Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Planes para el 14 de febrero por cherrymusic14

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Todo surgió por que en el trabajo me acordé la canción de "Tres lunares" de no sé que banda XD y después se me ocurrió algo para el 14 de Febrero y tada!!!!

 

Espero les guste!

Notas del capitulo:

Capítulo dedicado a Hazuki x Nii C:

Gracias a las brujis por las ideas.

Y si mi Midi, ya salió Hazu de la FZ XD

Gracias, peque por las ideas y las canciones sensuales xDD

Mañana será 14 de febrero, quizás sea un día normal, pero desde hace unos meses, estoy esperando este día con algo de ansiedad. Estoy en mi cuarto revisando mi celular, esperando un mensaje, pero sólo recibo notificaciones de fans mandándome mensajes por el día de San Valentin y algunas fotos de chocolates hechos por ellas mismas o quizás los hayan comprado, pero el aviso de que recibía un SMS, no aparecía.

—     Oye hermano, ¿tienes planes para mañana? — decía mi hermano menor, arreglándose esmeradamente delante del espejo de su recámara.

—     Pues, no sé. No estoy seguro. — dejaba mi celular en la cama mirando sólo el techo.

—     ¿No te ha hablado? ¿se enojaron?

—     No, no hemos tenido ningún problema, quizás tiene muchas cosas que hacer.

—     Es que se me hade demasiado raro, el mes pasado estuvieron saliendo casi cada fin de semana o cada que no estaba de gira. — Ryo se sentaba junto a mí y suspiraba un poco.

—     ¿Y por qué el suspiro? El que debería de estar suspirando debería de ser yo.

—     Porque mínimo tú has salido con tu pareja, el pinche Julián ni sus malditas luces.

—     Ryo, tiene otras cosas que hacer y nosotros también, así que no te pongas así.

—     ¡Pero será 14! ¡Nos deben de dar chocolates o debemos de salir en pareja! Pero bueno, esperaré a ver si el muy cabrón me invita a algún lado.

—     Creo que yo debería de decir lo mismo de ya sabes quién.

—     H-a-z-u-k-i, ay hermano, ya tienen tanto tiempo de salir juntos y tu eres tan... ¿propio? Está bien que eres bien penoso pero ¡vamos! Debes de hacer algo tu también, así como yo le preparé una fiesta sorpresa a July en día de su cumpleaños con hartas hamburguesas — Ryo hacia una pausa y chasqueaba sus dedos — Y hablando de sorpresas ¿por qué no tomamos la iniciativa y les hablamos? Digo, si la montaña no va a Mahoma — sonriendo maliciosamente, mi hermano tomaba su celular y comenzaba con su plan de “acosar hasta que me haga caso”. Espero que realmente le funcione. Y por mi parte, no quiero ser fastidioso y la idea de tomar la iniciativa no está mal, pero sólo le mandaré un mensaje, no más.

¿Hazu? Hola, amm, espero que estés bien, sé que esto es un poco apresurado pero, ¿tienes planes para mañana? Me gustaría saberlo para hacer planes o no.

Espero no ser muy inoportuno.

Mandaba aquel mensaje y volvía a recostarme abrazando un cojín blanco; odio admitir que Ryo tenga la razón, pero, aunque ya llevamos varios meses de relación, todavía no me acostumbro a la idea de tener un novio. Hazuki es mi primer pareja, si lo sé, a esta edad y apenas tengo pareja, pero… desde hace años que sentimos algo, y apenas pudimos concretarlo. Cada que lo veo me pongo nervioso, como una adolescente viendo a su crush por primera vez, es un poco estúpido de mi parte pero no puedo evitar ponerme así.

Empiezo a recordar la primera vez que salimos juntos y en mi rostro se dibuja una pequeña sonrisa. Justo cuando cierro mis ojos al sonreír, mi celular suena. Rápidamente me volteo hacia mi buró y veo que es una llamada.

El remitente era al que esperaba con tanta ansiedad.

—     ¿Bu-bueno?

—     Hola, Takeshi, ¿cómo estás? — su voz por teléfono era aún más profunda y masculina. Me descontrolaba un poco, casi tiro el celular ante su llamada. Cálmate Takeshi. Contrólate.

