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YunJae: Pedido/ Guzaarish por pyeontae

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Notas del fanfic:

Este es un Oneshot YunJae basado en la película Guzaarish( गुज़ारिश )

Notas del capitulo:

Recomiendo la película Guzaarish( गुज़ारिश ) 

si quieren llorar, facinarse y enamorarse de Hrithik

 

Advertencia de angs, no soy de escribir este tipo de género pero la película me inspiró esto.

Entraba a la habitación con la bandeja en las manos, le tomaron exactamente 12 pasos para llegar hasta mi cama, se sentó, dejó la bandeja sobre la mesa de luz y tomó mi mano sin mirarme, yo no podía sentirlo físicamente pero desde ese lugar que cubrían sus dedos me llegó una calidez que hizo hinchar mi pecho. Cuando me soltó me agarró del cuello y me enderezó la cabeza para luego apoyar un vaso con jugo en mis labios, bebí lentamente la mitad del baso, le hice un gesto con mi mirada y él apartó el vaso. Después de apoya el vaso de nuevo sobre la bandeja tardó un instante pero finalmente me miró, sus ojos estaban rojos y húmedos pero todavía no caían lágrimas. Podía entender que tuviera mucho para decirme pero así mismo sabía que no eran necesarias esas palabras; no ya estaba todo dicho. La mano comenzó a temblarle cuando nuevamente fue hacia la bandeja en busca de la jeringa. Él estuvo encargado de mis medicinas y mis inyecciones desde hacía doce años, por supuesto ese temblequeo no era causado por inexperiencia sino porque negación, no quería hacerlo, todos lo sabían, yo lo sabía, pero lo estaba haciendo por amor.

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Yo fui mago, quisiera decir que todavía lo soy pero un accidente me ha dejado cuadripléjico, imposibilitado de moverme del cuello para bajo y por supuesto de sentir, aunque eso no significa que no me sienta mago aun, para mí la magia pasa por el corazón, es esa chispa que nos permite volver a ese sentimiento tan puro que es la capacidad de sorprendernos, tener expectativas, soñar, creer en lo que todos dicen que es imposible. Doce años atrás tuve un accidente durante un truco, en realidad no fue accidente, mientras frente al público me elevaba sin esfuerzo para recuperar la llama que hice levitar de una vela que sostenía en mis manos, cortaron los cables que me sostenían para realizar ese truco y caí, caí a una caja de cristal con agua que era parte del grupo y en el golpe me quebré la columna, de allí todo fue en retroceso, perdí hasta las habilidades tan naturales como abrir y cerrar la mano, mover los dedos de los pies, todo. Dejé de moverme.

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Doce años atrás apareció frente a mi él, Jaejoong, un joven enfermero muy eficiente que no tuvo problemas en acomodarse a mi condición, gracias a él tomé el medicamento a tiempo, me bañaba, me afeitaba, me cepillaba los dientes y me rascaba la nariz. Jaejoong fue esa conexión entre mi voluntad y mi cuerpo que había perdido. Él supo ser todo para mí, incluso mi último amor. Tuvo un gran amor antes de él, mi asistente, Ana, una joven hermosa, que me permitía hacer con ella lo que quisiese arriba y abajo del escenario. Después de mi accidente ya no quise que estuviera conmigo, aunque nos amábamos no iba a condenarla a una vida junto a una persona en mi condición, ella aceptó con todo el dolor del mundo que era por su bien, yo quería que fuera feliz. Y lo fue, se casó, tuvo un hijo y en el momento preciso me lo devolvió todo apoyando mi decisión de morir.

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Después del accidente dejé de moverme y de sentir, pero no de vivir. Exploté mi experiencia al máximo, escribí libros, di charlas motivacionales, creé un programa de radio que tenía mucho éxito y de vez en cuando recibía esa recompensa de haber ayudado a alguien a salir adelante, estaba orgulloso de mi vida, estaba convencido de cada una de las cosas que había hecho y dicho hasta el último momento. Incluso estuve convencido de tomar la decisión de matarme.

No fue una decisión apresurada, ni producto de una depresión, al contrario, yo había razonado todo, oído a todos y era feliz, con lo había logrado y lo que tenía, pero ya no quería más. Me sentía en una caja, atrapado, inmóvil, sin lugar a donde ir. Ya todo estaba llegando a su fin, lo presentía.

