado de Kris, y, no me había dado cuenta que aquí están el resto de los chicos del grupito. –Me eh enterado de que le has dado una buena paliza a Jongin. Eres mi puto héroe.- me dice, cuando ya se me ha acercado, yo finjo una sonrisa.

-Un placer.- le digo. El ríe. Y sus manos se pasean por mi cara, con un mohín sobre sus labios.

-Uh, pero ese hijo de puta también te molió la cara a ti, bebé.- me dice, y es esa manera tan confianzuda que él tiene, que a veces, solo a veces, me molesta.

Aunque, claro. No puedo expresar mi enojo porque se supone que Beak no sabe nada y este no es momento para comportarme como un maldito inmaduro.

-El hijo de puta está oyendo.- dice Jongin. Se me escapa una risita. El chico hasta es divertido. –Ten cuidado con lo que dices, manos bonitas.-

-No me amenaces, capullo. Y aléjate de mi amigo. Largo.- le da un empujón, y lo hace caminar hacia sus amigos, algunos lo miran extrañados, otros enfadados y otros me miran a mí, como si fuera el culpable del hambre en el mundo.  Yo solo le giro los ojos.

-Vine a buscarte, Baek. Necesito un favor.- Beakhyun se muerde el labio, seguro imaginando que podría estar por pedir.

-No me digas, Taemin.- susurra, acercándose a mí, como si fuera un gran secreto. Aunque bueno, en parte lo es. –Y bueno, supongo que maquillaje.- me dice, lo miro con duda. –Sé que no te gusta la idea de que te maquille, bebé, pero, eso se va a poner morado, bueno, más morado, en unas horas, y, no creo que te dejen atender en el café así.-

Esa es una idea que no había pensado.

-Tienes razón, te dejaré maquillarme si te quedas con mis niños hasta que regrese.- él sonríe y me extiende la mano.

-Trato echo.- me dice, cuando yo la tomo. No puedo evitar reír, Beak es buen chico. –Ven aquí bebé. Te presentaré a los chicos, mientras yo traigo mi pequeño neceser.- me toma de la mano y me arrastra, sin esperar una respuesta, que seguramente hubiera sido negativa.

-Eh… Beak.- muy tarde. Estoy delante del grupo de amigos, y desde aquí, se ven más caras que no conozco. –No creo que.-

-Nada de nada. Bebé. Te voy a maquillar. Ellos son Lu Han; su futuro novio, Sehun; Tao; Kris; Chanyeol.- hace una pausa para mirarlo con coquetería, yo junto las cejas mirando hacia abajo, a partir de ahora, me limitaré a sufrir en silencio por mi amor unilateral. Recalquemos que, Beak va señalando a cada uno mientras dispara su nombre. –el de allá, Minseok, ese tipo de sonrisa de gato, Chen. Y ese chico de cara partida, el hijo de puta de Jongin.- y ahora que me los dice, recuerdo que Suho me habló un par de veces de ellos.

-Baekhyun.- le llamo, el me mira con los ojos curiosos. –Me parece bien que me presentes a tus amigos y eso, pero sabes que no me voy a esforzar ni un poco en sobrellevarme bien con ellos, así que no insistas. Por cierto.- esta vez lo miro a todos de forma general. Que me miran como si hubiera escupido su comida o algo así. –Es un placer conocerlos y eso.-

-Ah, ¿No es lindo?- dice Beak tomando sus mejillas, yo giro los ojos.

-Sí, es lindo.- se oye en coro. Me sorprende ver que Chanyeol y Jongin se miran con mala cara antes de mirarme. Mis ojos van primero a Chanyeol, que me mira como si fuera un pequeño juguete, me mira con ojos divertidos. Esos ojos tan bonitos que tiene. Y luego miro a Jongin. Él tiene una cara neutral, me atrevo a sacarle la lengua, y ver como su cara se relaja, dándome una sonrisa.

