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Secretos de un escritor y un adolescente por yamielking1985

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Notas del fanfic:

Hay MPRG jejejeje es un fancfic donde un que hubiera pasado si Misaki antes de conocer a Usagui hubierra tenido un romance pequeñin... en un mundo algo raro...

Notas del capitulo:

Hola, estoy de regreso, más Yamiel King con nuevo fanfic, espero ponerme al corriente con los otros dos que deje hace casi dos años suspendidos.

Espero les guste, les recuerdo que mi único pago son sus comentarios.

Millones de arigatos por leer.

Capitulo 1 El estudiante perdido


Era un día cualquiera, en una preparatoria cualquiera de Tokio, era la clase de literatura y él joven castaño de ojos verdes protagonista de esta historia, miraba despistado envuelto por una extraña sensación de  nostalgia por la ventana, todos ponían atención menos él, se encontraba perdido observando sin sentido hacia el otro edificio que se alzaba a lo lejos.


 


De pronto en su mente rodaban imágenes de lo que había pasado tres días antes, en la habitación del departamento de un hombre soltero, él miraba su reflejo en un espejo donde su cara era iluminada por los anaranjados rayos del sol que anunciaban que estaba por ocultarse, a pesar de todo podía ver el sonrojo de su piel y en uno de sus oídos los labios de su sensei quien con una voz ronca por el deseo, le susurraba que lo amaba, que lo deseaba mientras unas manos expertas acariciaban su cuerpo con desesperación, deseando arrancarle el uniforme de un solo golpe.


El solo cerró sus ojos y mordió su labio, él era un inexperto, era su primera vez y no sabia como reaccionar ni que hacer y solo se dejo llevar cuando el mayor dejo caer su peso sobre él para recostarlo en el piso.


-       Yo sensei…


-       Lo sé Takahashi, y… seré amable- decía mientras desabotonaba la camisa del uniforme escolar


-       Pero…- el mayor metía una de sus manos en los pantalones del menor tocando su erección


-       ¡Ha!- un gemido escapaba de la boca del menor


-       Lo prometo- miro al mayor a los ojos y este le respondió seductoramente antes de depositar un beso en sus labios- confía en mi


-       Sensei yo confío en usted- el mayor hipnotizado por tan hermosa visión se dejo llevar por sus instintos y mientras besaba al menor poco a poco lo despojaba de su ropa, hasta que al fin lo tuvo a dócil a sus deseos


-       Te amo Takahashi eres lo mejor que pudo llegar a mi vida


-       ¡Ha sensei!- decía el menor al sentir como el mayor recorria tu trasero con deseperación


-       Eres un buen chico- le decía mientras se preparaba para tomarlo


-       ¡ha! ¡duele! ¡onegai pare!


-       ¡Shhh!- le decía mientras callaba sus quejas con besos apasionados, pero el menor seguía adolorido y con sus manos rechazaba al mayor


-       ¡duele! ¡por favor!- intentaba alejarlo, esa sensación además de nueva era dolorosa para él


-       Y eso que todavía no me muevo- y de pronto profundizo la estocada, cosa que hizo que el menor se retorciera del dolor


-       ¡Ups! ¡ya no eres virgen!


-       ¡¿qué?! ¡sensei onegai!


-       Tranquilo, es lo más normal lo que acaba de pasar


-       Pero yo…- y lagrimas comenzaron a salir de sus ojos el mayor se acerco para consolarlo, darle algunos besos y volver a excitarlo


-       Se hombre, no llores- El castaño veía a su profesor como si fuera una especie de redentor su ídolo confiaba en el así que solo se dejo llevar


-       Sabes Takahashi… el sexo es el segundo deporte que más nos gusta a lo hombres, disfrútalo siempre…


-       Pero yo sensei…


-       Vamos- hizo caso a las palabras del mayor y se dejo llevar en un interminable vaivén


Al día siguiente se había levantado con la peor sensación de toda su vida, le dolía todo el cuerpo y su parte baje ni hablar, simplemente el esfuerzo de ir a la escuela parecía un castigo, entre clases quiso acercarse a su sensei para preguntarle por algo que había perdido al parecer en casa del mayor sin embargo la reacción del mayor había provocado en el una gran decepción pues este había reaccionado como un verdadero idiota


-       Ijunin Sensei yo…- decía un tímido castaño


-       ¡Takahashi!- contesto el profesor con la alegría que siempre le caracterizaba


-       Sensei yo…


-       ¿qué necesita mi estudiante favorito?- decía el mayor


-       Yo sensei… quería decirle del otro día verá yo…


-       ¡Ha! De aquella vez- lo había dicho como restándole la importancia que para el menor representaba


-       Si yo quería decirle que…


-       Takahshi las cosas como son, entre hombres no actuamos como mujercitas, tú no eres una niña estas consciente de eso


-       Si,  pero sensei yo…


-       Nosotros solo saciamos un deseo, no hay nada más, ni voy a pedir tu mano ni vamos a ser novios ni nada por el estilo heeee…


-       Lo se- apretó los puños de sus manos el menor, esa actitud le hacia enojar, y no es que él fuera a pedirle que se  hiciera responsable de sus sentimientos o algo así porque él era un joven muy tímido callado y esas cosas del romanticismo no se le daban, además Misaki Takahashi era el típico modelo de hombre japonés chapado a la antigua, ambiguo como solamente los japoneses pueden ser. Hasta él estaba sorprendido de lo que había sucedido con su maestro, y él lo único que quería decirle era que había olvidado en el departamento del mayor la bufanda nueva que su hermano le acababa de regalar.


