Era de noche. Nos vimos según lo acordado cerca de mi casa. Eso es lo bueno de Kai siempre puntual, más aún si se trataba de lo que le convenía. Lo llevo conociendo por poco más de 5 años. Es simpático y encantador. Físicamente es alto, de espalda ancha, torso tonificado y seductor con aquella piel tostada. Supongo que como resultado de practicar desde los 10 u 11 años aproximadamente, natación, basket y ahora último danza de todo tipo de género.
Sabíamos a lo que íbamos así que no perdimos más tiempo; abrí la puerta y lo dejé entrar primero. No habíamos cerrado aún la puerta cuando ya me encontraba arrinconado ante esta. Nos besamos hasta quedarnos sin aliento, mientras sobaba y apretaba mi trasero, como si de una esponja se tratase y me molaba contra su entrepierna. No me quise quedar atrás por lo que rápidamente le quité la camisa y el pantalón lanzándolos a cualquier parte de la habitación, dejándolo solo en bóxer, en el cual se podía ver perfectamente su bulto más grande de lo que sería normal. Hizo lo mismo conmigo dejándome en el atrayente bóxer negro que llevaba. Mientras tanto nos acercábamos al sofá más cercano.
Lamía y apretaba sus labios mientras me veía besar su torso, bajando hasta su entrepierna, quitándole aquella prenda que parecía estar a punto de explotar por la presión; dejando libre su erección, aunque mi miembro tampoco se quedaba atrás en cuanto a la excitación.
Lo tomé con mi mano y acaricié toda su longitud, subí la mirada y con la de él me pidió con voz suplicante y seductoramente gruesa por la excitación que lo metiera de lleno. Lo cual hice sin pensarlo mucho, mejor dicho, intenté ya que era realmente largo y grueso. Así que lo que faltaba lo tomé con ambas manos.
Fue raro, ya que es la primera vez que hacia algo tan atrevido como eso, al menos lo era así ya que siempre creí que eso era asqueroso y repugnante. Pero se sentía realmente bien, tanto que me excitaba tenerlo en mi boca, al mismo tiempo que me daba placer con mi mano. Después de un rato decidí que ya era mi turno de disfrutar. Por lo que me puse encima de él. Pero no me permitió seguir tomando el control, recostándome con cierta brusquedad, lo que provoco que mi cuerpo entero se estremeciera.
Kai sonrió de lado, se veía tan pero tan sexy se acerca lentamente a mí, y me susurra al oído - me encantas, Kyungsoo, eres una verdadero dios - y sin darme cuenta sonreí como estúpido; mis nervios estallaron.
Me besa en los labios y su mano derecha aprieta y juega sin consideración alguna mi muslo izquierdo "Definitivamente esto dejará consecuencias para mañana", pensé. Pero eso fue un detalle al que no le tomé mucha importancia, me encantaba esa rudeza, aquella rudeza que me llenaba de un placer infinito disfrutando de sensaciones nuevas como un choque eléctrico que recorre todo mi ser. El beso se tornó mucho más atrevido y necesitado, sabía lo que venía, sabía lo que haría. En un abrir y cerrar de ojos entró en mí de la manera salvaje "tal como me gusta" el sentirlo dentro me consumía me derretía, claro está que mañana no podré caminar al no ser preparado como es debido por lo que agradezco haberle dado una mamada para que aligerara el dolor por su intromisión, no esperó nada, si más empezó a embestirme, cada estocada al principio era dolorosa pero luego se sentía el paraíso tanto así que embelesado me quedaría por la eternidad.
Pero él sabe cómo torturarme, me mira de una manera caliente al separarse de mis labios regalándome esas sonrisas atrevidas mientras salía y entraba en mí de una manera lenta, que hacía desesperarme más. Lo hacía a propósito, solté un tímido quejido en protesta devolviendo una sonrisa cínica para luego embestirme fuertemente dando en un punto exacto sacándome un gemido agudo.
Los gemidos fueron aumentando al ritmo de las certeras y rápidas estocadas que él otorgaba, de manera traviesa se acercó a mi pezón derecho lamiéndolo pervertidamente y mordiéndolos a su antojo sin perder el ritmo.
- ¡Ah! ~ Kai... mmm~ - era lo único que podía articular, se me hacía tan imposible poder hablar con normalidad luego de volver a encontrar ese punto delicioso, es decir mi próstata, regalándome ese éxtasis deseado sin romper el vaivén salvaje que tiene.
