Un suave golpe en la puerta fue el encargado da despertarlo esa mañana, parpadeó un par de veces estirándose en la cama, le gruñó a la luz del sol y se cubrió mucho más con la sabana aspirando de ellas el adictivo aroma de Sehun.
-Sehun-dijo incorporándose de golpe, él no debería estar ahí.
Se levantó de golpe y corrió hacia él baño pero este estaba bien cerrado, gruñó volviéndose entonces hacía el armario para poder conseguir ropa y salir de ahí antes de que Sehun regresara, trató tan fuerte como podía de abrir el maldito armario pero este estaba tan o más cerrado que la puerta del baño.
Chilló de frustración escuchando nuevamente los golpes en la puerta, dándose cuenta que la puerta si estaba abierta, una simpática sirvienta estaba frente a él dedicándole una amable sonrisa que lo irritó mucho más.
-El señor Oh me ha dicho que lo atienda y le proporcione todo lo que pida-dijo la amable chica.
-Quiero mi ropa-exigió.
-¿S-su ropa?-preguntó nerviosa y Luhan asistió irritado-Bueno, lo que pasa es...yo...l-lo lamento mucho señor pero el señor Oh dijo qu podíamos proporcionarle todo lo que usted quisiese menos ropa o un teléfono-murmuró-Oh, tampoco pude salir de aquí pero pudo traerle algo de desayunar-propuso recuperando su sonrisa.
Luhan gruñó asustando un poco a la chica que salió de su camino al instante apresurándose a seguirlo después cuando se dio cuenta que se alejaba, Luhan abrió cada puerta que se encontró en su camino buscando tras ellas a Sehun hasta que finalmente lo halló en la penúltima de las habitaciones junto con Kai.
-Buenos días Lulu-saludó alegremente Sehun.
-¡Nada de buenos días, ¿qué se supone que pretendes al esconder mi ropa y mantenerme aquí encerrado?!-cuestionó furioso.
-La última vez esperaste a estar solo y luego huiste sin decir nada dejando únicamente una nota, tan sólo me aseguraba que no volvieras a hacerlo-dijo con una enorme sonrisa.
-¡Esto es un secuestro!-soltó mucho más enojado.
-¿A sí?-inquirió viéndolo con una expresión inocente.
-¡Sí!-chilló exasperado.
-¿Es un secuestro Kai?-le preguntó a su mejor amigo.
-En lo absoluto porque hasta donde yo recuerdo Luhan llegó anoche por su propio pie y durmió en tu habitación sin que nadie lo obligara-dijo Kai con toda la calma del mundo.
-¡¿Es qué los dos están locos?!-preguntó irritado.
-Yo no y tengo pruebas de ello, Kai en cambio siempre me ha parecido algo idiota pero no loco-respondió encogiéndose de hombros.
-¡Oye!-se quejó el rubio.
-Ustedes están locos-declaró Luhan con cara de miedo.
-No es eso mi pequeña estrella, es solo qu no dejare de ninguna forma posible en el mundo que te cases con Lay-explicó Sehun.
-No voy a hacerlo-aseguró-No cuando descubrí la clase de malnacido que es-masculló entre dientes.
Sehun sonrió triunfante ante eso, Kai lo miró de reojo arqueando una ceja, Luhan volvió a mirarlos nuevamente de forma amenazante.
-Tengo que irme ahora, este será el primer lugar donde Lay va a buscar y no quiero verlo porque seguramente voy a lanzarlo por las escaleras-aseguró.
-Aquí estarás seguro-afirmó Sehun.
-No, no lo estoy, es obvio qu vendría aquí-señaló con obviedad.
-¿Y dónde planas ir entonces?-preguntó Kai.
-Con…un amigo-respondió sin mirarlos a los ojos.
-¿Un amigo?-inquirió Sehun dándole una mirada recelosa-¿Qué amigo?
-No tengo tiempo para celos absurdos, tengo que irme-repitió con firmeza.
-No iras a ningún lado-sentenció Sehun.
-¡No puedes mantenerme aquí contra mi voluntad!-le recordó.
-No tendría que ser en contra de tu voluntad si dejaras de ser tan terco-bufó.
-¡Sehun ya…!
-¡Señor detengas, no pude pasar!-gritaba alguien en el exterior.
-Kai-habló Sehun rápidamente.
Kai asintió al instante y tomó a Luhan de la mano arrastrándolo rápidamente al pequeño armario que había en la habitación encerrándolos ahí a ambos al mismo tiempo que la puerta del despacho se abría con fuerza.
