08:35 am y las instalaciones de Enticementparecían un campo de batalla, todo mundo corría de un lado a otro mientras esperaban la llegada de Lucifer, como le llamaban todos ahí, el chico era el vicepresidente de la enorme compañía y todos los que tuvieran la remota esperanza de ser alguien en el mundo de la moda tenían la ilusión de trabajar ahí codo a codo con Lilith y su diseñador estrella pero al entrar ahí había una enorme prueba y sólo algunos pocos la superaban.
Porque Lucifer no sólo era el vicepresidente encargado de cualquier cosa que tuviese que ver con todo lo relacionado con el área administrativa de la más grande marca de ropa en el país sino que también y a pesar de no haber estudiado absolutamente nada sobre ello tenía un talento natural como diseñador aunque eso pocas veces se veía ya que su única atención estaba sobre el aérea administrativa y lo único que pedía como mínimo para trabajar en Enticement era la perfección o podías darte por fracasado.
El hombre era joven, tenía aspecto de ángel pero todo eso era una mera fachada porque bajo toda esa hermosa y celestial apariencia se escondía el mismísimo demonio, toda esa belleza física no era nada a comparación de su mal temperamento y contantes explosiones de ira, parecía odiar a todo el mundo y todo el mundo vivía temeroso de él y a la larga terminaban desarrollado un sentimiento de odio/deseo por Lucifer.
Porque todos decían odiarlo pero no podían mantener sus ojos lejos de él, todos le temían y admiraban, era realmente un dilema y tal vez por eso su sobre nombre era ese, porque después de todo el demonio también había sido un ángel justo como él, justo como Xi Luhan.
Las puertas se abrieron y todo el lugar se llenó de miedo y ansiedad por verlo entrar por fin, su increíble cabello castaño estaba desordenado ese día, vestía casi por completo de negro, sus ojos perfectamente delineados como era normal en él dándole a su rostros ese aspecto tan temido y tan hermoso a la vez, todo él siendo ese etéreo ser ridículamente impresionante que los volvía locos ya fuera de rabia o absurda alegría cuándo conseguían un “buen trabajo” de su parte cosa que pasaba muy poco realmente.
Todos estaban perdidos en su imagen aun cuando su rabiosa expresión anunciaba que sería un día de mierda para cualquier pobre imbécil que se cruzara en su camino ese día, sus rápidos y elegantes pasos iban hacia su oficina, su secretaria se obligó a salir de esa hipnosis donde siempre conseguía sumergirlos con su seductora y amenazante aura, se apresuró hasta igualar su paso y tragó duro antes de pronunciar una palabra.
-S-señor Xi…
Una mirada fulminante la dejó congelada y temblando en una mezcla de miedo y emoción mientras lo veía entrar a su oficina dando un portazo que resonó por todo el silencioso lugar.
-¿Cómo puede ser real siquiera?-murmuró la aturdida mujer.
-Todavía estamos investigando eso, mejor regresa al trabajo que yo me encargo de apaciguar a Lucifer-dijo el precioso chico peli rosa que era el único capaz de acercarse al demonio sin morir en el intento.
Byun Baekhyun era posiblemente la persona que más amaban todos ahí porque no únicamente era el mejor diseñador de Enticementsi no también la persona que los salvaba cada vez que Luhan intentaba decapitarlos, era amable, divertido, agradable, sociable, guapo, talentos, inteligente y muy pero muy soltero, era por ello que era lo contrario a Lucifer y era llamado Ángel aunque posiblemente de saber toda su historia nadie lo llamaría así.
El pequeño chico de cabello rosa era la única persona que podía acercarse a Luhan y salir con vida de “la cámara de tortura”, nombre que recibía la ofician personal de Luhan, una vez que entraban ahí era seguro que posiblemente no volvieran a ver a dicha persona.
Todos miraron con admiración y un poco de miedo como su Ángel se adentraba a la oficina de Lucifer con toda la tranquilidad del mundo aunque seguramente eso era porque para Baekhyun era de lo más normal entrar a la oficina de Luhan para apaciguar su furia.
