Al llegar a Enticement lo primero que Luhan vio fue a Baekhyun que lo esperaba de pie frente a su oficina con el ceño fruncido y los brazos cruzados, Luhan lo fulminó con la mirada advirtiéndole que de no salir de su camino en los próximo segundos iba a despellejarlo vivo, no estaba de humor, tenía una resaca monumental, había peleado con su padre y apenas había tenido tiempo de ir a su departamento para prepararse a él y a Ying Hui a la que había tenido que llevar con él puesto que no iba a alcanzar las clases.
-Tu prometido te está esperando dentro y no parece muy feliz-informó con tono molesto.
-Ese maldito fastidio-gruñó por lo bajo sólo para él mismo-Amor-se refirió a Ying Hui que lo miró de forma inmediata-¿Podrías ir unos segundos con tío Baek mientras yo hablo con Lay?-preguntó.
-¿Vas a pelear con él otra vez?-inquirió preocupada.
-Por supuesto que no amor, no vamos a pelear-dijo pero era mentira.
Ella no era tonta y por mucho que su papá fuese a casarse con el señor Zhang ella sabía que no lo quería y por eso siempre estaban discutiendo, odiaba ver a su papá mal y por eso no le gustaba el señor Zhang, porque él siempre lo ponía de mal humor, su padre no necesitaba eso porque aun cuando le sonreía ella veía sus ojos llenos de tristeza, su papá necesitaba a un hombre que lo hiciera sonreír día y noche, él necesitaba que ella encontrara a ese príncipe de negro cabello y lo llevara ante él entonces seguramente ellos iban a enamorarse y su papá iba a ser feliz por fin, ella tenía fe en eso y por esa razón iba a esforzarse para cumplir esa misión.
-Está bien-aceptó resignada.
-Vamos pequeña, tío Baek ha estado trabajando en unos vestidos que tú lucirás maravillosamente-aseguró el peli rosa tomándola de la mano para llevarla a su estudió.
Luhan sintió las miradas de todos sobre él, apretó los puños y se giró a mirar asesinamente a todos los que lo observaban que temblaron únicamente al ver sus ojos cargados de rabia apenas contenida.
-¡Póngase a trabajar partida de inútiles!-rugió furioso y todos huyeron despavoridos intentando alejarse de él lo máximo posible.
Luhan gruñó antes de abrir la puerta y adentrarse a su oficina donde el ceño fruncido de Lay lo recibió, Luhan al verlo le mostró una sonrisa cínica que lo hizo profundizar el ceño, caminó tranquilamente como si ignorara su presencia en la habitación y dejó tranquilamente sus cosas sobre el escritorio ocupando su silla tras él y sólo después de eso miró a Lay.
-Buenos días-lo saludó como si nada.
-¿Buenos días, es todo lo que dirás?-preguntó molesto.
-¿Qué más debería decir?-inquirió con calma.
-Quiero una explicación de tu comportamiento el otro día, ¿por qué rayos huiste así?-preguntó enojado.
-Te dije que no quería estar ahí y preferiste ignorarme para irte con Suho, no iba a quedarme si no quería y sí tú no ibas a llevarme pues...sabes que no tengo paciencia-respondió encogiéndose de hombros.
-¡No mientas!-exigió golpeando con ambas manos su escritorio.
Luhan frunció el ceño, Lay lo miraba furioso y poco le interesaba a él, nadie iba a ir a alzarle la voz a él y sí tenía que bajarle los humos a Lay iba a hacerlo sin importar el método.
-No me levantes la voz-advirtió.
-¡¿Y qué demonios esperas que haga luego de tu espectáculo ayer?!-preguntó rabioso-¡Todo eso fue por él!-lo acusó.
-¿Y qué si así fue?-cuestionó con fastidio.
-¡¿Y me lo dices así como si hablaras del clima?!-inquirió dolido.
-¿Acaso esperas que te mienta?, me preguntaste y yo únicamente respondí-dijo con calma.
