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POR ESTA RAZÓN POR ESTE SENTIMIENTO por ichigo VampRock

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Notas del fanfic:

EL MI PRIMER FIC OJAL LES GUSTE Y SEA LEGIBLE POR CIERTO NO PUDE COLOCAR LA CATEGORIA DE PERSONAJES NO ME DEJO ESCRIBIRLOS 

Notas del capitulo: ES CORTO AVER QUE TAL SE LEE
POR ESTA RAZ”N POR ESTE SENTIMIENTO
AUTOR: Ichigo VampRock
Capítulo 1. Ángel
¡Corre más rápido, corre! Tu aliento está a punto…a punto
En un instante…de desvanecerse
Estas a punto de…ya no respirar
En un instante tu mente se nubla. Debes llegar lógralo
“No te rindas”
A punto
“Esfuérzate, ya casi corre”
Al fin sus piernas tiemblan, su mirada esta mas que inquieta y confundida sus manos y boca resecos, en las palmas de sus manos el sudor, el sudor ha hecho acto de presencia su ritmo cardiaco parece estar desbocado y él…
“No puede encontrar la salida, la luz”
Esta al punto sí, de no entender o recordar cómo se llama, intenta llegar a aquella entrada de la escuela pero…otra vez ese monstruo le ha ganado. El panorama se oscurece.
Hay una calidez, que nunca había experimentado, siente una paz inusitada, su mano reacciona al contacto de otra que es tibia, la aprisiona inconscientemente. Abre de apoco esos hermosos ojos castaños y frente a sí rodeado de un halo de luz, el cual no entiende de donde irradia, esta alguien. Mira y contempla con la misma atención que es observado, lo hace hasta con embeleso. Aquel rostro de piel blanca y perfecta, de labios carnosos, y bien delineados resalta por esos ojos negros abismales.
-Un ángel- exclama el chico de ojos castaños.
-No soy un ángel –responde con una sonrisa, aquella hermosa persona frente a sí
-Por favor… ayudame…
-Tranquilo, cómo te llamas
-Soy…soy…
-No te esfuerces, dime a dónde hibas te puedo llevar
-Escuela…en la credencial...mochila
-Ok me llamo Shiroyama Yuu- dice el pelinegro observando hasta entonces en el uniforme del chico el escudo de la escuela a la que el mismo asiste- Te ayudare.
-Yuu…-susurra con alivio el pelicastaño y vuelve a perderse en aquel velo oscuro de confusión.
*
Nuevamente abre los ojos, tan lentamente que siente que sus parpados son pesadas cortinas de acero y lo que encuentra es la mirada preocupada de su hermano mayor, quien entre los mechones de cabello rubio le mira y su semblante duro se quiebra al sonreírle.
-¡Shima hermanito! Ya estás bien- le desparpaja el cabello, a lo que el castaño le devuelve la sonrisa
-¿Dónde estoy?
-En la enfermería de la escuela. Sabes me apena que en tu primer día de clases debas conocer esta parte de la escuela.
-Gome Aki- se torna triste el rostro del menor
-Tranquilo, afortunadamente ya todo paso, tu hermano esta aquí. Sabía que debía ir por ti pero Mamá insistió en que ya estabas mejor
-Eso esperaba... ¿Cómo llegue aquí?
-Ah, un chico te trajo, ni yo lo vi la enfermera me lo dijo.
Takashima hizo acopio de todas sus fuerzas para intentar recordar quién y cómo lo habían ayudado en un flasback obtuvo la imagen de ese pelinegro sonriéndole. Ese Ángel de cabello negro.
-Yuu- los labios del castaño dejaron escapar esas palabras
-¿Yuu?
-Sí, él me ayudo
-¡Ya le agradeceremos, anda ponte de pie! La enfermera dice que estas bien. Te iré a dejar a tu salón
-Hai - se levanto el delgado chico, quien era un año dos años menor que su hermano.
Los hermanos Takashima eran muy unidos, habían sido buenos compañeros de juegos a pesar de que tenían unas personalidades muy distintas, por un lado Akira solía ser más resuelto y tajante además de que poseía una actitud ruda y franca por otro lado Shima como llamaban a su hermano era inmensamente tímido y pasivo, le costaba horrores hacer amistades. Además había desarrollado un problema de salud, que se debía a algo psicológico pero que le afectaba físicamente, lo cual había sido alimentado en gran parte por su padre en extremo violento y que impacto fuertemente en el pequeño Kouyo. Sin embargo Takasmima a parte de contar con su familia para superar este problema tenia a alguien más en quien podía confiar sin reservas, había compartido con él desde la infancia. Esa persona era dulce de sentimientos nobles, y una hermosa sonrisa que enternecía hasta el corazón más duro. Y justo en ese instante en que Kouyo era acompañado por su hermano este llegó para saludarle
-¡Shima!- le saludo a la distancia bajando de su bicicleta, para acercarse a él en un instante. En cuanto el ojimiel lo vio aparecer se sonrió dulcemente y Kay le abrazo con cariño, abrazo que fue correspondido ruborizándose un poco el castaño.
Todo esto ante la sonrisa de Akira. El chico de cabello negro le hizo una reverencia a Akira quien asintió y luego se dirigió a Shima
-¿Cómo estas eh?- lo observo atentamente
-Bien y tú ¿no se te hizo pesado el venir hasta acá?
-No, todo bien. Te vez bien con el uniforme Shima.
-Tú también Kay- ese era el apodo de su amigo quien se llamaba Yutaka Uke a si le decían.