Al entrar a la oficina lo primero que recibió fue la mirada llena de rabia y odio de Luhan, hizo como si nada pasara y fue hasta una de las sillas frente al escritorio de su mejor amigo dejándose caer en una de ellas con naturalidad.
-¿Qué despertó la ira de Lucifer esta vez?-preguntó tranquilamente.
-Lárgate-ordenó Luhan entre dientes.
-Esa es una buena idea o puedo quedarme aquí para que tú puedas decirme que está mal y desahogarte un poco-propuso.
-¿Desahogarme contigo?-preguntó mordaz-No estoy tan desesperado para caer tan bajo-respondió mostrándole una sonrisa burlona.
-Somos amigos y…
-No, tú y yo no somos amigos, ¿acaso no ves que no puedo tenerte frente mío sin sentir nauseas?-escupió casi con asco.
-Luhan por favor, no sigas con esto, esta actitud tuya únicamente va a destruirte-aseguró tratando de tomar su mano.
Luhan golpeó la mano ajena evitando que lo tocara, su gélida mirada que sólo transmitía odio, rencor y un desprecio infinito hacia su persona dolía cada día más y Baekhyun estaba desesperado por recuperar al dulce chico que Luhan había sido alguna vez porque aunque Luhan dijera que ese chico estaba muerto Baekhyun quería creer que había aunque fuese un poco de él muy dentro de ese ser lleno de odio en quien se había convertido.
Porque sí, haber dejado que Luhan se fuera fue su peor error porque de esa forma había dejado morir lo poco que había quedado del corazón de su amigo y Luhan podía ser todo lo exitoso y admirado que quisiera pero no era feliz y estaba muy lejos de serlo.
-¿Problemas con Lay?-inquirió ignorando las pasadas palabras.
-No te importa y aunque decidiera contarte dudo que un patético imbécil que fue abandonado por ser el ser más estúpido habido y por haber pueda ayudarme con mis problemas de pareja-escupió sonriéndole con sorna.
-Luhan, déjalo ya, tú ni siquiera lo quieres, lo único que quieres hacer es hacerlo pagar a él y a Suho hyung que lo ama de verdad-pidió.
-¿Es cruel, no? ¿Qué te quiten a la persona que amas únicamente por caprichos egoístas?-sonrió dolosamente-Por supuesto que lo es y así como me arrebataron lo que yo más quería ellos pasaran por lo mismo-sentenció.
-Luhan no…
-¿Por qué no te largas?, me enferma verte y créeme que si no fuese por el hecho de que eres el mejor diseñador aquí ya te hubiera echado a la calle como a un perro-aseguró con una expresión de indiferencia.
-Estas cometiendo un error-aseguró.
-Y lo dice el cobarde que perdió a Chanyeol por ser incapaz de defender lo suyo, no me vengas con lecciones de moralidad que a alguien tan patético como tú no le queda, ahora lárgate o te sacó yo mismo-advirtió.
Baekhyun cerró los ojos intentando tragarse las lágrimas que le provocaban el recuerdo de Chanyeol y saber que no podía salvar a Luhan, se levantó despacio y avanzó hacia la puerta con resignación, por lo menos Luhan dejaría en paz a los demás ya que se había desquitado con él.
-Baekhyun espera-pidió y Baekhyun se giró con una mirada esperanzada-Casi lo olvide pero…el sábado Lay y yo fuimos a comer con Chanyeol y su novia-soltó con una sonrisa maliciosa-Ya la conoces, es Rousse, ella viene a vernos seguido, ¿la recuerdas, no?-preguntó con falsa inocencia.
Baekhyun sintió su corazón hacerse trizas y por mucho que lo intentó las lágrimas se le escaparon ensanchando la sonrisa cruel de Luhan, salió de la oficina a toda prisa chocando en el camino con alguien, levantó el rostro para disculparse pero sólo hubo más lágrimas al verla a ella.