-Oh, mi Yeolie hizo coro con ese hijo de puta.- “mi Yeolie” y “ese hijo de puta” se quedan rondando en mi mente, tengo una fusión de sentimientos, por un lado me lleno de celos, y por otro quiero echarme a reír. –Él será mi novio.- me susurra Beakhyun, suficientemente alto como para que todos lo escuchen.

Lo miro a los ojos y, demonios. Al tipo le gusta, no parece un capricho o un antojo, a Beak le gusta Chanyeol. Ese brillo en sus ojos y ese sonrojo es sus mejillas lo demuestran.

Suspiro derrotado.

-En el baño.- digo, giro sobre mis talones sin mirar atrás y me dirijo al baño. Caminando lo suficientemente lento como para que el rubio me siga.

 

 

 

 

 

Seis minutos después, estoy secándome la cara por tercera vez, a pedido de Beak, que me dice que mi cara está muy sensible para usar maquillaje y por eso me pondrá una base protectora y que para usar esa base se tiene que tener la cara muy limpia y bla, bla, bla.

-Deja de torcerme los ojos, capullo.- me dice, ahora poniéndome esa cosa, por fin, en la cara.

No me preocupo por alguna clase, porque, digamos que los martes, luego del receso, viene la hora de talentos, donde cada uno se mente a un rincón ara hacer lo que mejor sabe hacer, los famosos “Club ‘s” escolares. Claro, para entrar en esto deben venir a clases extra por la tarde o por la noche, y yo no tengo tiempo, así que, todos los martes, me voy a encerrar a la biblioteca, con mis mejores amigos, los libros.

-Me gustaba más cuando me decías bebé.- le digo, haciendo un puchero.

-No me hagas esas caras porque sabes que soy fácil.- me dice, no puedo evitar reír.

-Bueno, esta vez lo dijiste tú.- Jongin hace una entrada olímpica al baño, disparando un comentario directo al ego de Beak. Tan típico.

-Llegó el hijo de puta.- susurra Beak, algo enfadado. –Solo agita por polla por ahí y deja de tocarme los cojones.- le dice.

-No te estoy tocando nada.- Jongin se encoge de hombros y se dirige a un urinario.

-¡Chúpame el pene, Jongin.! – grita, asustándome. Es raro ver perder la compostura a Beakhyun. –Lo siento, bebé.- susurra.

-Como sea. Apresúrate. Debo ir a la biblioteca.- le digo, él está cogiendo un delineador, es bastante rápido conmigo, según me dijo Suho, suele demorarse horas.

-Uy, un lío bibliotecario. ¿No te irás a tirar por alguien por ahí, cierto?- lo miro con cara de pocos amigos. Incluso, un poco de odio.

-Vete a la mierda.- mastico.

-¿Así agradeces mis servicios?- pregunta, tratando de aligerar el ambiente.

-Te estoy dando el lujo de tocarme, capullo.- le digo, imitándolo. Suho dice que, desde las últimas vacaciones que tuvo, Beak, regresó hablando así, de un país que no me importó escuchar.

Conocí a Beakhyun, por Suho. Yo necesitaba a alguien que cuide a mis niños y Beak algo de dinero extra, así que congeniamos bastante bien. Beak es un buen tipo, demasiado libertino para mi gusto, pero buen tipo al final.

-Lo siento, ¿okey? Sé que no eres un tipo de esos, estaba jugando, lo lamento.- se disculpa, parece sincero.

-Como sea.- susurro.

-Ya está. Te prestaré, solo por esta ocasión, mi delineador, mi polvo compacto y mi sombra negra. ¿De acuerdo? Te pondría sombra, justo ahora, pero, primero te vas a la cafetería, y, creo que es mucho. Así que te lo dejo. Te lo pones luego para el bar, no sé cómo conseguiste ese empleo aún.- suspira y me mira, con esas miradas que Suho me dirige tanto  que me hacer girar los ojos, como ahora.- Eres un niño.-

-No soy un niño, mamá. Soy hábil con las manos y tengo buena memoria, además, me tratan bien y no es mucho tiempo, la paga es buena. No me quejo.-

-Pero sigue siendo un bar.- los tres o cuatro chicos que estaban ahí, incluido Jongin,  voltean a vernos.

