-¡No! ¡Yo no fui! ¡YO NO FUI!.- los temblores del castaño se incrementaban.- ¡No lo haga por favor! ¡No fue mi intención!.-
-Aléjense.- ordeno el pelirrojo.
-¡Claro que no!- grito el cejas partidas.- ¡no lo voy a dejar! Oe, espera, ¡suéltame!- sacudió frenéticamente los hombros intentando sacar las pesadas manos del moreno de ellos.- ¡SU…LTAME! ¡Ah..!- gimoteo, todo intento de escape se derrumbo al sentir los labios del moreno.
-Es por tu bien.- le susurro alzándolo al estilo princesa.- Akashi, procede.- ordeno, llevándose al cejas partidas hasta la cocina.
Dio un leve asentimiento al moreno.-¿Kouki de que hablas?.- pregunto sentándose en cuclillas frente al castaño.- ¿Que cosa no fue tu intención?.- miro fijamente el foso chocolate.- Dime…-
-Mi casa…- susurro devolviendo la mirada a los ojos dispares.- un señor…- fue cerrando los ojos lentamente.- mamá…- callo de costado al sofá, en un profundo sueño.-
-¿Lo hiciste dormir?.- pregunto Midorima
-No.- respondió secamente.- Atsushi, ve a buscar a Daiki.-
-Como digas Aka-chin, pero me debes 4 cajas de Pocky's.- sentencio, para luego dirigirse con pasos lentos hacia la cocina.
-¿Que es lo que le hiciste Akashi-kun?.-
-Espera.- corrió la mirada hacia la cocina.- Vamos.- miro a los demás.
Con pasos largos se dirigieron a la cocina, encontrándose con un pelivioleta mirando fijamente así las encimeras, antes de preguntar, giraron su cuerpo casi pausadamente, quedando congelados al ver lo que ocurría; El cejas partidas se encontraba sobre una de las encimeras, con el traje desarreglado, el rostro completamente rojo, abierto de piernas mientras que el moreno se encontraba entre estas.
-Daiki…- dijo el heterocromo , logrando que el pelirrojo bicolor reaccionara, pateando sin piedad la cara del moreno, para acomodar su traje rápidamente, con la mirada gacha.- Necesitamos que lo hagas.- sentencio para luego salir de aquel lugar, agarrando fuertemente el brazo de Murasakibara, el cual todavía no reaccionaba.
-No tenias porque patearme, ¿Sabes?- dijo mientras baja lentamente al cejas partidas de la encimera.
-Por tu culpa quede como un pervertido.- cruzo sus brazos, frunció el ceño, y empezó a caminar.
-Bien que te gusto.- le susurro el moreno al oído, para luego darle una nalgada y salir de allí.
-Estúpido…- susurro siguiéndolo.
-No.-
-¿Que?-
-Tu te quedas aquí.- sentencio el moreno, para luego cerrar la puerta de la cocina frente a las narices del pelirrojo.- como ya lo dije, es por tu bien.- susurro para si, girando la llave que había puesto en la cerradura.
-¡DEJAME SALIR MALDITA SEA!.- grito del otro lado mientras pateaba la puerta.
-Muy bien, ¿Para que me necesitan?.- pregunto el moreno, ignorando por completo el escándalo que el cejas partidas hacia en la cocina
-Dejanos ver sus recuerdos, Nanodayo.-
-Bien.- se acerco hasta el castaño, sentándose en cuclillas al llegar.- Apaga las luces.- ordeno.
-Empieza.- ordeno el heterocromo.
El moreno acaricio suavemente la mejilla del castaño.- Despierta.- susurro, el fino cuerpo del castaño se levanta por si solo, como si de un cadáver se tratase.- Vamos, dejame ver, Abre los ojos.- estiro su mano hasta las finas hebras castañas, agarrando un pequeño mechón.- Ábrelos.- ordeno al no recibir respuestas.
-Se esta negando…- susurro Kuroko.
-Aperi Oculos Tuos…- susurro lentamente en el oído del castaño.
-No quiere abrirlos no ins…- las palabras del peliverde se trabaron en sus labios al ver como el castaño abría lentamente sus ojos.
-¿Me decías?.- pregunto con burla el moreno, sonrió lentamente.- Dime, ¿Como te llamas?.-
-Furihata… Kouki…- susurro entre cortadamente.
