Durante el camino Tao miraba las diferentes tiendas, no sabía si era porque de verdad le interesaba lo que vendían (que siempre le interesaba) o porque no quería quedársele mirando a SeHun.
Ambos caminaban cerca el uno del otro. Era de noche, así que no es que estuviesen abiertas las tiendas. SeHun estaba como más pegado de lo normal a Tao porque en estos barrios había gente mala. Se notaba que Tao tenía miedo. Tao estaba mirando hacia todos lados con solo escuchar un ruido sospechoso. Lo bueno de todo esto era que SeHun vestía como un malote, y quizás así nadie se atrevería a tocarles. Y si les tocaban, Tao no tendría nada en contra por usar sus artes marciales, aunque lo más probable fuese que saldría corriendo.
En una de esas calles, mirando hacia las vitrinas de las tiendas, Tao corrió a una emocionadísimo, soltando ruiditos de admiración por una chaqueta colgada, curiosamente Gucci. Siempre le encantó Gucci, pero solo 1 vez al año o así se podía permitir algo de ahí. Dio un suspirito, sin querer dejar ir la chaqueta… Era tan su estilo…
SeHun observó curioso la escena. Le encantó que ZiTao estuviese tan metido en el mundo de la moda o algo así. A SeHun le gustaba también, por eso, se daba cuenta de que Tao le estaba gustando cada vez más. A Tao le gustaba esa chaqueta mucho, por lo visto.
-Vamos? – Preguntó el SeHun, con un tono de voz suave. Miraba hacia Tao, de pies a cabeza, cada mueca que hacía, cada mirada triste de disgusto por dejar esa prenda que tanto le gustó. En los ojos de SeHun, Tao era un ser superior.
*POV TAO*
Esto era lo peor… ¿Cómo en un momento así, en unas calles así puede haber una tienda de este tipo? Voy a morir… ¿Qué haré sin esa chaqueta…? Debería encontrar trabajo, sí o sí, debería encontrar el maldito trabajo. Mierda. Esa chaqueta debía ser mía. Mierda. Le lloraría a Kris para que me la comprara, pero ya mucho hacía por mí…
-Claro…- Le dije a SeHun… Y ambos caminamos en silencio. Yo en silencio porque estaba triste por lo de la chaqueta, él en silencio porque así era, sin más. Creo que no era mucho de hablar, y sí, me había visto todos los videos posibles de él, por ahora, solo había pequeñas variaciones en su carácter. Aunque quien sabe, aun me quedaba mucho por descubrir… Pero mierda, esa chaqueta…
Llegamos al piso, empezando a subir y subir escaleras. No me avergonzó vivir en un lugar así, sí que era una vivienda pobre, pero Kris hacía lo mejor que podía y yo estaba muy a gusto. SeHun no ha sido rico toda la vida, él sabe que hay personas que viven mal, y la verdad, yo tengo suerte por tener un techo, cuando hay tantísima pobreza y hambre por el mundo… Y es horrible…
POV NORMAL
-Ya llegamos. – Paró delante de la puerta. – Lo siento por el desorden. Vivimos así. No esperábamos visitas. – La voz de Tao sonaba firme, como con cierta madurez que pocas veces mostraba.
SeHun se quedó mirando el lugar. Era un salón pequeño, con dos sofás y una tele normal, ni grande ni pequeña. En la pared había un poster enorme del chico que SeHun vio aquel día en las firmas, el que le pareció tan guapo. Sí que había papeles por el suelo, y polvo, mucho polvo, y algo de suciedad en general, pero lo que a SeHun le sorprendió no fue eso, sino el plano que había en el caballete, con un comienzo de lo que daría lugar en la opinión de SeHun, a un cuadro interesante y sorprendente. Pero en la pared no había solo el poster de Kris, sino muchísimos cuadros abstractos, sin claro significado. SeHun corrió cual niño emocionado a mirarlos a todos, y aunque generalmente no entendía de arte, le pareció fascinante.
-Eres un verdadero artista, ZiTao! – SeHun paró delante de un cuadro que en su opinión, representaba un bosque quemándose a lo lejos, en medio de una pacífica noche. No pudo decir mucho más, solo admirar. – Puedo quedármela? Te pagaré. – Ahora su voz sonaba firme.
Tao estaba medio flipando, por la emoción con la que había visto los cuadros, por el comentario de que era un artista, y sobre todo, por lo de que le gustaría quedársela. Se puso rojo, acelerado, todo. No se lo esperaba. A SeHun le gustaba su arte?
Tao sintió lágrimas a punto de desbordar, dando suspiritos, intentando tranquilizarse… - Gracias. – Dijo, con la voz temblando, sintiendo su corazón latir.
Bum. Bum. Bum, bum.
SeHun se giró, porque necesitaba ver lo que le pasaba a Tao. Parecía a punto de llorar. Dio pasos hacia él.
Un paso, dos pasos. Tres pasos. Estaba delante de él. Les separaba justo un paso para tocarse y rozarse.