-Baekkie, ¿qué paso?-preguntó preocupada Rousse.
Baekhyun únicamente pudo negar repetidas veces y salir corriendo a otro lugar lejos de ella, Rousse lo miró angustiada y seguidamente frunció el ceño entrando ruidosamente a la oficina de Luhan que tenía una sonrisa ladina en su rostro.
-¿Qué le hiciste?-exigió saber.
-Nada-respondió con calma encogiéndose de hombros.
-Nadie llora por nada, ¿qué le has hecho?-insistió en saber.
-Nada Rousse, ya sabes cómo es él, es por eso que le digo que no se me acerque pero insiste en hacerlo-suspiró con fastidio.
-Luhan, tú...
-¡Papi!-chilló la preciosa niña de claro cabello castaño que entró corriendo a la oficina y se abalanzó sobre Luhan.
-Ying Hui-sonrió estrechando fuertemente a la pequeña niña.
-Papi te extrañé mucho-dijo haciendo un puchero.
-Yo también pero debes decirme ahora mismo por qué llamaron de la escuela para decirme que debía ir por ti-la pequeña hizo una mueca y luego posó aleatoriamente sus ojos en él y Rousse.
-¿Puedo decirte más tarde?-preguntó despacio.
-Muy bien-asintió de acuerdo.
-Muchas gracias papi-sonrió abrazándolo-Te amo.
-Yo también amor, ¿cómo te has portado con tía Rousse?-preguntó mostrándole una sonrisa.
Rousse miró desde su lugar la escena, no negaba que fuera algo muy bonito pero no terminaba de gustarle porque odiaba la sonrisa armada de Luhan, porque Luhan ya no sonreía porque era feliz sino porque tenía que hacerlo con algunas personas aunque se atrevía a asegurar que por lo menos la única sonrisa que podía llamar sincera era la que le daba a la pequeña Ying Hui.
-Bien, tía Rousse me compró dulces-informó como si fuese lo más impresionante del mundo.
-¿A sí?-la pequeña asintió-Entonces sí que has sido buena-la pequeña asintió.
-Luhan-llamó Rousse puesto que no habían terminado de hablar aun y algo le decía que algo andaba mal con él ese día, Luhan la miró y luego a la pequeña que lo abrazaba con fuerza y le sonrió levemente.
-Hey, Ying Hui ¿por qué no vas a pasear por ahí mientras tía Rousse y yo hablamos de cosas de mayores?-propuso.
-¡Sí!-chilló feliz, se quitó la mochila dejándola en una de las sillas frente al escritorio de Luhan y se fue dando saltitos hacia la puerta-Estaré con tío Baekkie-anunció antes de salir.
-Genial, lo haces llorar y luego dejas que Ying Hui vaya para que la cuide, tú sí que sabes cómo reparar tus errores-soltó con sarcasmo.
-No molestes y sí lo único que harás será joder lárgate de un maldita vez que tengo mucho trabajo-respondió con un tono demasiado agresivo.
Rousse lo miró con tristeza porque cada día lo reconocía menos, años atrás Luhan jamás le hubiera dicho esas palabras pero ahora todo era así, Luhan era agresivo y tenía el corazón envenenado y ella no podía evitar culparse porque si ella hubiera estado entonces hubiese podido hacer algo.
-¿Qué está mal Luhan?-le preguntó con angustia.
Luhan la miró unos minutos, dejó ir un fuerte suspiro y dejó el documento que había estado revisando permitiéndose relajarse un poco en su silla, Rousse era a la única a la que le podía contar y aunque seguramente terminarían peleando como de costumbre por lo menos iba a desahogarse.
-Es Lay-murmuró.
-¿Qué pasó ahora?-preguntó preocupada.
-Él hizo algo idiota-murmuró mirando a otro lado evitando la mirada de su amiga.
-¿Algo idiota?-inquirió confusa.
