Death Mask se encontraba mirando por la ventana, las gotas de lluvia caían despreocupadamente por el panorama. Una melena larga y azulada ingreso a la habitación.
-Creo que lloveré por un tiempo-Kannon se acercó al Canceriano-¿Estas bien?
Cáncer sintió-No parece
-pero lo estoy, no tienes que preocuparte por mí.
-No debo, pero tú eras importante para Saga.
-¿Y?, muchos más se vieron afectados por esto. ¿Cómo sabes que soy diferente?
-Sí que lo sé, por mucho tiempo estuvimos solos. Éramos inseparables, el uno para el otro-rio levemente-bueno a si era, hasta que cierto pequeñuelo de cabellos azulados lo cautivo. Mi hermano y yo siempre compartimos todo, pero él nunca me hablo de ti, me dolía un poco. Pensé que confiaba en mí, que lo compartíamos todo…
-Kannon-El gemelo menor tomo las muñecas del italiano.
-Ayúdame, por favor, quiero entender, comprender lo único que Saga no me dijo-se acercó a los labios del cuarto guardián y lo beso. Cáncer abrió los ojos con sorpresa. Pero no lo detuvo, el calor de kannon era idéntico al de Saga. Libero sus manos y las poso en el pecho del griego.
-Solo esta vez…solo por un momento-Dijo Death Mask al separarse.
Géminis enredo sus dedos en los cabellos azulados-solo eso necesito-Lo beso nuevamente, poso sus manos en las caderas del menor.
Ambos necesitaban sentir la cercanía, olvidar la soledad. En esos días que se acompañaban, que charlaban de todo, pero nada significante, se sentían en paz, aunque la lluvia azotara el techo con ferocidad.
Pero la calma no es perpetua, en un entrenamiento teniendo a Leo como acompañante, sufrió de una mala caída, lastimándose severamente. Al ver que su ataque provoco aquel daño en su compañero tomo la responsabilidad de cuidarlo.
Se giró un poco, adolorido, se lo había buscado, si no se hubiera obsesionado con el recuerdo de Saga, de recordar su tacto en cada suave brisa o su voz en el choque de los puños no habría pasado eso.
-¿Aioria?-aun recostado, el cangrejo se sorprendió por la visita del León.
-Yo, lamento haberte lastimado-El león se acercó al italiano-Te escuche llorar, ¿Estas bien?-al acercarse al lecho, el olor a Sangre se hizo presente. El León no dijo nada. Queria esperar a que su camarada se despertara para ayudarlo a bañarse, le había pasado algunos paños y curado sus heridas, pero creía pertinente un aseo mas profundo.
-Estoy bien-iba a levantarse, pero el dolor se hizo presente nuevamente, el del quinto templo logro sostenerlo antes de que callera. No era solo el dolor, DeathMask se había desmallado.
El León lo tomo en brazos y se dio cuenta de queel italiano aun sangraba. ¿Cómo era posible?, él estaba seguro de haber cerrado las heridas.
Al despertar Death Mask noto que no estaba en su templo, aquel lugar olía a vainilla. También se vio cobijado por un pijama que en concreto no era suya, esta le quedaba grande.No mucho lo suficiente para notar la diferencia.
-Te traje a mi templo, espero que no te moleste-Aioria se acercó con un poco de agua.
-¿Por qué?-Cáncer recibió el líquido.
-Te desmayaste, iba a ponerte en tu cama y-hizo una pausa-por tus heridas creí que no era lo mejor. Si te quedas aquí, podre cuidarte mejor.
Cáncer asintió-pudiste dejarme tirado, no es como si perdieras algo.
-¿Por qué lo haría?
-Me odias.
-No, no estoy de acuerdo con muchas cosas sobre ti pero….-Los azulados ojos de Cáncer se fijaron en Aioria-Yo recuerdo cosas…cosas buenas con respecto a ti.
-Que tierno- la spalabras eran cobijadas por la burla pero superadas por la sorpresa, se recostó, el dolor aun persistía. Al poco rato se quedó dormido, entonces el castaño se acercó. Si lo recordaba, aunque no se había dado cuenta de que era Cáncer, lo noto al ver sus ojos, cuando este se desmallo Aioria pudo ver tristeza en sus ojos, y esos ojos solían acompañarlo en las noches, después de lo de Aioros.