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Ambivalente por Daiyamine B

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Notas del capitulo:

Hola, soy un autora nueva en este lugar, ya he subido este fic en otra parte, en mi cuenta de wattpad, no crean que es plagio. Todos los derechos son de fujimaki, mi heroe!!!

El aun recordaba todavía el amargo momento en el que le habían presentado al pelirrojo de raras cejas y cabellos de un rojo similar al de la sangre. Lo recordaba como si hubiera sido ayer,de eso ya hacia varios años. Algo en su interior se había agitado, dándole la certeza de que ellos no serian buenos amigos, ni siquiera conocidos normales, justo como planeaba la pelirosa a su lado y el peliceleste inexpresivo que acompañaba a ese tipo.

 

Después de cruzar unas pocas palabras con el, se confirmo lo que el ya sabia de antemano, no se caían bien, incluso podía afirmar que el mutuo sentimiento iba mas allá de la repulsión, pues solo platicaron durante unos 5 o 4 minutos cuando iniciaron una intensa  discusión verbal sobre quien era mejor. En ese entonces sus peleas no habían tenido unas grandes consecuencias, de hecho no recordaba una verdaderamente grave, no hasta ese momento, que por la culpa de el maldito idiota estaban despedidos, sin transporte de regreso, con la deuda de un cuarto de un onsen, había olvidado la maldita billetera y al tonto distraído de su compañero se le había perdido, por lo que no tenían dinero para pagarla, para colmo de males, no traían celular, y en ese maldito lugar no había teléfono. En peor situación no podrían estar, solo faltaba que una nube de lluvia se posara sobre ellos, justo como en las caricaturas.

 

Miro feo al chico a su lado, que estaba mas preocupado por mirar el amplio bosque en vez de pensar una solución para salir de esa maldita montaña, donde las únicas personas que vivían ahí hablaban un dialecto de lo mas raro, no había teléfonos cercas y el ultimo ferry salia cada cierto tiempo, estaban atrapados en una jodida islita por culpa de ese idiota y este se ponía a admirar el puto horizonte!

 

-Oi!, deja de mirar el maldito paisaje y busca una solución para esto, que todo fue tu maldita culpa!-Dijo dándole un zape para que reaccionara. Al fin el pelirrojo lo volteo a ver, revelando una mirada molesta, casi hirviendo en furia por lo que dijo el moreno y el golpe dado, acaso se había atrevido a culparlo por lo sucedido?

 

-Te recuerdo Ahomine! que si nos quedamos atrapados no fue por mi culpa, tu iniciaste!

 

-Si, como no! quien fue el que me siguió el juego?, a ver!

 

-Maldito, pero si ya admitiste que fuiste tu!

 

-Oh ya cállate malnacido!

 

-El que te va a callar soy yo! jodido ganguro!

 

Y de esa forma se enfrascaron en otra extensa y fuerte pelea verbal, ya típicas de ellos, que tenia una alta probabilidad de llegar a los golpes, ya casi parecía cosa de todos los días, pero ese no era el punto, se preguntaran por que fue que ambos chicos acabaron en tal situación desafortunada no?, pues, para eso hay que volver al inicio de sus vacaciones. Unas largas, esperadas, y tal vez desastrosas vacaciones...

 

                                                                                              >>><<<

 

Flash back

 

Todos los empleados estaban aglomerados en la entrada de aquella  empresa automotriz, con sus respectivos compañeros de las áreas de trabajo y cada quien con su equipaje en mano. Entre el gran grupo de personas se encontraban dos que se miraban con tal intensidad, que si las miradas mataran, ya estarían muertos ellos y los que estaban a su alrededor. Algunas de sus compañeras cuchicheaban al respecto, mirándolos despectivamente, comparándolos con unos simples niños, mientras que ellos seguían en su mundo, pensando en una forma de conseguir el lugar de la ventana y que no les tocara compartir el mismo asiento como en ocasiones pasadas. 

 

Su jefe había tenido la gran idea de ir a un retiro para que sus empleados descansaran, conociendo lo estresante que podía llegar a ser el trabajo en su país y los altos indices de depresión o suicidio, lo mejor era darles un descanso de vez en cuando, el señor no quería convertirse en el responsable de las decisiones alocadas de un trabajador, por eso mismo la empresa era una de las mas reconocidas por prestarle atención a los trabajadores y la gran eficiencia que tenían sus productos a causa del ambiente laboral. Dejarían a cargo a los que recién habían terminado la capacitación. Y los que se podrían considerar ya antiguos en la empresa, irían a un onsen, todo pagado por el dueño de esta. 

 

Entre ellos iban dos de los encargados en proyectos y ventas, jefes de departamento. Ambos eran conocidos por sus infantiles peleas y su gran rivalidad en todo, y si su jefe no los había despedido aun, era por que la rivalidad que había entre el moreno y el pelirrojo era la que impulsaba su trabajo, ya que ambos competían entre si para ver quien hacia mejor su trabajo y tenia mas logros a lo largo de el año. Así que no había muchas quejas de parte de los demás que trabajaban con ellos, si eso funcionaba, estaba bien.

