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Momentos por lovetheocean

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Notas del capitulo:

Hola a todos! :'D Reviví (?) Es algo tarde pero espero que hayan pasado un buen año nuevo y que les este yendo muy bien en este primer mes del 2016 uwu/ La falta de inspiración me atacó de nuevo, pero volvió con este nuevo fic de una de mis parejas preferidas RinxRei <3. Este fic ya lo tengo listo, se suponía que sería un one shot pero se alargó un poco así que lo dividí en dos partes, la última parte la publicaré el viernes~ espero les guste

-¡Ya son las doce!


-¡Feliz navidad Rei!- dejó el pan dulce casero recién hecho, justo a tiempo, en la mesa y fue a abrazar a su Rei.


-Feliz navidad Rin san-sintió una pequeña mordida en su cuello cuando correspondía el fuerte abrazo.


-¿Qué fue lo que te dije?


-Que solo te dijera Rin, lo siento, estoy acostumbrándome, casi lo logro.


Los dos chicos se separaron y de inmediato salieron a la puerta de su nueva casa, era modesta pero finalmente podían vivir juntos; para contemplar los fuegos artificiales que encendían el cielo de diversos colores y el mar los reflejaba como un gran espejo.


-Me gustan mucho, más tarde vayamos a encender algunos.


-Te veo muy entusiasmado Rei, como los niños.


-Solo soy un año menor-buscaba otro argumento para sentirse “mayor”- ah! Además sé más cosas de aquí que tú- le sonrío de lado.


-Eso es porque vine hace tres años, tú has nacido aquí….hablando de eso, el penúltimo día del año…


-Cumpliremos dos años de noviazgo- el peliazul completó la frase


-¿Recuerdas que te dije que Gou me reprochó por pedirte que seas mi novio y vivamos juntos con tan solo algunos meses de conocernos y llevarnos?


-Eran 5 meses, de verdad me sorprendiste mucho cuando me lo pediste tan repentinamente y a finales de año, parecías muy nervioso-una risa se dejó oír-


-Tu sabes las circunstancias- Rei por aquel entonces le había confiado que sus padres habían muerto hace unos días en un accidente de tráfico- y simplemente pensé querías estar solo, pero aún así yo ya no resistía las ganas de confesarte mi amor….


-Sabes, tú me ayudaste mucho en esa época, me sentía tan desesperado y triste…cuando estaba contigo podía relajarme y afrontar lo que pasó con más calma…


-Te lo dije ¿verdad? Nunca estarás solo, siempre llegaré hasta ti, como sea-le dio un tierno beso en la mejilla.


-Una cálida sonrisa se dibujó en su rostro- Ahora lo sé y no me arrepiento para nada de aceptarte, aunque aún nos sigan diciendo que llevamos muy rápido las cosas…


-Una fuerte risotada resonó en el aire antes de que más fuegos artificiales coloreaban el cielo nocturno, dos manos se entrelazaban, dos bocas se encontraron y se unieron en un cálido beso aquella noche de Navidad.


 


 


Rosas rojas para un hombre, no era un regalo muy usual pero no podía negar que le gustaron mucho esas flores.


-Gracias Sera senpai-le sonrió francamente- me alegra verte en otro lugar que no sea el colegio.


-Sí, generalmente en estos meses de vacaciones aprovecho para viajar, pero esta vez me quedé por un asunto importante y dependiendo de cómo me vaya, estaré aquí más tiempo o tal vez no.


-Y-y ese asunto…es?-No es que el asunto de senpai tuviera que ver con él pero con la forma como lo miraba tan intensamente mientras le hablaba, sentía que Sera indirectamente le estaba pidiendo que le preguntara por ello.


-Bueno, eres tú.


-….!- Tan directo como siempre, aunque siempre había admirado esa cualidad de ir directo al grano, ahora eso mismo le tomó por sorpresa y se incomodó.


-Me gustas Rei, desde que entraste como profesor sustito y luego conseguiste una plaza fija en el colegio, no pude evitar que me llamaras la atención, luego que tú te me acercaras y me ofrecieras tu sincera amistad… en todo este tiempo me has cautivado como ninguna otra persona lo había hecho-mientras decía todo esto se fue acercando bastante al peliazul, casi podía chocar con él.