-¿Cuantos años tienes?-
-23…-
-¿23?.- preguntaron todos al mismo tiempo.
-Si…-
-¿Tienes familiares?.-
-Tenia…-
-¿Quienes eran?-
-Papá, mamá, mi hermano… ese señor…-
-¿Quien era ese señor?-
-Mi amigo…-
-¿Tu amigo?-
-Si, pero me enoje mucho con el…-
-¿Por qué te enojaste con el?.-
-…-
-Cuéntame…-
-El dijo que papá y mamá no me querían.- frunció el ceño.- que era mejor que todo terminara, dijo que podía salir de esa habitación y que podía comer, jugar, saltar correr, todo lo que yo quería… Porque era un alma libre…- suspiro.
-Cuéntame algo de ti.-
- Siempre creí que mamá y papá tenían mas cosas que hacer, también creí que era molesto y por eso me golpeaban…- lagrimas empezaron a rodar lentamente por sus sonrosadas mejillas.- Pero luego me preguntaba, ¿Por qué solo yo? ¿Por qué no mi hermano? ¿Por qué solo yo soy la oveja negra? En serio no entendía…- sonrió tristemente-
-Cuéntame sobre el señor… ¿Sabes su nombre?.- pregunto por primera vez el heterocromo.
-Se llamaba Masaomi… nunca me dijo su edad, su cabello era marrón, sus ojos rojos, era muy amable, mis papás no me creían pero gracias a el aprendí a leer y a escribir…-
-¿A que edad conociste a es señor?-
-A los 8, y estuvo conmigo hasta que cumplí los 14.-
-¿por que se fue?.-
-El… el…-los ojos se cerraron de golpe y el cuerpo del castaño volvió a caer como peso muerto sobre el sofá.
-Justo en el clavo.- suspiro.- Lo siento pero no puedo pasar de esto, si el no quiere, no quiere y ya dejemos lo aquí, tiene que descansar.- se levanto del lugar.
-Tienes que…-
-Basta Akashi, dejalo descansar, y no te lo estoy pidiendo te lo estoy ordenando.- miro fijamente al pelirrojo.- seras mi mano derecha pero aquí, el gobernante soy yo, esta es mi decisión, y espero todos las respeten.- corrió la mirada hacia todos.- Tu padre, bloqueo su mente perfectamente, y a pesar de que estuve escarbando en esta todo este maldito tiempo, no pude encontrar casi nada.- comento.- pero…- todas las miradas se dirigieron a el.- …l es el Joven de las Muñecas.-
-Perfecto, nos podrá ayudar a encontrar a Hanamiya, Nanodayo…-
-Eh, alto ahí Tsunderima, el no lo recuerda…- sonrió ante el gesto del peliverde al recibir el apodo
-¿Como haremos entonces? Y por cierto… ¿No hay demasiado silencio en la cocina?.- pregunto Kuroko.
-Demonios…- con pasos rápidos el moreno (seguido por los demás) se dirigió hasta la puerta, la abrió y al entrar su única reacción fue arquear la ceja; Kagami, se encontraba sentado en el suelo, con un pote de helado entre las piernas, comiendo de este muy tranquilamente.
-Kagami-kun, pensamos que te había sucedido algo.-
-¿Eh?- levanto su mirada con curiosidad.
-¿Puedes limpiarte la cara? Nanodayo.- corrió la mirada.
-Claro…- paso su lengua lentamente por el labio superior para luego bajar rápidamente al inferior, levantar su mano y llevó el dedo medio a sus labios, repitiendo la acción con los demás, borrando todo rastro de helado que había quedado en ellos
-Muchachos…- susurro Aomine- Salgan, es una orden.- se dio vuelta quedando de frente ante los demás.- No se acerquen si escuchan ruidos raros.- empujo un poco para atrás a Kuroko y cerro de golpe la puerta.
Desde adentro, solo se escucho.- Oe, Ahomine que estas… ¡NO!…-
-¿Pedimos Pizza?- pregunto con una gran sonrisa Kise.
-Claro, porque no…- respondió Kuroko.
-Aka-chin, ¿Vamos por dulces?.-
-Bien, Shintaro, vamos.-
-Claro.-
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