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Corazón de Multimillonario (La Obsesión del Multimillonario YongGuk) por banglolove25

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Notas del fanfic:

Este es un spin off de La Obseión del Millonario.


La historia secreta de YongGuk y JunHong.


 

Notas del capitulo:

Bueno este es el inicio de un nuevo proyecto.

Basado en el libro del mismo nombre J.S.Scott

15 de septiembre, 1996

ÉL se ha sentado otra vez a mi lado hoy. Tengo que asumir que se trata de una coincidencia porque no puedo imaginarme por qué querría sentarse a mi lado o regalarme una de esas increíbles sonrisas suyas que parece que iluminan el aula de literatura inglesa, más bien oscura dicho sea de paso. No sé si me alegra o no que se siente a mi lado. Para ser sincero, tuve que mirar alrededor para ver a quién le sonreía. A mí seguro que no. No a Choi JunHong, el simple pelirrojo con gafas de nerd y sobrado de carnes. Pero no había nadie más en la habitación en ese momento, así que me imagino que ha debido sonreírme a mí. No le he devuelto la sonrisa… Y me ha sido muy difícil concentrarme en los clásicos con ÉL sentado a mi lado.

 

16 de septiembre, 1996

SU nombre es Jung YongGuk. Hoy se ha presentado. Ese hombre hace que, nada más verlo, me suden las manos y se me seque la garganta como si estuviera en el desierto. Cuando me extendió la mano y se presentó tuve que secarme la mía en los vaqueros antes de tartamudearle mi nombre como un perfecto idiota. Me lanzó esa sonrisa una vez más y entré en coma, incapaz de encontrar nada inteligente que decirle. ¿Por qué tiene que ser tan guapo…. y alto? Todo en él es … demasiado. Quizás mañana se siente al lado de alguien más. Casi me alegraría que lo hiciera. Me pone muy nervioso. Hay algo raro en que un hombre tan guapo se fije en mí habiendo tantas tías buenas en la misma clase.

 

17 de septiembre, 1996

YongGuk se me ha acercado esta noche después de clase para preguntarme si quería estudiar con él. Está haciendo lo mismo que yo, trabajar durante el día y quitarse del medio cuantas clases pueda por la noche, él para conseguir un título en administración de empresas. No me cabe duda que tendrá éxito en los negocios. Esos preciosos ojos negro azabache miran con apetito, decididos a comerse el mundo. Le dije que yo quería ser médico. No estoy seguro de por qué se lo dije. Se lo digo a poca gente porque suena risible que Choi JunHong, más pobre que una rata, el niño que fue de una casa de acogida a otra, quiera aspirar a ser doctor en medicina. YongGuk se limitó a sonreír, pero no fue una sonrisa de burla. Luego añadió sinceramente que pensaba que yo sería un médico excelente. ¿Cómo iba él a saberlo? Ni siquiera me conoce. Pero, al menos, no se estaba riendo de mí.

 

14 de noviembre, 1996

He estado tan ocupado que no he tenido oportunidad de escribir durante algún tiempo. Estoy haciendo todos los turnos dobles que puedo en el asilo de ancianos, además de mis clases. Tengo que reunir el suficiente dinero para pagar la matrícula del próximo cuatrimestre. Esta noche YongGuk me ha llevado a su apartamento para estudiar y hasta parecía algo avergonzado porque se tratara de un estudio y no en el mejor de los vecindarios. No sé de qué tiene que sentirse avergonzado. Trabaja muy duramente. Su trabajo en construcción es un trabajo físico y sé que normalmente trabaja de mañana a tarde casi todos los días de la semana. Quiere ahorrar el suficiente dinero para traer a su madre y a su hermano pequeño a vivir a Seúl. YongGuk habla mayormente del futuro, probablemente porque su pasado no ha sido tan bueno. Lo entiendo bien. Yo también prefiero pensar en el futuro. Hace solo unos meses que conozco a YongGuk, pero se ha convertido en el mejor amigo que he tenido nunca, después de Ricky, pero él hace años que se fue. Me veo como un tonto por haber dudado de él. Es una buena persona, el mejor de todos los hombres que he conocido y quien más me alienta a perseguir mis metas. Tan solo me gustaría que dejara de llamarme sunshine y de quitarme la goma del pelo porque dice que es una lástima atar un pelo tan hermoso. ¿Está ciego? ¡Mi pelo es un desastre!

 

12 de diciembre, 1996

Hoy YongGuk me ha dicho algo que me ha parecido extraño. Me ha dicho que mi amistad le ha hecho querer ser mejor. No sé muy bien por qué lo dice y él se limitó a encogerse de hombros cuando le pregunté qué quería decir. ¿Cómo podría ser mejor de lo que es? Trabaja como una mula, hace lo que puede por su familia y estudia para ensanchar sus horizontes. ¿Acaso piensa que el dinero hace a alguien más valioso? Si lo piensa desearía que no lo hiciera. Jung YongGuk está muy bien como está. Es perfecto. Solo me gustaría que no trabajara tan duramente.