-Suéltame ahora…
-Cierra la maldita boca pequeño caprichoso-gruñó Kai cubriendo la boca ajena mientras miraba atentamente a través de las persianas todo lo que sucedía afuera.
-Muy buenos días Sehyung-saludó con falsa cortesía Sehun al colérico hombre qu acaba de entrar.
-¡¿Qué demonios pretendes niño estúpido?!-exclamó rabioso.
-Mmm, últimamente he tenido muchos proyectos así que tendrás que ser más específico-respondió con aparente calma, Sehyung no podía ver a Luhan ahí de ninguna forma.
-¡¿Con qué autoridad has cancelado la pensión que el viejo me ha dejado?!-inquirió.
-Con el derecho que me da ser dueño de todo, el viejo dejó esa pensión para ti solo en caso de que la necesitaras y no tuvieses otra forma de ingresos pero la tienes, trabajas en Orion y hasta donde yo sé, tu sueldo es bastante generoso así que no necesitas más que te siga pasando ese dinero-explicó mostrándole una sonrisa ladina.
-¡NO PUEDES HACERME ESTO!-gritó.
-¡Sí, yo puedo hacer lo que quiera y no te permito ni a ti ni a nadie venir a gritarme a mi casa así que lárgate de aquí o hago que te saquen!-amenazó.
-Estás jugando con fuego Sehun, tu querido Luhan hasta ahora ha estado muy bien y no querrás que algo como lo que paso hace once años se repita, ¿verdad?-inquirió con una sonrisa torcida.
Sehun se tensó apenas logrando que fuese lo suficientemente imperceptible para Sehyung, no podía delatar que Luhan seguía siendo su punto más débil porque entonces Sehyung iría tras él, debía fingir que no le importaba así que simplemente le sonrió mordaz borrando la expresión triunfal ajena.
-Creo que no te has enterado de las buenas nuevas Sehyung, Luhan debe estar casando con Lay así que ya no significa nada para mí, haz lo que quieras con él que me dará igual, mátalo o si quieres mátame a mí, es igual de cualquier forma porque no tendrás ni un solo centavo de lo que es mío y me permito recordarte que he probado que no estoy loco así que probablemente mi muerte o la de cualquier persona con la que trates de chantajearme te hará el principal sospechoso y quién sabe, tal vez también averigüen lo que le hiciste al doctor Kangin-se encogió de hombros viendo fijamente al hombre que ahora perecía tenerle miedo-Ya no soy el mocoso de hace once años Sehyung e incluso muerto voy a asegurarme de hundirte-aseguró.
-Eres un bastardo hijo de…
-Por supuesto que lo soy, creí que eso había quedado claro en cuanto me viste llegar aquí-sonrió de lado.
-Vas a tragarte tus palabras-advirtió antes de salir de ahí dando un portazo.
La puerta del armario se abrió, Kai lo miraba seriamente advirtiéndole que estaba molesto por su actuar pero su seria expresión se borró en segundos luego de que Luhan lo mordiera con fuerza haciéndolo quejarse de dolor y empujarlo lejos de él, Luhan aprovechó eso para apresurarse donde Sehun estaba y golpear con ambas manos el escritorio.
-¡¿Has perdido la cabeza?!-inquirió histérico el castaño.
-Has estado preguntándome eso demasiado hoy-sonrió brillantemente.
-¡No puedes amenazar así a Sehyung, él podría matarte de verdad!-soltó dejándose llevar por la angustia.
-Lo sé-admitió.
-¡¿Y aun así haces esto?!-exclamó-¡Esto no es un maldito juego Sehun, no puedes ir lanzando amenazas así como así al enemigo, Sehyung podría borrarte ahora mismo si lo quisiera!-aseguró odiando el momento en que su voz se quebró.
-Lo sé también-afirmó nuevamente.
-¡¿Y lo dices así tan campante, por qué mierda no usas el cerebro una jodida vez?!-inquirió.
-Nada me pasara-aseguró.
-¡No puedes estar seguro!-casi gritó.
-Yo sí, nada va a pasarme-repitió.
-Haz lo que quieras entonces pero no esperes que yo vaya a ver tu maldita tumba-masculló, cruzándose de brazos y mordiéndose el interior de una de sus mejillas, tenía los ojos llorosos y su labio temblaba ligeramente haciéndolo verse demasiado tierno.
-¿Acaso no confías en mí?-preguntó despacio.
-Ya te dije que hagas lo que quieras-murmuró.
-Lamento interrumpir su agradable charla pero ya es casi la hora de la boda y seguramente todos deben haberse dado cuenta ya que el novio no va a llegar, otra vez-comentó Kai.