El castaño contuvo su respiración para que su enojo no se notara, dio media vuelta y se alejo de su profesor.


Y al día siguiente se volvieron a encontrar, el caminaba por uno de los pasillos hacia la salida, tendía que irse ya porque su hermano lo esperaba en su casa y justo cuando cruzaba por la parte trasera de la escuela un brazo lo jaló hacia un salón vacío, quedando apretado contra una pared por el peso de otro cuerpo, vio con disgusto la cara de su profesor, quien como de la nada le propinaba tremendo beso.


-       Takahashi, te extrañe tanto


-       Sensei deténgase


-       Shhhh… baja la voz que nos pueden oír- decía el mayor mientras besaba con desesperación el cuello del menor


-       Entonces deje de tocarme


-       Si te gusto lo que hicimos Takahashi… admítelo


-       Como si pudiera acostumbrarme a eso- esas palabras detuvieron al profesor


-       ¿por qué dices eso cariño?


-       Con su permiso mi hermano me espera en casa debo de irme ya


-       Vamos quédate unos minutos más


-       Lo siento hoy voy a conocer a mi tutor particular


-       ¿pero para que necesitas uno? Conmigo basta


-       Pero niichan ya se tomo la molestia de conseguirme uno, no puedo causarle más problemas


-       Vamos… dile que me considere


-       Yo le diré – obvio que no lo haría, tener a ese patán desgraciado en la escuela era ya de por si horrible, el joven Takahashi después del día anterior se había jurado que jamás volvería a pasar algo entre él y ese profesor suyo quien de ser su adoración ahora era el ser más detestable, aunque también se auto regañaba cada vez que miraba esos ojos violetas y se sentía tambalear, o cuando esas manos largas y cálidas lo tomaban de los hombros como en ese preciso momento estaba sucediendo, o cuando el profesor se agacho y le propino un tierno beso en la mejilla al castaño, un beso dulce y cariñoso para después soltarlo y dejarlo ir, no sin antes revolverle sus cabellos castaños


-       Hasta mañana- dijo casi inaudible, e inevitablemente miro su cara sonrojada y tímida reflejada en un vidrío, apretó sus puños nuevamente pues no dejaría que el mayor lo viera así.


¿Por qué se sentiría así? Y de su pecho salió un extraño suspiro


-       Entonces jóvenes así es el amor de alocado lleva a la muerte como en el caso que acabamos de ver con Romeo y Julieta, pero no nos vallamos tan lejos también puede llevarnos a otro tipo de situaciones difíciles


-       Sensei es muy directo- decían unas estudiantes que se sonrojaban ante las palabras del profesor


-       Como si el supiera que es amar…- decía con una voz casi inaudible el castaño quien seguía mirando a la nada


La alarma que anunciaba el termino de la clase.


-Bueno chicos, nos vemos en la siguiente sesión, espero sus reportes de lectura- los estudiantes se preparaban para su siguiente clase, sin embargo algunos estudiantes se acercaban al profesor para hacerle algunas preguntas y el como todo un profesional las contestaba.


Antes de salir del salón, el pelinegro volteo a ver al castaño que seguía viendo por la ventana hacia la nada y al ver que el otro no giraba el rostro sonrió de una manera sardónica   para salir finalmente del salón.


-       Tsk- chasqueo con la boca el estudiante, odiaba esa actitud del pelinegro y le hacia rabiar.


Pasaron las clases y él como un extraño se dejaba llevar, no prestaba ningún tipo de atención o detalle a las lecciones de sus profesores, estaba perdido y a la hora de la salida camino como un robot, por el mismo camino de siempre hacia la estación de tren, vacío y ligero era su andar como deseando que sus pensamientos y sentimientos se sacudieran y fueran quedándose por allí donde no le causaran ningún dolor, hasta que una mano tiro de su brazo y lo saco de sus pensamientos.


-       ¿por qué esa actitud tan fría?- decía el profesor quien tomaba del brazo a un sorprendido castaño


-       ¡Ha!  Eres tu


-       claro ¿a quien más esperabas?- el castaño se soltó bruscamente del agarre del otro


-       ¡Es usted un idiota!- y se dio media vuelta para seguir su camino


-       Espera ¿por qué ese humor? ¿qué paso?- preguntaba el mayor


-       Me esta esperando mi hermano en casa, así que no me siga- lo cual era una mentira,  volteo su cara para que el otro no pudiera ver en su rostro la mentira, de pronto el mayor se adelantaba para detener al menor


-       ¿y eso que?


-       Ya quítese, por favor tengo que llegar temprano a casa


-       ¿estas enojado conmigo?


-       Algo…


-       ¿pero porque?