—     B-bien, un poco cansado después de ensayar.

—     Oh ya veo, debes de descansar un poco más, amor. — ¿Amor? Ay, Dios, lo dice de esa forma tan… tan él.

—     L-Lo sé, de hecho estoy por dormirme.

—     Acerca del mensaje que me mandaste, ¿Te gustaría ir a un lugar en especial? Francamente, tengo 0 ideas en mi cabeza. — Él siempre tan sincero, que a veces raya en lo brusco. Pero eso no importa. Así es Hazuki.

—     Amm, no sé, estoy igual que tú.

—     ¿Sabes? Hace un poco de frío, ¿Qué tal si nos la pasamos en tu casa, obvio sin Ryo, y vemos algunas películas?

—     Amm… — volteaba a ver mi cuarto, era un desastre aunado a que no sabría si mi hermano saldría o no, por lo que la idea de Hazuki no era la mejor. Me levantaba de mi cama y veía un panfleto acerca de aguas termales que había llegado en el correo, ¿un onsen? — ¿Te parecería bueno ir a un onsen? — lo decía sin bacilar. Pero había olvidado un detalle.

—     Je, eres muy gracioso, Takeshi, te apuesto que entro y todos huirán de mi. Es más, ya sabes que no me van a dejar pasar.

—     ¡Oh, mierda! ¡lo siento! Se me olvido el detalle de tus tatuajes. Lo siento mucho por mi torpe idea. — Tonto, eres un tonto, Takeshi.

—     Je, no te preocupes, y no es torpe, es más, me parece perfecta tu idea, es el lugar ideal para pasar un día frío, hace mucho que no voy a uno. 

—     Pero, ¿y tus tatuajes?

—     Reservaré uno privado, en este mundo todo se puede, y más con dinero.

—     No quiero que gastes por una idea algo tonta, ¿por qué no mejor…?

—     No, esa idea me gusta, y me gusta más que la hayas sugerido tú. — Su voz fuerte y directa hace que me quede callado, pareciese que me regaña, pero es su forma de decirme: No digas más, todo está bien, confía en mí.

—     E-está bien…

—     De una vez hago la reservación por internet, ¿Cerca de tu casa o cerca de la mía?

—     ¿Tienes LIVE al otro día? Si no, vamos a uno cerca de Nagoya.

—     Naah, no te preocupes, paso por ti y de ahí nos vamos, creo que es mejor que nos veamos en la estación de Shinjuku, creo que ya sé a cuál ir.

—     ¿Estás seguro?

—     Más que seguro. — Seguridad, eso era algo que definía a la perfección a Matsuharu Hazuki, esa seguridad la cual hizo que me enamorara de él.

—     Okey, ¿te veo mañana a las…?

—     Te veo a las 6a.m, llegamos a desayunar.

—     Bueno, a madrugar se ha dicho. — decía riéndome un poco.

—     No seas flojo, ¿Qué es levantarse a las 5am?

—     Habla el que se despierta a las 9 de la mañana.

—     Pero mañana quiero pasar todo el tiempo que se pueda a tu lado. Si por mi fuese, estaría en este instante junto a ti, disfrutando de tu presencia. — Mi cara empezaba a tener la coloración de un jitomate. Esas pequeñas frases que hacían me sonrojara, salían de su boca cuando menos lo esperaba.

—     Oye… bueno, está bien, te veo mañana a las 6a.m en la estación de Shinjuku, cualquier cosa me hablas ¿si?

—     Claro, tú no temas, la reservación ya está hecha.

—     Perdón si esto fue demasiado improvisado.

—     A veces las mejores cosas no se planean, y no me pidas perdón, mañana hablamos ¿va? Ya es hora de dormir.

—     Je, ya sé… Hazuki, e-este... yo, amm, te…

—     Yo más. Descansa. Buenas noches, Takeshi.

—     A-adiós…

Lentamente terminaba aquella llamada, mi corazón estaba latiendo sin control. Esas eran las reacciones de mi cuerpo cada que hablo con él. Ya se podrán imaginar cómo me pongo cuando estamos frente a frente. Al principio actuaba de lo más natural, jugando y bromeando con él, pero después de que el me confesó lo que sentía, me hice un poco tímido… o algo así.

