Prologo I
Romeo
Dinero y Poder, dos palabras tan pequeñas pero que encierran grandes significados. Las personas son capaces de hacer cualquier cosa para mantener aquellas dos pequeñas palabras… Era bien sabido que Usami Fuyuhiko usaba cualquier método para conservar el prestigio de su familia. Cualquier método…
-¡Pero padre…!- El hijo menor de Fuyuhiko era Usami Akihiko, un joven de 27 años, poseedor de un carácter apático. Fuyuhiko no podía evitar sentirle cierto recelo a su hijo menor que era la viva imagen de su madre, cabello blanco y ojos amatistas
-No tienes derecho a cuestionarme Akihiko- Corto cualquier reclamo de su hijo, para Fuyuhiko cualquier cosa que se interpusiera entre él y el éxito era un enemigo, así fuera su propio hijo que se negaba a cooperar
-Ni tu puedes haber caído tan bajo- Akihiko miraba con el ceño fruncido a su padre que le había perdido que realizara un descabellado plan
-Ignorare eso- Fuyuhiko no dejaría que su hijo menor se escapara de sus responsabilidades- Tarde o temprano tendrás que casarte, solo te ofrezco las mejores opciones
-¿Mejores opciones?- Akihiko odiaba que su padre lo viera como un niño que podría controlar a su antojo- ¡No me estas brindando opciones!
-Yo creo…- Fuyuhiko sabía que tenía a su hijo al borde del abismo. Obedecía u Obedecía, no tenía otras opciones- Que te brindo la opción de casarte y continuar tu vida de lujos… Pero también puedes escoger la libertad… La libertad en donde mi dinero no va a estar- Fuyuhiko conocía a su hijo como la palma de su mano, sabía que Akihiko estaba muy acostumbrado a su cómoda vida, donde en un tronar de dedos todo estaba solucionado- Y tú y yo sabemos que tu adorada madre no te brindara ayuda
-Lo sé- Akihiko sabía que no podía ganar aquella batalla- ¿Por qué yo? Haruhiko parece un poco más dispuesto, si le pidieras que saltara de un puente lo haría
-Él es un bastardo ¿Te lo imaginas heredando toda mi fortuna?- Fuyuhiko rio sin sentir remordimiento alguno- Tu eres mi legítimo heredero, Akihiko-Fuyuhiko suspiro- Así que como futuro heredero de la familia Usami, debes hacer todo lo necesario para mantener a la familia en la cúspide de la sociedad
-¿Pero casarme?- Akihiko a veces pensaba que su padre era un demente, que había escapado de algún manicomio
-Akihiko, el matrimonio es el mayor negocio que hay, si lo sabes manejar entonces el mundo entero estará a tus pies- Akihiko solo puso los ojos en blanco
-Hare lo que me pidas, solo con una condición- Bien si su padre tanto lo necesitaba, entonces Akihiko sacaría provecho de eso
-¿Cuál?- Fuyuhiko miro con recelo a su hijo, por momentos como ese, no le quedaba la más mínima duda de que Akihiko era su hijo
-Que me dejes convertirme en escritor- Fuyuhiko sabía bien que una pequeña mentira blanca no le haría daño a nadie
-Por supuesto hijo, todo lo que desees- El trato ya estaba cerrado
-Bien me casare con…- Akihiko hizo una mueca de desagrado- Onodera Ritsu
-No te arrepentirás Akihiko, es un chico de buena familia, educado y por supuesto muy guapo-Fuyuhiko le dio una foto a Akihiko, donde un castaño de ojos verdes le sonreía
-¿Buena familia?- Akihiko miraba algo dudoso a su padre
-Te seré honesto, no son de tan buena posición pero son lo suficientemente ricos para sacarnos de nuestras deudas- Akihiko solo miro la pared con intensidad, como si la pared pudiera solucionar todos sus problemas- He arreglado una cena para que lo conozcas, te quiero listo a las 7 vendrá a cenar- A Akihiko no le sorprendía, su padre parecía siempre tener todo fríamente calculado
