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¿ZoSan? Ese será el día de tu muerte por Musume ZoSan

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Notas del capitulo:

Holissss, holaaa ¿Cómo están mis tomodachi´s? ¿Puedo llamarlos así, no les importa? Toda fanficker tiene nombre para sus lectores xD Okno :v Bueno, ya hacía casi medio año que no actualizaba este fic, y pues quería continuarlo, no lo voy a abandonar por si ya ponían cara de "Noooo" xD También, si ya no actualizo, es que por culpa del maldito yaoi (es sagrado *-*) A la hora de estudiar no me dejaba y me iba a ver cosplay de Sanji :D Como este -----> Cosplay Sanji

Madre mía Willy :v xD Okno pero es que es muy kawaii y sexy. También ya tengo el google+ Wiiii, por si me quieren buscar estoy como MusumeZoSan (Nunca cambiaré mi nombre) Buenoooo, ya los dejo leer, que si no acabo :3 Gracias por leer.

 

Enjoy the Reading and Arigatou~!!!

Sanji se les unió a los pocos minutos, con bebidas de frutas para todos y se sentó a unos centímetros de Zoro.

-Sanji-sama, no deberías hacer eso Kuku- tomo su vaso y le sangro la nariz.

-¿Eh? ¿Por qué Ari-chan?

-Oh, por nada- saco un cuadernillo y anoto algo que nadie descifro que era, ni menos Robin, que pudo haber usado su Akuma no mi.

-¡Ari! ¿Ya llegaste querida?

-¡Si, Oka-san!- una mujer pelinegra bajo por las escaleras- Oka-san, son mis amigos no te preocupes.

-Perfecto hija, con que no hagan desorden está bien. Me voy a trabajar, siéntanse como en casa. Matta neee~- mando un beso a su hija.

-Mi Oka-san regresa en la noche, se pueden hospedar aquí si quieren, tengo habitaciones.

Llevo a todos arriba de las escaleras donde la madre de esta había bajado, eran unas 15 escaleras a los mucho, les indico cuales eran las que ocuparían.

-La del fondo es para la usurera y Robin- Nami gruño- A la izquierda. La del fondo derecho es para los chicos y enfrente izquierdo el baño, la del medio es mía...

-Gracias Ari-san, acompáñame Navegante-san- se dirigieron a la habitación indicada.

-Nosotros también nos vamos, gracias- agradeció Usopp.

-¡Esperen!

Franky, Brook, Luffy y Chopper estaban ya en el marco de la puerta, al punto de entrar, los que seguían afuera eran Usopp, Sanji y Zoro.

-Olvide decir que esa habitación solo tenía cinco camas (también interpretarse como hamacas).

Luffy los contó a todos, y se echó a reir.

-¡Somos siete! Sanji y Zoro se quedarían afuera porque Usopp viene conmigo para contarnos unas historias Shishishi.

-Al lado hay otra para los dos...- señalo con el dedo.

Los dos procesaron lo dicho, lo analizaron varias veces en sus mentes y después de pensarlo mucho se prepararon para lanzar gritos a diestra y siniestra.

-¡Yo no comparto cuarto con este cabeza de lechuga!

-¡¿Y crees que yo estoy contento con eso cejas de espiral?!

-¡Ya quisieras imbécil! ¡Capas y se me pega tu cabeza de musgo!

-... Es la única que queda...- interrumpió.

Ambos al ver su expresión no tuvieron más que entrar a la habitación enojados y frustrados. Entraron a la estancia, tenía una ventana y dos camas casi juntas, más de medio metro, pintada de color verde azulado pastel (¿Eso en realidad existe? xD) y piso de madera.

Escucharon que la chica pelinegra los llamaba y salieron disparados por estar tanto tiempo a solas.

-Vengan a la habitación de las chicas, tengo algo que mostrarles.

-¡Bragas!- gritaron Brook y Sanji con sangre en la nariz.

-¡No es eso!- se rio de su "típica" actitud.

-Ahhhdijeron desilusionados.

Robin le pregunto a Ari que era esa máquina que estaba en el escritorio, les mostraría que era.

