Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Buscando la cura por R13

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Es momento de buscar algunas provisiones y vigilar el terreno.

—Veamos, primero habrá que conseguirte algo de ropa. —habló Thorin con el pequeño híbrido parado enfrente de él.

 

Ya era el día siguiente, le había permitido a Bilbo quedarse con él para que pudiera sobrevivir, no lo iba a dejar morir devorado por esas cosas, no iba poder vivir luego con esa culpa. Se tomó dos horas de la mañana siguiente para tener con Bilbo una plática como se debía, explicándole todo lo que pudo y también haciéndole varias preguntas.

 

Le enseño que era un híbrido aunque Bilbo continuaba diciendo Líbrido por alguna extraña razón. Todo ya estaba casi claro, Bilbo era un híbrido entre lobo y humano, según había entendido, y que toda su vida permaneció en una celda cautivo. La edad era indefinida, no importaba, solo tenía que cuidarlo.

 

—¿Ropa?

 

—Sí, así como la que tengo yo. Ven. —Lo acercó para mostrarle que era y al cabo de unos segundos Bilbo pudo entender.

 

—¿En donde hay ropa? —Bilbo preguntó inocentemente y contento haciendo que su cola se moviera de un lado para el otro.

 

—Afuera. —La cara de alegría de Bilbo se tornó asustada quedándose estático y con la boca entreabierta.

 

—Nooo...

 

—No tengas miedo, yo te protegeré, no tardaremos mucho, lo prometo.

 

—¿Qué es prometo?

 

—Es cuando una persona que dice hará algo obligándose a cumplirlo.

 

La cara del híbrido se relajó y Bilbo sonrió de nuevo acercándose a Thorin. Posó sus manos un los hombros de Oakenshield que permanecía sentado y se apoyó para luego querer lamer el rostro del más grande. El impulso de Bilbo hizo que al pelinegro se le hiciera difícil quitárselo de encima pero los segundos pasaron y Bilbo cedió.

 

—Bilbo, no me lamas.

 

—Lo siento —bajó lentamente triste de encima de Oakenshield.

 

—No te pongas triste. —Le tomó de la barbilla permitiéndole que lo mirara a los ojos. — Es que se siente algo extraño que alguien haga eso. Espérame aquí, prepararé mis cosas y saldremos.

 

(...)

 

—¡SHERLOCK NO QUIERE! —Era como la cuarta o quinta vez que el chico le lanzaba la ropa en la cara, continuaba insistiendo en no querer vestirse—. ¿Por qué John no lo entiende?

 

—Es que no quiero verte desnudo —dijo John resignado.

 

Sherlock se había acercado hasta donde John se hallaba sentado. El híbrido le miro a los ojos y John se sintió un tanto perdido.

 

—Lo siento. Sherlock lo siento mucho John. Perdón. Ahora John está molesto con Sherlock ¡Lo siento!

 

—No Sherlock, no estoy molesto y por favor deja de decir lo siento—Sherlock asintió.

 

—Lo siento.

 

—Eres muy sentimental ¿Verdad? Si no quieres usar la ropa no te obligaré, tendré que acostumbrarme a verte así.

 

Sherlock volvió a asentir esta vez eliminando el lo siento y con un poco más de felicidad en la expresión de su rostro, John igual sonrió al ver que el híbrido estaba feliz.

 

—Tengo hambre—dijo John aun observando a Sherlock.

 

—Sherlock también.

 

—Traeré algo para que comamos.

 

John se alejó para dirigirse a la cocina de la casa y encontrar algo de comida reservada.

 

(...)

 

—Decidí que no iras conmigo. —Thorin le informó a Bilbo mientras sostenía sus cosas listo para salir.

 

—Pero no era necesario amarrar a Bilbo—El más pequeño sostenía con sus manos la correa que le envolvía el cuello.

 

—Am... es solo por seguridad—dijo dudando acerca del porqué lo había amarrado. —No tardaré, tienes comida a un lado de ti. No te comas a nadie.

 

Thorin comenzó su camino hasta la puerta del apartamento algo nervioso por el tener que salir. Ya estando a punto de abrir la puerta a Bilbo se le ocurrió hablarle.

 

—¡Thorin! —El híbrido exclamó, parecía preocupado.

 

—¿Si?

 

—No mueras. —Al decirlo una de sus orejas se movió de manera muy tierna.

 

Thorin analizó las palabras del pequeño cerrando los ojos algo divertido, le parecía graciosa la forma en la que decía las cosas Bilbo. Sonrió de lado suspirando.