 

Ambos, moreno y pelirrojo, oyeron claramente que ya era tiempo de subir al autobús y guardar las maletas, corrieron en dirección al bus, como en una carrera por ver quien dejaba primero su maleta, los demás dejaron que ellos fueran los primeros en entrar, después de todo no querían ser involucrados; como resultado de la competencia salio vencedor el peliazul, gracias a su gran agilidad había conseguido llegar primero, por lo que subió antes al camión y tomo el asiento de hasta atrás, procurando reservar el lugar a su lado para Mai, una bellisima secretaria de voluptuoso cuerpo por la cual solía suspirar, con suerte, en ese viaje, lograría algún avance con la bella joven.

 

-Maldición!-Murmuro el pelirrojo al ver que otra vez le había ganado.

 

-No deberías ser tan infantil, Kagami-kun, todos siempre están hablando de ti.

 

El otro se tenso y dio un salto hacia atrás, mientras se sujetaba el pecho, luchando por no soltar un grito para nada masculino ante la sorpresa de ver al pequeño peliceleste atrás suyo.

 

-Kuroko bastardo!!! acaso nunca puedes llegar normalmente? 

 

-Yo estaba desde antes aquí, el caso es que tu...

 

-Si, si, ya se,¨no te diste cuenta¨-Balbuceo enojado, no presentía nada bueno de esas pequeñas vacaciones, y por la reciente derrota, estaba algo irritable, tal vez mas de lo normal.

 

El peliceleste a su lado le sonrió comprensivo, pues solo el sabia lo que le pasaba a su amigo, a veces creía que ni el mismo pelirrojo sabia lo que le pasaba. Finalmente se subieron al autobús, ambos sentados en el lado derecho, y justo como Kagami lo quería, se sentó al lado de la ventana, para mirar el paisaje, aunque este consistiera en un montón de rascacielos y un cielo contaminado, le emocionaba el mirar  atraves de la ventana mientras viajaba. En cuanto al peliazul, estaba de lo mas divertido platicando con la secretaria de enorme delantera, la cual le sonreía coqueta cada vez que le decía algún comentario simpático o un cumplido. Las aguas parecían estar calmadas, al menos por ese momento.

 

-Chicos, ya llegamos-Dijo Yoshida, uno de los subordinados del peliazul, todos empezaron a bajar lentamente ante el aviso del joven. Al salir del autobús se podía admirar la amplia costa y un muelle no muy lejos, donde de hecho pronto llegaría un Ferry para llevarlos a su destino.

 

-Ah! Al fin, ya me dolían las piernas- el pelirrojo hizo el ademan de estirarse, sin lograrlo realmente pues el espacio era algo estrecho para el.

 

-Que bonito se ve el mar-El peliceleste a su lado ya se había levantado, esperando a que su amigo decidiera salir de una vez por todas, aunque, no eran los únicos ahí adentro...

 

-Si, tienes razón.

 

-Dai-ki! 

 

-! 

 

Entonces ambos escucharon como literalmente Aomine, conocido como un desvergonzado y fanático de los pechos grandes, estaba manoseando y besando a la secretaria de su jefe, la cual, de hecho, creía  que tenia una relación con el mencionado. Ambos se miraron mutuamente, pensando en si iban a avisarles que habían llegado a su primera parada, o dejarlos que continuaran en esa apasionada y sucia sesión de besos. Entonces ambos optaron por bajarse sin hacer mucho ruido para no interrumpir a la pareja, ellos no serian los sacaran de su pequeña nube de lujuria.

 

Después de unos cinco minutos, en los cuales algunos preguntaron por el peliazul y la castaña, ellos salieron algo desalineados del bus y con la boca ligeramente rojiza, húmeda y sobretodo hinchada por la demostración obvia de deseo, tal vez se hubieran quedado mucho mas si no fuera por que el chófer se canso de esperar a que se les pasara la calentura. Nadie les presto mucha atención, entonces su encuentro se quedo en un secreto, todos estaban mas preocupados por mirar el mar, para saber cuando se acercara su trasporte a unas bien merecidas vacaciones, que si bien solo duraban 2 días y una noche, eran mejor que nada.

 

-Miren, ya se esta acercando el ferry-Menciono una de las recepcionistas, una mujer madura de cabellos castaño oscuro, muy amable.

 

-Al fin!-Eso fue lo que gritaron algunos cuantos, emocionados todos. Una vez se acerco y se orillo al muelle todos comenzaron a embarcar, con las maletas y contando animadamente cosas sencillas y cotidianas como ellos mismos lo eran ahora. El viaje a la pequeña isla en donde pasarían su descanso, y al lugar que  su jefe solía ir seguido de vacaciones, fue realmente agradable, el convivir como no lo hacían hace mucho. Mientras el peliazul y el pelirrojo estaban enfrascados en una competencia por ver quien comía mas, sin mencionar que ya tenían preparada otra para cuando llegaran, la cual consistía en ver quien llegaba primero al onsen.

 

-Es obvio que yo llegare primero Bakagami! 

 

-Eso no es verdad, Ahomine!

 

Todos los miraban ahora, algunos divertidos por sus tontas discusiones, otros irritados por su infantil actitud, y finalmente estaba su amigo el peliceleste, que los miraba con algo de resignación y duda, es que acaso ambos no se daban cuenta? No era como si tuviera mucha presencia ni nada por el estilo, todo lo contrario, sin embargo, que no notaran que estaba en medio de ellos ya debía ser el colmo, por lo que decidió intervenir.

