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Make Love por KagaKuro is Love

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Notas del fanfic:

One shot del día 11 del especial del Día del Cariño KagaKuro. (Songfic)

Autora: ___maddy (En Wattpad)

Link: http://w.tt/20rAHmZ

Notas del capitulo:

Canción: Make Love - Daft Punk 

Busca la canción y ponla en repetir. Es una de las canciones que uso para leer y escribir lemon, me haría muy feliz que se sientan de la misma forma que yo al escucharla, y ya que éste Songfic es puro lemon, pues...
No tiene letra pero de alguna forma eso la hace especial. (Para mejores resultados descarga la canción, siento que es necesaria he he he).

Narra Kagami:

Llovía. No era una lluvia fuerte, pero tampoco una llovizna. Simplemente llovía.
Habíamos regresado de jugar un poco de basket callejero y el agua nos alcanzó a más o menos medio camino. Realmente no nos importó en ese momento pero ahora que lo pienso hay probabilidades de pescar un resfriado... no, no, no. Debo concentrarme. Debo concentrarme en darle el placer que merece en estos momentos al amor de mi vida. Ya que hacerle el amor es lo que más me hace feliz desde que nos conocimos en el instituto.
Besarlo. Joder... cuánto amo besarlo. Probar esos labios que a simple vista se ven inocentes pero que al tocarlos pueden hacer que me sienta en otro mundo.
Su cuerpo, increíble. La flexibilidad que tiene puede ser un verdadero martirio. Recuerdo nuestros días en Seirin; a diario, el tenerlo tan cerca y a la vez tan lejos, me desesperaba tanto que sentía que iba a colapsar. La ansiedad que siento cada vez que abrazo su cuerpo no creo que desaparezca jamás. Nuestra primera vez fue un desastre, al recordarlo nos reímos juntos. Sus menos de 60kg definitivamente no soportaron el maldito tigre que por primera vez salió de mi. No era el instinto animal que siento al jugar basket, era uno totalmente diferente y difícil de explicar. Pero con el tiempo fuimos conectandonos tan bien que llegamos a ser dos cuerpos en perfecta armonía. Como ahora, por ejemplo.
Al deshacernos de esa ropa mojada, dejándola en la entrada de nuestro apartamento, fuimos devorando los labios del contrario desde allí hasta la habitación. Ahora que me doy cuenta, casi siempre hacemos el amor en días de lluvia.
Su piel está mojada y fría; al contrario de la mía, que está evaporando las gotas de lluvia por lo caliente que se encuentra y reemplazandolas por gotas de sudor.
Desde la mitad del camino hacia la cama comencé a dejar pequeñas marcas en su pecho, ya que lo traía enrollando sus piernas en mi torso mientras apretaba su pequeño y perfecto trasero; posición que para hacer el amor, por cierto, me encanta. Al colocarlo en la cama quité su ropa interior, era lo único que quedaba. Ya estaba tan erecto como yo.
Las sábanas se humedecieron pero eso es lo que menos me importa en este momento. Recorro con mis manos cada parte de su anatomía. Toco cada una de sus costillas que, al retorcerse ligeramente, se notan aún más. Toco sus muslos, tan suaves como siempre. Siento su interior envolviendo ya dos de mis dedos. Mi erección está insoportable como siempre. Marco mi camino con la lengua desde su pecho hasta su entrepierna. Separo lo que considero el paraíso y me dedico a lubricar con mi saliva; sé que no es necesario, tenemos al menos 4 lubricantes dejados vagamente por diferentes sitios del apartamento. Pero quiero lamerlo. Me fascina ver como se retuerce al tocar con mi lengua esa zona porque, aunque a veces lo niegue, sé que le gusta.

"Kagami-kun... ya..."

Este chico sabe como excitarme. Sus gemidos son como música para mis oídos. Empiezo a saborearme mientras ambos jadeamos. Subo de nuevo hasta sus labios y él abre aún más sus piernas para mi, haciendo que automáticamente mi miembro acaricie su entrada. Tomo el lubricante que está libremente puesto en la mesita de noche y riego un poco en mi miembro. Mientras estoy en eso lo veo de reojo. Su mirada se ve ligeramente desesperada, aunque no tanto como la mía. Cree que no lo noto pero estoy seguro que mientras no lo veo él estimula uno o ambos de sus pezones. Lo hace desde antes de que estuviéramos en la universidad, esa época en que todavía nos molestabamos en usar condón hasta que él me dijo que se sentía mejor sin eso.
Meto lentamente mi erección en su interior. Él me abraza, suelta un rico gemido y clava sus uñas en mis costados. Vuelvo a besarlo para tratar de distraerlo, mordiendo su labio inferior y él devolviendomelo al rato. Voy por la mitad apenas y decido sacarlo haciendo que gruña, río un poco y luego vuelvo a meterlo aún más profundo.
Ya acostumbrado comienzo a moverme. Lento, suave y profundo. Sé que cuando tenemos sexo cuando de repente discutimos, podemos ser bastante desenfrenados y salvajes, pero al hacerle el amor me gusta llegar hasta el punto de excitarlo al estilo romántico. Y ambos lo disfrutamos, porque puedo sentir cada parte de su cuerpo; cuando sus piernas tiemblan, cuando su pecho se infla al suspirar, cuando su garganta emite esos gemidos placenteros que me vuelven loco y hasta cuando ambos coincidimos en venirnos casi al mismo tiempo. Podría hacérselo día y noche, nunca me cansaría. Cualquier movimiento que realiza en cualquier instante, me pone, lo juro. Me provoca cuando muerde la pajilla de su malteada; cuando levanta la orilla de su camisa para limpiar el sudor de su rostro al jugar basket, dejando ver su blanco abdomen; o cuando inconsientemente cruza su pierna al momento de estudiar o leer.
Siento que me provoca con tan solo respirar. Y lo sabe.
Pero lo que mi hermosa y perfecta sombra no sabe, es la cantidad de amor que le tengo. Los números ni siquiera me alcanzan. Siento que mi corazón podría salirse de mi pecho por los latidos tan fuertes que dá cada vez que hacemos ésto. Son tantos sentimientos los que tengo hacia él que ni siquiera podría contarlos. Solo quiero, cada día de mi vida, demostrarle lo mucho que lo amo y verlo feliz.
En medio de un cálido abrazo y de las suaves embestidas escucho un sollozo pequeño, muy pequeño. Aprovecho que la ventana deja que entre un poco de luz de la luna y me despego un poco para ver su rostro. ¿Ya está llorando otra vez? Soy un idiota, lo sé, ya que aún no comprendo por qué lo hace a veces; sin embargo, no se me apetece preguntarle tampoco. Sé que no le duele, no estoy siendo brusco. Pero probablemente mis sentimientos llegaron hacia él. ¿Estará feliz? ¿Triste? ¿Nostálgico? No tengo idea de lo que piensa. Kuroko siempre me sorprende.
Comienzo a besarlo y sin querer sus lágrimas mojan mis mejillas también. Doy un beso a su cabeza, a ambos párpados, y pego mi frente a la suya cerrando mis ojos como él. Sus manos acarician mis mejillas, cuello y cabello. Esas manos perfectas que hacen los mejores pases, los mejores hotcakes y, acompañadas de su boca, las mejores felaciones. Nuestros agitados alientos se mezclan acariciandonos entre sí, y Kuroko llora en silencio aún más...

