Cuando llegó a la casa de Loki, las ventanas estaban abiertas. El aire traspasó sus huesos, haciéndolo sentir terribles escalofríos. A pasos suaves camino hasta la habitación principal. Loki estaba ahí dentro y se encontraba boca abajo en la cama. Parecía dormido.
Encontró un par de velas en los cajones. Con un encendedor que trajo consigo mismo, las prendió. Dejo fluir la cera en la mesita de noche y ahí encajo la vela para mantenerla estable. Y aun Loki no se movía.
Limpio sus manos en su pantalón y lentamente se sentó a su lado. A altura de sus piernas. Pudo ver las pantorrillas delgadas y los pies descalzos, Llevó su mirada más arriba, donde pequeñas manchas de tierra cubrían las sábanas. Miró más atentamente, notando que los dedos de Loki también están sucios.
Suele suceder que Loki se entrega a la pesadez. No responde por horas, pero Thor entiende que aun es consciente de su alrededor. Parece más un mero capricho que una necesidad real.
Toma la mano de Loki entre las suyas. Se acuesta a su lado e Inspecciona sus uñas que son muy cortas e irregulares. Hay restos de color negro en ellas. Sus manos son muy pálidas, y encajan en las suyas como más delgadas y poco más pequeñas. Naturalmente, también son frías. Sin embargo, ahora son cálidas.
Con un suspiro la coloca sobre su pecho. Así Loki podría sentir el comienzo de su flujo sanguíneo. Funciona, porque Loki abre los ojos lentamente.
—Hola.
Pestañea un par de veces antes de contestar. —Hola.
Sus latidos aumentaron cuando se vieron. Loki acaricio su pecho. Bellamente, como el susurro del viento, Loki murmuró—¿Dónde has estado?
—Donde siempre he estado.
—Creí que no volverías.
—¿De verdad?—guió la mano de Loki sobre su cuello, a sus cicatrices, donde Loki tenía la costumbre de beber tan alegremente; heridas que Loki abría, cerraba, y volvía a abrir. —Me marco el diablo.
Tiene las mejillas coloradas, los labios rosas. Estos toques de belleza salpicaba su rostro cada vez que se alimenta de vida. En sus propias palabras, la succiona y traspasa a él. Lamentablemente no es duradero, por lo que el ciclo es infinito.
Siente las cicatrices palpitar, como un llamado. Eran pequeñas motitas rojas y amoratadas. Aún no sanaban completamente, nunca lo hacían.
Con una pequeña risa, Loki se deslizó para presionar su rostro en el pecho de Thor. Bum-bum, ese es el latido de un corazón vivo. Debe ser el sonido favorito de Loki en el mundo, hace que se vuelva loco de deseo o simplemente se tranquilice como un bebé. Siempre lo hace cuando está desesperado por afecto. La lejanía de su contacto, suele decir, es lo que describen como deprimente.
Thor lo rodea con su pesado brazo, besó su sien.
Los muebles viejos crujen. Sus cuerpos son una forma enorme dentro de las cuatro paredes desnudas.
—Lo vi. Al último hombre, quiero decir.
—¿Qué hiciste?—preguntó Loki, casi con desinterés.
—Llame a una ambulancia.
Loki suspiró.— Hermoso hombre, tienes suficiente corazón para los dos.
Beso su pectoral izquierdo. Thor sonríe, acariciando su oreja, peinando el cabello oscuro hacia atrás. De entre eso, Loki alzó la cabeza y un repiqueteo de dientes echó a andar sus sentidos. Le resultaba imposible apartar su atención de ese par de detalles blancos. En la fila superior, entre las grietas apretadas, aún conservaba una coloración rosa.
¿Es normal estar celoso de esos cuerpos desfallecidos? ¿Sus caras quietas, sus pulsos inhibidos? Conoce la excitación de un buen mordisco, y si bien Loki nunca lo arrastró a la muerte, se pregunta a veces como seria. Que colores vería. Si tendría miedo o solo seria dolor y ceguez.
