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Whatever Happens por PonyBB

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Notas del capitulo:

Hola, espero que le den una oportunidad a esta descabellada historia XD y sobre todo, que os guste.

 

Jouir~

 

—Anda, sólo será una vez ¿Sí? — Suplicó Jiyong al separarse por unos segundos del cuello de SeungHyun — prometo que no lo volveremos a repetir si no te gusta  — aseguró, con el fin de que la oferta se volviera más atractiva y, el mayor la considerara.

 

SeungHyun soltó un largo suspiro, ante la pesadez y la persistencia de las súplicas que frenaron el comienzo de sus acciones. Jiyong podía ser la persona más inoportuna e insistente cuando se lo proponía, al grado de detener al mayor en medio del calor de los besos y las caricias, cuando ambos ya estaban desnudos sobre la cama, con tal de sacar a flote la misma propuesta que durante varias semanas llevaba sugiriendo, pero que el mayor se empeñaba en rechazar.

 

— Ya te dije que no la necesito, Ji — replicó SeungHyun, medio incorporándose en la cama. — Mira, puedo lograr una perfecta erección sin necesidad de eso— añadió, agarrando la mano del menor y guiandola hasta el duro bulto que crecía debajo de sus bóxers.

 

—Lo sé, lo sé, pero sabes que no se trata de eso— murmuró Jiyong dando un ligero apretón en el miembro del mayor, recorriendo sus pectorales desnudos con cálidos lengüetazos —Sólo quiero saber si puede ser mejor— Finalizó, atrapando un pezón entre sus labios.

 

Los ojos del mayor se cerraron mecánicamente, disfrutando de las sensaciones placenteras que le provocaba la lengua de Jiyong. El menor estaba haciendo trampa para persuadirlo, lo sabía

 

—Ji...— Arrastró las palabras en medio de un suspiro.

 

—Por favor… sólo una vez ¿Qué puede salir mal? — imploró el menor de nueva cuenta, extendiendo la palma de su mano, con una píldora sobre ella.

 

SeungHyun la contempló receloso, no estaba seguro si tomarla teniendo ya una erección bien formada entre las piernas era una buena idea, sin embargo, Jiyong llevaba semanas alegando que si el propósito de la viagra era estimular una erección y aumentar el placer sexual, y si SeungHyun era totalmente capaz de lograr una erección al 100 %, entonces, tal vez y sólo tal vez, al tomar la píldora el placer y el deseo aumentaría a un 200 %.

 

—Está bien, tú ganas — cedió al fin —Pero sólo será esta vez —

 

Jiyong asintió, dando un saltito felizmente sobre la cama, antes de agarrar  el vaso con agua que estaba sobre la mesilla de noche y, entregárselo al mayor junto con la píldora. SeungHyun la tomó no muy convencido, porque sabía que si no lo hacía ahora, el menor seguiría insistiendo hasta el punto de mezclarla con su comida sin que se diera cuenta. Además, tenía razón ¿Qué podría salir mal?

 

Por supuesto, Jiyong no se iba a conformar con el 200 %, y por eso, había comprado más viagra en forma de lubricante, en busca de un 300 % que pintara como el mejor orgasmo de toda su vida. Sin una palabra en contra, tomó una generosa porción del lubricante y lo untó por todo el falo del pene de SeungHyun con tres largos movimientos, que culminó pasando el pulgar por la húmeda punta.  



Sintiendo un repentino dolor en la entrepierna, SeungHyun llegó a pensar que quizá había elegido mal. ¿Y si la viagra tenía efectos contraproducentes?

 

Pero conforme pasaron los minutos, las caricias de Jiyong apaciguaron todo sentimiento que no fuera placer.

 

—Hyung...— Ronroneó el menor cerca de sus labios. Un calorcillo se extendió desde su estómago hasta sus extremidades, y terminó con la distancia, sujetando a Jiyong por la nuca, abrió sus labios y utilizó su lengua para saborear con ella el interior de su boca.