-       Usted sabes porque, así que sayonara…


-       No lo sé Takahashi tu no eres así de frío ven te invito un café y te dejo en paz…por hoy- el menor suspiró, saco su celular del bolsillo para verificar la hora y después negó con la cabeza


-       Pero no más de media hora de acuerdo- ambos se miraron


-       ¡Muy bien!- y se dirigieron camino hacia la cafetería


-       ¿cómo sigue tu cuerpo?- pregunto el mayor al menor quien inmediatamente se sonrojaba hasta las orejas


-       Yo…. Mejor…


-       Sabes, me encantas cuando te sonrojas así, eres más lindo que de costumbre


-       Baka…


-       Me encanta cuando me dices baka de esa forma tan sexi, haces que me den ganas de volver a tomarte como aquella tarde- de pronto una mochila estuvo a punto de estrellarse en su rostro


-       Por favor no vuelva a decir eso


-       ¿por qué si así paso?


-       Ijuni sensei no se supone que usted vino a hablarme de cosas serias


-       Soy  serio y más bien veníamos a que me dijeras porque estas molesto conmigo


-       Esta bien…


-       Y dime


-       Yo te llame


-       ¿en serio? Discúlpame estaba en mi otro trabajo en la editorial y no me di cuenta hasta la noche


-       Esta bien eso lo entiendo, solo que ahora hay un gran problema


-       ¿cuál?


-       Tengo un nuevo tutor que me ayudará con mis exámenes


-       ¡¿cómo?!


-       Si a partir de mañana empiezan las clases particulares con el amigo de mi hermano


-       Pues vamos a tu casa, si quieres yo me presento y le digo que ya no se desgaste, que yo seré tu tutor para presentar los exámenes para la universidad y así ya no le quitamos su tiempo al amigo de tu hermano


-       Si, pero no sabes como es niichan, además tu tienes tu trabajo en la editorial


-       ¡Y eso que, puedo ayudarte en las noches con tus estudios! - *por su puesto que no* pensó el más joven


-       Pero eso no es lo grave


-       ¿entonces?


-       Me dio la impresión de que es un tipo raro


-       Takahashi, no es bueno que juzgues a las personas sin conocerlas


-       Lo siento… pero su comportamiento fue algo .. extraño… cuando llegue a casa él se abalanzo y se aferro a mi hermano de una manera muy sospechosa


-       ¡Por su puesto que ni loco voy a permitir que estudies con ese hombre!


-       ¡pero sensei! Me acaba de decir que no juzgue a las personas


-       De por si me preocupa mucho que estés demasiado tiempo a solas con otro hombre que no sea yo! Y si es por costos yo no te cobrare ni te pediré nada a cambio por enseñarte


-       ¡pero…!


-       Pues si, pero yo aún dependo de niichan y no quiero causarle problemas


-       ¡Takahashi! A veces me desespera tanto tu actitud- en eso el celular del mayor comenzó a sonar, el mayor se puso de pie y salió del establecimiento mientras hablaba y hacia ademanes con las manos… hasta que después de unos minutos regreso a donde estaba en adolescente


-       Lo siento es de la editorial, me tengo que ir


-       *Me lo imaginaba* - pensó un castaño quien con desgano solo hizo una señal de despedida, mientras el mayor dejaba en la mesas unos billetes para pagar la cuenta…


-       *¿Cómo llegue a esta situación? Me gusta el sensei, pero no se que hacer, el hecho es que por dentro es un tipo de lo peor ¿Niichan que hago? *


Esa y muchas preguntas más se hacia Misaki Takahashi en el otoño de sus diecisiete años…


 

Notas finales:

Avances del Próximo Capítulo

-       ¿Qué es este libro de aquí?- decía el menor mientras de un paquete medio desenvuelto tomo uno de los ejemplares, el cual en la portada tenia a dos chicos con uniforme de preparatoria demasiado cerca uno del otro

-       ¿Akikawa Yayoi?... ¿Un diferente nombre de pila? - entonces se dispuso a leer el contenido en una página al azar y su cara de pronto cambio a una de asco

-       *Takahiro cabizbajo  sonrió levemente… Takahiro*- leía y le sorprendía encontrar el nombre de su hermano en una novela que obviamente era homoerótica

-       *En los labios semi abiertos de Takahiro, Akihiko… ¡Akihiko!* -

-       ¡AAAAAAAHHHH!- su grito se escucho por toda la ciudad, cerró el libro y subió corriendo en busca del autor, de una patada abrió la puerta de una habitación oscura

-       ¡Levántate podrido escritor!

-       ¡Explícame porque están tu y mi hermano!

-       ¡Exijo saber una explicación!-  decía enojado y muy rápido que apenas eran entendibles sus palabras, calmo su ira un poco y observo detenidamente el cuarto el cual era bastante lúgubre llena de muñecos, juguetes y cerca de la cama había un trenecito que a cada rato daba vueltas, pero lo más terrorífico fue el rostro del escritor cuando se levanto de la cama y lo miró con sus ojos cansados y su rostro molesto eso si que era terror y él estaba por conocerlo

-       Así que lo viste- decía un peliplateado bastante molesto


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