Loki parece detectar la línea oscura de sus pensamientos. Se alza con apoyo de sus codos hasta que están frente a frente. Su cadera descansa sobre la suya. Las piernas vestidas acomodadas a sus costados, es un contacto muy usual. Loki no se acerca lo suficiente ya que a Thor no le gusta el sabor de alguien más entre sus besos. Resulta en un montón de situaciones que Thor quiere alejar de su cabeza el mayor tiempo posible. Muerte, por ejemplo.
—Ha pasado tiempo, Thor. —murmura.— Necesito…
—Acuéstate en la cama, vamos.
Se bajó de encima y se recargo sobre la almohada, colocó las manos en los pantalones de Thor, quien ya tenía un erección marcada.Pero Loki aún carecía de una.
Loki miró atentamente su cuello. Poco después susurro.— Dame un poco, Thor.
—Solo un poco.
Loki se enderezo lo suficiente. Coloco los labios sobre la piel. Aspirando fuertemente, apretó los dedos en el cabello azabache de Loki. Sus labios no habían dejado de besarlo, ¿sera algun tipo de bálsamo? Cerró los ojos fuertemente al sentir el delicado filo sobre su piel. Había localizado su vena favorita , la más ancha y colorida.
La presión fue asombrosa, el dolor increible. Era una línea entre el horror y placer. Aspiro aire cuando los incisivos fueron más a fondo. Rompió su piel, y la sangre broto.
Ninguna gota malgasto, succionando a lentos tragos.
Su visión fue borrosa por esos instantes. Gimió.
Loki se volvió inquieto después de un trago más espeso soltó su cuello. Tenía la boca muy abierta, sus dientes se habían manchado y su lengua fue a lamer todos ellos con una expresión casi desconcertante. Se tiro en las almohadas, y amplió las piernas. Thor colocó una mano en las heridas frescas, queriendo deshacer la sensación.
—No, no, dejala asi.
—¡Me voy a desangrar!
Loki tenía un expresión hambrienta. Lamió dos de sus dedos y los resbaló en la herida, la cual, como si se tratara de una cubierta, cerró su piel. El dolor persistia, pero ya no más que un salvaje chupeton.
Su cabeza tocó la pared cuando se posiciono sobre Loki y embistió contra él. Podría golpearse, por lo que lo arrastró hacia el centro de la cama. El cabello de Loki se abatió sobre la cama, sus brazos extendidos y relajados sobre el colchón. Fue una imagen preciosa.
Desabrocho el pantalón y se deshizo de el. Tomó la reciente erección rellena en un puño, Loki alzó las caderas. Presiona sus manos sobre las de Thor, para asegurarse que no se retirara. Así es como Loki se vuelve, desesperado por contacto, sus orgasmos inminentes, los labios de seda mencionando su nombre.
Es algo muy distinto a la agresividad de su habitual alimentación. Si bien tiene deslices de posesividad , los primeros momentos en su relación sexual son ternura y murmullos. A Thor le gusta pensar que así es como Loki actuaba usualmente hace ya muchísimos años, cuando era humano Quien sabe.
Porque ya no es más sangre de un extraño lo que tiene en la boca, besa a Loki. Se hunde más en el colchón. Para mantenerlo en un mejor ángulo, pasa su brazo sobre su nuca y sigue presionando sus labios. Su propia sangre se seca en sus labios, los siente agrietados, pegajosos. Hay un leve hormigueo que se expande.
Afuera llueve, el aire frío y el olor a tierra mojada llega de algún punto a la habitación.