Mi decisión no fue bien recibida por Jaejoong que se enteró mientras me leía el diario como todos los días. En ningún momento estuvo en mí que se enterara de esa manera, pero ¿Cómo decirlo? Mi doctor también causó problemas, amigo de toda la vida y el hombre que me acompañó desde el comienzo de mi deterioro, él me explicó muchas veces mis posibilidades por eso supo aceptarlo cuando le pregunté mis probabilidades. Mi abogada, también amiga de toda la vida supo entenderme una vez pasado el primer momento y gracias a ella llevé mi caso a la corte para pedir la eutanasia. Después de varias sesiones, involucrar a la prensa a mis oyentes de la radio, de demostrar y testificar me negaron el pedido.

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¿Qué fue lo que hizo que Jaejoong aceptara mi petición? Quizás que dada mi situación económica desfavorable le debía ya dos sueldos, quizás el hecho de que mi madre muriera el día que dio su testimonio en la corte diciendo que si dependiera de ella me concedería mi pedido, quizás que su pareja finalmente estuviera en la cárcel por golpearlo hasta casi matarlo delante de mi sin que yo pudiera ayudarlo, tal vez se dio cuenta que sea por las circunstancias que fuera tenía derecho a elegir sobre mi vida y cómo quería que esta terminara, tal vez fue por amor. Mientras su pareja lo golpeaba repetía que nunca debió dejarlo por dedicar su vida a mí, un vegetal que ni siquiera podía servirle como hombre.

Jaejoong regresó una vez que sus heridas estuvieron mayormente curadas, se sentó en el mismo lugar en donde ahora se encontraba, también me tomó de la mano y me dijo que él cumpliría mi pedido. Después colocó ambas manos en mi rostro sosteniendo mi cabeza, lentamente se fue acercando hasta que nuestros labios se apoyaron, pude sentir su humedad, un aroma a jabón en su mejilla donde chocaba mi nariz y la caricia de algunos cabellos sueltos que pasearon por mis papados y mi frente empujados por la brisa que entraba por la ventana. Jaejoong se separó sólo un poco para abrir los ojos y volvió a besarme esta vez entro en mi boca con su lengua, yo lo encontré a medio camino con la mía, se rosaron tímidamente y bailaron, se empujaron jugando y se compartieron su sabor. Entonces Jaejoong cortó el beso, me apoyó nuevamente en la almohada, se subió a la cama y sentado a horcajadas volvió a besarme, acariciaba mi cabello y se sujetaba de mis orejas cuando el beso se volvía cada vez más intenso, cuando mermaba volvía a meter sus manos en mi cabello y lo revolvía. Mi cuerpo no reaccionaba físicamente pero por dentro sentía la pasión queriendo salir por cada poro. Jaejoong tal vez lo presintió o quiso lo mismo que yo, tanto tiempo siendo esa conexión entre mi voluntad y mi cuerpo...tomó mis manos y las colocó sobre su cadera de forma que sostuviera allí, aunque estaban inmóviles estaban en el lugar donde querían estar. Jaejoong poco a poco se iba removiendo la ropa, se acercaba su cuerpo a mi boca para que yo lo besara, la lamía y lo acariciara, así lo así, cuando acaricié su vientre con mi mejilla mi barba le hizo cosquillas y rió, fue un momento supremo. A medida que iban pasando las horas Jaejoong me acomodó de lado y se recostó frente a mí, nos miramos, sin mediar palabra nos entendimos tanto, sonreímos, lloramos y nos hicimos todo tipo de caras. Hablamos sin hablar. El sueño empezaba a caer en los ojos de Jaejoong, yo tenía mi boca en su pecho, lamía y mordía sus tetillas hasta que me levantó el rostro cuando lo mordí demasiado fuerte, hice mi mejor cara de cachorro mojado y se olvidó de todo, volvió a besarme, en el beso sentí un sabor salado, había sido una lágrima de él pero no la pude ver porque al separarnos apoyó me cabeza en su pecho, tiró mi cuerpo sobre el suyo, podía notar que se le dificultaba la respiración, teniendo un peso muerto encima, pero a él no le importó solo me sostuvo allí hasta la mañana. Jaejoong se despertó primero estuvo acariciándome un largo rato, yo no lo sentí pero lo vi. Cuando se movió cerré los ojos y me dejó acostado. Al regresar tenía la bandeja en sus manos.

Después de injertarme se volvió a acostar, me colocó en el hueco debajo de su mentón, yo podía oler su piel, sentí unas gotas en mi frente, lagrimas que Jaejoong había derramado en silencio. La mañana estaba comenzando, mi cuerpo estaba sobre el suyo, mi aliento chocaba contra su cuello, cuando empezaba a adormecerme le dí un beso. Fue poco agradecimiento por todo lo que me había dado pero como Jaejoong me conocía tanto seguramente lo entendió. Ni un segundo menos pude tener mis ojos abiertos, en el silencio de la habitación hubo una espiración y mi cabeza le pesó más. 

Notas finales:

Grias por leer. Espero les haya gustado


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