 

-Podrían guardar silencio por favor?, se están riendo de ustedes- Entonces ambos voltearon sus rostros con rapidez para dirigir su vista al de menor estatura, el cual les dirigía una mirada vacía e inexpresiva, que consiguió helarles la sangre, se podría decir que tuvieron la misma reacción, aunque claro, esta no fue muy buena.

 

-Kuroko bastardo!

 

-Maldito Tetsu! aparece con normalidad por el amor de dios!

 

-Pero Aomine-kun, ya estaba aquí desde hace rato.

 

-Tu! pequeño...-El moreno le había tomado de la camisa, levantándolo del suelo unos cuantos centímetros, como le hartaba esa frase.

 

-Oigan, ustedes tres, dejen de pelear, ya hemos llegado-El que les había hablado era su jefe, un hombre ya algo canoso y muy simpatico. Sus palabras solo podían significar una cosa para esos 2, la carrera había comenzado.

 

Después de unas horas de viaje ahora podían contemplar la bonita isla, que no solo tenia una playa muy bonita, si no también era conocida por sus grandiosas aguas termales, pero eso no les importaba a ciertas personas. El pelirrojo y el peliazul iniciaron su larga carrera, su pequeño desafió había comenzado. Cuando empezaron a correr con dirección al lugar donde se hospedarían, el peliceleste se resigno a quedarse solo, siempre era dejado atrás por estos, aunque no estaba realmente solitario, lo acompañaban todavía sus compañeros y compañeras de trabajo, por lo que no estaría tan mal. Suspiro con cansancio, es que acaso ellos nunca se iban a llevar bien?

 

El pelirrojo le llevaba la delantera por el momento, la mirada zafiro estaba enfocada en su rival, el cual no por mucho seguiría con esa ventaja de distancia, de apenas escasos 3 o 2 metros. Corrió con todas sus fuerzas hasta lograr cortar la distancia entre los dos, con el motivo de adelantarse ahora. A si siguieron durante un buen rato, hasta  que se percataron de que habían perdido a sus compañeros y a su amigo, no tenían sus maletas con ellos, y todo por que no sabían ni a donde se dirigían. Ahora, estaban perdidos en un lugar desconocido para ellos.

 

-Demonios, ahora que hacemos?

 

-Y yo que voy a saber idiota?, piensa en algo!

 

-Tsk, creo que tengo un mapa en mi cartera, eh?-Dijo el pelirrojo mientras esculcaba en su bolsillo derecho, podría ser que...

 

-Y? el mapa?

 

-Yo, creo que perdí mi cartera...

 

-Maldición, seras bruto, ahora como regresaremos?!

 

-Y yo que voy a saber?! 

 

-Eres imposible! 

 

-A si! pues tu eres un desgraciado! 

 

Entonces, de entre la maleza del lugar se asomo su salvación, Kuroko Tetsuya.

 

-Que hacen aquí? El onsen esta de este lado-Apuntaba con su dedo en dirección contraria a la que habían estado corriendo durante varios minutos, logrando así que al fin ellos tomaran uso de su cerebro y decidieron no volver a enfrascarse tanto en sus peleas. Claro que tal vez después olvidaran esa lección que les dio su pequeño amigo peliceleste. 

 

Con paso lento, y discutiendo entre ellos, con la ligera intervención de su amigo a ratos para evitar que se fueran a golpes, llegaron a donde se hospedarían. Un lugar muy bonito cabe decir, pues daba justo a la vista del amanecer por un lado, y la de el atardecer al otro; por la prisa, habían dejado las maletas dentro del ferry que había sido rentado por su jefe, que si bien no solía pasar esos días, los había llevado a todos a la isla, por lo que se tendrían que aguantar con la ropa que les dieran en el lugar. Después de llegar al onsen se separaron de el moreno y ambos amigos se fueron a hacer turismo a la zona, aunque no había realmente mucho que ver, pero era al menos para entretenerse hasta que llegara la noche y todos se reunieran para cenar. El peliazul se dedico el resto del día a pasarla de esquina en esquina platicando o besándose con Mai. 

 

A si rápidamente llego la ansiada noche, todos se reunieron en un salón a beber y a comer las exquisiteces que servían en el lugar, todos charlando animadamente y bromeando, nada realmente divertido si se considera que la mayoría eran empleados de una oficina, algunos ya pasando de los cuarenta años, pero al cabo, no había quien le pusiera real atención a esos detalles, el punto era disfrutar, o bueno, eso aplicaba para la mayoría, pero no para ese par. 

 

-Hey, tu!, pasame la salsa.

 

-No podrías decir al menos por favor?-El pelirrojo ya le saltaba una vena de la frente, odiaba la actitud de el contrario. Por que lo tenían que sentar junto a el?

 

-Ay, ya, no seas estirado Bakagami.

 

-Si la quieres párate tu y tómala.

 

-Es que acaso no puedes hacerme ese puto favor, tan inútil eres?

 

-A quien le dices inútil?

 

-A ti, bueno para na-da!

 

El pelirrojo ya no pudo aguantar mas la situación, el peliceleste a su lado lo había notado, de hecho, no solo el lo había hecho, si no todos los que estaban en el salón, hace un momento platicando amenamente, para luego quedar en un silencio por la fuerte discusión de los jefes de departamento. Su amigo supo que tenia que hacer algo, si no seria, demasiado...