-¡No puedes seguir pensando en él, te lo prohibió!-casi gritó con la voz rota.
-¿Me lo prohíbes?-cuestionó arqueando una ceja mientras una sonrisa burlona se extendía en sus labios-¿Quién carajos te has creído tú?-preguntó con desdén.
-¡Vas a casarte conmigo y él está muerto, yo soy tu prometido y él debe estar en maldito infierno!-le recordó.
-¡CÁLLATE!-gritó y su mano no tembló para alzarse y estrellarse en él rostro de Lay-¡No me vengas con está mierda de hombre celoso que no te queda!
Lay llevó su mano al área afectada en su rostro, su mirada dolida viajó hasta Luhan esperando encontrarse con algún signo de arrepentimiento pero sólo había odio en sus ojos, un odio que únicamente estaba siendo dirigido a él.
-Tú ya lo sabías Lay, yo no te amo y jamás lo haré, no importa lo que tú hagas jamás podrás reemplazar a Sehun, nunca te mentí y te lo dije desde el inicio, dijiste que no importaba y que no ibas a pedirme nada así que no me vengas ahora con esta patética actitud porque créeme que a mí no va importarme mandarte al diablo y terminar con todo este absurdo teatro-advirtió.
-¿Por qué me haces esto?-preguntó intentando contener las lágrimas.
-No seas dramático, no es como si no te hubieses advertido que me había convertido en un bastardo hijo de puta, fuiste tú quién dijo que no le importaba así que sí alguien te está lastimando ese eres tú mismo-soltó con voz despreocupada.
-Luhan yo te amo-murmuró.
-¿Y?, yo no puedo decirte algo que no siento-respondió tomando asiento una vez más mientras comenzaba a revisar algunos documentos.
-Yo te acepte tal y como eres ahora, te abrí mi corazón, mi madre prácticamente te dio el control de su empresa y pese a que casi todos dijeron que tú ya no eras bueno yo jamás te di la espalda-le recordó.
-Bueno...-suspiró-Yo no te pedí aceptarme ni que me abrieras tu corazón, tampoco pedí este trabajo y créeme que confío lo suficientemente en mis capacidades como para dejarlo y buscar otro, tampoco te pedí quedarte a mi lado ni nada así que sí te has cansado puedes irte cuando quieras-aseguró.
-¿Sientes algo por mí por lo menos?-preguntó/sollozó.
-¿Sí te digo que sí te irás más rápido?-inquirió hastiado con la actitud ajena.
Lay lo miró afligido y salió sin decirle nada más dejándolo finalmente solo, Luhan suspiró pesadamente antes de masajearse las sienes y luego sonreír divertido, sabía que luego de eso Lay iría corriendo con Suho en busca de consuelo y luego él podría llamar para ordenarle a Lay regresar a su lado como el perro faldero que era sin que Suho pudiera hacer nada para salvarlo, lo único malo de todo eso era que nunca podía ver la cara de rabia de Suho porque no podía hacer nada para salvar a Lay de él.
-Se-señor Xi-tartamudeó su secretaría desde la puerta.
-¿Qué?-preguntó con molestia al verse interrumpido.
-E-es...él señor Bi está aquí y...pi-pide verlo-balbuceó la asustada mujer.
-¿Y qué rayos esperas para hacerlo pasar?-inquirió con el ceño fruncido.
-¡S-sí señor!-dijo rápidamente y nuevamente cerró la puerta.
Luhan esperó pacientemente hasta que la puerta volvió a abrirse y un hombre pelinegro, joven, delgado y algo más bajo que él, entraba a su oficina por la puerta.
-Muy buenos días señor Xi-lo saludó estrechando su mano.
-Déjate de formalidades Shu Jin, ¿qué tienes?-preguntó.
-Buenas y malas noticias-respondió.
-Odio eso, empieza por las malas-ordenó.