-Esto es un PC, pueden buscar, reproducir y ver imágenes- tecleo "One piece"- ¿Ven? Pueden buscar o hacer lo que quieran, en cada habitación hay dos, una fija y una portátil. Me voy a mi cuarto si me necesitan, que lo disfruten.

Regresaron a su habitación y Sanji tomo la PC fija mientras que Zoro la portátil, se sentó en la cama que había decidido como suya y la encendió, abrió el buscador Google y decía: "¿Desea restaurar las paginas?" Le dio al sí. Tenía solamente dos páginas, una el historial y otra de ¿BL? eran películas, coreanas por lo que se notaba, no entendía ni una sola palabra. Borro esa para concentrarse en el historial, todo lo que decía era "Yaoi" y música (escucho música para los fic por si se lo preguntaban :v), pero lo que le extraño fue que hubiera una con su nombre y con la del cocinero.

Cliqueo la que decía "ZoSan" que lo envió a unas imágenes, en cuanto cargo la página a él... Le dio una hemorragia.

-"Yo... Yo ¡No puedo estarme tirando al cocinero!"- volvió al historial y se fue a YouTube, donde encontró un manga de él y el rubio "No pain, no gain" otra hemorragia- "¿Cómo es que me esté follando al cejas de remolino?"

Sanji se percató del comportamiento del espadachín, se le acercó para preguntar.

-¿Qué te pasa marimo? ¿Estás viendo bragas?- se sentó al borde y el peliverde le dio la vuelta al portátil para que no viera- ¿Que estás viendo?

-Na-nada- se puso rojo, sonrojo que pasó desapercibido por el tono de su piel.

-Si estás viendo bragas yo también quiero- se acercó.

-¡No estoy viendo nada!- lo empujo, no tan brusco, pero logro que se cayera.

Cayo boca arriba, el peliverde lo fue a socorrer pero, se retractó.

-"Joder, acabo de ver cómo me lo follaba y ahora esto"

-¡Eso duele!

Borro enseguida las páginas y el rubio se levantaron, tomando la PC con brusquedad, quedando enfrente de Zoro.

-Solo estabas buscando malditas katanas- examino dicha página.

-"Casi ve 'eso'" - pensó, regreso de su mente y se fijó que Sanji estaba enfrente sentado de espaldas, recordó aquel manga- "Se veía tan sexy..."- inconscientemente se apegó a la espalda del rubio, casi tomándole las caderas.

-Oye marimo, me estas enterrando tu katana...

Se apartó de su cuerpo con vehemencia, salió corriendo al baño.

-¿Qué le pasa?- retrocedió las páginas y encontró lo que quería- ¡Estaba viendo hentai de…!- se paralizo- ¡¿Acaso yo lo estoy haciendo con el marimo?!- otra hemorragia, y de sobra, se estaba excitando.

Mientras tanto, en la habitación vecina…

-Todo va justo al plan, como lo planee, no esperaba que funcionara, soy muy pequeña todavía Kukuku- rio la pelinegra, yendo a su PC a ver yaoi- Como espero el final Kuku…

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Cerraba la puerta y se recargaba en la puerta ¿Cómo es que se había excitado viendo el trasero del rubio? Ahora tenía un “Problemita” que atender. Se iba a duchar, pero no tenía ropa, talvez… Se tranquilizó un poco para que no se viera lo que tenía abajo y se dirigió a la habitación de Ari, sin tocar abrió la puerta y algo la cerro de golpe.

-¡Ah, jaja! Disculpa Zoro-sama, pero no tocaste- abrió un poco la puerta para dejar ver su cara, la cual tenía un ligero hilo de sangre.

-Oe, niña- dijo con una gotita en la nuca estilo anime- ¿Cómo sabias que venía? ¿Sabes usar Haki?

-Mhh Kukuku, no, tus pasos… ¿Qué necesitas? Además de tocar.

-Necesito ropa- contesto un tanto enojado, pero sin demostrarlo.

-Ok, te prestaré la que mi hermano dejo- volvió a cerrar la puerta de un portazo, y salió con un pantalón de mezclilla, una camisa verde y lo demás- Aquí esta, toma.