-Estaré aquí antes de esa hora- se levantó de la silla, en donde todo el tiempo estuvo sentado, escuchando su sentencia que lo condenaba a cadena perpetua, con un hombre que jamás llegaría amar
-¿Qué?- Fuyuhiko solo miro como su hijo menor se retiró- Akihiko espera…- pero no le hizo caso- De tal palo tal astilla- dijo Fuyuhiko mirando con rencor la fotografía de lo que alguna vez llamo familia
En cuanto a Akihiko, cansado de lo que le esperaba, decidió salir de aquella mansión que llamaba hogar, sin rumbo empezó a caminar por las concurridas calles de Tokio, todas las personas de su alrededor lucían tan felices, claro ellos podían elegir y sobre sus hombros no había una carga tan pesada como la que él llevaba
Akihiko a veces sentía que necesitaba algo, algo que le ayudara a soportar su difícil vida, algo… Algo…
Algo como lo que acababa de tropezar con el…
-¡Lo siento señor!- Al principio Akihiko se sintió algo desconcertado, de estar caminando paso a estar en el piso con un fuerte dolor de espalda y sobre de él un joven bastante despistado
-¡¿Qué es lo que te pasa?!- Su perdición fue verlo a los ojos…
Dos brillantes esmeraldas acapararon sus ojos amatistas, por un minuto se quedó embobado tratando de descifrar que eran esas hermosas joyas, luego se dio cuenta que eran unos ojos, los ojos más grandes y expresivos que nunca en su vida había visto. Esos ojos pertenencia un jovencito simpático, Akihiko calculaba que como mucho debía tener 17 años, su piel era blanca, sus rasgos eran finos y su cabello era de color marrón
-Lo siento mucho señor- se disculpó el joven sonrojándose
-¿Cómo te llamas?- Fue lo primero que dijo Akihiko
-Me llamo Ono… Perdón, Takahashi Misaki- Akihiko sabía que su rostro no mostraba expresión alguna, pero por dentro, su ser entero era una fiesta de sentimientos – Y yo de verdad lo siento
-Fue mi culpa- Akihiko no era del todo consiente sobre lo que decía, solo sabía que quería permanecer junto aquel joven… de nombre Misaki- Ten más cuidado la próxima vez- Sabiendo que estaban en el suelo, Akihiko se levantó rápido para ayudar a Misaki que ignoro por completo su ayuda, su puso de pie sacudiendo sus ropas
-Bueno lamento el choque, debo irme- Las manos de Akihiko actuaron más rápido, tomaron las manos del joven que sorprendido se sonrojo- Este…
-Yo…- Quizá ese joven podría ayudarlo, quizá…
-¡Mocoso! ¡Ven acá!- Esa voz pareció sobresaltar a Misaki que se zafo del agarre
-Lo siento, yo me tengo que ir- Akihiko no quería que Misaki se fuera ¿Dónde lo encontraría?- Disculpe ¿Cómo se llama?
-Usa…- Algo lo detuvo, no quería darle a Misaki aquel nombre, aquel apellido que lo esclavizaba- Usami- Lo dijo tan rápido que al parecer Misaki no escucho bien
-Bueno Usagi san espero verlo pronto- Akihiko no demostró lo que realmente esas palabras le provocaron
-¡Mocoso!- Misaki sobresaltado grito
-Ya voy señora- Con una última mirada se despidió de Akihiko que solo vio como Misaki se marchaba al lado de una señora de aspecto elegante aunque se notaba que no parecía tener nada de amabilidad
-¿Usagi san?- Se preguntó sonriendo un poco- No está mal…- sus pies de nuevo volvieron a andar por si solos, porque su mente ahora solo era ocupada por unas hermosas esmeraldas…
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