Cerré la puerta principal, era mi última oportunidad. No podía irme si él estaba presente, sabía que si me quedaba, él terminaría convenciéndome, como siempre.
Suspiré un poco y miré atrás, tantos recuerdos, tantas cosas que pasamos juntos… pero, nada dura para siempre, al final, él cambio, y las promesas que me hizo con su dedo meñique quedaron en el olvido. Una lágrima traicionera surcó mi rostro.
“No, no voy a regresar aquí. Se acabó.”
Me sentía perdido, me sentía solo.
Escuché mi celular sonar, me estacioné para responder, pero al ver el nombre de quien llamaba, un odio se apoderó de mí, pero aun así, respondí.
–¡¿En dónde estás, maldito hijo de puta?! –Su voz taladraba mi cabeza.
–Eso es algo que a ti no debe de importarte, ahora tienes la casa para ti, haz fiestas cada maldito día de tu repugnante vida, lleva a cuantas putas quieras y follalas en tu cama. ¡Ya no me importa, Seungri! –Al fin pude desahogarme un poco, al fin pude decir un poco de todo lo que estuve guardando durante esos meses de infierno.
–Escúchame bien, ¿Crees que alguien te va a querer sabiendo que estás enfermo, ah? ¡Claro que no! En cuanto sepan que te vas a morir, te dejarán, ya sea hombre o mujer. Nadie quiere a un enfermo como pareja, Ji Yong. –Comenzó a reírse con burla.
–Vete a la mierda, Seungri. –Recuperé la fuerza en mi voz. Salí del auto, pude escuchar como él seguía insultándome, pero ya no le di importancia.
Me acerqué a la orilla de la autopista, tome el celular con fuerza y lo solté, viendo cómo el aparato se perdía entre la obscuridad de la cuidad.
---
Caminé por el largo pasillo hasta encontrar mi apartamento, saqué las llaves y abrí la puerta. En efecto, todo estaba como lo había dejado, los muebles aún estaban envueltos, las ventanas seguían teniendo esas obscuras cortinas.
¿Cuánto tiempo había planeado escapar?
Caminé a mi habitación, seguía tan fría. La cama estaba totalmente arreglada, solo con una sábana. Había ropa en los cajones del armario, todo seguía tal y como lo había dejado. Solo había un problema… no podía esconderme por siempre, y eso lo tenía en cuenta.
A pesar de que era noche y estaba cansado, decidí desempacar.
Una vez que todo estaba sin plásticos o cajas que estorbaran, comencé a acomodar las cosas, de pronto alguien tocó la puerta. Sentí como si alguien hubiese dejado caer un cubo de hielo en mi espalda.
No, no, no… No podía ser Seungri. No.
Cálmate Ji Yong, calma…
Caminé hacía la puerta y la abrí lentamente, sentí un alivio enorme cuando vi quién tocaba, no lo conocía pero al menos no era Seungri.
–¿Qué necesita? –Le miré de pies a cabeza.
–Mi nombre es Choi Seung Hyun, vivo en el piso de abajo, exactamente debajo de tu apartamento, y bueno, el ruido que haces al mover tus muebles es realmente… molesto.
–Disculpe, creí que nadie vivía abajo, continuaré mañana, nuevamente lo siento. Buenas noches. –Y cerré la puerta, pero siguió tocando. Volví a abrir. –¿Ahora qué es?
–No me dijiste tu nombre…
–Soy Ji Yong, Kwon Ji Yong.
–Bonito nombre.
–Gracias. –Azoté la puerta.
Y desde ese entonces mi vida cambió drásticamente y gracias mi héroe, Seung Hyun…
“Algún día encontraremos lo que estamos buscando. O quizá no.
Quizá encontraremos algo mucho mejor.” –Julio Cortázar.
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español