SeHun sentía nervios, pero Tao más. SeHun quería abrazarle y sentir a ZiTao, porque sentía curiosidad, necesidad también, por verle tan sonrojado y vulnerable. Y es que ZiTao necesitaba lo mismo, porque era su maldito ídolo favorito, la persona que a pesar de que nunca conoció, le inspiraba de alguna forma a crear su arte. SeHun era una de sus musas más importantes, para no decir la más importante.
-Estás bien, ZiTao? – Preguntó el moreno, con voz firme, estirando su brazo y colocando su mano en el hombro de un ZiTao aceleradísimo.
Bum, bum, bum, bum, bum. Iba a morirse. SeHun de Nuevo hacía contacto con él, ¿cómo quería que estuviera bien? ¿Era siquiera posible estar neutro o tranquilo en una situación así?
-Bien… - Dijo el rubio, suspirando, echándose aire con la mano, dando un paso atrás para separarse del contacto de SeHun, porque si no, su corazón le daría una mala pasada y no quería un infarto a tan corta edad.
-Te da…vergüenza? – SeHun se atrevió al fin a preguntar, con su típica vocecita baja, mirando hacia otro lado, ceceando de una forma que Tao adoraba, con toda su alma. Le parecía demasiado tierno.
-Por qué me debería de dar vergüenza? – Preguntó ZiTao, con voz de molestia. Realmente se moría a causa del maldito Oh SeHun, no sabía qué debería hacer en un momento así, pero solo supo que debía salir a la defensiva, porque si no, parecería penoso.
-No sé. – Ahora la voz del menor era molesta. Le hacía enfadar ese Tao. Como podía ser tan adorable en un momento y tan estúpido y con aire de creído en el otro? No sabía, pero le encantaba. – No te ves? Estás rojo.
-Porque aquí hace calor! – Tao corrió a la ventana, abriéndola. Dejando pasar el frío aire de la noche, y ahí reaccionó. Ya serían las 11. Qué hacía SeHun en su casa a las 11 de la noche?
-Yo ahora tengo frío. – SeHun iba a dejarle ser a Taozi, porque al parecer no estaba muy cómodo. Se acercó a los otros cuadros, observando atento… Y es que le sorprendió que justo en el momento en el que dijo que tenía fría, como Tao cerró la ventana de golpe.
*Pov ZiTao*
Esto no puede ser real. Es que no sé cómo actuar. De verdad, si intento actuar como un chico normal, mi personalidad y mi carácter salen, pero si intento parecer lindo y hacer aegyo, sería demasiado maricón. O algo así, bueno. En Corea tener un comportamiento gay es normal, y yo soy gay. Maldita sea. Yo soy gay, ¿no? ¿Qué tiene de malo que me comporte como gay? No, no es que todos los gays se comporten como gays…Ahh… Que confuso es todo… Es que… Yo me entiendo… Pero es que… Oh dios..con la chaqueta de Gucci…
Me dejé caer en el sofá, soltando un suspiro de tristeza, una tristeza sincera… ¿Qué voy a hacer yo sin esa chaqueta de Gucci? Oh dios mío. Vestir a SeHun de Gucci. Oh…
¿Pero qué hacía?
*POV NORMAL*
Tao miró como el chico tocaba los cuadros, observando de forma tan tierna, tan linda… Como si comprendiera toda la esencia de sus cuadros… Y Tao no pudo evitar ponerse de pie. Se acercó.
Un paso. Dos pasos. Tres pasos. Cuatro pasos. Sí, esta vez dio el paso final hasta rozarse ambos. Tao abrazó a SeHun, aun con inseguridad, lo hizo, y SeHun se sobresaltó.
-ZiTao? – Preguntó, con voz avergonzada, SeHun no se lo había esperado. Tao era sorpresas, Tao era un regalo que tenía mil y un envoltorios que debía quitar uno por uno hasta llegar a su esencia.
Ambos se quedaron así, Tao porque no sabía que decir, y SeHun porque había agarrado las manos de ZiTao, para que no se separara.
-Creo que… Me gustas. – SeHun al fin se atrevió a decir, mirando hacia abajo, sintiendo nerviosismo. Pero es que oportunidades así no se deberían desperdiciar. SM siempre les hacía entrenar de forma exagerada, y encima, era hoy el día, o daba el paso hoy, por muy rápido que fuese, o podría no ver a Tao en meses, o incluso, que volviera a Italia. Eso era lo que más le preocupaba a SeHun… Que ZiTao, su tipo ideal, se fuese.
Bum bum bum bum bum bum.
-Cómo? – El rubio se separó ahora a la fuerza, mirando a SeHun confuso… - Dices que te gusto? – No sabía si era un malentendido del idioma o algo, no sabía. Como fuese un malentendido, ZiTao se juró que moriría.