 

10 de enero, 1997

YongGuk y yo no tenemos ninguna clase juntos este cuatrimestre, pero raro es el día que no hablo con él. No sé si podría aguantar no hablar con él o no ver esa cara suya. Me hace reír cuando estoy cansado y de mal humor y, por mi parte, siempre tengo a mano una crema analgésica para cuando ha llevado su cuerpo al límite después de muchas horas de trabajo. Él intenta levantarme el ánimo mientras que yo intento aliviarle el dolor. Me imagino que eso es lo que es la amistad. Como otras veces, hoy se quitó la camiseta para que yo pudiera ponerle crema en la espalda. Cada vez se me hace más difícil evitar que me tiemblen las manos, y me odio por eso. YongGuk y yo somos amigos. Es un gran apoyo y siempre puedo contar con él. ¡Soy asistente de enfermería, por el amor de Dios! No es que no conozca el cuerpo humano. Es simplemente que… es el cuerpo de YongGuk. Su piel, siempre tórrida, sus músculos tensos. A veces gime emitiendo un intenso, viril, suspiro de alivio cuando le pongo la crema en la espalda y yo siento que algo quiere despertarme entre las piernas y se me erizan los pezones. Empiezo a pensar en cosas que no son su dolor de espalda. Sé que no debería. Pero no puedo evitarlo. A mi edad, muchos chicos ya lo han hecho, pero yo no. Nunca quise. No hasta que conocí a YongGuk. Pero él es mi amigo y tengo que recordármelo cada día, aunque mi corazón y mi cuerpo deseen mucho, mucho más.

 

14 de febrero, 1997

Es el día de San Valentín y algo ha pasado hoy, algo extraordinario. Jung YongGuk me ha dado un rosa roja… y luego me ha besado. No un simple beso de amigo en la mejilla, sino uno de verdad, cálido, húmedo, apasionado, que me aceleró el corazón y me hizo arder de deseo por algo más. A ambos nos faltaba el aliento al separarnos. Estoy seguro de que parecía aturdido y confundido porque así es como me sentía. YongGuk parecía horrorizado. Empezó a soltar palabrotas y a decir atropelladamente que no había sido su intención y que yo me merecía algo mejor. Dijo que debería haberme traído no una rosa sino una docena de rosas. Le dije que una rosa era lo mejor que nadie podría haberme dado porque venía de él. Me eché a llorar. No pude evitarlo. Él me besó otra vez … y otra.

 

10 de abril, 1997

Hace dos meses que YongGuk y yo somos pareja y aún no lo hemos hecho. Yo quiero. Se lo he dicho. Mi cuerpo responde a cada contacto con el suyo, cada beso. Lo quiero tanto que me hace daño. No se lo he dicho a él porque él tampoco me lo ha dicho y no estoy seguro si quiere oírlo. Dice que ronroneo como un gato cuando me toca o me besa. Por desgracia, creo que tiene razón, pero me da vergüenza. No es que tenga mucha experiencia, pero estoy convencido de que nadie besa como YongGuk. Sabe que soy virgen. Se lo he dicho. Dice que tiene miedo de tocarme a veces porque soy demasiado vulnerable, demasiado inocente. Si supiera los sueños que tengo con él no pensaría que soy inocente en absoluto. Lo quiero tanto… Quiero que sea él el primero. El único. Quiero decirle que lo amo, pero me da miedo. ¿Y si él no siente lo mismo por mí?

 

12 de mayo, 1997

Solo otra vez, como siempre he estado. YongGuk y yo teníamos que habernos encontrado para tomar café ayer y, al acercarme a la cafetería, los vi en el callejón. La mujer era muy atractiva: alta, delgada y bonita, todo lo que nunca he sido ni seré. YongGuk apoyaba la espalda contra los ladrillos del edificio y tenía a la mujer encima de él, enredándole el pelo con las manos y besando a mi YongGuk como si le perteneciera. Él le manoseaba los pechos y las piernas, apretando su cuerpo de modelo contra él, restregándose mutuamente. Me quedé de piedra y permanecí allí de pie como una estatua. No estoy segura de cuánto tiempo me quedé mirando, el corazón a punto de salírseme del pecho, incapaz de creer que realmente se trataba de mi YongGuk besando a esa mujer. Pero, Dios mío, lo era. Cuando se pararon a coger aliento, los ojos de YongGuk se encontraron con los míos. La expresión de su cara no dejaba lugar a dudas. Culpa. Satisfacción. En ese momento, el corazón se me rompió en un millón de pedazos. Y YongGuk lo sabía. Lo sabía y ni siquiera intentó explicarse. Dudo que nada vuelva a recomponer lo nuestro. Tenía que salir corriendo de allí y YongGuk me dejó ir sin decir una palabra. ¿Fui realmente tan estúpido, tan ingenuo? ¿Pensé realmente que Jung YongGuk estaba haciendo otra cosa que jugar conmigo? Nadie me ha querido nunca. Ni de niño ni de adolescente. Y tampoco de adulto. Lo más probable es que nadie lo haga nunca. Lloraré un poco más y luego iré a dormir y a tratar de olvidar cómo se siente el ser querido por un breve instante. Todo no era más que una mentira.


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