 

Tarde

 

Bueno, tal vez ya lo era. El de cejas partidas le había lanzado al moreno la salsa en la cara, dejando un silencio mas profundo si era posible. El ambiente era tan tenso que se podía cortar con un cuchillo. Así, como si fueran todos adolescentes otra vez, se les ocurrió iniciar una guerra de comida solo los dos, que termino convirtiéndose en una verdadera batalla por que a nadie le cayera la comida que todos lanzaban, siendo el peliceleste una de las victimas de Aomine, pues le cayo en el ojo los restos de lo que creía era salmón. Gracias a su falta de presencia pudo esconderse, pero ya sabia lo que se avecinaba, y no quería estar presente para ese momento.

 

-YA BASTA!-Al oír esas palabras todo el mundo dejo de lanzarse cosas, y mostraron verdadera seriedad, pero como siempre, la excepción tenían que ser ellos, los que iniciaron todo. Y haciendo gala de su maravillosa habilidad para cagarla, justo Kagami le había lanzado un estofado de carne que le moreno desvió con su mano, y termino en la cara de su jefe, el cual ahora ardía en furia.

 

No creían que el rojo de su rostro fuera por la salsa de dicho platillo.

 

-Ya me canse de ustedes! Están despedidos!-Intento limpiar su rostro con la mano, con la respiración agitada y una mirada molesta, expresión que nunca habían visto en su amable y comprensivo superior.

 

Se miraron por un momento, los pares de irises azules y rojos se encontraron, para luego dar dirección a la cara de su ahora colérico ex-jefe, y justo como si estuvieran coordinados gritaron:

 

-QUE?!

 

El pelirrojo sabia que su presentimiento no era para nada bueno...

 

 

 

Los dos se habían quedado sin palabras, acaso lo que escucharon no había sido un error?

 

-Usted debe estar bromeando no?, vamos, se que le agrado!-Intento persuadirlo el moreno con una sonrisa en su rostro que demostraba pura incredulidad, eso debía ser una horrorosa pesadilla, si, seguro era eso, tal vez si hacia tal cosa podía hacerlo cambiar de opinión.

 

Pero como siempre uno de ellos no aprendía la lección y abría la boca un poquito de mas...

 

-Eres un hipócrita, después de que te acuestas con su pareja!-siseo el pelirrojo indignado, ahora resultaba que Aomine se quería hacer pasar por una blanca palomita, y el papel la verdad no le quedaba para nada, aunque con esa intervención solo consiguió que la furia de el empresario aumentara con creces. El peliazul, molesto, estuvo a punto de darle la paliza de su vida al tipo a su lado, sin embargo, una voz intervino. 

 

-Fuera de aquí, no los quiero ver!!! y tu Mai, tienes una buena explicación que darme!-El señor seguía rojo por completo, y la muchacha también, aunque por motivos realmente distintos. Después de que ambos, en un acuerdo silencioso, salieran de la habitación, la mayor parte de sus empleados le dieron palabras de aliento,miraron mal a la castaña y a los causantes de tal desastre. 

 

Con el animo por los suelos, y sin ganas de pelear ahora, se retiraron a sus habitaciones, mañana seria un día realmente largo, pues no querían ver como los demás se burlaran de ellos o les dirigieran miradas de decepción, molestia y fastidio, por vergüenza mas grande no podían pasar ahora. Tal vez había sido mala idea el tirarle la salsa, pensó ya tardíamente el pelirrojo, ahora acostado en su futon, que por cierto era muy cómodo. Vio a los demás a su alrededor, pues compartía habitación con 5 personas mas,  no sabia como comportarse mañana con ellos, pues ahora ya no eran compañeros de trabajo, ya no mas. Suspiro, decidiendo restarle importancia y mejor ir a dormir, mañana tomaría el ferry, se olvidaría de ese trabajo, y empezaría de nuevo, si, definitivamente eso era lo que haría, por el momento, cerraría los sus ojos que ya luchaban contra el sueño y descansaría el resto de la noche.

 

Algo parecido paso con el peliazul, solo que el no pensaba en como actuar frente a sus ex-compañeros, si no como actuaria con la hermosa Mai, ademas de que seguro Tetsu les tenia guardado un buen sermón de tal vez mas de una hora dirigido a su persona y al de cejas raras. Ese maldito, si tan solo le hubiera pasado la salsa sin queja alguna, no estarían despedidos y el seguiría con esa diosa, tal vez besándose en alguna esquina oscura a los ojos de los demás.

 

Fin del flash back

 

                                                                                       >>><<<  

 

Sorpresa, resulto que los malditos ni siquiera los levantaron para que pudieran irse con ellos en el ferry, no había ni pista de su amigo Kuroko en el onsen, por lo que seguro el también había osado abandonarlos en esa estúpida isla, de la cual no podrían salir en al menos 1 semana. Acaso tanto los odiaban sus compañeros y subordinados?, lo mas probable era que si, pues había claras señales que lo indicaban. Bueno, tal vez si era su culpa de que nadie los quisiera lo suficiente como para despertarlos, después de todo, ellos se llevaban muy pesado con los demás. Ahora entendían por que nadie les seguía el juego...