-Quiero conocerte. Quiero saber todo de ti, tus manías, tus hábitos, tus hobbies, tus pasiones, tus sueños. – A SeHun le costaba como la mierda decir esas cosas, su voz temblaba, un paso mal y perdía a Tao, un paso mal y la oportunidad de experimentar, de enamorarse, de permitirse un lujo que no fuese ensayar día y noche, bailar y estar con las mismas personas 24 horas al día, haciendo lo mismo, diferentes años, diferentes lugares, mismas cosas… Sí, SeHun tenía solo una oportunidad. Él lo sabía, ya debía ser maduro. Ya no podía pensar en que sería algún día el marido de Miranda Kerr y padre de sus hijos. Ya todo era diferente, ya no podía permitirse fallar, menos en un tema así, menos con alguien como Tao. ZiTao, el maldito y adorable panda que le producía sensaciones contrarias, tantas sensaciones, pero sobre todo, ansiedad. SeHun estaba ansioso porque quería más tiempo con Tao, quería que no se fuera, quería no tener que viajar a Japón en unos días, quería descanso, quería darle a Tao lo que se merecía, pero la realidad era otra. No había tiempo. Nunca hay tiempo, para un idol, nunca hay tiempo. SeHun solo quería un polvo esta noche, SeHun se pensó que esto acabaría así, pero mierda, quizás ZiTao superaba sus expectativas, porque ZiTao le producía la necesidad de comprarle cosas, de cuidarle, de acariciarle la cabeza hasta que se durmiera entre sus brazos. ZiTao era jodidamente femenino, y SeHun tampoco era un macho alfa, era menor que ZiTao, pero aun así, ZiTao parecía tan lejano y a la vez tan cercano, como si pudiera desaparecer en cualquier momento, pero a la vez estaba ahí, tan presente, apretando tanto su espalda… Y SeHun juró que Tao lloraba.
Se giró lentamente, para ver que efectivamente, Tao lloraba, disimuladamente, porque no quería parecer demasiado femenino, pero lloraba. No, a Tao en otras ocasiones le daría igual que le llamen afeminado, pero Tao no la quería cagar con SeHun, y escuchar eso de él… Se preguntaba si de verdad esto estaba pasando o simplemente era uno de sus muchos sueños que acababan siempre en el momento del beso, justo cuando estaban a punto de juntar sus labios.
Tao rogó a lo que fuera, si dios existiera, le rogó que esto no fuera un sueño, que las cosas acabasen bien, que SeHun no le usase y tirase como suponía que hacían los idols con sus fans… Tao lloró internamente, pero es que por fuera también lloraba.
SeHun no podía decir nada ahora mismo, ni consolarle, ni decirle más dulces palabras, porque SeHun nunca fue de hablar mucho, y en momentos así, sentía que si hablaba, haría algo mal. Por eso, decidió actuar.
Extendió su mano, que temblaba, se maldijo a sí mismo y a su mal pulso, lo maldijo severamente, hasta que al final consiguió posar firmemente su mano en la mejilla de Tao… Acariciando. Atrajo así la atención de Tao. Y no, SeHun no pudo hacer más, ya hizo suficiente, o eso se pensó él para tranquilizar su falta de valor. Se sentía un payaso, porque él normalmente se creía una persona atrevida, pero a la hora de la verdad, era diferente.
Bum bum, bum bum , bum bum , bum bum, bum bum.
Tao se atrevió, porque no quería que el maldito sueño terminase antes de que se besaran… Quería que por una maldita vez, el sueño no acabase justo en el momento del beso… Por eso se acercó bruscamente a SeHun, y la poca altura que les diferenciaba, por el simple hecho de que SeHun llevaba (quizás a propósito) botas con demasiada suela, fue reducida por Tao, que se puso de puntillas, y al fin, al fin en un jodido sueño, pudo besar a SeHun.
SeHun abrió sus ojos, demasiado, para ser unos ojos pequeños, acabaron tan abiertos… Pero no duró mucho la sorpresa, porque se borró cuando su pecho se llenó de amor, de una sensación de aire con sabor a bubble tea o algo así. Era perfecto. Los labios finos y sexys de ZiTao besaban los de él, y él no podía corresponder con experiencia o al menos, con estabilidad y tranquilidad, porque SeHun moría por dentro… Aun así, fue como una ola de valor cuando le cogió a Tao de las caderas, pegándole a él, aprisionándole. Y quizás a Tao le pasó lo mismo, porque sus brazos rodearon el cuello de SeHun, y SeHun acabó chocando contra la pared, por la necesidad con la que comenzaron a besarse.
SeHun con miedo y felicidad a la vez, Tao con inseguridad y euforia. Justo como el cuadro que acababa de caer por el choque de SeHun contra la pared. Un cuadro de un bosque quemándose en medio de una noche tranquila y pacífica. Un bosque que se consumía como el tiempo con el que disponían ambos, y una noche eterna, esta noche, esta única noche, la que les esperaba. Una noche pacífica y tranquila, ajena al tiempo quemándose, al bosque que lentamente desaparecería en cenizas. Y SeHun estaba dispuesto a sacrificar el bosque por Tao, un poco de Tao. Y Tao estaba dispuesto a esperar a otra noche pacífica, en la que poder quemar más bosques con SeHun. Pero esta noche, esta pacífica y tranquila noche, solo acababa de comenzar, con un fugaz beso. Un beso que no era parte de un sueño. Un beso real. Dos corazones unidos en un ser. Sincronizados con un mismo latir.