Capítulo No. 9
Ding… Dong….
El timbre de la puerta lo despertó. La noche anterior había terminado muy tarde de grabar, pero no podía quejarse, debía terminar con todo lo que había dejado pendiente el fin de semana anterior, después de todo.
Ding… Dong…
Otra vez el timbre. Se levantó pesadamente y a regañadientes fue a atender la puerta. No estaba preparado para recibir a la persona del otro lado.
-¿Ayana? ¿Qué haces aquí, y tan temprano?- le dio el pase a su ex-esposa que llevaba al niño en brazos.
-Papá…- balbuceo el niño de poco más de tres años y se removió en los brazos de su madre, intentando alcanzar a su padre.
-Tuve que venir a Tokio por trabajo y pensé que tal vez te gustaría pasar el día con nuestro hijo. La última vez que hablamos dijiste que lo extrañabas mucho…
-Claro que sí, muchas gracias, Ayana. No tienes idea de cuánto deseaba verlo. –Hola, Kei-chan, ¿extrañaste a tu papá?- le preguntó a su hijo con voz infantil. El pequeño asintió enérgicamente y, como si intentara confirmar su respuesta, abrazó fuertemente a su padre.
-Entonces, lo dejo a tu cuidado.- se volvió con la intensión de salir del departamento. -Vendré por él después de las nueve… veré la reservación del hotel, pero… tal vez regresemos esta misma noche a casa…
-¿Por qué no se quedan aquí?- le interrumpió el bajista sorprendiendo a su ex-esposa con la pregunta. –No deberías manejar a tan altas horas de la noche y un hotel no es lugar para nuestro hijo, así que, si tú quieres pueden quedarse…
-¿Estás seguro?- preguntó un poco insegura. ¿Cómo podían llevarse tan bien ahora que ya no estaban juntos? –De acuerdo, entonces nos venos esta noche…- tal vez este podría ser un nuevo comienzo, quién sabe…
En cuanto se quedaron solos, Tetsuya tomó el teléfono y llamó a Gackt.
-Soy yo, ¿estás ocupado hoy?
-Tetsu, no realmente. ¿Ocurre algo?
-Nada importante, es sólo que Keiichi está aquí y pensé que podríamos salir los tres, juntos…
-¿Tu hijo?- Tetsu respondió con un “ajá”, y Gackt siguió hablando. –Claro Tetchan, déjame arreglar algunas cosas acá y paso por ustedes.
-No, llámame en cuanto estés libre, te avisaré en dónde estamos. Llevaré a Keiichi a desayunar. Te esperaremos… ordenaremos algo para ti también, ¿qué dices?
-De acuerdo. Entonces te llamaré...
-No tardes…
La llamada se cortó.
-Bien Keiichan, papá se cambiará y luego saldremos a desayunar.- se encaminó de vuelta a su habitación con su hijo en brazos. –Luego te presentaré a Gacchan. Apuesto a que te agradará…
El niño solamente sonrió en respuesta, sin entender lo que le decían, pero feliz porque era su padre quien le hablaba.
*******
Tetsuya y Keiichi llegaron a un lujoso restaurante, de esos donde tienen siempre una mesa en la terraza para ocasiones especiales, donde te atiende uno de esos meseros entrenados para no ver, no escuchar y no decir lo que no le incumbe. Un viejo restaurante a donde Tetsuya solía llevar a Ayana cuando comenzaban a salir. Por qué si bien, en el interior estaba seguro de la discreción de los empleados, la terraza era otra cosa. En el exterior, en cambio, inundaban los paparatzis. Lo cual, en algunas ocasiones, era bastante conveniente. ¿Por qué había ido allí entonces?
-Adelante, Sr. Ogawa.
Mientras el bajista era guiado hacia la terraza, una delicada voz llamó su atención.
-¿Tetsu?- la vocecilla de una joven que hacía mucho tiempo creía haber olvidado.
-¿Kaori?
Kaori Moshida estaba sentada en una de las mesas centrales, acompañada de un par de chicas. Él la observó volverse ligeramente para disculparse con ellas y luego encaminarse hacia el bajista.
-Te ves muy bien, Ogawa…- alagó con un gesto de apreciación tal que en cualquier otro momento lo habría sonrojado.