Sin resistirme me incorporé levemente y empecé a montarlo, Kai no dudó en tomar mi cintura y hacerme seguir el ritmo que deseaba al principio era rápido, pero luego se hizo lento con un sensual movimiento circular. Tomó mi pene y empezó a estimularlo por lo que dejé caer mi cabeza hacia atrás siguiendo el placentero movimiento. Rápidamente el aprovechó para hacer de las suyas con mi cuello, pero no podía negar tal sensación, mis gemidos eran escuchados sobre su oreja además de darle pequeñas mordidas en el lóbulo derecho y sabía que le gustaba ya que lo escuchaba gruñir tan masculinamente que me hacía sentir totalmente deseado.
Cambiamos de posición como me encanta estar sumiso ante él mientras estoy en cuatro apoyándome sobre su sofá. El cambio de posición no impidió que se perdiera el ritmo, el mueble se movía un poco por los movimientos y se escuchaba en la sala el choque de nuestros cuerpos bañados por una ligera capa de sudor, lo cual eran música para mis oídos.
Mi pequeña ensoñación fue interrumpida al momento que mis nalgas estaban siendo apretadas.
- Tu trasero es tentador, me encanta - hubiera respondido con la poca conciencia que tengo, pero fue imposible al recibir unas nalgadas que me hizo responder con gemido. Tomando mis caderas impartió otras profundas estocadas mientras gemía constante, estaba a punto de acabar, lo sabía. Un par de embestidas más y llegue a mi límite que a comparación de otras veces, sentí como me llevaba al cielo dejándome sin oxígeno por un instante botando toda mi esencia sobre su mano y un poco en mi sofá mientras que durante el momento de mi orgasmo, giró mi rostro y sentí sus labios sobre los míos cosa que nunca había hecho y menos que me acariciara con un gran cariño como si de ese modo expresara un deseo más allá de lo sexual, me sentí algo perdido tratando de no darle importancia.
De un momento a otro sale de mí tomando su miembro hinchado tocándose levemente para así terminar corriéndose. Luego de aquella vista sensual lo miré de la manera más coqueta y provocativa hacia su cuerpo, pero lo que recibí a cambio fue una mirada perdida. Kai se sentó en otro sillón dándome la espalda.
-Porque debe ser así - susurró bajo, pero no lo suficiente como para que no lograra oírlo. Lo miré extrañado pero concentrado en la que él me devolvía, traté de leer su mirada, pero se me hacía tan imposible poder descifrar aquellos pozos profundos que trataban de esconderme algo.
-Kai...- pero fui interrumpido.
-Lo siento - iba a hablar, pero nuevamente fue impedido con aquellas palabras abruptamente sorprendido - no puedo seguir con esto Kyungsoo
Dijo mientras se levantaba acomodándose la ropa.
- ¿Perdón? - lo primero que mi boca soltó y sonreí por aquella broma - ya Kai deja de hacerte el gracioso
Se gira a verme... "¿Qué le sucede?¿por qué me mira de esa manera?" dije entre mis pensamientos.
-No estoy bromeando
- ¿Por qué? nos estamos divirtiendo. Vamos Kai ambos sabemos que nos estamos satisfaciendo este es nuestro..
-TÚ acuerdo querrás decir.
- ¿Qué? Que yo sepa ambos aceptamos esto no me vengas con que te estás arrepintiendo
-Y no sabes cuanto
- Kai en verdad no te entiendo ¿Qué rayos te sucede?
-Sucede que me cansé de esto ya no puedo más -dice con una voz algo melancólica y a la vez enfadada mientras se dirige a la puerta.
- ¡Deja de decir tonterías! - Lo detengo tomando su mano.
Él por impulso suelta con brusquedad su mano de la mía
- ¿¡El estar enamorado de ti es una enorme tontería!? -Me quedé callado "¿qué había dicho?"- déjame en paz Kyungsoo tú nunca te enamorarás y eso lastima
-Kai yo...-No sabía que decir, él abrió la puerta
-Adiós - y sin más se fue de mi departamento dejándome en soledad y con un asfixiante silencio. Pero algo estaba más en claro, mi amigo quien había confesado el amor que tiene hacia mí, jamás volvería ni estaría conmigo todo por el maldito egoísmo de mi corazón de jamás entregarlo, de jamás amar .
Rompiendo nuestra amistad.
Rompiendo EL ACUERDO.