-Bueno, bueno- les interrumpió su hermano, quien ya estaba acostumbrado a la dulce relación de los dos chicos- Ya que tienes con quien ir a clase, te dejo en manos de Kay hermanito. Te lo encargo- miró a Kay sonriéndole y se alejo quien le contesto con una reverencia.
-¿¡Listo primer día de clases!?- el castaño dudo mordiendo su labio inferior, a lo que Kay tomó su mano dándole a entender que no estaba solo, así que Shima respondió
-Sí, vamos – uno al lado del otro llegaron al que sería su salón de primer año el 1C y ante la mirada curiosa de sus compañeros y del maestro quien los mando sentar enseguida comenzaban la cursada del instituto..
Tres semanas de su nueva escuela ya habían trascurrido. Para Kay el haber quedado en aquella escuela junto a Shima le hiba muy bien, dado que no estaba tan retirado de su casa una hora en bicicleta, una y media si hiba a pie y dado que Shima se había mudado con su hermano a una pensión de estudiantes, ambos podrían estar más tiempo juntos. Camino a casa Sima y kay intercambiaban opiniones.
-Estuvo bien que te decidieras por el club de futbol Kay
-Sí, me gusta el deporte pero tendré que entrenar más duro, ser más hábil. Tu hermano ya es toda una eminencia en el equipo.
-Hai –se sonrió Shima- ¿Me pregunto…?.
-¿Qué? – le miro su amigo
-Cuando lo veré
-Verás a quién – se extraño Kay
-Ahh…es que...uumm- miró a su amigo con duda
-Si no quieres, no me digas Shima- le asevero su amigo
-Se trata de un chico que me ayudo cuando me desmaye
-¿Te desmayaste cuando?- se sorprendió el pelinegro
-El primer día – se compungió el castaño
-Y no me dijiste Shima- lo casi reprendió deteniendo su andar a lo que su interlocutor permanecía con la mirada baja
-No quería preocuparte
-Sabes que eso no importa… así que entonces alguien te ayudo
-Sí fue muy amable y no lo he visto para poder agradecerle
-Ya habrá ocasión – le animo Kay al ver que el ánimo de su amigo había decaído de pronto.
Pero el pronto no llegaba.
Así que Shima de pronto pensó en lo obvio, que ese chico no hiba a la misma escuela y que ya no le vería para poder darle las gracias. Llegó hasta el punto de creer que realmente había sido un Ángel quien lo había ayudado. Un día sin más, ya transcurrido un mes Shima hiba al laboratorio para dejar algunas muestras de agua, de un rio cercano a la escuela para analizar la calidad del agua, pues pertenecía a club de ciencias, cuando en los pacillos solitarios lo vio sonriente, hablando con otro chico alto de piercings con el cabello coloreado de morado. No era una ilusión.
-¿Estuviste con tus padres entonces?
-Sí asuntos de la familia
-Ya veo, hasta que volviste, el equipo te necesita
-Estoy listo.
Shima escucho sin querer la conversación, dado el silencio que reinaba en el pacillo y al esperar que el pelinegro lo reconociera se quedo inmóvil pero nada el pelinegro se paso de largo hablando con el más alto. Por lo que Takashima se entristeció y siguió también de largo, después de todo si el chico de ojos negros le hubiese dicho un” hola” quizá… quizá el castaño se habría atrevido a hablarle y agradecerle. Al terminar de ayudar a sus compañeros en el laboratorio se apresuro para comprar un par de botellas de agua para su hermano y amigo para dárselas. Un tanto sofocado llego hasta las canchas de futbol que justo estaban al lado de las de baloncesto el ojimiel pasaba ya de largo, cuando al mirar de soslayo, allí, por segunda vez lo miró con el uniforme de equipo, haciendo ya ejercicios con sus compañeros, sin querer se acerco quedándose allí aferrado a las malla que rodeaba las canchas.
-Así que juegas baloncesto- susurró ensimismado y de pronto reacciono violentamente su corazón había dado un vuelco ¿Por qué? Es obvio que estaba agradecido porque lo ayudo pero había también este sentimiento, cada vez que lo veía y le era inexplicable, en esto se quedo tan concentrado, aferrado con tal fuerza a la malla cuando un balonazo lo hizo retroceder casi tirándolo.
-¡Hey cuidado! -se oyó que gritaban - ¿Oye estas bien?- Shima se llevo su mano a la nariz al sentir como brotaba sangre
-S-sí- respondió rápido y alcanzó a ver, que quien le hablaba era el chico alto que había visto en compañía de Yuu.
-¿Enserio? – se mostro preocupado el otro. Y Shima al ver que se acercaba Yuu se alejo
-¡Oye!- le gritó a la distancia el más alto, al verlo sangrar. Ya lejos el castaño decidió sacar un pañuelo y parar el sangrado, luego humedeció otro para limpiar su nariz, antes de llegar con su hermano y con Kay o le comenzarían a preguntar sobre esto y aquello. Cuando consideró que ya estaba bien se puso en marcha para verlos.
Cuando llegó allí, tomo asiento en el pasto y vio que la practica ya hiba a la mitad. Al termino de dicha práctica les sonrió al verlos acercarse.
-Tomen agua- les ofertó de inmediato las botellas, con esa sonrisa que invitaba a imitarse y los dos chicos aún sudorosos las tomaron felices
-¿Cómo les fue?- dijo sin dejar de mostrar aquel buen humor