-¿Por qué no lo publicas en algún periódico?- digo sarcástico.

-Lo siento.- se muerde el labio, y me da los cosméticos. –Tienes suerte de que tenga base blanca, Si sabes usar de esto, ¿No?-

-Como sea. Y, no debe ser tan difícil.- le digo, guardando todo en mi bolsillo. Beak suspira y me gira, mi reflejo me recibe abruptamente cuando pongo los ojos al frente. –Humm. Una parte más hinchada que la otra, pero se ve genial, no natural, como me gusta, pero está bien. Gracias.- le digo. Él ríe altivo.

-Todo lo que sale de mí, es perfecto, bebé. Y nunca me canso de decir que tienes unos ojos preciosos. Ahora. Te doy permiso de.- él toma un respiro por la boca. –Con el dedo.- una vez más, respira. –Uses mi sombra.- otra bocanada de aire, esto debe ser doloroso para él, verlo así, es divertido. –Lo aplicas así.- me dice, él curva su mano izquierda y señala su palma con su mano derecha, luego sube hasta sus dedos y aplica la sombra. Es una simulación, claro. Pero es bastante entendible. –Tus ojos ayudan, solo el filo y muy poco sobre el párpado, bebé.- me dice.

-Baekhyun.- le digo, el ya mira con dolor su mano, como si estuviera viendo su base o algo así.

-¿Si?-

-A veces uso lentes.- él me mira sorprendido. –Me hace ver más sexy, Hyukjae dice.- él parpadea y luego me abraza usando más de la fuera que debería usar para una persona convaleciente como yo. Por eso, ahogo un quejido y él se separa como si mi cuerpo quemara.

-Lo siento bebé, pero eso me hace muy feliz.- me dice, riendo.

-Es una manera de agradecerte, y eso. Solo usaré la cosa blanca, tú tranquilo.- le digo, sacando el delineador y la sombra.

-Quédate con el delineador, quizás necesites un poco, luego. No sé.- me dice, levantando los hombros.-

-De acuerdo.-

-Bien, bebé.- mete todas sus cosas dentro del neceser y me mira risueño. –Me voy ahora, Channie me debe estar esperando.-trato con todas mis fuerzas de mantener mi cara hasta verlo atravesar la puerta del baño casi corriendo. Es entonces donde me dejo derrotado.

 

Hace unos minutos en la enfermería, estaba destilando miel con los pensamientos de Chanyeol. Es sorprendente lo rápido que pueden cambiar las cosas.

Como sea.

No tengo tiempo para sufrir por amor, mi vida no va a para por s casi metro ochenta de perfección.

 

-Hey, ¿Estás bien?- de la nada, aparece Jongin. Hago un bufido.

-Perfecto. Ya me curé de tus golpes y todo.- bromeo. Él ríe.

-Recuerda, somos amigos hoy, mañana serás mi novio.- ese comentario me hace reír.

-Recuerda que te deseé suerte.- le digo, abriendo más los ojos.

-No me había dado cuenta, de lo guapo que eres, y Beak tenía razón, tienes unos ojos preciosos.- giro los ojos.

-¿Estás intentando ligar?- le pregunto. Ahora ambos saliendo del baño, yo me dirijo a la biblioteca y él me sigue el paso.

-Permíteme cortejarte.- dice y me guiña un ojo. Dejo salir una carcajada limpia.

Y si hubiera hecho esas cosas en la mañana, seguro le habría partido la cara, de nuevo. Pero, por alguna razón, en estos momentos, me la estoy pasando bien, y de cierta manera me está haciendo tragar el tema de Chanyeol.

