Ya no tenía fuerzas y ya no sabía que más hacer para lograr escapar, la habitación estaba destrozada, los muebles volcados en el suelo, las almohadas habían sido partidas por la mitad cubriéndolo todo de blancas plumas, había vidrios rotos, las sábanas y cortinas habían sido rasgadas y en general la habitación estaba destruida.
Él la había dejado en esas deplorables condiciones cuando los gritos y patear la puerta fue insuficiente, la garganta le dolía inimaginablemente y posiblemente debía estar afónico pero no quería rendirse, no podía, se negaba a darse por vencido.
Se levantó del suelo arrastrando sus pies hasta lo que una vez había sido su cama, ya no tenía energías por ese día y quería dormir pero antes de conseguir llegar una punzada de dolor le atravesó la cabeza.
Gritos desgarradores y fuertes lamentos lo obligaron a cubrirse los oídos cuando estuvo de rodillas en el suelo, su mirada viajó rápidamente al balcón cerrado buscándolas a ellas que lloraban tormentosamente.
¡Está sufriendo!... ¡Luhan se está lastimando!... ¡Te necesita!... ¡¿Por qué no estás a su lado?!... ¡Va a cometer una locura!... ¡Tú deber es protegerlo!... ¡Ve a su lado!
Sollozaban a gritos todas, torturándolo con sus desesperados lamentos y el saber que Luhan necesitaba que estuviera a su lado para protegerlo y era incapaz de llegar a él.
-¡LUHAN!-gritó enloquecido y lo siguiente que se escuchó fue el sonido de la madera chocar contra la pared donde se hizo trizas dejando solo un montón de inservible madera de lo que había sido una silla.
Escuchó los pasos y voces de los demás ocupantes de la casa llegar a su puerta pero él ya estaba fuera de sí, sus manos volvieron a golpear la puerta mientras lo llamaba a gritos, la puerta temblaba con cada golpe y apenas pudo captar la alarmada voz de Suho dándole ordenes a los empleados para que hicieran algo.
Lo siento...
Escuchó deteniendo los golpes y gritos, corrió al balcón llevando su angustiada mirada al cielo al reconocer su dulce voz, esa que había anhelado volver a escuchar durante esos once años, era Luhan, su Luhan lo llamaba.
-Luhan-susurró deseando con desesperación tener una forma de lograr que su voz le llegara también.
Lo siento mucho Hunnie...pero no sabía que otra cosa hacer...yo...te necesito, llévame contigo...por favor...
-Lo haré amor, te juro que voy a llegar a ti y nadie va a separarnos está vez, es una promesa-aseguró mirando al cielo suplicándoles a ellas que encontrarán la forma de hacerle llegar su mensaje.
*****
Por la mañana Luhan se encontró en la misma posición que se había quedado la noche anterior, se levantó adolorido del suelo mirando las frescas heridas que lo hicieron sentir avergonzado, cerró los ojos con fuerza obligándose a dejar de pensar en tonterías y fue hasta su habitación para prepararse.
Una ducha, curar sus heridas, ropa limpia, secar su cabello y peinarlo, ocultar su miseria tras el maquillaje que lo hacía lucir como el hombre fuerte que estaba lejos de ser y estuvo listo para comenzar a hacer su equipaje antes de salir, era demasiado temprano puesto que el reloj apenas marcaba las cuatro pero debía irse rápido, no quería estar en su apartamento ni un minuto más y mucho menos lidiar con Lay.
No demoró mucho haciendo su equipaje ya que no sería mucho el tiempo que estaría fuera después de todo, revisó que nada faltara y tomó su maleta además del baúl que tenía esos recuerdos que debía dejar atrás y lo haría, los dejaría en aquel lugar donde ambos se habían prometido el uno al otro.
Agradeció internamente a Rousse por haber llevado de vuelta su auto luego de aquella desastrosa noche, lanzó todo al portaequipaje y luego de unos pocos minutos ya se encontraba de camino a la cabaña donde se realizaría su boda.
Dos horas fue lo que el trayecto duró y al estar finalmente ahí no supo que hacer, ese lugar tenía varios recuerdos que no sabía cómo iba a afrontar, dudó durante varios minutos hasta que finalmente consiguió reunir el valor suficiente y bajar de su auto, la ama de llaves le dio la bienvenida en cuanto lo vio entrar, su maleta fue llevada al segundo piso del lugar dejando en sus manos solo el baúl que se negó a entregar diciendo que eso lo llevaría él, tuvo un recorrido rápido cortesía de la amable mujer que lo había recibido y al llegar al segundo piso donde había una hermosa terraza sus ojos se toparon con la pequeña choza donde habían dormido esa vez que Sehun los había perdido en el bosque.