-Oh Sehyung últimamente se ha reunido con muchas personas interesantes-comenzó mostrándole una carpeta con varias fotografías con la persona que más despreciaba en ellas, Luhan la miró todas con atención dejando que Shu Jin continuara-Todos estos hombres son poderosos empresarios que han hecho crecer sus compañías con negocios sucios que realizan bajo el agua-explicó.
-¿Ha conseguido algo con ellos?-preguntó seriamente.
-Esa es la buena noticia-sonrió-Sehyung perdió cualquier oportunidad con la mayoría de ellos porque hay alguien nuevo a la cabeza de Orion Corporation por lo que Sehyung ha perdido poder y credibilidad luego de eso-aseguró.
-¿Alguien nuevo?-preguntó interesado.
-No hay mucha información hasta ahora pero pronto la tendré-aseguró.
-Perfecto, ¿qué más?
-Más buenas noticias, nuestras inversiones han dado frutos y poco a poco nuestra pequeña empresa está ganándose un nombre, de seguir así estamos a nada de volvernos un peligro para la compañía que Sehyung fundó con el dinero robado a Orion Corporation, sus clientes comienzan a interesarse en nuestras ofertas, si le quitamos sus clientes él tendrá una seria crisis, se irá a la bancarrota y entonces...
-Voy a estar más cerca de destruir a Sehyung-sonrió.
El pelinegro acompañó su sonrisa, Luhan ya casi podía saborear la victoria pero sabía que Sehyung era alguien de armas tomar así que no podía celebrar tan pronto, estaba ganando terreno y pronto sería su turno de contraatacar.
-Muy bien Shu Jin, puedes irte ahora y sí tienes alguna noticia llámame-indicó.
-Así lo haré, tenga una excelente tarde señor Xi-se despidió respetuosamente y salió de su oficina.
Luhan miró la puerta por algunos minutos más, desvío su mirada hacia el cajón izquierdo de su escritorio de dónde sacó a su pequeño Hun.
-Muy pronto Hunnie, cuando acabé con esto te juro que haré algo bueno con mi vida-prometió dejando un suave beso sobre su pequeño lobo.
*****
Saladas lágrimas bañaban su rostro mientras golpeaba la dura madera de la puerta con fuerza, una bella joven la abrió consiguiendo apartarse apenas de su camino cuando entró sin invitación alguna, la persona que buscaba bajaba las escaleras y al verlo Lay no esperó ni un segundo más y corrió a sus brazos.
-Mi ángel-musitó angustiado el mayor aferrándolo a su cuerpo al sentirlo sollozar.
-Voy a enloquecer hyung-sollozó.
-¿Qué pasó?, ¿qué te ha echó está vez?-preguntó intentando contener la irá que amenazaba con nublarle el pensamiento y obligarlo a ir a buscar al pequeño bastardo que debía ser el causante de eso.
-Es...es tan cruel y...pareciera que me odia-balbuceó.
-Yixing-susurró estrechándolo más fuerte entre sus brazos.
-Lo amo hyung... ¿por qué no le es suficiente?-preguntó afligido.
-Yixing...odio verte así-dijo con tristeza apartándolo un poco tan sólo para poder verlo a los ojos e intentar limpiar las lágrimas de su precioso rostro-Tal vez lo mejor sería que...
-¡No!-lo cortó, no iba a dejar a Luhan.
-Pero mi ángel, él tan sólo te hace daño-señaló angustiado.
-Yo no podría vivir sin él-susurró.
Suho apretó los puños sintiéndose inútil, impotente y dolido, Luhan no lo amaba, nadie iba a amarlo como él lo hacía pero Lay no veía eso y prefería mil veces los malos tratos que Luhan le daba a ver lo que él estaría dispuesto a hacer únicamente para hacerlo feliz cada día.
-Yixing yo...
-Pero que sorpresa, cuánto tiempo sin verte Lay-dijo alguien más.
Lay palideció al escuchar aquella voz tan familiar y extraña a la vez, sus ojos terminaron de ir escaleras arriba donde se encontró con la sonrisa arrogante de Sehun.