-¿Por qué a mí?- le pregunto, él se encoje de hombros.

-Ya sabes, tu romanticismo me abruma.- otra carcajada se me escapa.

-De acuerdo, puedes cortejarme, pero, no seas acosador. Ya tengo a Suho.- el ríe. –Iré a la biblioteca.- le digo, cuando estamos al frente de la puerta abierta de su salón. –Adiós.-

-¿Te acompaño?-

-¿Sabes leer?-

-Se me dan bien las historietas.- dice sonriendo.

 

Y así, terminamos juntos en la biblioteca, charlando en voz baja en el último lugar que conozco, uno casi inhabitable, hasta por el de la limpieza, el “lugar perdido” como suele llamarlo Suho. Cada que me acompaña.

 

 

 

~

 

 

 

El día termina rápido.

Jongin y yo nos separamos, no lo vuelvo a ver el resto del día porque él es un año menor que yo, y no coincidimos, pero si nos mandamos mensajes, sobre todo para abordar el tema de Taemin, donde vivo, y cuáles son los horarios disponibles. Nada fuera de lo común.

Trato de explicar lo que me pasó, en la cafetería, que queda a seis calles de mi casa, alegando que me asaltaron y que por eso mi cara está medio deforme y pongo uso ojitos de cachorro a los que ni Suho, ni Baekhyun son inmunes. (Y claro, Kristal, la dueña del café, no fue la excepción.)                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    

La cafetería estuvo buena, mi almuerzo son unos bocadillos quemados y algunos pedidos que nadie toma, y mi compañera de turno es una buena chica, por lo que, me llevo bien con ella.

Mi horario empieza a las dos, y termina a las seis y media. Para “El dorado” (la cafetería) me doy el lujo de trabajar con mi uniforme, que es camuflado por el delantal bonito y el gorro. Y para “Exodus” (el bar de mala muerte, según Suho) siempre tengo un polo pegado y un pantalón ceñido dentro de la mochila.

Entro por la puerta trasera, me cambio, me maquillo a veces, o me pongo esos lentes que me hacen parecer mayor y salgo, a encontrar a Hyukjae. Mi jefe. Todo eso en menos de media hora, ya que mi turno es de siete a doce. (Tomando el tiempo que me toma llegar, hasta Exodus.)

Ya es rutina, llevo casi medio año haciendo esto.

Ya que, mi turno empieza temprano, es más fácil de sobrellevar, y por eso, cuando llegan las doce y el ambiente ya está un poco caliente, me reemplazan dos tipos que hasta ahora no puedo recordar de memoria, y lo mismo de siempre. Me despide de Hyukjae, me pongo la camisa, me despido de Yesung. (Que para esa hora ya está vigilando esa puerta del bar) y me voy a casa. Ah, Exodus queda a siete calles de mi casa.

 

 

 

~

 

 

 

-Al fin has llegado, me tenías preocupado.- me dice Beakhyun cuando entro a casa, él ya se está poniendo su casaca de cuero. –Taemin y Jongin se llevan de maravilla, Minho está un poco celoso, pero también se lleva bien con Jongin.- me dice, riendo. 

-¿Jongin estuvo aquí?- le pregunto, me quito la camisa y los zapatos antes de entrar a la sala.

-Sí. Fue horrible, pero nada de palabras fuertes, como dijiste. Me porté bien.-

-Por eso confío en ti.- le digo. Saco un par de billetes de mi cartera  se los doy, el los recibe y los guarda, sin mirarlos. El tipo confía en mí también.

-Sí, los niños Ya están dormidos, ¿Mi base?- se la entrego y él ríe. –Buenas noches, bebé, nos vemos mañana.- me da un beso en la mejilla, rápido y se va.

-Buenas noches.- digo, un poco antes de que cierre la puerta.