-Yo…-oh no, sus mejillas ardían, lo sabía, que alguien se le confesara de todas maneras le parecía embarazoso. Pero solo eso, porque a su admirado senpai nunca lo había visto con otros ojos, de hecho se preguntaba cómo es que justo él logro cautivarlo como él mismo dijo, sabiendo que al ser también uno de los profesores jóvenes y con un físico admirable, los beneficios de ser un apasionado del atletismo; tenía muchas admiradores entre profesores y alumnos. Su carácter amable y paciente ayudaba mucho- bueno yo…-inconscientemente se había dado la vuelta para tapar su sonrojo- Bueno, senpai de verdad me halagan sus palabras…


Unas manos se habían aferrado a su cintura y sentía un cálido pero fuerte pecho en su espalda, Sera senpai lo estaba abrazando por detrás


- Rei, sabes que te vez muy lindo cuando te avergüenzas –escuchó una agradable risilla muy cerca de su oído- vamos, di que me aceptas, yo te amo-luego un beso rozando su mejilla derecha, esto no hizo sino avergonzarlo más.


Esto no podía seguir así, senpai estaba muy cerca y él de verdad no podía aceptarlo, él tenía a Rin, solo lo amaba a él, pero tenía que pensar en las palabras correctas para no herir al contrario, bueno, al menos para no herirlo del todo ya que lo iba a rechazar.


Se volteó para mirarlo cara a cara- Senpai de verdad aprecio que tenga esos sentimientos por mí, yo lo admiro mucho como profesor y como persona, y…siempre has sido muy paciente conmigo pero yo no puedo aceptarlo, ya tengo a otra persona a la que amo mucho, así que ¡perdóneme por no poder corresponderle!- lo último lo dijo fuerte y claro, ya que, aunque sabía que de ahora en adelante iba a ser un poco incómodo tratar con él, no quería aparentar como si nunca lo hubiera conocido, de verdad quería seguir aprendiendo de su senpai.


-¿Así que…alguien se me adelantó? –Le sonrió tristemente mientras lo soltaba - No te preocupes, sé perder pero, creo que nuevamente no nos veremos hasta que comiencen las clases…ah, creo que esa persona vino a recogerte…nos veremos después Rei-le dio un último beso en la mejilla haciendo sonrojar al peliazul nuevamente, al tiempo que sintió un tirón y un cuerpo pegado al suyo.


¡¿Rin?!-


Era ya la hora en la que normalmente se reunían para comer, Rei se estaba demorando y su comida se enfriaba, ya que él era el encargado de cocinar odiaba cuando eso pasaba, no era lo mismo una comida recalentada que comerla apenas te servían en el plato. Así que fue a buscarlo al muelle y fue ahí cuando se encontró con Sera.


-Tú también eres uno de los maestros del colegio- le dijo en tono serio el pelirrojo


-De hecho lo soy, vaya que eres un tipo celoso…-el pelinegro aprovechó para molestar un poco a Rin.


-Rin, suéltame por favor-le dijo en tono bajo, su novio lo tenía posesivamente abrazado por la cintura y el pecho, mientras pegaba su cuerpo a su pecho.


-No lo haré-refunfuñó el pelirrojo- mira, no me importa si tienes más cosas en común con Rei o si estás muy enamorado de él, Rei es mi novio, ¡no puedes acercarte así a él!- Rin los había encontrado cuando Sera aún tenía a Rei abrazado por la cintura y parecía que su novio le estaba tratando de decir algo, no esperó más para ir corriendo hacia allá.


- Pues tienes suerte, mi kouhai es muy lindo y sí, es lo que piensas, estoy muy enamorado de él aunque me haya rechazado, pero no soy de los que se rinden ya que nunca se sabe que pasará después, creo que te lo dije verdad Rei? –le dedicó una sonrisa traviesa y un guiño al peliazul que seguía fuertemente abrazado, el pobre estaba rojo como un tomate.


 


-mngh…e-espera Rin…no puedo…ah respirar….


-Dime que más te hizo- vovió a unir sus labios en un beso apasionado.


Apenas llegaron a su casa Rin acorraló a Rei contra la pared, sus bocas se unieron y ambas lenguas empezaron a rozarse mientras las manos del pelirrojo subían bruscamente por debajo de la playera del contrario, acariciando su torso y llegando hasta sus pezones rosas, presionándolos y estimulándolos, ambas manos de Rei  entrelazadas. El ramo de rosas había caído en alguna parte del camino a casa.


-Ah…s-solo eso, del beso en la mejilla y me abrazo por la espalda cuando estaba distraído…


-Sabía que ese senpai era demasiado bueno para querer solo amistad.


-¡Rin! N-no es lo que piensas, lo rechacé claramente.


-Lo sé pero…de todas formas no puedo evitar sentirme así- volvió a bajar sus labios presionándolos fuertemente en la clavícula del contrario, sí, ese era un buen lugar para dejar una marca.


En medio de más besos ambos terminaron con los torsos desnudos, el pelirrojo empujó a Rei sobre el sofá más cercano, con torpeza le quitó los lentes y lo que les sobraba de ropa, los dejó a un costado.