-Gracias- dio media vuelta y la chica cerro otra vez la puerta, como antes, iba a retirarse, pero escucho de nuevo a Ari. Pego su oído a la puerta y al no escuchar nada, decidió abrir la puerta.

Con la mirada examino la habitación, posters, figurillas, el color verde y azul predominaban y unas almohadas seifuku (¿Se llaman así?) que se parecían a él y a Sanji. La vio en su escritorio en la PC.

-¡Kyaaa! ¿Cómo es que Zoro-sama ama tanto a Sanji-sama? ¡Que romántico! Están a unos centímetros del beso ¡Hyaaaa! ¡Yaoi!- se quedó con cara de enamorada.

-“¡Esta loca!”- grito Zoro en su mente.

-¡Duro contra el muro, masivo contra el piso y lento contra el pavimento!- conecto el altavoz y le subió un poco, lo suficiente como para escuchar los gemidos de… ¡Él y Sanji! (Si existiera un audio así, si alguien sabe pásemelo por favor xD).

-“Esto está mal, demasiado…”- sintió como su miembro comenzaba a crecer de nuevo- “¡Mierda!”

Escuchaba los gemidos del rubio, pidiendo por mas, era demasiado. Fue deprisa al baño, se desvistió por completo y se metió en la ducha con agua fría, para tratar de tranquilizar su mente, que tenía miles de imágenes del rubio cocinero… Nunca se imaginó lo sexy que podía ser el idiota, ahora solo necesitaba pensar ¿Qué haría si descubría lo que sucedió con el cuándo estaba en frente? Una gran vergüenza… Y burlas, no solo porque tenía un poco de atracción hacia este, sino por sus sentimientos…

-Maldita sea…- susurro.

 

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En la habitación, al lado de la de Ari, gemidos se escuchaban por el lugar.

-Ahm… ¡Mnh!- movía su mano con rapidez, con los ojos cerrados al pensar en el peliverde- Ah… Me ve-vengoo Ah~

¿Cómo es que había terminado así? Pues terminando de ver el Doujinshi Ai no Dedatsu sha (Esta en japonés, pero así lo leí, solo por el lemmon :v) Termino por tocarse ante tal situación, no sabía dónde estaba Zoro, pero que suerte que se fue, teniendo la oportunidad de relajarse ¡Y vaya relajarse! Los gemidos del oji azul iban subiendo a tono, cerca del clímax. Dirijo su otra mano a su entrada que con el pre-semen dilato y masajeo su interior, tocando ese lugar sensible.

-Z-zoro…- gimió forzando los ojos a cerrarlos.

-¡Oi, cejillas! ¿¡Qué demonios estás haciendo!?

Abrió desmesuradamente los ojos, no había entrado, pero estaba tocando la puerta, agarro las sabanas y se cubrió ¡Que no podía desahogarse! Zoro entro con el cabello mojado y con ropas distintas a las anteriores, la camiseta era un poco justa que dejaba ver su trabajado torso, con unos pantalones casi iguales a los que habituaba a usar, Dejo de mirarlo y se hiso un ovillo para que no viera que es lo que estaba haciendo, quitando inmediatamente las paginas usadas.

Zoro entro y cerró la puerta tras de sí, como tratando de hacer algo que no podía. Y así fue. Zoro se acercó de manera ¿Seductora? y se acomodaba encima del chico cocinero, este reacciono intentando alejarlo para que se quitara, no le había dado tiempo para venirse y la cercanía del peliverde le daba cierta excitación. Sanji siempre pensó en Zoro como solo un nakama, sabía que eran rivales y nada más, una amistad-rivalidad ¿Y ahora se encontraban en esa situación? Vaya dilema.

-¿Qué estabas haciendo Ero-cook?- susurro a su oído y Sanji solto un leve gemido al sentir la mano del espadachín recorrerle.

-…Y-yo n-no… Na-da…

-Deberías saber mentir mejor- descubrió el cuerpo de Sanji.

