Nos encerramos en su cuarto, queríamos festejar año nuevo y su cumpleaños solo nosotros.
—Kyu, nunca había bebido tanto — dijo mi hyung un poco mareado por el alcohol que había consumido –que a mi parecer no era mucho–
—Pero Minnie no aguantas nada —dije un poco burlón y acercandome a él.
—Eres tan guapo, Kyu — dijo de la nada mirandome fijamente a los ojos.
—Lo se, hyung lo se — dije tratado de parecer normal pues sus palabras me hicieron poner un poco nervioso.
—Es en serio, eres tan lindo — dijo llevando su mano diestra hacia mi mejilla acariciándola de forma tierna —Desde que te conozco no hago otra cosa que pensar en ti, sin importar la diferencia que hay entre nosotros — decía sin apartar la vista de mis ojos y sin mas nuestros labios se juntaron, al fondo solo se podían escuchar las campanadas que anunciaban la llegada del año nuevo, en ese momento no existía nada sólo nosotros, sin importar que él era mayor, que él era un socio de mi padre, nada de eso importaba. Ese beso entre nosotros comenzó a aumentar su ritmo tornándose apasionado haciendo que ambos cayéramos en la cama... No recuerdo más después del conteo final.
Después de ese día prometimos estar siempre juntos, sin importarnos nada luchariamos contra quien fuera para defender nuestro amor.
Había pasado un año desde que decidimos irnos a vivir juntos, nuestra relación era solida, o al menos eso pensaba. Tenia planeado ir a su trabajo a recogerlo cuando lo vi abrazando a su jefe –¿Qué rayos tenia que andar abrazando a su jefe? – pensé y en seguida los celos me cegaron, tome mi celular y sin pensarlo le hable a un amigo para quedar con él e irnos a un bar. Esa noche no llegue a casa.
Al parecer no le tomo mucha importancia pues después de que le dije que había pasado la noche con unos amigos no hizo mas preguntas. Después de ese día sus viajes de negocios empezaron a ser constantes, las juntas en su trabajo se prolongaban mas horas, ya casi no estaba en casa, lo extrañaba.
De nuevo la idea de ir por él a su trabajo paso por mi mente, pues quería pasar aunque sea un momento a su lado. Lo vi salir acompañado de su jefe muy feliz, ni siquiera se dio cuenta de mi presencia, se subió a un auto junto aquel hombre, esa tarde recibí un mensaje de él "Amor, no me esperes, una junta salio de improviso, no se a que hora regrese"
Deje de creer en él, sinceramente no sabia si hubo una junta en otro lado o simplemente me andaba pintando los cuernos con alguien mas. Pensar en eso me estresaba, de nuevo salí con mi amigo; Changmin siempre estaba para mi.
—Es un puto, eso es lo que es —dije con dificultad debido a que andaba un poco ebrio.
—¿En serio te atreves a decir eso de él? — dijo Chagmin a quien igual se le andaban subiendo las copas —No tienes derecho Cho Kyuhyun, ¿cuantas veces le fuiste infiel tú?
—Eso no tiene nada que ver, nada — Changmin tenia razón desde que Sungmin y yo empezamos a salir yo nunca le fui fiel, era inestable a veces simplemente me aburría de estar con él, pero yo lo seguía amando y eso era lo que importaba.
—Tiene mucho que ver, tu no eres una blanca palomita, lo has engañado tanto con mujeres como con hombres.
Esa noche bebimos de más, al punto de terminar teniendo relaciones. ¡Me acosté con mi mejor amigo! Ese día comprendí que quien estaba mal era yo, si seguía así solo le causaría daño, no era quien él pensaba, tal vez la edad si era un problema, pero aun sabiendo que el único culpable era yo, seguía en mi mente que Sungmin estaba con alguien mas. De pronto la ironía de ir con celos, caminando por la calle Vasconcelos, me puso a pensar ¿si nuestro amor fue real?. Yo pensaba que el hecho de amarlo era suficiente, pero tal vez no lo amaba tanto. Decidí terminar con él no de una buena manera.
Era la cena de su trabajo, me invitó, dijo que tenia algo importante que decirme , yo no iba a llegar. Recibí una llamada, era él
—Amor, mi vida — se escucho al otro lado de la bocina — te estoy esperando, no tardes por favor, corazón. Tengo que decirte algo muy impor... — lo interrumpi.
—No hables más y guarda todas esas lindas palabras para alguien más, me puedes gritar, me puedes odiar luego agradecerás, quiero estar ahí, no llegare, pues yo no te merezco no soy quien tu crees, no te hago bien, yo debería hablarte de "usted" —estaba a punto de llorar, cuando se me vino a la mente una imagen de él con su jefe — si acaso has de merecer. — colgué y apague mi celular.
Iba camino al aeropuerto con un boleto hacia Alemania, sin regreso —Extrañare hasta tu vos— dije mirando el celular apagado —me duele aquí adentro, es necesario el adiós.
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