-Tú no has cambiado nada, sigues igual de hermosa que como te recuerdo…- devolvió el alago. Se quedaron un par de segundos parados en medio de las mesas, sin decir nada. Hasta que el niño jaló a su padre con cierta desesperación. –Lo siento, Keichan…- se acuclilló para quedar a la altura de su hijo. –Ya tienes hambre, ¿verdad?
-¿Ah, así que tú eres Keichan?- preguntó con voz encantada, acuclillándose también. –Eres muy guapo, Keichan… te pareces mucho a tu papá… Tetchan, ¿te molesta si los acompaño a desayunar?- preguntó repentinamente.
Tetsu lo pensó un rato. Ya le había mandado el mensaje a Gackt avisándole dónde estaban. Lo que menos le apetecía era que “alguien” le estorbara… aun así…
-Claro. Aunque no quisiera que dejaras a tus amigas por…
-¿Ellas?- interrumpió. –No te preocupes por ellas. Además,- se acercó un poco para hablar de manera confidente. - ya me tenían aburrida…
Sin más remedio, juntos retomaron su camino hacia la terraza.
Durante un rato se dedicaron a platicar, olvidándose un poco de comer. Claro, el pequeño Keiichi no perdonaba así que él interrumpía cada tanto para que su padre le prestara atención. Reían ante las anécdotas y recuerdos de la época en que eran pareja cuando la voz fuerte de Gackt los interrumpió.
Gackt los había visto en cuanto cruzó el ventanal y, si debía ser sincero, un pequeño pinchazo de celos le había atacado el pecho.
-Buenas tardes…- saludó con voz indescifrable. ¿Molesto? -¿Interrumpo?- preguntó con cierta ironía al notar las cara de asombro en los que ocupaban la mesa.
-Gacchan, por fin llegas. Toma asiento, por favor.- en cuanto el alto cantante se sentó, el ambiente rápidamente se tensó. –Por cierto, ella es Kaori Moshida. Kaori él es…
-Gackt Camui.- respondió con hilaridad. Con esa voz suave y melodiosa que la caracterizaba. -¿Quién no conoce al gran Gackt Camui?
-Te sorprendería la cantidad de gente que no me conoce, aún…- respondió con su clásico tono de atrevido.
Aun así, la chica estaba acostumbrada a las bromas pesadas de los chicos. Y es que sus dos compañeros de grupo le habían “entrenado” correctamente para este tipo de situaciones. Así que simplemente rio divertida.
-No sabía que ustedes se conocieran…- dijo algo confundida. –Bueno, sabía que tú,- refiriéndose a Gackt –Eres amigo íntimo de Takarai, pero…
-Estamos trabajando juntos, así que…- se apresuró a responder Tetsuya.
-Ah, ¿así que esto es una reunión de trabajo?- preguntó –Tal vez debería irme entonces. Si yo molesto en algo…- siguió algo apenada.
-En realidad…- “sí, estorbas y mucho” era la respuesta de Gackt pero, Tetsu lo interrumpió.
-No, claro que no. No te preocupes, Kaori. Lo que tenemos que arreglar, puede esperar, ¿verdad, Camui?…
-“¿Camui…?”- pensó Gackt.
Pasaron toda la mañana acompañados por la chica, y aunque Tetsuya había pensado que tal vez podrían pasar la tarde los tres juntos, en algún parque o en casa, el celular de Gackt, que no dejaba de sonar, auguraba otra cosa.
Al final Gackt debió retirarse, el estudio requería de su presencia, así que terminó despidiéndose y Kaori no pudo sino sentirse feliz de volver a quedarse sola, con el que fuera por mucho tiempo su prometido.
Tetsuya regresó al departamento a media tarde, totalmente decepcionado por no haber podido pasar tiempo a solas con Gackt, bueno, que él no hubiera podido pasar tiempo con su hijo. Cuando cruzó la puerta la voz extrañamente feliz y afable de Ayana lo recibió.
-Bienvenido, Tetchan… ¿Qué tal la pasaron?- el niño feliz corrió hacia los brazos de su madre….
Al ver la escena, Tetsu tuvo un extraño presentimiento; pero lo acalló rápidamente y se reunió con su hijo y su ex-esposa…