El susodicho se coloreo, su sonrojo abarcaba desde sus orejas hasta el cuello, la mayor parte de su cara. Siempre intento que ese sentimiento no saliera, sabía que no era correspondido por Zoro, él era completamente heterosexual, sin embargo no era excusa para amar en secreto al moreno. Zoro se quedó mirándolo, esperando a que respondiera, Sanji coloco sus manos en sus hombros que por equivocación el peliverde pensó que lo iba a alejar, cortando más la distancia entre ambos. Sin previo aviso la rodilla de Zoro presiono la entrepierna del otro, haciendo gemir a Sanji, se modio el labio para que no fuera tan audible. Oculto su rostro para lo que iba a decirle.

-Y-yo… Me g-gustas…- dijo cabizbajo.

Zoro sonrió tiernamente, le tomo el mentón con suavidad para ver esos ojos de cielo y mirarlo con comprensión y amor.

 -Y apenas me doy cuenta de que también me enamore de ti.

Sanji abrió los ojos como platos, miro sus ojos negros y luego a sus labios, haciéndole una invitación silenciosa al cerrar sus ojos y abrir un poco su boca. Zoro se sorprendió pero no rechazo ese gesto, se acercó a esos labios, que desde que lo vio, le habían atraído como abejas a la miel. Fue un movimiento suave, un roce de sus labios, demasiado tierno. Como una pregunta, si podía hacer el beso más demandante, el rubio entreabrió sus ojos, confundido, sabía que era pregunta, por lo que le dio otro beso más corto. Se dieron pequeños y cortos besos, profundos, pero cortos.

-Zo… ro, alguien… puede… e-entrar…- trato de decir entre los besos del espadachín.

-No… importa… la puerta esta… cerrada- se metió en la cama como estaba Sanji, encima de el con las mantas cubriéndolos- Pensaran… que… estamos dormidos…- lo miro- Ahora mismo… Quiero hacértelo.

Intento replicar, pero los labios de Zoro ahogaron sus palabras en un beso pasional. Acomodó sus brazos por detrás de su cabeza, tocando ese característico cabello verde y aprisionándolo contra sus labios. Mordió ligeramente para que le dejara libertad de explorar su cavidad bucal, comprendió el mensaje y dejo que su lengua entrara y se abriera paso. Probó aquel sabor a tabaco, mientras que Sanji probaba el embriagante sabor a alcohol y arroz que ahora, poseían.

Ambos se besaban con hambre y pasión, el oxígeno empezó a escasear y por ello se separaron, dejando como evidencia un hilo de saliva que se deshizo al instante.

Volvió a besar sus labios, para bajar por su mentón a su blanquecino cuello a dar besos y mordidas, el cocinero solo suspiraba bajo el fornido cuerpo del peliverde, había colado su mano debajo de su elegante traje y comenzando a tocar su vientre al escuchar leves gemidos.

La camisa estaba completamente abierta, con su pecho blanco y suave al tacto de Zoro, paseaba sus manos por detrás de su cintura arrebatándole los pantalones. Chupo y lamio uno de sus pezones, y Sanji gimió sonoramente.

-¡Ngh… no, espera… a-ahí no…!- sujeto sus verdes cabellos para alejarlo.

Decenio sus manos al borde de su ropa y tiro de él, el rubio cocinero gimoteaba por lo que le hacía, aquello era todo un deleite para el espadachín, el escuchar sus gemidos hacia que su hombría creciera más. Siguió defendiendo, pero ahora con la boca, probo cada recóndito lugar de su pecho y abdomen, formando círculos con su lengua en su ombligo. Perfecto, la prenda había quedado en sus pliegues de las piernas.

Venia lo mejor para suerte del Oji azul, Zoro deposito suaves besos en su miembro, se aferró más a su cabello ante el placer ¡Qué bien se sentía! Atrajo el rostro del peliverde… Y le beso…

-…T-te quiero…- dijo en un susurro, casi inaudible, pero para Zoro, no se perdió de esa frase.

-Te amo…- sabía que lo amaba, desde hace tiempo- Te amo…

Le sonrió, sonrió con ternura y melancolía, con amor, se acercaron para besarse, para demostrarse ese amor que habían descubierto.

El destino, la suerte, lo que fuera. Los odiaba…

…En el marco de la puerta, la pelinegra veía expectante… A los dos que estaban enrojecidos.

 


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