 

De nada sirvió su reciente pelea, pues al final uno había terminado en el baño exterior de la habitación, y aun desempleado cabe decir. Ese había sido el pelirrojo, que ahora le aplicaba la conocida ley del hielo al peliazul, y con mucha razón, pues no era para tomarse a la ligera el que lo haya empujado al agua como si nada, si que era un maldito el otro. Y así estuvieron durante horas, peleando, hasta que nuevamente alguien salio enormemente perjudicado y guardaron silencio, casi podría parecerse a un ritual, justo lo que necesitaban para descargar la frustración contenida , como si fuera una lucha constante para ver quien sobrevivía. En ese instante eran similares a unos perros de pelea, entrenados para eso, para morder, dañar, lastimar, desgarra, y si era necesario, incluso matarse entre si para ver al vencedor, que obtendría la paz que conllevaba ese sentimiento, el de victoria, aunque para uno de ellos, conllevaba algo mas profundo.

 

-Lo lamento. 

 

El peliazul miro al pelirrojo como si le hubiera salido otra cabeza, o algo por el estilo, acaso había escuchado bien?, pues la verdad, era que en todos esos años de conocer al de cejas partidas, en ningún momento lo había oído disculparse, o al menos no con el.

 

-Ah? haz comido algo rancio Baka? o ya perdiste la cordura?

 

-Tch, tu nunca tomas nada enserio! 

 

-Ya, ya, no te enojes-Sacudió su mano de un lado al otro, intentando restarle importancia a su comentario anterior, no planeaba iniciar otro conflicto por el momento, pues el ultimo lo habia terminado por poner de buen humor. 

 

-Si no te hubiera lanzado esa estúpida salsa no estaríamos despedidos.

 

-Eso lo hubieras pensado antes idiota.

 

-A quien le dices idiota, idiota?

 

-A ti idiota! 

 

-A si idiota?! 

 

-Si idiota!

 

-Pues éntrale idiota! 

 

Después de esa ridícula e infantil discusión terminaron siendo parados,golpeados, y casi pateados  por una señora de ya avanzada edad y estatura baja, que por increíble que pareciera, tenia mas fuerza que los dos juntos, ella era el claro ejemplo de envejecer con dignidad y saludablemente. La señora, que resultaba no ser otra que la dueña del lugar, les había ordenado que limpiaran su desastre, y que perdonaría su deuda por el cuarto si hacían unos trabajos para ella, que como ya era muy "anciana" no podía realizar. Aunque ellos no se creían ni una palabra, la veían incluso mas saludable que ellos, lo mas seguro era que cuando murieran ella seguiría vivita y coleando, como dicen por ahí. Al final, ambos soltaron un suspiro de resignación y se dispusieron a trabajar, pues de nada les servia quejarse, ellos sabían que después de todo ya le habían ocasionado muchos problemas a la gente del onsen.

 

Para cuando terminaron todas sus tareas, que habían consistido en darle mantenimiento al baño, servir como recepcionistas, cocineros y meseros, estaban casi muertos, las palabras de la mujer ante su según, comportamiento exagerado y mártir, habían sido: "No sean exagerados, eso no es nada ". Y si no era nada por que carajos no lo hacia ella!. Múltiples veces el moreno intento expresarle su descontento, tanto así que trato golpearla, aunque el único lastimado ahí había sido el, ahora sabia por que decían eso de respetar a sus mayores...En cambio el pelirrojo había sido un poco mas sensato y se guardo su descontento para liberarlo en una buena pelea o competencia con el peliazul, las cuales habían transcurrido muy rápido en el día, un ejemplo de sus competencias tontas había sido quien lavaba mas rápido la vajilla, resultando el como ganador, pues al torpe de Aomine se la había resbalado una, dejando el eco de la vajilla rompiéndose por todo el lugar, después de eso la señora le vino a dar un coscorrón, cosa que mato de risa al contrario. Por suerte la viejita solo lo miro feo, casi como una amenaza, y se fue. 

 

-Ja ja ja esa viejita la tiene en contra tuya, como se siente que no haya caído ante tus encantos eh?-Después de ver la expresión agria de Aomine se empezó a carcajear de la desgracia de este, las lagrimas salían de sus ojos y se agarraba el abdomen no pudiendo aguantar la risa.  Nunca olvidaría ese rostro.

 

-Y a ti que te parece tan divertido? eh!-Ahora el peliazul si que estaba furioso, como se atrevía a reírse en su cara como si nada el maldito?!

 

-A-ahora quien es el estirado?ja ja ja

 

-Tch, me voy a dormir.

 

-Vamos, no seas así, ya no tenemos por que pelear, después de todo ya nos despidieron-El pelirrojo dejo atrás su rivalidad y odio hacia el moreno por un momento, dedicándose a disfrutar de esa noche, pues, ahora que importaba todo lo demás? Ya no había mas empleo, ya no habría mas encuentros, ya no habría mas peleas, ya no habría mas ellos...Y el supo que esa semana era como una despedida a los viejos tiempos, que por mas lamentable que sea, no regresarían nunca.

 

El peliazul, que por el momento había estado de espaldas, volvió el rostro para mirarlo con disimulada curiosidad, ese tonto tenia razón, pues, por que se peleaban?, según recordaba, todo había sido por ver quien era mejor, y era mas que obvio que ese era el, así que para que seguía molesto con su ex-compañero de trabajo, lo mas probable era que después de que se fueran de esa jodida islita, ya no se volverían a ver...el solo pensar en eso, hizo que algo ardiera en su pecho, sin saber como explicar el doloroso sentimiento, simplemente lo ignoro, y regreso a su lugar para tomarle la palabra al pelirrojo y disfrutar de la noche. Después de una que otra cerveza y muchas, muchas risas por las tonterías comentadas, se cambiaron y se fueron a dormir en los suaves futones. Incluso creían que se podrían acostumbrar a ese modo de vida, era como un verdadero sueño.