-Debo irme-dijo Luhan.
-Ya te he dicho que no lo harás, aquí estarás bien-sentenció.
-El imbécil de tu hermano mayor ya debe venir hacia acá-aseguró irritado.
-Lo sé-asintió-Pero no va a pasar nada-afirmó.
-No puedes estar seguro, estaré mejor lejos-aseguró.
-Dije que no, Kai-llamó al moreno que rápidamente asintió-Ya sabes que hacer-indicó.
Kai asintió divertido, caminó tranquilamente por toda la habitación cerrando todas las cortinas del lugar para luego despedirse y salir poniendo el seguro a la puerta, Luhan se giró para ver a Sehun con mala cara y los brazos cruzados.
-¿Este es tu gran plan?-inquirió fastidiado.
-Algo así-sonrió.
-¿Qué hará?-preguntó refiriéndose a Kai.
-Lo mismo que hizo aquí, cerrara las ventanas, cortinas y puertas de cada habitación en la casa, si Lay y su perro fiel vienen tardaran mucho en llegar aquí-aseguró.
-¿Y tú de verdad crees que eso hará algo para detenerlos?-preguntó incrédulo por lo estúpido del plan de Sehun.
-No pero te dará el tiempo suficiente para decidir-respondió encogiéndose de hombros.
-¿Decidir?
Luhan lo miró sin comprender absolutamente nada, lo vio levantarse finalmente de la silla de cuero negro tras el escritorio y comenzar a acercase lentamente hasta donde él estaba, se quedó inmóvil y sin aliento pensando por un segundo que iba a dejar de respirar mientras sentía sus piernas fallarle, ¿por qué no había notado lo bien que se veía Sehun en traje?
-Exactamente, tú estás aquí porque has decidido por propia voluntad mandar a Lay al diablo entonces ahora tienes dos opciones-explicó mirándolo seriamente.
Luhan desvió la mirada a otro lugar dando un paso atrás, la necesidad de escapar de los ojos oscuros de Sehun que lo atravesaban cada vez que lo miraban era lo único que quería, estar a solas con él era demasiado difícil.
-Sigo sin entender-murmuró dándole la espalda y fingiendo que el estante llenó de libros era muy interesante y tal vez lo era pero aunque la habitación no estaba tan oscura, leer los títulos no era algo qu se podía hacer fácilmente.
-Te explicare mejor entonces-lo escuchó decir-Puedes esconderte todo lo que quieras de Lay para que jamás te encuentre o puedes enfrentarlo de una vez por todas para que te deje en paz definitivamente-explicó.
-¿Insinúas que soy un cobarde?-cuestionó con el ceño fruncido.
-Yo no he dicho nada de eso-dijo con tranquilidad-Sólo te mostré tus opciones porque así me lo pediste-dijo.
Repentinamente sintió una abrumadora sensación embargándolo cuando Sehun se coloco detrás de él, su mano izquierda se posó sobre su cintura y su mano derecha se alzó hasta la tercera fila de libros en la parte superior del mueble, estaba demasiado cerca para su comodidad.
-Este libro es bueno-dijo luego de bajar uno de los libros y ponerlo a su altura.
-Está oscuro, no podría leerlo aunque quisiera-musitó alejándose de él lo suficiente para sólo permanecer a su lado.
-Puedo prestártelo-sugirió dándose vuelta para permitir que su espalda se recargará en el estante.
-Tal vez-susurró con la mirada fija en el suelo.
-¿Qué harás al final?-preguntó.
-No voy a huir-aseguró.
Sehun sonrió mientras asentía, Luhan lo miró de reojo sin poder evitar sonreír también, le resultaba demasiado peculiar como Sehun siempre lograba hacerlo sentir en paz, siempre había sido así desde la primera vez que se vieron cuando eran unos chiquillos y todavía él no lograba descifrar cual era el truco que usaba.
-Todo saldrá bien-le dijo Sehun, su mano tomó la de Luhan provocándole un ligero temblor-¿Tienes frió?, tal vez no fue buena idea esconderte la ropa-comentó.
-No, estoy bien-aseguró intentando que la mano de Sehun se alejara de la suya.
-¿Seguro?-preguntó mirándolo fijamente con una ceja arqueada y sosteniendo con más fuerza su mano.
-Sí-asintió quedándose quieto finalmente.
Silencio, era todo lo que había luego de su ultima respuesta, sus manos seguían unidas, Luhan miró de reojo a Sehun esperando descubrir la razón por la que hacía eso, él miraba al frente con ese semblante impasible que lo caracterizaba, miró con mucha atención cada centímetro de su rostro tomando nota de cada detalle nuevo.