El amor apendeja, y conmigo se puede decir que ese dicho se cumple.

Por andar hablando con Hazuki, no había visto que Ryo había salido, al parecer, había conseguido que Julián lo invitara a salir… aunque creo que no va a regresar hasta el 15, algo me lo dice. Me lavaba los dientes y me metía a mi futón. Necesitaba dormir porque si no, no me levantaría. Y siendo las 3a.m no podía pegar los ojos. Estúpida ansiedad, ¡déjame dormir! Me hubiera tomado un té para relajarme

6:10am, hacía algo de frío, mi saco gris hacía que no tuviese tanto, pero mi nariz empezaba a enfriarse de más. Pero eso no era lo que me preocupaba; Hazuki no llegaba. No era muy de él llegar tarde a las reuniones, así que me preocupaba un poco. Justo cuando iba a sacar mi celular para hablarle, el sonido de un claxon me desconcentraba.

Era su coche, un Toyota convertible color negro, a veces pienso que la frase: “todo se parece a su dueño” tiene mucho de cierto, ese coche era igual que él: puede pasar de la elegancia a lo divertido en un momento.

Corría hacia donde se había estacionado y me recibía abriéndome sus brazos. Eso era algo raro de su parte.

—     Mi Takeshi, ven para acá. — me jalaba hacia él y me abrazaba fuertemente.

—     Ha-Hazu, oye, primero, ¿por qué llegaste tarde? Estaba preocupado.

—     Perdón, fui yo el que me quedé dormido.

—     ¡Ah! Y yo poniendo mil alarmas, te pasas. — le daba un pequeño golpe en su pecho y ante esto, me abrazaba más fuerte.

—     Es que, estaba tan ansioso por verte que no podía dormir y cuando concilié el sueño, me quedé dormido más de lo normal. — ¿Él también estaba ansioso? Vaya, quién lo diría. — A parte, ya necesitaba verte, hace más de 2 meses que no estoy contigo. — Hazuki decía esto mientras acariciaba mi cabello, un escalofrío recorría mi espalda haciendo que soltara un suspiro.

—     Ahh, yo también te extrañaba, y mucho. — apretaba un poco mi rostro contra su pecho, sentía su larga mano en mi cabeza dándome algunas palmaditas.

—     Ya, ya, ya.

—     Oye, no me mascotees. — alzaba mi rostro para poder mirarlo y  me sonreía, esa gran y gentil sonrisa que hacía revolotear las mil mariposas en mi estómago.

—     Eres mi novio y si quiero te mascoteo, a parte, no lo hago en mal plan, es más, te vez tan bonito cuando te enojas.

—     ¡Hazuki! — haciendo un puchero, le pegaba de nuevo en el pecho pero con un poco más de intensidad.

—     ¡Hey! ¡No me pegues! ¡Esto es maltrato a la pareja!

—     No seas tan dramá… — antes de que acabara mi frase, sus labios me callaban. Un simple y leve roce de sus labios hacía que me quedara estático. Sin pasar más de 5 segundos, se separaba de mí.

—     No, no soy dramático ¿eh? Pero bueno, basta de tanta charla, la reservación está a las 9:30am, si no nos apuramos, no llegaremos.

—     O-okey.

Ambos nos metíamos en su coche, yo en el lado del copiloto mirando el paisaje y él centrado en la carretera.

La música que ambientaba nuestro camino se basaba en una combinación de la música de nuestras respectivas bandas y un poco de música en inglés, de todo un poco. Durante el trayecto, cantábamos algunas canciones o platicábamos acerca de los LIVES que habíamos hecho, era un viaje demasiado ameno pero sentía cierta incertidumbre, ¿Por qué me sentía así? Disimulando un poco mi preocupación, trataba de sonreír un poco más ante sus comentarios.

Pero trataba de engañar a la persona equivocada.