Subo a toda prisa a ver a mis niños, sé que soy muy sobreprotector por dejarlos cuidados y no solos, pero, Taemin es un caso especial, y Minho aún es pequeño como para hacerse totalmente responsable de él.

Una vez más, mis bebés están dormidos, a veces los encuentro a cada uno en su cama, otras, durmiendo juntos, como hoy, es tierno ver lo mucho que quiere y cuida Minho al pequeño Tae, un chico con ligero retraso mental, de trece años.

Minho tiene catorce, y yo dieciséis, el día que los conocí, no me esperaba que viviera con ellos el resto de mi vida. Fue cosa de un parpadeo, un día los vi, y otro día enterraban a nuestros padres.

Mis padres y los de Taemin eran muy amigos, ese era un viaje de negocios que tuvo un trágico final, y nadie esperaba que esto pasara. Sin embargo, míranos ahora, como familia ah, sí, Minho era el mejor amigo de Taemin, siempre lo cuidaba y estaba junto a él, siempre. Sus padres tenían problemas en casa y no cuidaban a Minho, por eso los Lee lo adoptaron. Tramitaron todos los papeles y políticamente, Minho es un Lee más, pero él prefirió conservar su apellido Choi.

Y bueno, ahora vivimos juntos, somos una familia, con la mitad de la vida resuelta, cuando se descongele la empresa de los Lee, podré gobernar yo, hasta mi mayoría de edad, y lamentablemente el abogado no pudo hacer nada con la empresa de mis padres. En buena hora los señores Lee había dejado a nombre de Taemin sus acciones. Sabiendo que, él no podría gobernar y necesitaría un tutor, seguro, Minho. Pero, hasta que Minho lo haga, me encargaré. No será mucho tiempo.

 

Doy un suspiro, Minho abre los ojos parpadeando y me mira ante de sonreír y volverlos a cerrar.

-Buenas noches, Hyung.-

-Buenas noches, Minho. Taemin.-

Le doy un beso en la frente a cada uno, y los dejo descansar. Hoy fue un día agotador, más.

 

 

 

~

 

 

Termino de guardar mi comida justo cuando mis bebés están más que listos para ir a la escuela. Taemin a una especial, carísima y Minho a una normal, más cerca a la de Taemin. El pequeño, no tan pequeño, porque es más alto que yo, Minho, es el que lleva y recoge a Taemin. Yo trato lo más que puedo, pero a veces el tiempo no me lo permite.

 

-Hasta luego, Hyung.-

-Adiós Hyung.-

-Hasta luego niños, pórtense bien. ¡Suerte!- le digo, ellos me sonríen a la vez, antes de tomar el bus e irse, agitando sus manitas tras la ventana.

Minho es alto, un poco más que yo, y lo peor es que seguirá creciendo. Le gusta tener el cabello algo largo  yo respeto su decisión, aunque cada dos meses Suho le corta el cabello porque le crece rápido. Minho tiene los ojos grandes, piel algo, ligeramente bronceada, y es bastante guapo. Muy masculino, más  masculino que yo, creo.  Y Taemin es, distinto.

De piel blanca, ojos perdidos, sonrisa tranquila y cabello castaño. Es un niño normal, fuera de que, algo, muy, lento para aprender, él es todo un orgullo.

Los dos son todo un orgullo para mí.

Tuve que defenderlos con uñas y garras para que no me los quiten y cada seis meses la representante social, estúpida, viene a hacer un chequeo, para ver sus hoy lo suficiente bueno como para mantenerlos. Es difícil. Todo es difícil, pero vale la pena.

 

-Déjame ser el padre de tus hijos.- una voz tras de mí me hace dar un brinquito. Me giro a ver al bobo de Jongin, sonriendo, con la cara morada y sin parche.

-Que sexy te ves.- lo molesto.

-Lo mismo digo.- dice, y fuera de molestarme, me hace reír, divertido.

-Como sea.- susurro.

-Vamos, se hace tarde.- y caminamos, tranquilos.