-La boda…lo preparó todo para que sea en el mismo lugar donde Minseok hyung y Jongdae hyung se casaron, no me preguntó si quería tan sólo lo hizo y no tenía derecho alguno-murmuró entre dientes.
-No le veo el problema-suspiró con molestia ya que había sido Luhan quien había comenzado todo eso en primer lugar.
-No lo entiendes-soltó frustrado-No puede ser ahí, ese lugar es mío y de Sehun, ¡no tiene derecho a pedirme que acepte eso!-exclamó furioso.
-Sí tanto te molesta todo esto termínalo, tú ni siquiera lo quieres y únicamente haces esto por tu estúpida venganza-dijo con enojo.
-No-sentenció.
-¡Luhan ya basta!-exclamó desesperada por no poder hacerlo entender-¡Déjalo ya, lo único que vas a conseguir es hacerlos sufrir a ambos, ¿qué no lo ves?!
-No me importa y ese precisamente es mi objetivo-aseguró sin ni una sola pizca de duda.
-¡Pero Lay no tiene la culpa de nada, Lay es totalmente inocente, ¿de qué se supone que tuvo la culpa?! ¡¿De no apoyarte en tu romance, es eso?!
-No es contra Lay sino contra Suho, Lay únicamente me resulta útil así que voy a utilizarlo-dijo como si nada.
-Escúchate nada más-dijo horrorizada-¿Ya te diste cuenta en lo que te estás convirtiendo?, las personas no son herramientas y menos una persona con sentimientos tan puros hacia ti, Lay no tiene la culpa de nada Luhan, déjalo por favor-pidió suplicante.
-Claro, lo haré cuando ya no me sea de utilidad, entonces lo dejare-sonrió sínicamente.
-Luhan no hagas esto, olvídate ya de esta absurda venganza e intenta ser feliz-dijo suplicante la joven de azules ojos entonces tristes al ver a su amigo tan mal.
-¿Feliz?-masculló entre dientes-Mis posibilidades de ser feliz dejaron de existir cuando él se fue y ahora están enterrada en el cementerio adornada con una fría lapida de mármol negro que me recuerda lo miserable y solo que estoy sin Sehun en mi vida-su voz quebrada delataba su debilidad pero había cambiado ya y era capaz de tragarse sus inútiles lágrimas-Once años Rousse, once años de seguir llorando y que la herida siga abierta, todavía lo amo y nunca voy dejar de hacerlo por eso los hare pagar, voy a acabar con todos los que provocaron que mi Sehun muriera-sentenció.
-Sehun odiaría verte así tan lleno de odio y…miserable-aseguró.
-Ya deja de usarlo a él para hacerme sentir culpable porque no vas a conseguir nada, Sehun ya no está así que no importa-murmuró con voz dolosa.
-¿Ahora es su culpa que seas esto?-lo señaló de pies a cabeza-¿Fue su culpa morir?
-¡Claro que no es su culpa, Sehun era el menos culpable en todo esto pero nadie podía entenderlo, nos ignoraron cuando pedimos ayuda y prefirieron perseguirnos como a delincuentes, la culpa es de todos los demás!-casi gritó poniéndose de pie bruscamente, sus dientes se apretaron y cerró los ojos con fuerza conteniendo las lágrimas que amenazaban con caer.
-Ya lo sé Luhan y no sabes cómo me pesa-murmuró apretando los puños-Porque si yo hubiese estado aquí nada de esto habría pasado, nadie les hubiese echó daño y él ahora estaría aquí-sollozó.
-No fue tu culpa y yo hare pagar a los verdaderos culpables-aseguró.
-Luhan por favor…
-Gracias por traer a Ying Hui hasta aquí, nos vemos después-finalizó su conversación y la despidió.
Rousse lo miró con impotencia antes de dar la media vuelta y salir de la oficina de Luhan, quería ayudarlo con desesperación, darle una salida pero no encontraba forma de hacerlo y eso no dejaba de atormentarla.