—     Bien, hemos llegado. — estábamos cerca del monte Fuji, el paisaje era maravilloso, hacía algo de aire frío pero eso no evitaba que los árboles se mecieran de forma rítmica y aumentara la belleza de lo que mis ojos veían. Claro, cuando él se colocó delante de mi y guiñó un ojo, olvide por completo la naturaleza.

—     T-todo está demasiado hermoso.

—     Lo sé, y más porque tú estás aquí, conmigo, compartiendo este momento. — estando estático, él aprovechaba para acercarse y darme de nuevo un fugaz beso pero esta vez, lo hacía en la frente.

—     Hazuki, yo.. amm, es que necesito pues, hablar contigo, tengo algunas cosas que platicarte.

—     Lo sé, algo me dice que estás algo inquieto, pero antes de que hablemos, primero disfrutemos este día ¿si? — cerraba sus ojos y me besaba la punta de mi nariz.

—     Okey, okey.

Tomando nuestras maletas de la cajuela, caminábamos hacia el hotel, en la recepción nos daban las llaves de nuestra habitación y que en ella estaban nuestras respectivas Yukatas y toallas. Caminábamos un poco y hasta el fondo estaba nuestra habitación. El hotel combinaba la modernidad con lo tradicional, me gustaba demasiado el ambiente. Mientras yo me sentaba en una de las camas, Hazuki sacaba un paquete rojo con un moño negro de su maleta.

—     No sé si dártelos de una vez o después, pero bueno, sólo quiero que los pruebes y me des tu punto de vista. — al sentarse junto a mí, me dejaba aquel paquete en mis piernas. AL parecer esperaba que lo abriera.

—     ¿Son chocolates?

—     Obvio tontito, es 14 de febrero, y te doy mi honmei choco, que aunque no esté hecho a mano, tiene mucho amor, y unos cuantos yenes. — Soltaba una leve risita, y yo de reojo sólo podía admirar cómo sobresalían sus afilados caninos. Si él fuese una creatura sobrenatural, un vampiro sería lo más adecuado para él.

Poco a poco abría ese paquete de chocolates y veía que todos estaban rellenos de licor.

Dios: licor de cereza, sake, licor de melón, vodka, tequila…

—     Tú me quieres poner ebrio con chocolates.

—     Vamos, sólo prueba uno. Mira, este dice que es de chocolate amargo al 80% con relleno de licor de cereza, anda, pruébalo. — tomándolo con sus dedos, Hazuki lo colocaba en mis labios, y justo cuando le iba a dar un mordisco, lo alejaba de mi boca.

—     ¡Oye! ¡Dame mi chocolate!

—     Sentí que tu boca no lo quería, parecía no saborearlo.

—     ¿Eh? ¿Cómo asumes eso?

—     Porque cuando estoy por besarte, cierras los ojos y hasta paras la trompita,  ¡acá ni eso hacías! — mi reacción era obvia, sonrojarme un poco y empezar a “pelear” para que me diera ese chocolate. Después de unos minutos de risa, y de que el sentía que el chocolate se estaba derritiendo en sus dedos, lo ponía por fin en mi boca.

—     Eres un malvado. — decía mientras masticaba un poco aquel pedazo de cacao y licor.

—     Un poco, y no lo puedo negar. Pero… ¿Qué te pareció? ¿te gustó? — parecía un niño curioso por saber si su idea para jugar había sido perfecta, sus ojos me miraban de la misma forma y después de pasarme el último pedazo de chocolate, daba mi veredicto.

—     Pues… sí que sabes escoger las cosas, ¡están deliciosos!

—     ¡Eso es todo, carajo! ¡No sabes lo feliz que me hace escuchar esas palabras! — El verlo así de feliz, me hacía más feliz a mí. Ahora el tomando un chocolate, lo ponía en su boca y se deleitaba con su sabor.

—     Nee, ¿Y si vamos a pasear por los alrededores?

—     Primero el desayuno, mi amor, no quiero que te desmayes en el día. — asintiendo, me tomaba de mi mano y caminábamos hacia el comedor.