 

 

 

 

~

 

 

Un par de meses después, debo dejar de ignorar que mi corazón bombardea sangre a toda velocidad cada vez que Jongin está cerca.

Jongin es un buen tipo. (Me costó creerlo, pero así es.) Se ganó mi corazón justo llegando en el momento preciso. Como cuando un “Tienes algo en el labio” de Chanyeol me hacía ruborizar, él llegaba con un “Yo se lo quito” y me besaba, delante de él, y yo podía olvidarme por segundos de que el mundo seguía girando. O también, esa vez, cuando vi a Chanyeol besando a Beakhyun, mientras le apretaba el trasero y lo hacía gemir, ahí también estuvo Jongin.

También cuando Taemin enfermó, él me ayudó a curarlo  a pagar la clínica, fue mi salvador, y, para mi sorpresa, se llevaba estupendamente con los niños, como mencionó Beak.

Confié tanto en él, que le conté de Taemin  de Minho, y él me respondió que ya lo sabía, y que yo era la persona que más admiraba. Le conté que vendí mi casa y que ahora vivíamos en la casa de Taemin, para poder pagar las escuelas de ambos, también le conté de mis empleos, y él me dijo que ya sabía, porque un día me siguió.

Le conté que sabía cantar. Que me gustaba Chanyeol, que tenía miedo de que me quiten a los niños, que no confiaba en las personas. Le conté todo de mí. Y él solo me respondía con besos en los labios, agradeciendo en secreto que confíe en él.

Y por si no lo notaron, ya no me dolía el hijo de puta de Chanyeol, que hacía miles de méritos para conquistarme. (Y Jongin me contó que al inicio, él se lo pidió a él, porque sabía que me gustaba, y no sabía cómo ayudarme, y Yeol se río en su cara, pero luego empezó a jugar conmigo mientras le echaba los perros a Beak y se molestó, y desde ahí no se hablan hasta ahora. Creo. No sé, no me fijo mucho en Yeol ahora.)

Ah, también sus amigos empezaron a “masticarme”

No era como que yo le ponía empeño pero, “Por algo debe de estar tan feliz Jongin” y “Creo que le gusta que le rompan la cara” eran los únicos comentarios que salían.

Pasé de ser antisocial a ser popular.

Tenía un grupo de amigos, y Suho podía estar con ellos también. Incluso Lay, la nueva conquista de Suho.

Todo marchaba bien.

 

Hasta que la estúpida asistenta social descubrió que trabajaba en el bar. Y rayos, yo solo entrego bebidas, no me las tomo, ni fumo, ni nada de las cosas por las que ella me acusó para quitarme a los niños.

Descubrí que todos los amigos de Jongin estaban ahorrando, en secreto, por pedido de Jongin, para mí. Y me vi obligado a usar su dinero y el mío en los abogados. El proceso duró todo un mes. Y ya por fines de setiembre, me devolvieron a los niños. (Porque me los lograron quitar) pero yo tuve que renunciar al bar, y encima perdí mi empleo en el café, por muchas inasistencias. “Todo se fue a la mierda” como dijo Beakhyun.

Entonces recordé que tenía una cuenta en el banco.

Una en la que ahorraba todo este tiempo que trabajaba y mantenía lo que sobro de la venta de mi casa. Jongin me prestó dinero, se independizó, y logramos comprar una casa, cerca al colegio de Taemin. Y vivir juntos fue raro, porque la casa era pequeña, y nosotros solo nos preocupamos por poner en orden las cosas de los niños.

Ah, esta casa, aunque más pequeña que la anterior, era más bonita.

Era de dos pisos, colores pasteles y tenía un sótano, que era una estudio e baile o algo así. Netamente ocupado por Taemin, Minho y Jongin. Los bailarines de la casa.

Tae y Minho dormían en una habitación y yo con Jongin en otra, al principio en camas separadas pero con el tiempo, decidimos juntar nuestras camas.