Ambos habían crecido y por eso había cosas que habían cambiado aunque ambos tuvieran una imagen imborrable el otro, él había cambiado demasiado y Sehun había dejado de ser un niño incluso antes que él, siempre lo había visto como la persona que él no iba a ser.
Sehun siempre había sido un pilar para él que se rompía como si fuera una ramita cualquiera, siempre había sido un escudo que se negaba a dejar que algo malo llegara a él, siempre dispuesto a recibir los golpes por ambos, aceptaba sus culpas y errores como propios, lo más probable era que de haber seguido juntos Luhan seguiría siendo el mismo niño asustado que a la primera dificultad corriera a Sehun para que lo salvara y el mero pensamiento le parecía inaceptable.
-Sehun-lo llamó en un murmullo.
-¿Mmm?
-Sé que probablemente no lo entiendes ahora pero…yo realmente estoy orgulloso de haber cambiado y del hombre en que me he convertido, dejando de lado mis errores y tonterías yo de verdad me alegro de haberme vuelto alguien capaz de defenderse a sí mismo sin la necesidad de que alguien más lo proteja-murmuró.
Sehun se giró hacia él colocándose frente a él sin dejar de mirarlo seriamente, no estaba enojado, Luhan lo sabía con verlo a los ojos pero sabía que algo pasaba.
-La verdad es que lo odio-habló finalmente.
-Yo…tal vez antes me hubiese disculpado por ello pero no ahora…fue horrible el cómo llegué hasta aquí pero estoy feliz de haber dejado de ser el niño frágil que corría a tus brazos cuando algo andaba mal-aseguró.
-No Luhan, yo no odio el hecho de que hayas cambiado, lo que yo odio es el hecho de no haber estado ahí para apoyarte, yo ya sabía que eras alguien capaz de logar todo lo que se proponía pero odio la forma en la que tuviste que darte cuenta-explicó.
-Pero...ya sabes…la personas dicen que lo que no te mata te hace más fuerte, ¿no?-dijo mostrándole una diminuta sonrisa.
-¿Y era necesario romperte en pedazos para esto?-inquirió con pesar.
-La vida tiene peculiares formas de actuar, para unos rosa y para otros negra-suspiró.
-Tiene sentido pero no por eso tengo que aceptarlo de buena gana-murmuró.
Luhan asintió, la mano de Sehun acarició suavemente su mejilla mientras él desviaba la mirada, ya no muy seguro de si lo hacía por evitar la mirada de Sehun o por mera costumbre, últimamente hacia eso mucho.
Los labios de Sehun se presionaron sobre su mejilla sorprendiéndolo un poco, se volvió a mirarlo nuevamente, Sehun le sonrió ampliamente y nuevamente esa tonta e involuntaria acción volvió cubriendo sus mejillas de rojo.
-Hay cosas que nunca cambian-murmuró Sehun.
Luhan gruñó al escuchar eso, odiaba eso, ya no era un mocoso y era demasiado molesto que eso siguiera pasando, lo detestaba pero sabía bien que nada iba a poder hacer para corregirlo, era Sehun después de todo y ante él siempre iba a reaccionar igual.
-¿Qué crees que haces?-preguntó con disgusto cuando Sehun intentó besarlo en los labios.
-¿Ya no sabes que es un beso? ¿Ni siquiera permitías que Lay tuviera eso?-cuestionó divertido.
-Más de lo que me hubiera gustado-bufó.
Un ruido peculiar llamó su atención, llevó su mirada hacia la puerta esperando escuchar algo más pero no escuchó nada más, debía ser el rubio idiota, volvió a mirar a Sehun notando lo demasiado cerca que estaba entonces.
-¿Q-qué…?-balbuceó torpemente.
El pelinegro acercó su rostro con la clara intención de tratar de besarlo una vez más, Luhan desvió el rostro y puso sus manos sobre el pecho del más alto para evitar que continuara acercándose, Sehun gruñó, tomó sus manos con una de las suyas para detenerlas y que dejaran de empujarlo y con su mano libre sujetó el rostro de Luhan para girarlo en su dirección.
-¿N-nunca ha-has escuchado que No es No?-tartamudeó nerviosamente recalcando el No cuando sintió el aliento de Sehun contra sus labios temblorosos.
-Me da igual realmente-sonrió de lado-Además tu siempre terminas diciendo que Sí-aseguró recalcando también el Sí antes de finalmente besarlo.