 

Como respuesta, el menor jadeó. SeungHyun se separó sólo para posicionarse en un mejor lugar, tumbó el rostro del menor contra las sábanas, dejando únicamente su trasero hacia arriba, y de rodillas se situó por detrás. Agarrando firmemente sus caderas con ambas manos, empujó su pelvis hacia adelante con tal fuerza, que la punta de su pene se presionó directo contra su próstata, obteniendo como resultado

una erección al máximo entre las piernas de Jiyong.

 

—Seung… Ah, uhm —gimoteó Jiyong, hundiendo los dedos en la almohada —

 

SeungHyun salió momentáneamente de su cuerpo, únicamente con la punta de su miembro rozando la entrada, sólo para arremeter de vuelta con más fuerza y precisión. En cuestión de minutos, encontraron su ritmo, con un rítmico frenesí en el que ambos se encontraron jadeando y gimiendo, con el menor pidiendo por más en cada embestida.

 

—Esto me está quemando, Ji— Jadeó SeungHyun, acelerando el ritmo de las embestidas, en busca de un contacto más profundo y desesperado, produciendo un sonido húmedo y chicloso. La sensación electrizante y sofocante que recorría cada célula de su sudorosa piel, era placenteramente dolorosa.

 

—S-sólo un poco más— Gimió el menor, mordiendo sus labios con fuerza ante las sensaciones que se arremolinaban en su entrepierna y amenazaban con expulsarse en cualquier instante, sin siquiera tocarse.

 

La armonía en las estocadas del mayor eran incomparables y llenas fuerza bajo los efectos de la viagra. El calor que irradiaba en la parte del bajo vientre nublaba todo pensamiento coherente, advirtiéndole que su orgasmo estaba próximo en llegar en una lluvia de fuegos artificiales.

 

— Ahm, Ji, así.. Uh — Exhaló SeungHyun, cuando el cuerpo del menor se apretó con fuerza alrededor de su pene, haciéndole ver lucecitas por una fracción de segundo que lo detuvieron de golpe a mitad de una embestida, culminando así su orgasmo.

 

—Oh, Ssseung — siseó el menor, sintiendo el líquido caliente cosquillear en su interior, ocasionando la llegada de su propio orgasmo

 

Con las piernas temblando, y su corazón amenazando con salirse de su pecho en cualquier instante, se desplomó sobre el colchón, sin un ápice de energía.

 

—Uhm… — Se quejó, cuando Seunghyun soltó el agarre de sus caderas y se retiró con cuidado de su interior. —¿Se sintió bien? — Preguntó hundiendo el rostro en el cuello del mayor y respirando con dificultad—. Por que yo… Eso fue… Ah… Fue lo mejor, Seung—  

 

Seunghyun asintió en aprobación, exhalando fuertemente por la boca, asegurando que por mucho, había sido el mejor orgasmo de su vida.



—Sí —musitó Seunghyun, escondiendo la nariz en el húmedo cabello del menor y aspirando. —Fue lo mejor, pero...— Dejó flotando las palabras en el aire.

 

Jiyong levantó la mirada para encontrarse con los ojos de Seunghyun, esperando el final de la oración. No podía negar que no le había gustado, no después de toda esa cantidad de semen que sintió en su interior como prueba.

 

—¿Pero? ¿No te gustó?— murmuró, recargando su cuerpo sobre su regazo.

 

Seunghyun negó con la cabeza. —No, al contrario, me gustó mucho, por eso… — Fijó la mirada hacia abajo, Jiyong siguió la dirección que señalaban sus ojos, y sonrió libidinoso al encontrarse con la percepción que por debajo del vientre del mayor se asomaba una erección igual a la primera, la misma a decir verdad, si se contaba que ésta no había reducido ni un milímetro su tamaño, aún después del orgasmo.

 

—Oh, por Dios— Barbotó Jiyong, deslizando su mano hasta ahí para comenzar a masturbar.

 

—Yo diría que por la viagra— Replicó Seunghyun con una risita. Una segunda y hasta una cuarta ronda de besos y caricias, dieron comienzo de nuevo. No fue hasta después de un par de horas y continuos orgasmos que los efectos de la viagra desaparecieron, con ambos cuerpos desfallecidos sobre el suelo al borde del colapso, Seunghyun fue cediendo a la tentación de pensar que quizá, y sólo quizá  una segunda e incluso una tercera vez de lo mismo, no podía ser tan malo.