-Cansado- dijo Akira quien era conocido en el equipo como Reita
-¡Intenso!- sonrió Kay- Creí que no podría soportar, ahora entiendo por qué han sido campeones tres años seguidos.
-Te lo advertí Yutaka, no dirás que no- le sonrió Akira
-Sí lo sé pero no tuve mucho tiempo para entrenar, pues antes me debía preocupar por estudiar para el pesado examen de ingreso aquí ¿verdad Shima?
-Y que lo digas, hubo días en que no pudimos dormir pero valió la pena
-Iremos a ducharnos y te vemos en la salida Shima y gracias por el agua –levanto su hermano la botella. Y el menor le contestó con una sonrisa satisfecha. Kay y él lo vieron alejarse y cuando Akira ya hiba lejos, Kay se giro para ver a su amigo.
-Gracias también por el agua pero ¿Dime cómo te paso esto?— se acercó Kay tomándolo del mentón y evaluando su nariz, a lo que el castaño le aparto el rostro de inmediato.
-N-nada pequeño accidente- le desvió la mirada y se alejó un paso de Kay, su amigo lo miró preocupado pero decidió no fastidiarlo
-Bien, bien voy a ducharme- sonrió encantadoramente al tiempo de darle una palmada ligera en el hombro y alejándose
“Se dio cuenta, cómo lo consigue. Cómo lo haces kay” penso el castaño
“Me preocupas Shima, enserio desde cuando me ocultas tus problemas”
Así pasaron los días, Shima se habia acostumbrado muy bien a vivir junto a su hermano, ya que este por las tardes trabajaba en una tienda local de dulces, pues quería ayudar a su mamá con los gastos de la escuela. Ya que ahora vivían alejados de su padre, Shima también había querido hacerlo pero su hermano y madre se lo impidieron. Ahora que su padre ya estaba lejos los tres reintentaban hacer su vida.
Y cada día que pasaba el ojimiel se fue percatando de más cosas sobre el pelinegro, quien ejercía en él una tremenda atracción y entonces comprendió que se estaba enamorando. Solo observándolo a la distancia supo que Aoi como le llamaban en el equipo de basquelball hiba en el 3C, que se juntaba regularmente con aquel chico alto de aspecto rudo, a quien apodaban Miyabi y que era compañero de equipo del mencionado.
También descubrió que Yuu era muy popular, seguidamente las chicas se le solían confesar pero él las rechazaba, su popularidad y los intentos amorosos fracasados de aquellas chicas, le hicieron pensar a Shima que no era buena idea revelar jamás sus sentimientos por aquel chico, lo que comenzaba a sentir .Así que se obligaría a dejar de observarlo pero no lograba mucho, siempre que lo veía su atención era solo para él. Ese día hiba tan apresurado con los cuadernos de sus compañeros, cuando se tropezó en las escaleras y todos los cuaderno se regaron por el piso para más varios chicos del tercero bajaban intempestuosos las escaleras sin detenerse a mirarle, mientras Shima se dolía de su rodilla, intentando levantarse, unas manos comenzaron a levantar las libretas, el castaño no se atrevió a mirar estaba avergonzado e imito a quien le ayudaba. En un instante quedaron apiladas y al fin cargándolas ya, levantó la mirada, hubiese deseado no hacerlo porque se impactó de nuevo con aquellos ojos negros y con una suave sonrisa.
-¿Estás bien?- Shima no podía contestar se puso poco a poco rojo mientras retrocedía asustado y con la mirada baja, no podía concebir la cercanía con el pelinegro y este al ver la expresión de aquel chico, se preocupo cambiando su expresión a una expectante.
-¿Todo bien?- le repitió apenas intentando tocar su hombro, y eso si, ya no lo soportó el castaño dándose a la fuga sin más, aunque sintiese un dolor en su rodilla. Su corazón se estaba por salírsele del pecho. ¡Aquel chico, su salvador, su Ángel de cabello negro. No podía bajo ninguna circunstancia, darse cuenta de que él se estaba enamorando de su persona y muy fuertemente!.

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Notas finales:

espero que les interesara si asi es agradeceria su opinion


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