Rin empezó a formar un camino de besos por todo el cuello de Rin, estaba siendo un poco brusco ya que no perdía oportunidad de dejarle rojizas marcas por el cuello, la clavícula, justo al lado de uno de sus botones rosas, por todo el pecho. El cuerpo de Rei se arqueaba y emitía suaves gemidos a medida que Rin bajaba, emitió un gemido más apasionado cuando sintió el cálido aliento del mayor en su miembro, pero solo fue eso, inmediatamente un par de dientes y lengua peñiscaban y succionaban uno de sus pezones, mientras el otro era atendido por la mano libre de Rin.


Las manos del menor se aferraron a la ancha y fuerte espalda del contrario, podía sentir el húmedo de su sudor y a la vez lo fuerte que era, sus músculos se dejaban palpar, estaban rígidos, por otra parte él era solo tacto y oído, su vista estaba nublada por el placer, su novio estaba siendo brusco en uno de los puntos sensibles en su cuerpo. Sintió morirse de placer cuando Rin volvió a soplar y dar un beso en su erecto miembro, para después metérselo en la boca. Lo estaba succionando de arriba a abajo, una mano jugaba con sus testículos, pero esa lengua era la que lo estaba llevando más allá de la inconciencia.


Abrió ligeramente sus ojos, solo notó los mechones rojizos caer sobre su bajo estómago, el sonido que hacía Rin al chuparlo era tan erótico…sentía que sus mejillas iban a explotar de tan sonrojadas y calientes que estaban, de hecho, todo su cuerpo se sentía caliente, se estaba derritiendo por la ardiente pasión de su novio, no importa, Rin presionaba todos los lugares correctos para hacerlo llorar y suplicar de tan excitado que estaba.


El placentero castigo  a su miembro siguió hasta que su vista se nubló completamente y perdió la razón, había llegado al orgasmo  gimiendo fuertemente el nombre de su amado pelirrojo. Ahora estaba agitado por lo intenso de su orgasmo, cuando pensó que solo sería eso, sintió un suave peso sobre el suyo y el rostro de Rin se acercó, juntando ambas frentes sudorosas.


-Rei te amo…


-Y-yo también, solo a ti…


-Perdón, ya no puedo aguantarlo mas


-¿Rin?-notó la erección del contrario sobre su vientre y unos dedos lubricándolo de prisa.


Luego de unos segundos el miembro de su novio se abrió paso en su interior, profundamente, de una sola estocada, reclamándolo como suyo. Un sonoro gemido se dejó escuchar mientras Rin tenía el rostro contraído sobre el pecho del peliazul, estaba tan estrecho y caliente, era como si quisiese mantener su miembro para siempre unido su interior, pero a la vez era tan placentero  e incitante que no demoró en tomar las perfectas caderas del menor y comenzar a moverse, empujando en su interior una y otra vez. Salía del todo y nuevamente entraba golpeando el punto de máximo placer de Rei, gemidos y jadeos llenaban la pequeña sala, esto no era como las anteriores veces en las que hacían el amor y Rin era más gentil, ahora el cuerpo debajo del suyo se retorcía del placer y gemía con cada embestida, sus ojos llorosos, su boca tratando de decirle algo que no se llegaba a entender, un delicioso sonrojo en su cara y las marcas que había dejado por su cuerpo. De pronto los brazos de Rei se alzaron hacia el contrario y lo envolvieron con fuerza, cada  vez que lo embestía fuertemente unas uñas se incrustaban en la ancha espalda de Rin y dejaban marca, pero amaba que Rei también hiciera eso, lograba encenderlo más. De pronto ambos estaban sentados, Rin al filo del estrecho sofá y sobre sus piernas las caderas de Rei subían y bajaban por su cuenta empalándose en su miembro, rogando más de él. Ambos se volvieron adictos el uno del otro una vez más, se deseaban con cada parte de su cuerpo y su corazón. Aunque todo empezó bruscamente, ahora estaban perfectamente sincronizados gimiendo el nombre del contrario, empujando sus caderas en busca de placer, abrazándose tan fuertemente como si quisieran convertirse en un solo ser. Luego de unos minutos más el orgasmo los atrapó a ambos casi al mismo tiempo, un orgasmo especialmente fuerte, Rin se corrió llenando el interior de su novio, mientras este hizo lo mismo manchando su propio vientre.


Con esfuerzo Rin pudo llevar cargando a su amado hasta la cama, donde ambos se dejaron caer y segundos después de durmieron juntos, abrazos, y muy enamorados. Ambos con las marcas de posesividad en su cuerpo, así eran ellos, apasionados en todo lo que hacían y eso incluía su amorío, siempre se demostraban cuanto se amaban, tenían peleas como toda pareja pero siempre se arreglaban, sacaban lo mejor y lo peor de su personalidad el uno del otro y por sobre todo, se convencían día a día que en su destino era estar juntos hasta el final.