 

Después de esa noche que pasaron entre el alcohol y risas, sus peleas se calmaron, ya habían pasado unos 4 días de eso. Estaba seguro el moreno que si su amigo el peliceleste estuviera ahí, estaría orgulloso de ellos por olvidar, si bien no por completo, sus diferencias y peleas. Ahora se llevaban relativamente bien, aunque como anteriormente se dijo, alguno de esos dos siempre tenia que terminar por cagarla, y lo que habia echo el moreno si que había sido una metida de pata total.

 

-Oye, limpia eso, quedo un poco sucio.

 

-Quien te crees para ordenarme?

 

-Ah? pero si tu no aguantas nada! solo te dije que lo limpiaras! 

 

-Bájale a ese tono, que no sabes con quien te metes.

 

-Uy si, mira quien lo dice, el poderoso Aomine!! 

 

-Ya cállate imbecil!   

 

-El imbecil aquí eres tu! 

 

-Agh! ahora ya se por que te engaño Tatsuya!, eres un tipo insufrible y mandon! Bueno para nada! 

 

-...

 

 Se callo de repente, el pelirrojo agacho la cabeza, avergonzado. Entonces el peliazul supo que solo había echado sal a la vieja herida en el corazón del pelirrojo, que parecía, no había cicatrizado. Sin poder soportar la situación, el de menor estatura se retiro de la habitación con paso rápido, no quería que el otro lo viera así de mal. Mientras que el moreno se estrello la palma de la mano en la cara, como podía haber sido tan idiota, sabia que con eso no se debía jugar, lo mas seguro es que el pelirrojo estuviera sin hablarle  por unos cuantos días, y si tenia suerte solo seria hasta la mañana siguiente,pero eso no evitado que se sintiera como una escoria.

 

El sabia lo que había pasado entre Kagami y Himuro Tatsuya. Ellos habían sido novios desde que el los había conocido, siempre se la pasaban juntos, en un ambiente acaramelado y tierno, tanto así que aveces  cuando el y Tetsu se iban a otra parte no se daban cuenta por estar en su nube de algodón de azúcar. Todos los amigos de la pareja, incluido el, que si bien no era amigo de ellos, pero si rival, esperaban que pasaran el resto de sus días juntos y tuvieran una hermosa boda. 

 

Pero ese no había sido el caso.

 

Un día, después de que el y el idiota llegaran de un partido después de terminar las clases en la universidad, fueron al departamento del segundo, pues iban a recoger al emo, como lo había apodado, para ir a comer al Maji Burger. Su rival iba feliz por su victoria, una de las pocas que tenia cuando se trataba de jugar contra el,  solo refunfuño que se quedaría a fuera a esperar cuando el pelirrojo lo invito a pasar. Sin embargo cambio de opinión cuando escucho los furiosos gritos de parte del de cejas partidas. Al entrar en el departamento que la pareja compartía, y dirigirse a la alcoba principal se encontró con una escena de lo mas decepcionante. 

 

En la cama estaba la pareja del pelirrojo, que aparentemente estuvo teniendo sexo con Murasakibara, el "mejor amigo" del pelinegro, en ese momento parecía querer explicarle las cosas al pelirrojo, mientras que el pelimorado los miraba avergonzado. Recordaba ese día tan bien como cuando ambos se conocieron, pues nunca vio una expresión tan decepcionada y desolada en el rostro de su rival, que solía siempre ser alegre o apasionado. En ese momento las lagrimas caían sin tregua de su rostro, como si fueran pequeñas cascadas. 

 

Después del engaño, el pelirrojo no volvió a salir con nadie mas, y la semana que le siguió al suceso fue realmente deprimente para el, pues  ver a esa persona, que comúnmente le sonreía con desafió o se enojaba con facilidad, tan solitaria y vacía era perturbadoramente triste. Sus conocidos habían prometido no volverle a hablar del tema, y como siempre, el tenia que ir contra todo.

 

Fue en busca de Kagami una vez termino todas las tareas, no solo las de el, si no la de ambos, era lo menos que podía hacer por el momento para enmendar su falta de tacto, o mejor dicho, su absurda imprudencia. Lo encontró arrodillado en una esquina del cuarto, con la cabeza gacha y espasmos tenues recorriendo su cuerpo, todo producto del llanto. Lo miro algo herido, no le gustaba verlo llorar, era como si algo se rompiera dentro de si al verlo en tal estado. Se acerco a el y lo abrazo, brindándole consuelo y a la vez pidiéndole perdón, pues no era su intención el atacarlo de esa forma, se le había ido la mano con sus comentarios

 

El pelirrojo se atrevió a mirarlo, con ojos brillantes por las lagrimas, las pestañas húmedas, y un enorme sonrojo en todo el rostro, dándole un aspecto tan adorable. El moreno al percatarse de sus pensamientos sacudió lentamente la cabeza. Pues, joder, ellos eran hombres, no podían ser adorables. 

 

-Yo...lo siento, se me fue la mano.

 

-Ya, no importa, después de todo tienes razón, era muy exigente con Tatsuya.

 

-Eso no es verdad!, se notaba que lo querías mucho, el fue el culpable! No sabe de lo que se perdió!