 

—Lo prometo.

 

Continuó. Abrió la puerta primero quitando los seguros, con su arma en la mano y la promesa de volver. Al salir se aseguró de que la entrada quedara bloqueada para que no hubiera ninguna tragedia este día.

 

Una vez terminado el trabajo respiró profundo tomando valor. No iría tan lejos, tan solo unas cuadras más delante de su edificio pero aun así era una misión algo difícil para un solo hombre. Claro, hace una semana eran cuatro contándolo a él, desgraciadamente no pudieron sobrevivir pero gracias ellos ahora el edificio estaba libre de devoradores y era, en cierta parte, seguro. Se sentía mal al respecto de la muerte de sus compañeros sin embargo este no era el momento para recordar. Tenía que actuar. Rápido. Preciso. Sin miedo alguno.

 

Hora de salida: 8:47 am. Mes: noviembre. Día: martes.

 

Respiró el aire de las calles del devastado Londres, parecía tranquilo, como si no existiera ninguna amenaza más allá de su departamento. Falso. Los segundos fueron pasando mientras llegaba a la esquina derecha de la calle del edificio y ahí recordó que las calles eran peligrosas ahora.

 

Dos disparos a dos de ellos que se encontraban doblando la esquina, por suerte no había más devoradores cerca y a los que les había disparado estaban a solo unos metros. En esta zona no había tantos, aun así debía tener cuidado y ser más silencioso.

 

Ignorando el hedor y el charco de sangre que dejaron los cuerpos, Thorin corrió fijando su vista hacía todos lados previniendo. Se detuvo al llegar a la otra esquina, no es como si algún vehículo fuera a pasar en ese instante, pero el quizás y la costumbre siempre ganaba la lucha interna en su mente. Se maldijo en sus pensamientos en tanto corría para no ser visto por todos los zombies presentes en la calle. Había contado seis o cinco tal vez.

 

Se ocultó detrás del edificio de la esquina observando cómo dos de los devoradores salían corriendo por lo largo y sin rumbo.

 

—Lo siento, pero prometí no morir hoy —susurró consciente de que los zombies que habían salido corriendo no podían escucharlo.

 

Solo dos cuadras más y obtendría lo que necesitaba. Pasó la mano por su frente secando el poco sudor que había obtenido por correr. Él lo podría lograr, estaba seguro de ello. Salió del callejón detrás del edificio mirando hacia ambos lados. Nada. De nuevo la calle parecía vacía y de nuevo esa suposición también terminaría siendo falsa. Inhaló profundo, dos, tres, cuatro segundos para luego seguir corriendo como idiota quizás, cada quién corre como puede.

 

Uno se aproximaba por detrás, no tan rápido ni tan lento. Un disparo, certero. Thorin volvió a cargar para que estuviera lista el arma por seguridad y no dudo en seguir corriendo. Visualizó algunos humanos a lo último de la calle disparando para poder salvarse. "Ignóralos, Thorin" No podía desperdiciar su tiempo, además eran una buena distracción para que no lo vieran. Sonaba egoísta. Lo sabía.

 

Fingió no escuchar y preferiblemente no volteó hacia la dirección de esas personas. Los gritos de esa gente no sonaban en su mente, no sonaban "No suenan, no se escuchan" Se repitió hasta que estuvo al borde de la siguiente calle. Tres disparos desperdició para poder cruzar la calle y no se permitió parar mientras disparaba. Dios sabía si sus disparos habían sido certeros esta vez. En este instante no importaba. Debía llegar.

 

Todo era tan rápido que no fue consciente de en qué momento lo habían lanzado al frio pavimento. Una de esas cosas había salido de uno de los callejones que separaban las casas. Con habilidad se puso de pie de nuevo, algo aturdido ubicó su arma a unos centímetros de él. Uno. Dos. Tres disparos. ¿Por qué no se detenía el devorador? Oh, claro, aun no le daba en la cabeza. Idiota.

 

Un nuevo disparo y el zombie terminó fulminado en el suelo junto con otros dos más que venían por su izquierda. Lo extraño era que él no había conseguido disparar. ¿Quién? A lo lejos en donde antes se encontraba mucha gente, ahora quedaban dos de ellos y habían disparado para salvarlo. Un grito, una de ellos se había descuidado y por detrás terminó siendo mordido. No hay tiempo para dar las gracias en estas circunstancias. Lo sentía pero debía seguir corriendo no salvaría a personas que ya estaban condenadas a morir, eran demasiados metros para arriesgarse.