"Kagami-kun, te amo".

Dos palabras. Dos palabras simples. Pero viniendo de él... Joder, soy tan feliz. Agradezco el día en que nos conocimos. Jamás en la vida había encontrado el significado de estos sentimientos, de los cuales antes me burlaba; pero luego, lo conocí a él. Él me completó. Encontré a mi sombra y le agradezco mucho por haberme correspondido.
Vuelvo a besarlo. Un beso lento. Me dedico a saborear cada pedacito por el que paso, chupando sus labios y lengua. De la nada comienza a empujarme lentamente con sus manos en mis hombros, posicionándose encima de mi cuerpo. Siento un escalofrío por toda mi espalda cuando, aun besandonos, comienza a mover sus caderas encima de mi. Coloco mis manos en su trasero para ayudar a que el movimiento sea mas intenso. Su pecho sobre el mío hace que la erección de Kuroko quede entre su abdomen y el mío y comienza a moverse adelante y atrás excitado, gimiendo entre besos y con sus piernas acariciando mis costados. Doy una estocada algo fuerte provocandole una contracción.

"N-no..."

Estoy casi seguro de que quiere que lo haga otra vez. Sigo manoseando sus nalgas mientras él me cabalga y unos segundos después vuelvo a dar una fuerte estocada haciendo que rompa el beso y que se estire un poco hacia atrás soltando otro rico gemido.

"Kagami-kun... yo... ya n-no puedo... más..."

Uf... por un momento creí que era el único que estaba a punto de venirse. No, no... no te muerdas así el labio, amor, sabes que eso me excita.
Le doy un vuelco al asunto y lo pongo bocabajo en la cama, conmigo de rodillas atrás. Lo tomo de las caderas poniéndolo a gatas y siento como sus lindas piernas tiemblan. Meto de nuevo mi miembro y siento como sus adentros me apretan al contraerse cuando llego a lo más profundo. Salgo y entro de él jadeando, humedeciendo mis labios y apretando su trasero; también vi de reojo su erección y está más mojado de nunca. Me acerco a su espalda y comienzo a besarla, así como sus hombros y nuca. Paso un brazo por su abdomen y lo levanto conmigo, quedando ambos de rodillas, aun penetrandolo. Tomo su barbilla y giro su rostro hacia mi, me acerco y devoro sus labios otra vez, impidiendo que sus gemidos salgan completos; él coloca su mano en mi mejilla y yo paso la mía hacia adelante para masturbar su miembro. Comienza a mover sus caderas de nuevo y yo aun más. Ya no puedo pensar, ésta lujuria no me lo permite. Ambos con el mismo ritmo soltamos el beso y así empezar a jadear como locos. Mi mente queda en blanco totalmente y, sintiendo como la mano con la que lo masturbo se humedece también, me vengo en vastedad dentro de él.
Él cae de cara en la cama y yo a su lado. Tratando de calmar la respiración nos miramos y sonreímos. Tomo su cintura y con la poca fuerza que me queda lo pego a mi, haciendo que su rostro se esconda en mi pecho, envolviéndolo en mis brazos. Su cabello aún está húmedo por la lluvia.

"Kagami-kun, tu corazón late muy rápido".

Tsk... como siempre haciendo que me avergüence. Tomo su barbilla y lo obligo a ver hacia arriba para ir y morder su labio inferior como venganza. Me mira haciendo un puchero y yo formo en mi rostro una sonrisa de triunfo. Pero la borré rápido diciendo "¡auch!" por la mordida que dejó cerca de mi clavícula. Gruñí y ahora él sonrió. Su sonrisa hace que le perdone lo que sea, en serio, me tiene a sus pies. Sube sus manos a mis mejillas para acariciarme y yo acaricio de la misma firma su espalda baja. Veo sus ojos azul celeste. Tan profundos, tan perfectos. Me acerco lentamente y pego mi frente a la suya. Como siempre, voy a decirle lo mucho que lo amo...

"Kuroko... yo te..."

"Kagami-kun, házmelo otra vez".

"..."

Notas finales:

Feliz día del amor ~b25;


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