 

El otro lo miro impresionado por sus palabras, acaso había escuchado bien? Al ver el desconcierto impreso en la cara del chico se volteo, ahora el sonrojado era el, lo bueno era que su tez morena lo ayudaba a disimular tal hecho, aunque no lo ocultaba. Kagami le sonrió enternecido, pues sabia que cuando Aomine se disculpaba o decía un cumplido, lo hacia enserio, tan temerariamente y con convicción, para luego avergonzarse por sus propias palabras. Eso era algo que le encantaba de el, pero shhh!

 

 Eso era un secreto que se llevaría a la tumba...

 

-Ja ja ja, estas todo rojo-Se limpio las lagrimas de la comisura de sus ojos y las que anteriormente corrieron por sus mejillas, con una sonrisa hermosa, de esas brillantes que le encantaban al peliazul, que técnicamente iluminaban sus días aburridos y cotidianos, pero shhh! 

 

No se lo diría a nadie, antes muerto...

 

Se sentaron en el filo de la salida de la habitación, ahora genuinamente reconciliados, ya sin pena ni fastidio o mala intención en sus acciones, el pelirrojo hecho la cabeza para atrás, para mirar las estrellas que surcaban el amplio y despejado cielo nocturno. Aomine poso su mano con gentileza arriba de la del pelirrojo, que sorprendentemente no evito el contacto. Así el procedió a dirigir la vista a donde miraba el peliazul, en las aguas del baño exterior  también se reflejaba esa bella obra de arte del universo, la vía láctea era tan visible y brillante, como nunca antes lo había sido, justo como los sentimiento de ese par que estaban al descubierto. El pelirrojo abandono la espectacular vista del hermoso cielo estrellado, para mirar a su propio cielo brillante, pues si. No era como creía Kuroko, el lo sabia. 

 

El sabia que estaba enamorado del peliazul a su lado. 

 

Durante tantos años había estado atraído por el moreno, sin poder confesarse, no por que le importara realmente que este le rechazara, por que tenia la certeza de que así seria, si no por que en su interior había una mezcla de sentimientos tan profundos y algo oscuros. El amor y odio iban de la mano para el, pues tantas humillaciones juntas, peleas, que fueron dejando heridas dentro de si, y la atracción y cariño que le tenia eran abrumadores, no podía con tanto. Solía pensar que si sus sentimientos no eran lo suficientemente puros y libres de rencor no podía confesarse, ni admitir lo que sentía, pero ahora, ya no importaba verdad? No tenia nada que perder. 

 

-Sabes, yo...

 

-Hmm?-Dio por contestación el peliazul, como señal de que lo estaba escuchando.

 

-Yo te amo.

 

-...-El peliazul se quedo atónito, ni una sola palabra salio de su boca.

 

-Pero también te odio-Dijo cerrando los ojos con lo que parecía resignación. 

 

-No me jodas Bakagami! es una broma por lo que dije hace rato verdad?

 

Pero no hubo ninguna respuesta, los invadió el silencio, el moreno se rió nerviosamente al darse cuenta de las circunstancias, pues...ahora que haría?, la verdad es que no sabia que decir, eso casi nunca le pasaba. Era imposible que eso fuera verdad, no podía, no podía serlo. Lagrimas recorrieron el rostro de ambas personas, como desahogo por tantas cosas y momentos vividos, por las heridas que se habían causado ambos ante su intento de sobrevivir ante los ataques del contrario, pero? por que se hicieron tanto daño?, si se los preguntaran en ese momento la respuesta mas segura seria:

 

-No lo se!, ya no se nada de lo que he vivido todos estos años maldición! 

 

-Yo solo...quería ser el mejor, pero para que?

 

El pelirrojo se cubrió el rostro con las manos y lloro con angustia, el peliazul lo abrazo y lloro con el, les dolía tanto, se habían echo tanto daño, esos sentimientos ambivalentes no los llevarían a ninguna parte, solo los dejaba estancados a medio camino, a la deriva, no avanzaban, no retrocedían, solo eran, así estuvieron tantos años, y sabían que algo tenían que hacer con eso. 

 

No se querían dejar solos, no querían abandonarse. En la confusión y drama del momento, surgió una propuesta de los labios morenos.

 

-Déjame hacerte el amor, y así le daremos sentido a todas nuestras emociones.

 

-Yo...esta bien, pero si después de esto seguimos tan rotos y perdidos como antes...

 

-Solo nos diremos adiós.

 

Así, en un silencioso acuerdo por parte de los dos, se amaron rodeados de aquellas bellas estrellas, en una ultima oportunidad por redimirse, encontrar el amor y consuelo anhelado por tanto tiempo. 

 

-Ahh~mas...rápido!!

 

-Estas...tan estrecho!-Dijo con un fuerte agarre en las caderas contrarias, besandole con ternura el cuello, en un abrazo tan intimo, después de eso no se creía capaz de volver a soltar ese cuerpo tan hermoso y esencial para el. 

 

-Mmm, agh!-El pelirrojo gemía con voz grave pero con una nota dulce y cálida, con una mano tapo sus ojos para evitar que de estos escurrieran lagrimas, la sensación de placer era tan grande, pero aun mas lo era la del amor y felicidad que sentía al estar así con el moreno.