Desde las 10 hasta las 12, tomamos un delicioso y sustancioso desayuno. El parecía un barril sin fondo, parecía tener el mismo apetito que mi amigo Hideyuki, se comía varios platos de arroz y el salmón fresco se acababa en un santiamén. Ahora comprendo a Satoshi cuando dice que cada que ve a Hideyuki comer tan amenamente, es como ver el atardecer después de un día nublado y con lluvia.

Al terminar nuestro desayuno, una mesera nos acercaba unos panfletos con algunas tiendas cercanas al hotel, y que si queríamos podíamos dar la vuelta cerca de este y tomar algunas fotos. A Hazuki le agradaba la idea, y a mi igual, así que sacábamos una cámara fotográfica y nuestros teléfonos móviles.

—     ¡Y nos lanzamos a la aventura!

—     ¿Eso qué, Hazuki?

—     Es la primera vez que salimos los dos de esta forma ¿no?  Para mi, esto es como una aventura con la persona que más amo.

—     Gra-gracias…

Nos tomábamos varias fotos, individuales y cuando podíamos algunas selfies, la vista al monte Fuji era magnífica, me sentía como en un sueño. Pero recordaba que estaba en la realidad y de nuevo mis inseguridades salían a flote.

Después de las fotos, Hazuki decidía ir a comprar algunos suvenires, ya que, con tal de que lo dejasen venir, los chicos de Lynch. le pidieron un recuerdito, así que necesitaba llevarles algo.

Durante esas horas de compras, permanecía algo callado. Mi mente seguía maquilando malos pensamientos, y yo en mi afán de no dejarlos salir, fingía estar bien.

—     ¿No te sientes bien, Takeshi? — me preguntaba algo preocupado.

—     Estoy bien, quizás el frío me constipó un poco la nariz, eso es todo.

—     Entonces regresemos al hotel, perdimos la noción del tiempo, ya son las 6 de la tarde.

—     ¿Qué hicimos en 6 horas después del desayuno?

—     Fotos, pasear, compras… pareciese que Chronos juega cada que nos vemos, no dura mucho el día cuando estamos juntos.

—     Sería hermoso poder detener el tiempo ¿no es así?

—     Hay veces en las que opino lo mismo que tú Takeshi, pero, a veces agradezco que haya pasado en joda el tiempo y haya dejado atrás varias cosas.

—     Y a veces ¿No te gustaría que un segundo durara una eternidad?

—     Si, como los LIVES, cada que salgo con los chicos de la banda, aquellos segundos cuando te beso, son los momentos que me gustaría que duraran años, siglos… — su rostro se acercaba hacia el mío, pero al notar que había demasiada gente a nuestro alrededor, ambos bajábamos nuestra mirada.

—     C-creo que mejor nos regresamos a cenar, ¿no lo crees?

—     A parte e que tengo hambre, quiero relajarme en aquellas deliciosas aguas termales.

Cuando él decía “Quiero relajarme” lo primero que pasaba por mi cabeza, era que él estaba estresado, que yo lo había estresado.

Durante la cena, ambos estábamos algo callado, y cuando el comentaba algo, le contestaba con monosílabos. Eso lo hacía enojar un poco pero sorprendentemente, sólo se quedaba callado.

—     ¿Vamos al onsen? — me decía limpiándose sus labios al terminar de tomar un trago de vino tinto.

—     Si…

Nos poníamos nuestras Yukatas y tomábamos nuestras toallas y aditamentos para la ducha. Abríamos una puerta de bambú y ahí estaba el onsen con el agua termal emergiendo de una fuente.

—     ¿Tú primero? — me decía dándome el paso hacia la ducha.

—      Gracias…

Pareciese que el pudor se apoderaba de los dos y nos duchábamos dándonos la espalda, cuando acabábamos, enrollábamos una toalla a nuestra cintura y caminábamos hacia el onsen.

—     Hacia tanto que no descansaba en estas aguas termales. — decía Hazuki tocando con su mano diestra el agua caliente.

—     Yo más, los chicos casi no son de venir a estos lugares.

—     Me imagino a Satoshi gritando como el mono que es por haberse quemado al entrar al agua sin templar antes su cuerpo. — A él le encantaba burlarse de Satoshi, pero a Satoshi le gustaba retarlo.

—     Ahora que lo dices, me pregunto si Satoshi habrá salido con Hideyuki.

