Esa mañana Jongin no dejaba de escuchar que tocaban la puerta muy efusivamente, se escuchaba como golpees despedrados. Jongin no quería atender ya que era su único día libre, estaba lloviendo, hacía frío, él acostado en la cama todo estaba perfecto para descansar pero como ese constante, ruidoso y molesto golpeteo. Sin más preámbulo fue a abrir la puerta pero no encontró a nadie miro para todos los costados pero allí solo una caja de cartón con manchas de agua por la lluvia. Al ver la caja sin pensarlo mucho lo tomó, no sintió nada de peso en ella. La posó en una silla para ver su contenido. Lo que vio fue varías mantas de color negro y en ellas sobresalía un pequeño pompón blanco. Él sacó aquel pompón para investigar qué. Un dulce felino de pelaje blanco, del tamaño de la palma de la mano, casi sin orejas, con los ojos cerrados y todavía con su cordón umbilical consigo, estaba en esa caja. El animalito se quería desplazar de la mano de Jongin pero al no tener suficiente fuerza no podía moverse, al tocar el cuerpo del gatito sintió que estaba frío, por eso lo llevo hasta su cama lo tapo con algunas de sus mantas mientras buscaba una veterinaria que estuviera abierta.
En un anunció vio, que apareció casi por arte de magia en un diario que tenía abandonado en la mesón.
“Veterinaria Miau, Miau.
Especializado en felinos de todas la edades y clases. Castraciones, vacunación, hospitalización, cirugías también se ofrecen trabajos de albañilería, comediante, abogado, heladero, pizzas, estríper para despedías de solteras, cumpleaños, barnisvas y funerales. BAJOS PRECISOS.
Su consulta no molesta. Abierta las 24 horas, feriados y días hábiles.
Está al lado del desarmadero de autos y frente al prostíbulo “Las flores”. No hay teléfono.
¡Preguntar por Chen o Xiumin!”
Jongin arrancó el anunció del diario se puso su saco, tomó al pequeño felino, cual puso en uno de sus bolcillos y al ser tan chiquito entraba prefecto. Tomó un taxi y fue directo a la extraña veterinaria Miau Miau.
Al llegar aquella veterinaria multi-función que se ubicaba en un barrio de poca monta, vio un cartel todo sucio y oxidado de color blanco con letras rojas “Veterinaria Miau, Miau” las letras estaban a punto de caerse. Cuando tocó la puerta pareció un chico de no más de 25 años, un poco más bajo que Jongin, de mirada traviesa, piel blanca, ojos marrones y cabello castaño.
-Hola. Soy Chen ¿Qué necesita, simple mortal?- preguntando de mala manera porque había interrumpido sus horas de sueño, se escuchaba al fondo un “Chen, Chen ¿Dónde estás?” Jongin vio como un chico de pelo rosa, piel blanca, ojos claros, de mejillas muy rozagantes, vestido con una camisa que solamente le llegaba hasta los muslos, corría hacía el tal Chen para abrazarlo.
-Chen, Chen, ¿Por qué me dejaste so-
-Disculpen pero yo vengo por el veterinario ¿Quién de ustedes es?- el chico de pelo rosa se dio cuenta de que no estaba solo con su pareja entonces aquel peli-rosa levanto la mano
-Buenas noches. Soy Xiumin, le veterinario. ¿En qué le puedo ayudar?- antes de que Jongin pudiera contestar un cabecilla de color blanca salió de su bolsillo.