 

Los gemidos de ambos resonaban en la habitación, cual sonata interpretada por una orquesta. La música de sus sentimientos interpretada por lo que algunos encontraban como sonidos sucios y pecadores, pero para ellos era llevar sus sentimientos oscuros a un punto de avance trascendental para amar y absolutamente necesarios para vivir, cual dueto de violín y piano en la música clásica, como dos bailarines interpretando la mas bella obra, dos artistas pintando un mural de mil y un colores brillantes, con un resultado hermoso y casi vivo. Para ellos, eso era hacer el amor.

 

Su ambiente estaba rodeado del silencio mas maravilloso, con tenues acompañamientos de los sonidos de la naturaleza del paisaje a la redonda. Ambos estaban próximos para llegar al tan ansiado orgasmo para algunos, pero ellos solo querían que ese momento se quedara como ambos lo sentían, tan interminable y hermoso, pero como siempre, no se podía tener todo lo que se desea. Ese momento seria efímero, así como la vida de los seres vivos a comparación de la de la tierra, siempre tan viva, pero no eterna. Ellos sabían que todo siempre tenia un fin, pero les hubiera gustado que durara mucho, mucho mas.

 

-Te-te amo! -Ya estaban en su punto limite, se besaron con amor y odio, un ultimo beso sucio.

 

-Ahh, yo...yo también!-Sonrió con lagrimas en los ojos, pero no de tristeza, si no de felicidad por las palabras del moreno.

 

-Creo que...ya no

 

-Aguanta...un poco!

 

-AHH~! 

 

-Ngh! 

 

Ambos terminaron al mismo tiempo, y como si el reciente orgasmo se hubiera llevado todos esos sentimientos negativos, se miraron con profundo y sincero amor. Se acariciaron en la penumbra con sus grandes manos, pero en vez de ser torpes las caricias, estas eran tiernas y suaves, como si fueran el mas bello tesoro el uno para el otro. Se dieron un beso por cada momento en que discutieron, y se dieron una palabra de amor por cada golpe que brindaron. Se pidieron disculpas e hicieron un millón de cosas mas. Ahora ellos ya no harían la guerra, si no el amor. No se merecían la pena, por lo que ya no la buscarían. Y el amanecer de el día en que partirían de esa isla llego, así como la certeza de que ellos no se dirían adiós. No por el momento. 

 

                                                                                             >>><<<

 

2 años después 

 

-Ja ja ja quien diría que nos encontraríamos otra vez a shizumu-san

 

-Tch, esa maldita vieja, se atrevió a ordenarme que tomara su equipaje!

 

-Oh vamos, solo fueron unas cuadras.

 

-Lo dice el que no tuvo que cargar todas esas maletas. Que llevaba esa bruja?!, piedras?!

 

-Ja ja ja, que se siente que haya alguien que no cae ante tus encantos?

 

Se volteo enojado, justo iba a reclamarle pero en vez de hacer lo que tenia planeado sonrió al ver la hermosa sonrisa de su novio. Si, después de esa maravillosa experiencia, en donde tuvieron que convivir por dos semanas. Y se preguntaran por que 2 si solo debía ser una, pues, el que hayan arreglado sus diferencias no les quito lo idiotas, pues por quedarse dormidos habían perdido el transporte, teniendo que aguantar una semana mas en esa jodida islita y las insoportables quejas de esa vieja bruja, por que para ella el moreno era un inútil bueno para nada. En ese tiempo habían conseguido trabajo el y su idiota novio en una estación de policía y de bomberos respectivamente. El sueldo no se comparaba al de su antigua empresa, pero se las arreglaban muy bien, ademas, esas profesiones habían sido su gran sueño de niños.  En la actualidad no eran mas que una pareja feliz para toda la sociedad, pero ellos sabían que eran mas que eso, lo suyo si era amor, un gran y dulce amor.

 

Sonrió con sorna al ver que su novio seguía burlándose de el. Sin que este se diera cuenta se posiciono enfrente de su rostro, se inclino por la escasa diferencia de altura y espero a que este abriera los ojos para mirarlo directamente. 

 

-Me importa mas que tu, a quien yo amo, hayas caído en ellos. 

 

-Eres un idiota-Dijo carcajeándose con suavidad, dándole un beso, en el que sin poder evitarlo ambos sonrieron. La verdad era que el pelirrojo solo quería darle un zape al otro por sus ocurrencias, pero sabia que no seria Aomine Daiki sin estas...

 

Se tomaron de las manos y siguieron caminando con dirección a su pequeño departamento, cercano a la cancha donde se conocieron. 

 

-Te amo, Kagami Taiga

 

-Y yo te odio, Aomine Daiki.

 

-Oh, eso fue cruel bebé! 

 

Lo tomo del brazo avergonzado por el apodo y le callo la boca con su mano, para luego acercarse a su oído y murmurarle algo que solo el moreno pudo escuchar, para luego posar sus labios en la mejilla del contrario, en un casto beso. 

 

-Creo que se me puso dura.

 

-Eres un indecente! 

 

-Ja ja ja pero aun así estas conmigo.

 

-Aho! 

 

-Baka! 

 

"Y también te amo"

 

 

 

Por que  para ellos, en definitiva, los sentimientos de amor y odio, eran su ambivalencia.

Notas finales:

Gracias por leerlo!!!! se que escribo bien chafa, pero denme chance, si tengo alguna incoherencia narrativa, error de ortografia o creen que debo mejorar algo me avisan por fis. 


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