El tiempo que no trabajaba, los chicos nos ayudaban con los gastos y la comida. Eran unos de esos amigos que en vez de saquear nuestro refrigerador y despensas en cada visita, lo llenaban, y yo estaba muy agradecido.

Mis niños se acoplaron bien a ellos y pude encontrar un trabajo. En un supermercado, cerda de la escuela.

Jongin también trabajó, los fines de semana, y, aunque hacia menso que yo, ganaba el doble. Pero era bueno, porque nos ayudábamos, y hasta parecíamos una pareja.

“Una pareja de casados” había dicho Kris, y hasta ahora se me hacía raro verlo sonriendo.

 

Al cuarto mes, en noviembre, fui novio oficial de Jongin. Y lejos de que todos lo celebraran (a excepción de Minho y Tae) solo giraron  los ojos junto a unos “ya era hora, bastardos”

 

Jamás pensé que darle una golpiza a Kim Jongin cambiaría mi vida, la violencia no es la solución, lo sé, pero tuvo que pasar eso para que ambos nos crucemos en el camino.

 

 

No me arrepiento de nada.

 

 

~

 

 

Mañana es navidad, y todos los chicos pasarán la noche aquí, adelantando la cena, porque cada uno después se reparte con su familia.

 

Jongin y los chicos, están ayudando con la comida. Y como milagro de navidad adelantado, Taemin ha aprendido a ir bailando por ahí, Jongin le ha enseñado con mucho esmero. Así, no camina despacio, y hasta se ve más feliz. Mi niño está creciendo, y está creciendo en una familia que lo adora, que no lo juzga ni lo maltrata.

 

-¿En qué piensas, Kyungsoo?-  me pregunta Jongin, poniendo abrazándome desde atrás y poniendo su mentón sobre mi hombro.

-Oh, nada, se me han venido las memorias del pasado, es todo.- le digo. No le veo, pero seguro gira los ojos, una manía que aprendió. (De mí, creo)

-Sigues pensando en cómo me rompiste la cara, ¿cierto?- me pregunta, y sólo sé sonrojarme.

-Fue romántico.- dice, me giro a verlo y está ahí ese brillo de ojos que tanto me gusta, por eso junto nuestras narices antes de darle un beso.

-Muy romántico.- dice, él, apenas en un susurro.

-Ay, por favor. Hagan sus cursilerías lejos de los ojos de los niños.- dice Suho, entrando de la mano con Lay. –Buenas noches, campeones.- le dice, y ellos corren a abrazarlos.

 

Reímos a la par, nos damos un último pico antes de salir a recibirlos, así, van llegando todos, de poco en poco. El ambiente se torna muy divertido.

 

-Jongin.- le llamo, cuando estamos en la cocina. Él está sacando los platos y yo las copas.

-¿Si?- me pregunta, mirándome de lado.

-Gracias. Por todo.- susurro, el me mira con eso ojos tan cálidos.

-Gracias a ti, Kyungsoo. No me había dado cuenta de que mi vida era un manojo de líos absurdos hasta que llegaste tú. Tú me cambiaste, desde el inicio, soy tu mayor admirador, Kyunggie.- sus palabras me sonrojan. Aún no me acostumbro a su lado tierno.

-Diré esto rápido, y no lo repetiré. ¿Has entendido?- le pregunto, abriendo un ´poco más los ojos.

-Si.- me dice, riendo.

-Te amo. ¡Beakhyun!, ¿me ayudas a sacar el pavo?- le digo, y cambio de tema, ya era hora de decir ese par de palabras, que Jongin suele decir con frecuencia.

-Tan romántico.- él dice, riendo.

 

 

 

 

Pau – Pau. 

Notas finales:

 

¿Qué tal? 

¿Me dan amor o me lo quitan?

 

Háganmelo saber en sus rw´s, yo siempre los leo todos y respondo. :3

 

 

¡Nos leeremos luego! 

 


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