 

—¿V-ves? Te dije que nada malo pasaría— Musitó Jiyong, con toda la razón que los últimos tres orgasmos le concedieron. Consciente de que tal vez mañana, ni siquiera sería capaz de caminar, pero que había valido la pena por mucho.

 

Jiyong no lo sabía, pero estaba equivocado. Muy equivocado…

 

°°°

 

Desgraciadamente las cuatro semanas de vacaciones decembrinas que Hyunsuk les había concedido, se esfumaron casi en el tiempo que costaba abrir y cerrar los ojos. Con la mente y el cuerpo relajado después de un merecido descanso que las promociones del MADE les había dejado, regresaron de nueva cuenta a la sala de prácticas para ensayar las coreografías, preparándose para los próximos conciertos en los domos de Japón, que estaban sólo a una semana de distancia.

 

Muy a su pesar, porque le fue imposible conciliar el sueño en las últimas horas de la madrugada debido a unas molestas náuseas, Jiyong fue el primero en llegar, seguido unos minutos después por Youngbae y Daesung, que lo miraron como si fuera un fantasma, por sus expresiones de asombro.

 

—¿Qué? ¿Por qué me miran así? — Preguntó Jiyong, llevándose las manos a la cara para asegurarse de que no tenía nada que mereciera aquellas miradas.

 

—¿Quién eres? ¿Dónde dejaste a Jiyong?— Interrogó Youngbae, con un poco de burla. Pensó que había más probabilidades de que él, sus hijos y sus nietos murieran primero antes que ver a Jiyong llegar temprano a un ensayo.

 

—¿De qué hablas? — Inquirió Jiyong arrugando el ceño, confundido por las preguntas. Daesung soltó una risita, antes de agarrar su ropa deportiva y enfilar rumbo a los vestidores para cambiarse.

 

—Tú nunca llegas temprano— Youngbae se encogió de hombros. Lo cual era cierto, Jiyong era el último en llegar junto con SeungHyun, era como si ambos estuvieran en alguna clase de competencia en la que veían quién de los dos llegaba más tarde.

 

—Idiota— Masculló Jiyong, volviendo la vista a la pantalla de su teléfono. Sabía muy bien que no era el mejor de los cinco en cuanto a puntualidad, pero no era su culpa, a veces estaba muy ocupado con otras cosas, no importantes, pero sí ocupado.

 

Youngbae rió, y siguiendo los mismos pasos que Daesung, se encaminó hacia los vestidores. Jiyong ya se había cambiado, listo nada más para esperar a que todos estuvieran reunidos, y comenzaran de una vez por todas la práctica, faltaban casi diez minutos para llegar a la hora en la que habían acordado comenzar, pero el dolor de cabeza que se negaba a dejarlo en paz desde días atrás, quería que esto terminara lo más pronto posible. Muy de acuerdo a sus necesidades, fue Soonho quien entró a la sala con varias botellas de agua en una bolsa.

 

—Soonho— Ronroneó Jiyong, con la sonrisa más amplia que pudo. Soonho lo miró de reojo por una fracción de segundo antes de negar rápidamente con la cabeza, y depositar la bolsa sobre una banca.

 

—Ya te dije que no existe el helado de mayonesa, y que tampoco voy a recorrer el mundo para buscarlo — Jiyong resopló enfurruñado, cruzándose de brazos por la negación. Su mánager ya estaba harto de escuchar sus súplicas sobre conseguirle aquél helado, simplemente porque un par de días atrás repentinamente se le antojó. Soonho había alegado incansablemente que ese sabor de helado no existía, pero Jiyong estaba tan encaprichado, que hasta le había ordenado que consiguiera una receta y lo hiciera él mismo.



—Amargado— barbotó Jiyong.



Estuvo a punto de seguir replicando, pero se interrumpió cuando apenas SeungRi cruzó el umbral de la sala de prácticas, y un tufo de algo extraño le llegó a la nariz.



—Agh, ¿Qué te pusiste encima? Apesta horrible— Gruñó Jiyong, cubriéndose la nariz con una mano, en el intento de reprimir una arcada que amenazaba con hacerle vomitar el ramen con mermelada que había desayunado.