—     Obvio que lo hicieron, de hecho me pidió un consejo, pero yo no soy el novio de Shuu, apenas y me sé que le gustan los perritos, y el enano ya quería un super consejo.

—     Eres un malvado. — tomaba un pequeño contenedor y empezaba a echarme algo de agua para que mi cuerpo se acostumbrara a la temperatura del onsen. Justo cuando regresaba mi mirada al agua, Hazuki empezaba a quitarse su toalla. No era la primera vez que lo veía desnudo, pero verlo sin nada en su cuerpo, más que sus tatuajes, hacían que me pusiera más nervioso de lo normal.

—     ¿Quieres que te eche algo de agua en la espalda? — decía un poco cerca de mi.

—     Gra-gracias. — odio tartamudear, pero sólo él me provoca estas reacciones tan torpes. Lentamente yo iba quitando mi toalla de mi cuerpo y el derramaba algo de agua en mi espalda. Era reconfortante. Después de unos minutos, ambos nos metíamos al agua termal.

—     ¡Ahh! Esto sí que es vida. — Hazuki ponía una toallita en su cabeza mientras descansaba sus hombros fuera del onsen.

—     Si… lo es. — decía metiéndome lentamente al onsen, quedando junto a él.

—     Takeshi, quizás sea algo directo pero, ¿Qué diablos te pasa? — Me esperaba esa pregunta, pero aunque así lo fuese, no podía contestarla al instante.

—     Nada, no me pasa nada.

—     A mí no me engañas, y lo sabes. Desde la mañana te siento un poco ido, como si tu mente estuviera en otra parte y no conmigo.

—     No, no, de hecho, ella siempre piensa en ti. — diablos, no se me da esto de ser cursi, pero las palabras se me salían de la boca. — De hecho, no he dejado de pensar en ti durante todo este día.

Hazuki, ¿no crees que somos muy diferentes? Siento que somos como el agua y el aceite. A parte, creo que estos dos meses de no vernos, me hizo pensar muchas cosas.

—     Y esas muchas cosas, son tonterías. Lamento mucho no habernos podido ver en estos meses, pero ya sabes, nuestras carreras no nos permiten vernos tan seguido.

—     Antes si podíamos, pero después de que nosotros cambiamos de manager, muchas cosas cambiaron.

—     Takeshi, Nii, mi amor, aunque estemos lejos, sabes que en la única persona en la que pienso, eres tú. Y no me salgas con eso de que somos muy diferentes, es más, eso fue lo que me enamoró de ti, y de hecho, quiero reclamarte algo, ¿Por qué no eres así de efusivo como antes? ¿El ser pareja significa dejar de ser como uno era?

—     No, no es eso, sólo que siento que mis tonterías no van junto a tu seriedad.

—     ¡Por dios! Yo de serio tengo lo que Satoshi tiene de alto. Takeshi, tu efusividad fue lo que me hizo enamorarme de ti, ¿Por qué no puedes ser así cuando estamos solos? — poniéndose frente a mí, acorralándome con sus largos brazos, me veía fijamente.

—     Po-porque siento que no va con nuestra relación.

—     Escúchame bien: Todo lo que tú eres, va conmigo, porque me complementas, y porque amo cada uno de tus actos, desde el más serio al más bobo. No dejes de ser tú, porque siento que no estoy con el chico al que más amo. — su mirada penetrante se clavaba en la mía, la cual temerosa sólo bajaba a ver el agua que nos rodeaba.

—     ¿De verdad tú me amas así como lo estás diciendo?

—     Te amo tanto que odio que no seas tú delante de mi. Sonríe, di tonterías, se así de efusivo como eres en los conciertos, haz esos ademanes tan chistosos, ríete a carcajadas, pero hazlo frente a mi.

Odio que él tenga razón, pero odio más ser tan estúpido y haberle hecho pasar un pésimo 14 de febrero, siendo yo el que había querido verlo.

—     Perdóname.

—     Sólo te perdonaré si me prometes ser el Nii, el Takeshi Matsueda del que me enamoré.