 


El pelirrojo abrazó una vez más, por última vez, el frágil cuerpo de su prometido, lo estrechó tan fuerte, como queriendo llevarse un poco de su cálido aroma con él, hasta que regresara de su viaje. Sintió los finos brazos y las delicadas manos pasar por su espalda, aferrándose a su blanca camisa, sentía en el hombro unas tibias lágrimas, su amor volvía a derramarlas, él quería hacer lo mismo, lo iba a extrañar demasiado durante el mes que estaría afuera, pero debía ser fuerte por ambos, apenas regresara tendría el dinero suficiente para casarse, sería una boda sencilla, con amigos, ambos habían perdido a sus padres; pero muy significativa y sobre todo estaba seguro que serían muy felices, estaban hechos el uno para el otro.


-Lo siento Rin- el peliazul se frotaba con la palma las finas lágrimas que rodaban por sus mejillas, sus lentes rojos empezaban a empañarse- sé que no querías que llorara acá- solo separó su cabeza un poco del pecho de su prometido, quería seguir abrazado a él.


Le dio un beso en la frente y volvió a pegar la cabeza de Rei a su pecho- está bien, puedes llorar un poco más si quieres, pero antes de irme quiero verte sonreír, así te recordaré antes de irme, cuando vuelva…


-Estaré aquí…-lo interrumpió- te estaré esperando aquí –se separó de nuevo y aún con los ojos vidriosos sonreía para él- y…te preparé tu plato favorito….y nos casaremos, por fin


-Tomó las pequeñas manos de Rei y le besó los nudillos- Nos casaremos y seremos muy felices, incluso tendremos suficiente para mudarnos a una nueva casa mucho más grande, con un gran jardín,  vendrán esas mariposas violetas que tanto te gustan.


Rió un poco, las lágrimas parecían haberse calmado, de pronto cambió a un semblante más serio- Sí, pero por favor, cuídate mucho, nada de sobresfuerzos.


-A sus órdenes, madre…ouch-recibió un golpecito en la frente.


-Habló en serio, siempre te esfuerzas hasta casi desmayarte y….no vayas a coquetear con los chicos de por ahí-hizo un puchero, ahora una de sus manos paseaba por los mechones rojos y largos de la cabellera de Rin.


No pudo evitar soltar una carcajada, su Rei era tan protector y celoso con él, aunque él mismo no se diera cuenta, le bajó sus manos hasta su cintura abrazándolo por ahí- Sabes que dejaré muchos corazones rotos por ahí, porque solo tengo ojos para ti, nadie tiene un culo mejor que el tuyo- le dio una nalgada y antes de recibir otra protesta por parte del peliazul, lo calló con un beso, un beso profundo, ya era hora de partir, el barco en el que iba estaba haciendo el último llamado.


Rozaba su lengua con la de Rin, por un momento se olvidó de la gente alrededor, de las circunstancias en la que se encontraban, solo eran ellos dos demostrándose cuanto se amaban. Volvió a la realidad cuando separaron sus bocas y los brazos de Rin por fin lo soltaron, de inmediato extrañó su calidez.


-Tengo que subir, Rei, ¡te amo! Regresaré pronto.


-Yo también te amo, estaré aquí- tal como su amante quería, le regaló unas de sus más hermosas sonrisas.


Sonrió por acto reflejo, la preciosa sonrisa de Rei lo acompañaría durante todo el viaje, luego dio media vuelta y corrió hasta el barco.


Rei se quedó mirando como la embarcación se perdía en la línea que divide el cielo del mar, se quedó ahí hasta que ya no pudo divisarlo, al igual que muchas mujeres y hombres que también habían despedido algún ser querido.


Todos los días siguientes se mantuvo ocupado entre su trabajo como profesor en el colegio de allí, en el cuidado de su casa, como todo buen amante del orden la tenía impecable, pero aun así cada cierto momento durante el día extrañaba a cierta persona pelirroja llamándolo a mitad de la madrugada, invitándolo a correr con él a orillas de la playa, robándole los lentes y escondiéndolos, esperándolo a la salida del trabajo, ayudándole con la cocina…


Por fin, la arena del reloj había terminado de caer complemente, 30 días pasaron lentos y llenos de recuerdos de gratos momentos  con Rin. Ese día muy temprano fue a esperarlo al puerto, otra vez la misma escena: muchas personas esperando con ilusión a que el barco que llegaba les devolviese a sus seres queridos.


-¡Rei!

Notas finales:

Continuará~

Espero me digan que les pareció >w< 


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