 

Tan solo una cuadra y lo peor habría terminado porque obtendría lo que quería y tal vez más. El arma se encontraba completamente vacía debía revisar en su mochila y buscar una nueva carga. Escondiéndose en un callejón otra vez, empezó a cambiar la carga de la pistola. Se limpió el sudor de nuevo, respiró profundo y con el arma ya lista se dispuso a correr. Una cuadra, unos metros, tan solo unas casas más, que bien que había escogido vivir en un lugar céntrico.

 

Gasto cuatro balas antes de llegar a la ultima esquina y poder apreciar su destino; era un supermercado, en la entrada caminaba algunos devoradores por ello tendría que ser en extremo silencioso o crear una distracción. Una distracción de uno, que gracioso, sin embargo él sabía que era posible hacerlo. Terminó de gastar sus últimas balas disparando hacia lo lejos a algo que produjera un fuerte sonido. El metal que había chocado contra la bala de Thorin, hizo el efecto deseado y como esperaba tuvo a todos los zombies distraídos por el sonido, corriendo hacia donde la bala había golpeado.

 

Cuando estuvieron a una distancia razonable del supermercado, Thorin cruzó la calle lo más rápido que sus pies le permitieron en ese instante y accedió al lugar, no por la puerta principal, no era tan estúpido como para exhibirse. Estando en la acera del supermercado se dirigió a la parte trasera del edificio y llegando veloz, disparo a la cerradura para entrar al edificio. Antes de entrar miró una vez más hacia afuera, no percibió a ni un zombie y entonces cerró la puerta.

 

Hora de llegada al destino: 9:02 am. Mes: noviembre. Día: martes.

 

Cambió de arma a una más grande para estar seguro, caminó con cuidado y quizás no quería admitirlo pero también tenía algo de miedo. Una vez pasó por el área en donde estaban todas las cajas y objetos empacados, pudo entrar al supermercado en sí. Miró un zombie a lo lejos pero él no había visto a Thorin. Disparó escondiéndose detrás de un estante, en el próximo minuto no visualizó a otro devorador.

 

Además de ropa para Bilbo, necesitaba más comida, más reservas. Enlatados. Fue así como se encaminó hacia el área de los alimentos enlatados. No desperdició ni una sola bala mientras llegaba, fue cuidadoso e intento no producir nada de sonido, claro, el disparo que había hecho inicialmente de seguro que había alarmado a todos los devoradores en la tienda. Se concentró en la comida, se quitó la mochila y abrió el cierre. Contó quince latas llenas de comida mientras se dirigía a la parte final del estante, esas serían las últimas, luego saldría a buscar la ropa y entonces se iría de ahí. Una, dos, esa se veía bien. Se agachó un momento para acomodar las latas en la mochila. Solo una más. Se levantó para alcanzar la última que llevaría pero se llevó una pequeña sorpresa cuando ya había posado su mano en la lata.

 

—La lata es mía, la tome primero—habló el sujeto que al igual que Thorin sostenía la lata.

 

—¿A si? Pues yo pienso que yo la tome primero o fue al mismo tiempo ¿No te parece?

 

—Es la última y la necesito, no quiero pelear contigo.

 

—Yo tampoco contigo, así que mejor dame la lata. —El otro hombre de tono de cabello plateado rió con sarcasmo.

 

—Te la daré si la compartes conmigo, la tomamos al mismo tiempo, es justo.

 

Era gracioso que aun continuaran sosteniendo la lata.

 

—¿Por qué tanta insistencia por una lata de frutas deshidratadas? —Thorin bromeó.

 

—Porque no quiero comer chicharos.

 

Thorin lo pensó unos segundos y soltó la lata, no la necesitaba tanto después de todo.

 

—Tómala, parece que hoy yo comeré chicharos —El hombre soltó una pequeña carcajada y metió la lata en su propia bolsa. Terminando de meterla observó a Thorin.

 

—Soy Greg Lestrade. —Le extendió la mano.

 

—Thorin Oakenshield —Correspondió al saludo agitando su mano.

 

—Si tienes algún problema puedes buscarme, siempre se necesita una mano más, vivo a unos minutos de aquí en auto, cerca de lo que queda de una tienda de antigüedades.

 

—Lo tendré en cuenta, espero no perderme.

 

—Gracias por la lata. —Se colocó la bolsa y salió de pasillo agitando su mano.

Notas finales:

Portada del capítulo:

https://s-media-cache-ak0.pinimg.com/564x/de/30/08/de30084de177b0a6e532272e6b312178.jpg

¡Gracias por leer!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).