-Le mostrare…
-Está bien, más tarde seguimos con el recorrido, ahora me gustaría ir a caminar fuera-dijo recibiendo una asentimiento y una respetuosa reverencia de la amable mujer permitiéndole por fin salir de la enorme cabaña.
La mañana era fresca, el sol apenas mostraba los primeros rayos de luz, había un olor a tierra mojada, el aire se sentía frío mientras avanzaba a esa vieja choza, sus pies se detuvieron en la entrada y sin molestarse en llamar a la puerta la abrió y sus piernas lo llevaron por inercia al interior de aquel pequeño lugar en el que tan sólo había estado una vez.
Dentro todo seguía igual que como lo encontraron cuando allanaron ese lugar, una sonrisa se dibujó en sus labios al ver eso, el baúl que aún llevaba con él se quedó sobre la mesa mientras él continuaba recorriendo todo, el día que terminaron ahí habían tenido una fea pelea donde ambos se habíamos herido y aún así Sehun había hecho su orgullo a un lado y lo había abrazado cuando tuvo miedo.
Una de sus manos acarició la pequeña cama donde ambos habían dormido aquella noche, buscó su aroma en la almohada pero no lo halló y era obvio que no lo haría, subió a la cama donde se cubrió con la manta manteniéndose acurrucado en una esquina mientras dejaba que todos los recuerdos de aquel día lo invadieran.
Yo estoy aquí Hannie, no temas…
Pero ya no estaba por mucho que esas palabras sonaran como si de verdad lo estuviera, sus ojos se cerraron de apoco hasta que finalmente se dejó llevar por el cansancio y término dejando que el recuerdo de sus brazos comenzara a arrullarlo, quería dormir, solo eso.
-Señor Xi-lo llamó la mujer de antes.
Luhan parpadeó repetidas veces tratando de espabilarse, miró confundido a la mujer que le sonreía, el sol había terminado de salir y sus rayos todo lo iluminaban, se había quedado dormido por quien sabe cuánto.
-¿Qué pasa?-preguntó.
-Las personas que comenzarán a prepararlo todo para mañana ya llegaron y quieren verlo-explicó.
-Ahora voy-respondió, ella asintió sin objeción alguna y salió para dejarlo nuevamente a solas.
Se levantó sin muchas ganas de la cama, tomó el baúl de la mesa y luego de mirar una vez más el interior de aquella pequeña choza salió para ir a reunirse con los organizadores.
Al entrar a la cabaña se encontró con un gran movimiento, Tiffany la organizadora del evento lo saludó y luego de que intercambiaran un par de palabras lo dejó ir a su habitación para que dejara ahí el baúl.
Le esperaba un largo día, tenía que estar junto a Tiffany todo el tiempo, haría la prueba final de su traje de bodas, revisarían la loza que pondrían en las mesas, los manteles y llamaría a un montón de gente.
Estaría todo el día atrapado haciendo algo para lo cual todavía deseaba salir corriendo, era como una sentencia de muerte pero era necesaria, era su deber y no iba a dar marcha atrás sin importar nada.
*****
Seguía caminado en círculos pensando en algo que pudiera hacer pero nada llegaba, el cielo estaba nublado esa noche por lo tanto estaba solo, el día había muerto hacia horas y él se había pasado el día entero gritando, golpeando la puerta y buscando una vía de escape pero todo había sido inútil.
Se apresuró nuevamente al balcón y nuevamente la idea de saltar desde ahí llegó pero lo más seguro era que se lastimara de gravedad y entonces iba a ser atrapado, estaba desesperado, escuchó la puerta abrirse y se giró rápidamente hacia ella encontrándose con Kai y su sonrisa.
-¿Alguien llamó a un héroe?-preguntó el moreno recargado en el marco de la puerta.
-Kai-sonrió al verlo.
-¿No creíste de verdad que te estaba traicionando, o sí?-inquirió con diversión-Es solo que, ya sabes, alguien debía ganarse la confianza de tu imbécil hermano-dijo con calma.