Luhan se dejó caer de vuelta a su silla y limpió rápidamente las lágrimas que escaparon de sus ojos, su mirada fue a su mano concentrándose en ese viejo anillo de plata que había usado cada día durante los pasados once años y lo acarició lentamente, sabía que debía estar usando su anillo de compromiso pero no podía porque el único anillo que podía y realmente quería llevar era el de Sehun.
La puerta se abrió lentamente llamando su atención y una asustadiza Ying Hui entró mirándolo con angustia, una sonrisa lamentable se dibujó en sus labios tratando de calmarla pero no funcionó, ella corrió hacia él rodeando su escritorio, llegó hasta él y lo abrazó con fuerza.
-No llores papá-pidió suplicante ella con sus preciosos y brillantes ojitos llorosos.
-No amor, papá no llora-aseguró.
-Tío Baekkie también estaba llorando-dijo con preocupación.
-Tío Baekkie estará bien-prometió.
Ella agachó la cabeza y tomó entre sus pequeñas manos las de Luhan dándoles un fuerte apretón para tratar de borrar la tristeza de los ojos del mayor pero eso nunca funcionaba y eso la frustraba porque era pequeña aun y por eso no podía ayudarlo.
-¿Quién es Sehun?-preguntó de repente sin mirarlo a los ojos por temor a haber echó una mala pregunta.
Luhan se quedó callado unos minutos mientras observaba a la pequeña que intentaba consolarlo, una sonrisa diminuta surcó sus labios sintiéndose conmovido por las dulces acciones de Ying Hui y aunque recordar dolía quiso contarle a ella.
-El hombre que papi más ha amado en el mundo-murmuró luchando porque su voz fuera clara.
-¿Tu amor?-preguntó levantando su mirada para ver los ojos ajenos.
-Sí, mi amor-asintió.
-¿Y por qué si es tu amor no estás con él? ¿Dónde está él?-murmuró frunciendo más su ceño con cada pregunta.
-Porque él se fue-susurró costosamente por el nudo en su garganta.
-¿Se fue cómo mamá?
-No…él se fue mucho más lejos y para siempre…ya no puede volver-explicó.
-Pues...me gustaría que volviera…no quiero que te cases con el señor Zhang-dijo en un murmullo.
-¿No?
-No, cada vez que te veo con él estas triste o enojado y por eso él no me gusta-respondió.
Luhan no supo que responder a eso y se quedó en silencio, Ying Hui levantó la mirada de repente para volver a mirarlo a los ojos y una sonrisa mecánica de esbozó en sus labios para ella.
-No te cases con el señor Zhang, vayamos a buscar a tu amor, busquemos al señor Sehun para que seas feliz, yo voy ayudarte para que vuelva a tu lado-prometió mirándolo con ojitos suplicantes.
Una lágrima rodó por su mejilla tras las palabras de su pequeña, ella lo miró con angustia y limpió con delicadeza la única lágrima que se había escapado, ¿cómo decirle a ella que no podía hacer eso porque Sehun estaba muerto ya?, no lo sabía y tal vez por eso lo único que hizo fue negar con su cabeza.
-Tengo una idea-habló con renovado animo-Vayamos a pasear solo tu yo, ¿qué dices?-propuso para desviar el tema y la atención de su pequeña.
-¡SÍ!-gritó feliz ella con la alegría de vuelta.
-Está bien entonces, tomaré unas cosas que necesito y podremos irnos, toma tu mochila y espera a papá afuera-indicó.
La pequeña obedeció al instante e hizo al instante lo que le habían dicho que hiciera, Luhan sonrió al verla salir tan entusiasmada, tomó lo que iba a necesitar más tarde y sacó de uno de los cajones de su escritorio unos lentes oscuros, no iba a dejar a nadie ver la evidencia de su pasada debilidad.
Salió con caminando con la misma elegancia y orgullo que lo caracterizaban, tomó la mano de Ying Hui y sin darle ni una sola mirada a los empleados que lo observaban con temor y curiosidad salió del edificio con su pequeña de la mano, el era Lucifer después de todo y por eso era superior a todos ellos.