-Sehun-murmuró apenas.
-Él mismo-sonrió más ampliamente.
-¿Q-qué haces aquí?-preguntó aún atónito.
-Está es mi casa Lay-respondió con diversión.
-S-sí claro, ¿cuándo llegaste de New York?-preguntó nervioso.
-A principio de semana, ¿qué Suho hyung no te dijo?-cuestionó falsamente desconcertado.
Lay llevó su angustiada mirada a Suho que miraba con enojo a Sehun, regresó su mirada cargada de angustia y culpabilidad a él, sabía perfectamente que eso le estaba cayendo a Lay como un cubo de agua fría y más aun después de una pelea con Luhan.
-Casi no te he visto y no tuve la oportunidad de decirte antes-se excusó.
-Así que ahora eres un hombre ocupado, supongo que es por tu boda, Suho hyung me dijo de eso lo que me recuerda, ¿yo estoy invitado?-inquirió con voz maliciosa.
Lay sintió una ola de miedo recorrerlo, Luhan ya de por sí no lo quería y sí descubría que Sehun estaba vivo iba a perderlo y se negaba, no iba a permitirlo nunca, no ahora que tenía una oportunidad de conquistar el corazón se Luhan.
-No…l-lo siento pero solo serán familiares y Junmyun hyung-explicó.
-Es una pena-dijo con falsa decepción-Yo de verdad esperaba ir para conocer a tu novio-sonrió-Supongo que debe ser alguien maravilloso, claro eso considerando que con anterioridad tú estabas enamorado de MI Luhan.
Sí supieras, pensó Lay mientras forzaba una sonrisa hacia Sehun, él ya no tenía derecho a decir que Luhan era suyo porque lo había perdido hacía mucho tiempo y jamás iba a tenerlo de vuelta porque ahora era SU Luhan y de nadie más.
-Por supuesto que MI prometido es alguien maravilloso-aseguró intentando restregarle en la cara a Sehun que Luhan era ahora suyo, aunque fuese de forma indirecta.
-No lo dudo-sonrió burlón al notar la agresividad en sus palabras-En verdad espero conocerlo pronto.
-Lo harás, después de la boda te prometo traerlo para que lo conozcas-soltó todo sin pensar en las consecuencias que eso podría traer.
Quería pensar que nada iba a pasar una vez estuvieran casados, que Luhan no iba a dejarlo porque había cambiado lo suficiente como para matar cualquier sentimiento que tuviera por Sehun al verlo ahí de pie y vivo, su corazón ya era de piedra y estaba más que seguro de que ni Sehun iba a volver entrar a él.
-Yixing-llamó seriamente Suho para hacerlo entrar en razón.
-Es una promesa entonces-sonrió Sehun-Disculpen que no me quede mucho más tiempo pero vine únicamente a buscar unos documentos que necesito, tengan una buena tarde caballeros-se despidió finalmente y salió de ahí con una sonrisa burlona en los labios.
-¡¿Qué diablos hace Sehun aquí?!-exigió saber al borde de la histeria.
-Yixing, cálmate y escúchame-suplicó el mayor.
-¡¿Cómo demonios me pides que me calme con él aquí?!-soltó más que alterado-¡¿Sabes lo que pasara si ellos se reencuentran?!
-Eso no pasara, te lo prometo-aseguró Suho.
-Pero…
-Hay alguien vigilándolo desde que llegó, no dejare que se acerque a Luhan-prometió.
-Tengo miedo, mucho miedo-murmuró abrazándolo nuevamente.
-No temas-musitó con un voz llena de culpa.
Suho correspondió su abrazo con duda, se sentía sucio, un traidor, Sehun era su hermano, su familia pero aun así estaba anteponiendo la felicidad de Lay a la suya, revelarle a Sehun la verdad probablemente le devolvería la felicidad que tanto él como Luhan habían perdido, tal vez y tendría incluso una oportunidad para que algo surgiera por fin entre Yixing y él pero no podía verlo sufrir, se había prometido a sí mismo hacer todo por la felicidad de su ángel e incluso estaba sacrificando la de Sehun.