-No hay tiempo para esto debemos salir de aquí-lo urgió caminando rápidamente hasta él y tomándolo del brazo para hacerlo caminar.
-Tranquilo, Suho hyung no está, se fue con su adorado Lay y los empleados están dormido-informó.
-¿Dormidos?-preguntó a mitad de las escaleras mirándolo extrañado pues aunque era ya de noche todavía era demasiado pronto para irse a dormir.
-Ya sabes que tengo muchos trucos-sonrió arrogante.
-Da igual, tienes que llevarme con tu Baekhyun-dijo tomando las llaves de uno de los autos y arrastrando a Kai hasta él.
-¿Con Baekhyun?-inquirió confundido.
-Tengo que llegar a Luhan hoy mismo porque mañana será tarde, no va a casarse y por eso debo encontrarlo y sí alguien sabe donde está es tu Baekhyun-sentenció poniendo en marcha el auto.
-¿Cómo estas tan seguro?-continuó interrogado.
-Cuando Luhan me conoció tenía un amigo, su nombre era Baekhyun y...
-Sehun eso no significa nada, él podría no ser la misma persona, no creo que sea el único con ese nombre-aseguró.
-Lo sé, por eso no te dije nada cuando mencionaste su nombre antes y también porque de ser él yo no quería verlo porque sí llegaba a hacerlo sabía que no iba a poder controlarme, la idea de saber que tendría que soportar verlo feliz con su vida cuando mi Luhan ya no estaba me enfermaba y no sé si sea él pero tengo un presentimiento y quiero aferrarme a él-explicó mirándolo desolado y Kai únicamente pudo suspirar.
-Está bien-aceptó-Sigue derecho en esta calle-indicó.
Kai lo guió todo el camino y cuando finalmente llegaron al edificio Sehun ni siquiera se detuvo a esperar el elevador subiendo de a dos las escaleras, Kai le indicó que era la última puerta del pasillo.
La golpeó sin parar importándole poco si estaba armando alboroto y cuando finalmente se abrió mostrándole tras ella al peli rosa sus manos lo sujetaron con fuerza de los hombros sin darle posibilidades de escapar por sí se le ocurría hacerlo, un cacharro blanco le ladró y únicamente necesito de fulminarlo con la mirada para que saliera corriendo y llorando a una de las habitaciones.
-¿Dónde está?-preguntó sin contemplaciones regresando su mirada a Baekhyun.
Baekhyun primero se vio sorprendido por el repentino asalto pero cuando sus ojos se fijaron en su rostro dejó de estar sorprendido, estaba pálido entonces, su boca se abría y se cerraba sin articular sonido alguno, Sehun se sintió aún más irritado y comenzó a agitarlo con rudeza.
-¡Dime donde está Luhan!-exigió.
-Sehun basta-ordenó Kai llevando su mano hasta la muñeca derecha de su amigo para detenerlo.
-E-estas vi-vivo-tartamudeó con una expresión de puro miedo.
-¡Habla de una puta vez!-alzó la voz.
Baekhyun no aguanto mucho más y terminó siendo peso muerto en las manos de Sehun, Kai se alarmó e intentó liberarlo de Sehun para auxiliarlo pero el pelinegro no estaba en condiciones para esas tonterías e importándole poco el hecho de que Baekhyun estaba probablemente muy asustado le dio una bofetada para despertarlo.
-¡Sehun!-exclamó horrorizado Kai.
-¡¿Dónde está Luhan?!-repitió irritado en cuando vio a Baekhyun abrir los ojos.
-Se-Sehun-balbuceó todavía en estado de shock-¿D-de verdad eres tú? ¿Realmente estas vivo?-preguntó incrédulo.
-No creo que tocarlo sea buena idea-dijo rápidamente Kai y lo alejó de Sehun antes de que comenzara a tocarlo para poder comprobar que realmente era él.
-¡Habla ya!-exigió nuevamente el pelinegro intentando acercarse nuevamente siendo frenado por Kai que resguardaba al peli rosa tras él.
-Luhan-murmuró Baekhyun-¡Tienes que salvarlo!-suplicó desesperadamente, empujó a Kai fuera de su camino y llevó sus manos al saco de Sehun-¡Por favor, Luhan no está bien, debes hacer algo, tráelo de vuelta!-imploró.
Sehun miró sus desesperados ojos notando que obviamente él no sabía nada, tomó sus manos que estaban hechas puños sobre su saco y les dio un ligero apretón al ver como las lágrimas del más pequeño comenzaban a caer.