—     O-okey…

—     Entonces, ven y bésame. —

Su rostro estaba bastante cerca al mío, mi corazón palpitaba bastante rápido, así que sólo cerraba mis ojos y paraba un poco mis labios. Justo cuando creía que sólo iba a rozar mis labios, la humedad de su lengua sorprendía a los míos causándoles que se entreabrieran un poco. Abriendo de a poco mis ojos, su sensual mirada estaba centrada en mis labios, en mi rostro. Asumía que Hazuki quería que yo también sacara mi lengua, pero justo cuando sacaba la punta de esta, él se separaba de mí.

—     Te amo, te amo. — repetía esto mientras besaba los lunares que según él, adornaban y embellecían mi rostro.

—     Yo, yo también te amo, Hazuki.

—     No dudes de ser quien eres conmigo. — ahora sus labios se dirigían a mi cuello pero tomándome de la cintura, giraba mi cuerpo y me ponía de espaldas.

—     Ya no dudare… — Maldita sea, creo que el agua tan caliente, había subido también nuestras hormonas. Demonios…

El agua tapaba nuestras partes íntimas pero esta no era una barrera para que yo sintiera como su miembro estaba poniéndose algo duro. Sus perfectos labios comenzaban a besar mi nuca, y con sus manos acariciaba mi pecho y mi pene. Odiaba ser tan sensitivo, y que mi cuerpo respondiera tan rápido a esos estímulos, en segundos empezaba a sentir bastante placer.

—     Takeshi, quiero que me digas algo. — me decía susurrándome al oído de forma bastante sugestiva.

—     ¿Qué cosa?

—     ¿Te excitan estas caricias? — ¡¿Por qué sus preguntas siempre eran tan directas?! Mordiéndome un labio, sólo asentía con mi cabeza. — Quiero que me lo digas, no quiero que solo muevas la cabeza. — al decir esto, apretaba un poco mi miembro haciendo que mis labios dejaran salir un gemido.

—     ¡Ah! S-si, si me excitan.

—     Así está mejor, quiero palabras, no incómodos silencios. Un gemido, un quejido, lo que sea menos silencios. — Poco a poco me inclinaba un poco y me tomaba del trasero, yo me agarraba del borde del onsen mientras que él frotaba su ya bastante erecto falo entre mis glúteos.

—     Ha-Hazuki…

—     ¿Ya lo meto?

—     N-no sé…

—     ¿Ya lo sientes bien duro para que entre? — aumentaba el ritmo en el que frotaba su pene contra mis nalgas. Vaya método que usaba para masturbarse contra mis glúteos, pero al parecer, a él le fascinaba.

—     U-un poco…

—     Entonces, necesito que lo pongas un poco más duro, ¿no? — volteándome de nuevo hacia su rostro, atrapaba mis labios y me proporcionaba un delicioso beso francés mientras caminábamos fuera del onsen. Ya afuera de este, lo dejaba de besar y algo temeroso, besaba sus pezones y delineaba sus tatuajes con mis manos, bajando poco a poco y poniéndome de rodillas, llegaba a su miembro y con delicadeza lo tomaba.

—     ¿Puedo?

—     A esto me refería a que lo pusieses más duro. Anda, hazlo.

Mi boca se abría y comenzaba a darle algo de sexo oral a ese gran miembro. No era la primera vez que le hacía un “trabajo oral” a Hazuki, pero esta vez, era un poco más erótico. Mientras lo chupaba un poco, el jugaba con mi cabello, tenía un extraño fetiche con este, le gustaba acariciarlo a cara rato… yo trataba de succionar todo lo que podía de su pene, pero me cohibía un poco. Y como si él me leyera la mente, me levantaba del piso y de nuevo poniéndome de espaldas, lamía mis vertebras, una por una.

—     No, no Takeshi, no tengas pena, todo el pudor debe de irse al carajo. Disfruta, disfrutemos. — Volvíamos a meternos al onsen y mirándonos con deseo me cargaba haciendo que nuestros miembros se rozasen un poco.

—     Y-yo, Hazuki, yo… yo quiero…

—     Lo que desees, estoy a tus órdenes.

—     Maldita sea, métemelo, házmelo ya.