 

—¿Qué? Pero si me bañé— Se defendió el maknae olisqueándose a sí mismo los hombros y los brazos.

 

—¿Qué pasa?— Preguntó Youngbae, al entrar junto con Daesung y presenciar el cuadro que ambos hombres ponían en escena.

 

—El Maknae huele horrible— espetó Jiyong conteniendo la respiración, ante el olor nauseabundo que parecía incrementar su intensidad conforme el menor se acercaba.

 

—Se llama Dolce&Gabanna— Justificó el menor, sintiéndose ofendido ante la mención de que apestaba.

 

Youngbae y Daesung intercambiaron miradas de extrañeza, acercándose al maknae con cautela para olisquearlo, y no encontrar nada de ese “horrible” olor  que misteriosamente sólo Jiyong apreciaba.  

 

—Yo no huelo nada— desdeñó Daesung. Jiyong pensó convencido que probablemente tenían las narices tapadas si es que no eran capaces de percibir tan repugnante olor. Como una mezcla pútrida de melocotón con vainilla.

 

—Yo tampoco— secundó Youngbae, aspirando con ímpetu la tela de la camisa del maknae.

 

—Por favor, pero si cada vez huele más feo— Refunfuñó Jiyong, con una expresión de puro disgusto pintada en el rostro. —No te me acerques— Le gritó a SeungRi, apenas este dio un paso en su dirección. De acuerdo al olfato de Jiyong, su cuerpo despidió con mayor intensidad el olor, que fue incapaz de eludirlo y lo hizo salir corriendo en dirección al baño más cercano.

 

Juntando todas las fuerzas que le fueron posibles, Jiyong se llevó una mano a la boca para evitar vaciar el estómago, mientras corría por los pasillos rogando a todos cielos no vomitar en el camino.

 

—Ugh...— vomitó con la cabeza dando tumbos, y de rodillas en el suelo, aferrándose con fuerza a la porcelana del retrete como si su vida dependiera de ello. —Que asco— lloriqueó, dando rienda suelta a sus arcadas. Un regusto amargo se instaló en su boca y, a tientas busco el papel higiénico, que sirvió para limpiarse el vómito y la saliva que le escurría por la comisura de los labios.

 

Con un suspiro en busca de estabilidad, bajó la tapa del inodoro y jaló la palanca para eliminar los rastros de evidencia. Se puso de pie en medio de un tambaleo, inclinándose sobre el lavabo antes de que Youngbae y Daesung llegaran a comprobar su estado. Sin SeungRi, ya que éste se había quedado en la sala de prácticas, indignado en no molestar a Jiyong con su olor.




—¿Estás bien, Ji? ¿Quieres que llame a la enfermera?– Preguntó Youngbae, pasando su mano sobre la espalda de Jiyong, y haciendo círculos sobre ella.

 

Con todo amago de su energía, Jiyong denegó con la cabeza, todavía negándose a respirar con normalidad por miedo a devolver de nuevo.  Abrió la llave del lavabo y se lavó las manos, salpicando un poco de agua en su rostro para espabilarse. 



—Estoy bien. No es nada. Es sólo que detesto el olor a melocotón – dijo secándose las manos con una toalla. Antes muerto que decirle a Youngbae que se sentía un  poco mareado, que no era la primera vez que vomitaba, y que sus náuseas persistían desde días atrás, empeñandose en joderlo por las mañanas.

 

—¿Seguro? – Insistió el moreno, no muy convencido, tal vez era su instinto sobre protector, pero la verdad es que el aspecto de Jiyong no lucía para nada bien, comenzando desde el tono pálido de su piel hasta sus ojos inyectados en sangre.

 

—Sí, sólo dile a SeungRi que se vaya a bañar de nuevo, y que no se vuelva a poner ese apestoso perfume— Jiyong arrugó la nariz, tratando de no recordar el olor.

 

Estaba seguro que en un par de minutos, las energías le volverían al cuerpo, y podrían comenzar la práctica. Olvidándose de los malestares pasajeros.

 

Notas finales:

Espero os haya gustado c: y que me lo hagan saber mediante sus comentarios, ya sea aquí, o en Twitter @PonyGaJr

 

Besitos~

 


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