-Lo haré pero dime donde está-pidió.
-Que regrese, has que vuelva a ser el mismo-suplicó.
-¿Dónde está?-insistió.
-En la cabaña donde Minseok hyung y Jongdae hyung se casaron, Lay me dijo hoy que él se fue esta mañana hacia allá, no hay nadie aparte de él ahí, todos llegaran hasta mañana para la boda pero no dejes que suceda, no dejes que se case-le rogó.
-Sobre mi cadáver, muchas gracias-dijo finalmente antes de salir a toda prisa.
-Yo...-Kai no sabía que decir pero sentía que tenía que hacerlo.
-Ayúdalos en todo, por favor no vayas a darles la espalda-pidió suplicante.
-Lo prometo-aseguró antes de salir tras Sehun.
Baekhyun dejó salir un par de lágrimas más al encontrarse totalmente solo pero por primera vez en mucho tiempo eran lágrimas de alivio, por fin aquella pesadilla parecía estar por llegar a su fin, únicamente rogaba que Sehun pudiera detener a Luhan.
*****
El día había término ya y Luhan estaba finalmente ahí con el baúl en manos, Sehun le había pedido matrimonio en ese lugar cuando tenían diecisiete años y él había aceptando pensando que su historia de amor jamás iba a llegar a su fin pero lo había hecho.
Sehun estaba muerto y él estaba ahí listo para dejar ahí su baúl lleno de sus más valiosos recuerdos, se arrodilló en el suelo abriendo nuevamente el baúl y sacando su contenido para darle una última mirada.
Tú siempre usas esa cosa roja y pensé que podría regalarte una, encontrar dos que fueran a juego fue un extra…
Su tonta ropa de pareja que cuando era un adolescente lo había hecho sentir tan feliz, era algo muy infantil, porque si ahora que era un adulto se ponía a pensar lo especial que se sentía al usar eso le resultaba ridículo.
Yo no quiero usarlo y cuando me puse a pensar en lo que podía hacer con él...sólo se me ocurrió que en ti luciría precioso…
Sehun había dicho que ese collar era de su madre y que era especial pero había confiado en él para cuidarlo, había tenido tanto miedo esa vez que pensó que lo había perdido.
No puedo creer lo jóvenes que somos y ya somos padres...
Su pequeño lobito, ese que le había costado más de un pinchazo en los dedos mientras lo hacía y ahora estaba incompleto porque Han se había ido hace mucho tiempo con papá.
Te dije que te iba a dar un anillo…
Su anillo aún continuaba en su dedo, sus manos temblaron cuando comenzó a quitárselo, lágrimas se derramaron cuando lo puso dentro del baúl junto a su fotografía.
-Daría mi vida porque fueras tú quien mañana me jurara amor eterno-murmuró.
Acomodó todo con mucho cuidado y finalmente cerró el baúl, se puso de pie dándole una última mirada y dio la media vuelta comenzando a alejarse dejando sus tesoros atrás.
No lo hagas.
Susurró una vocecita en su cabeza haciéndolo detenerse, quiso ser fuerte, intentó resistir pero al final su debilidad pudo más y lo hizo regresar por sus tesoros, abrazaba el baúl con fuerza a su pecho mientras corría de vuelta a la cabaña y no se detuvo hasta que estuvo en su habitación.
No podía hacerlo todavía, no estaba listo para dejar eso atrás, abandonarlo se sentía como borrar a Sehun y no podía, se mantuvo abrazando al baúl hasta que sintió que iba a colapsar sino se metía a la cama, guardo cuidadosamente el baúl en su maleta de donde también sacó un pijama.
Se dio una ducha para lavar las lágrimas antes de ponerse el pijama, salió del baño listo para entrar a la cama para poder desconectarse del mundo, no era tan tarde como para ir a la cama pero él ya no daba para más.
No cierres la puerta está noche.
Escuchó nuevamente a esa vocecita, fue hasta la puerta y la abrió, no había nadie además de él después de todo, los empleados y la ama de llaves-que eran del pueblo que quedaba cerca de ahí-se habían retirado por la tarde por petición suya para permitirle estar totalmente solo.
El balcón.
Nuevamente obedeció a esa voz, una corriente de frío aire entró, afuera el cielo estaba un poco nublado pero aún así dejó el balcón abierto y se metió a la cama permitiendo dejarse arrastrar por el sueño luego de que su último pensamiento fuera Sehun.