Era un bastardo y ya lo sabía, la escusa de querer protegerlos a ambos ya no servía porque Sehun le había probado que no era un riesgo, le había mostrando algo que le escupía en la cara diciéndole el hijo de perra que había sido con su hermano menor al no creerle, al haber dejado que durante años fuese privado de muchas cosas únicamente por el miedo de las consecuencias que su enfermedad pudiera tener, Sehun no tenía esquizofrenia y por lo tanto no era peligroso para Luhan ni para nadie pero ya había cometido aquella monstruosidad.
Había pensado tantas veces en revelarle la verdad y suplicarle perdón pero cuando finalmente se había decidido había aparecido Lay con aquella noticia.
Myunnie hyung, Luhan me dijo que sí, es mi novio ahora y estoy seguro que podre hacerlo inmensamente feliz…
Su corazón se había echó trizas en ese instante e incluso se planteó la idea de correr a decirle la verdad a Sehun únicamente por los celos pero no pudo, no al ver la sonrisa de Lay, no al ver aquella ilusión brillando en sus ojos, no pudo romperle el corazón a su ángel.
Se calló porque estaba tan estúpidamente enamorado que para su corazón valía más la felicidad de Yixing que la de Sehun, cada día se recordaba la clase de porquería que era por sacrificar a la persona que había jurado proteger hasta el último de sus días a cambio de sobras de cariño de esa persona que no lo veía y jamás iba a verlo como él lo quería.
Era un imbécil, la parte inteligente en su cerebro le decía que Lay no valía la pena porque aun cuando veía todo lo que estaba sacrificando por su felicidad seguía ignorado sus sentimientos pero continuaba permitiendo que su corazón lo gobernara y lo volviera una maldita marioneta que ese ángel usaba a su antojo, el paño de lágrimas que servía de vez en cuando, su juguete.
-Muchas gracias Myunnie hyung-sonrió estrechando más fuerte al mayor-Yo siempre puedo confiar en ti-susurró con calma.
Claro que podía hacerlo, siempre podría porque seguramente él siempre sería su títere, era su culpa por estar tan estúpidamente enamorado, por no tener un poquito más de amor propio y alejarse de esa persona que únicamente lo utilizaba, era su culpa y aun cuando sabía que todo iba a acabar muy mal seguía dispuesto a estar ahí y recibir todo lo malo que fuese a pasar si eso mantenía a salvo a Lay.
-Yo haría cualquier cosa por ti-musitó sintiendo ganas de llorar al verse tan patético y manejable.
-Te quiero Myunnie hyung-sonrió divinamente Lay dejándole ver su hoyuelo, dándole nuevamente las sobras de lo que le quedaba luego de brindarle todo lo demás a Luhan.
-Yo…-te amo, le hubiese gustado decir pero nuevamente tenía que tragárselo-También te quiero-dijo finalmente con una sonrisa lastimera.
El celular de Lay irrumpió su momento dándole fin a los cinco minutos de afecto que él tenía, ni más ni menos, Lay respondió de inmediato y una sonrisa deslumbrante iluminó su rostro clavándose en el corazón de Suho como una daga bañada en el más mortal de los venenos.
-Era Luhannie, quiere verme, quiere arreglar las cosas-anunció más que feliz.
-No lo hagas esperar entonces-dijeron sus labios mientras su corazón gritaba un desesperado “no me dejes”.
-Sí-asintió entusiasmado-Nos vemos después hyung-se despidió y prácticamente voló hasta la puerta por la que salió sin dedicarle ni una última mirada.
Suho se quedó mirando la puerta ya cerrada, lágrimas amargas cayendo y una sonrisa miserable dibujada en su rostro mientras lentamente se sentaba en las escaleras sin dejar de mirar la puerta por donde Lay se había marchado para correr a sus brazos.
-Soy una porquería-susurró en medio de su soledad y miseria.