—     Como digas, mi Takeshi, pero lo haremos a mi manera. — bajándome al agua, me besaba todo el pecho y jugaba un poco con mi miembro debajo del agua. Yo no soportaba más por lo que arqueaba mi espalda y él de forma brusca me volteaba y de nuevo me inclinaba para poder poner su miembro justo en mi entrada. — ¿entró?

—     Mmm, sí, hazlo. — y de una sola intención, todo aquel pene estaba dentro de mi.

Empezaba con aquel delicioso vaivén de caderas, la sensación del agua chocando con mi cuerpo y su miembro rozando mis sensibles paredes, hacían la combinación perfecta para que el placer aumentara.

—     ¿Y bien? ¿Te está gustando? — Lo decía tan tranquilo, pero sabía que él lo estaba disfrutando tanto como yo.

—     S-í.

—     ¿Sólo un sí? Vamos, dime más, gime más. Pídeme más.

Me da pena admitir que me gusta cómo me  hace el amor, el cómo me vuelve loco con cada estocada, pero lo hace tan exquisitamente bien, que no puedo evitar decirle que me más de todo.

—     Más duro, más duro. — era lo único que podía articular en ese momento, y era lo único que quería. Sexo duro.

—     Lo que diga mi amado.

El agua se derramaba por toda aquella pequeña piscina, mis gemidos pasaban a ser gritos de placer, apretaba mis manos contra las piedras del onsen y él apretaba mi pecho pellizcando mis pezones. Dios, estábamos teniendo sexo en un onsen… ni en mis peores fantasías eróticas había pasado esa idea por mi cabeza. Mi mente se nublaba un poco, sabía que estaba por llegar al orgasmo y él también, así que parábamos un poco.

—     Te amo Takeshi, te amo demasiado, mmmh… — decía mordiéndome un hombro.

—     Yo, aahh, te amo… más, más…

—     ¿Me amas más, o quieres más?

—     L-as dos… cosas.

Con algo de delicadeza, Hazuki sacaba su miembro y me conducía hacia la zona de ducha, ahí, abriendo el agua caliente, me acorralaba contra la pared y volvía a introducir su miembro.

Su mano diestra me masturbaba mientras me seguía penetrando. Su mano zurda sostenía la mía y yo la apretaba en cada penetración.

Separando un poco mis piernas, le facilitaba a Hazuki la entrada y salida de su miembro.

Ya no podía más y el tampoco, cerrando mis ojos fuertemente y lanzando un gran gemido, me corría en su mano derecha, mientras que él soltaba un gemido bastante grave anunciando su orgasmo. Se corría dentro de mi, y era algo tan… indescriptiblemente delicioso. Todo mi semen se derramaba por su mano y se escurría por sus dedos, él lujurioso, jugaba con los restos de ese líquido aperlado,

—     Sí que salió caliente.

—     N-o digas cosas.. así.

—     ¿Qué no es normal que salga así? ¿El mío es frío o qué? — sus bromas sexuales eran a veces, un poco abrumadoras. Separándose de mi trasero, Hazuki me abrazaba fuertemente y besaba de nuevo mi cuello. — ¿Ves?  Es mejor cuando me dices las cosas, cuando eres tu mismo.

—     Pe-pero… me hiciste decir tantas cosas. — besaba su estrella tatuada en su mano izquierda mientras suspiraba varias veces.

—     Adoro que las digas, porque así, sé que disfrutaste.

—     Eres un malvado.

—     Soy el demonio que hace provoca a tu lujuria, y eso me fascina.

—     ¿My little devil?

—     Algo así… —

Y ese fue mi tremendo 14 de febrero, obvio, nadie sabe acerca de lo que pasó en ese onsen, ni mi propio hermano, sólo él y yo. Mi demonio seductor y yo, su víctima preferida.

Notas finales:

ASHDKASHDIHAISDUH x//D -se va a la shusha-

Ay ese Nii-chan!!!! asndkajshd x//D se cohibia tantgo y miren :p

P.D: QUIERO UN HAZUKI! ;___; es mucho pedir?

Nos leemos luego con el cap dedicado a SxS C:


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).