*****
La noche era demasiado fría y sabía que cualquier persona hubiese cerrado muy bien las ventanas sólo por eso pero no él, no su Luhan que seguramente sabía que él acudirá a buscarle esa noche, no le costó absolutamente nada escalar con ayuda de uno de los árboles hasta su balcón abierto, el viento sopló suave meciendo su negro cabello y las cortinas.
Su mirada recorrió toda la habitación hasta detenerse en la cama donde él lo aguardaba dormido, se acercó hasta la cama y se quedó de pie a su lado observando su angelical rostro, los años sólo habían hecho que su belleza aumentara, se sentó a la orilla de la cama y se inclinó hasta su oído para poder hablarle y despertarlo, estaba ansioso por ver nuevamente sus preciosos ojos.
-Despierta mi pequeña estrella, abre tus ojos para mí-le susurró.
Una preciosa mueca se formó en su rostro y sus ojos se abrieron lentamente con una expresión confusa que término transformándose rápidamente en la aterrorizada mirada de un ciervo a punto de ser arroyado y antes de que gritara le cubrió la boca con una de sus manos, él lo miraba asustado e incrédulo y ante eso él únicamente pudo sonreír, no había cambiado nada.
-Te he extrañado tanto mi amor-no pudo contener las lágrimas y vio como Luhan también comenzaba a llorar.
-Se-Sehunnie-tartamudeó estirando sus temblorosas manos para tocarlo pero no se atrevió al final-Tú...tú...
-Vine a llevarte conmigo-le dijo.
-¿Qué?-parecía perdido.
-Nadie nos volverá a separar, es una promesa-aseguró.
Luhan lo miró sin entender, una idea pareció llegar a su mente y de pronto se puso totalmente pálido antes de que sus ojos se cerraran nuevamente, Sehun sabía que no iba a ser fácil para su dulce Luhan pero no le importaba, lo tomó en sus brazos con mucho cuidado y lo acurrucó contra su pecho mientras lo sacaba de aquella habitación.
Sabía que estaba haciendo algo malo, sabía que Yixing lloraría mañana, sabía que Junmyun iba enojarse e incluso podría odiarlo por lastimar a su pequeño Yixing pero ellos merecían sufrir, sabía también que muchas personas estarían preocupadas cuando al día siguiente llegaran y no encontrarán a Luhan pero sobre todo, sabía que a Luhan no iba a gustarle nada la idea de ser secuestrado una noche antes de su boda, estaría muy enojado pero se trataba de la oportunidad de volver a estar juntos y por eso estaba dispuesto a arriesgarse, era por eso que seguía adelante.
-Pronto estaremos seguros-le prometió a Luhan luego de sacarlo de aquella cabaña que iba a ser testigo de una boda que no iba a realizarse.
-¡Oh mierda, ¿qué carajos estás haciendo Sehun?!-preguntó alarmado Jongin que lo esperaba recargado en el auto.
-Dije que vendría por él-le recordó.
-Lo sé pero yo pensé que te referías a hablar con él y convencerlo no a… ¡esto!-exclamó alarmado señalándolo.
-No voy a permitir que otro tenga a mi Luhan-sentenció.
-Joder Sehun, esto es un maldito secuestro-susurró aunque seguramente lo que quería Jongin era gritarle.
-No puedo hacer esto solo Jongin, por favor-suplicó.
-Maldición-masculló revolviendo su rubio cabello exasperado-Tienes suerte de ser tan irresistible cuando suplicas-señaló-Sube al auto con tu pequeño novio antes de que me arrepienta o alguien nos descubra-ordenó.
-No hay nadie ahí, llegaran hasta mañana, Baekhyun lo dijo-aseguró.
-Tan sólo sube de una maldita vez-volvió a ordenar con fastidio, Sehun sonrió ampliamente dejando en paz a su amigo e hizo lo que el moreno le pedía.
Entró a los asientos trasero con mucho cuidado para no incomodar a Luhan, escuchó un pequeño murmullo proveniente de los labios de su bello durmiente ante el ruido del motor del auto y sonrió como un idiota ante su preciosa imagen estrechándolo más contra él sintiéndose inmensamente feliz cuando Jongin hizo avanzar el auto a través de la carretera con destino al único lugar donde estaba seguro que los recibirían con los brazos abiertos.