No ha dejado de mover su mano sobre la erección de Loki. Se vuelve muy quejoso, alzando las piernas y presionarlas en Thor ¿Que tipo de placer siente? Parece intenso y se alegra muchísimo que él sea el responsable. Sus pèstañas se baten antes de abrir mucho la boca y soltar un último gemido. Entonces la mano de Thor se mancha en rojo. Usarlo como lubricante es ciertamente una extrañeza, pero con Loki los paradigmas cambian, es común, él espera que lo haga en cada ocasión. Los dígitos se hunden a constante ritmo, Loki solo lo quiere mas adentro. El fluido se seca dentro de Loki, no se mantiene líquido por mucho tiempo. Da a su propio miembro cierta sensación seca cuando se encuentra profundamente enterrado en ese cuerpo. Pero esta bien, es apretado, cálido.
Loki suelta obscenidades. Aprieta los muslos alrededor de sus caderas.
—Muévete. Muévete.
—Te podría lastimar.—suelta un sonoro jadeo. Trata de mantenerse quieto, sus dedos aprietan la cintura de Loki.
—!Si¡ Hazlo. Solo hazlo.
Ante la poca disposición de Thor, de un momento a otro hace que sus posiciones se intercambian. Loki termina encima, arañando el pecho de Thor. Sus empujes con constantes. Loki alza mucho la cara, traga, muerde sus labios. Thor alza la mano para tomarlo del cuello y apretarlo por lo que Loki gime con fuerza. SI,si,si, Thor.
La sensación es casi obscena. Thor encuentra los ojos de Loki enrojecidos, oscurecidos por el deseo Todo el color de su cuerpo se dispara a su rostro, está acalorado.
Se aproxima para morder en Loki, no tan profundamente, que llenan de gusto al mayor. Es un juego, donde él bien podría ser quien tiene alargados colmillos. Pero de eso no se trata.
Sus caderas no dejan de saltar. Loki dirige su mano al miembro entre sus piernas. —Mierda. Mierda.
Thor se viene, como siempre, muy sorpresivamente y con fuerza. Loki pasa la lengua por su arteria. Ya pasada la sensibilidad del orgasmo, Thor enfoca la vista en Loki, quien lo miraba aun encima suyo.
Los ojos azules mostraron gran cariño. Ese ángel rubio...adoración suya, dispuesto a entregarse, a cortarse a si mismo si eso significaba el bienestar de Loki. Un hombre vivo, que Loki quiere mantener para sí mismo. Un gran cuerpo caliente, que no podría provenir de algún lugar que no fuera el sol.
Se inclina hacia él, se enreda entre las sábanas. El amanecer comienza. Thor cierra las ventanas y el dosel que rodea la cama, y regresa a su lado. Antes de caer en su descenso, presiona su oreja en el pecho de Thor nuevamente. Bum-bum. Retumba entre las paredes torácicas que se abren casi como una flor.
La vela en la mesita de noche se fundió completamente.
Sin vencerse por el sueño, Thor evaluó su entorno. Sentía algo fresco en las piernas.
Lo unico que conocia de Loki y de los suyos es el aspecto romántico que él mismo le deja ver y experimentar. La inmortalidad, la capacidad más profunda para experimentar los sentimientos, la forma que suele recitarle viejos versos.
Queda sudoroso, machado. La brisa refresca su cuerpo apenas un poco. Tendrá un aspecto horrible por la mañana, lo sabe. Y todo persiste en rojo, un color intenso, su favorito.
____
Durante el desayuno, Jane acomodaba tazones entre cajones superiores de la cocina. Se había puesto su falda favorita y se había alisado el cabello, por lo que Thor supo que pretendía visitar a alguien. Ella hablaba mucho. Fandral, sentado frente a él y atento al periódico local daba leves sonidos para indicar que escuchaba mientras paseaba las hojas, por su expresión no había nada interesante el dia de hoy.
—Me dijo que había autobuses.
—¿Ah?— preguntó Thor.
—Autobuses, Thor, me dijo que había autobuses. También un metro, más lejos. Es un inconveniente ¿no? Pero el autobús hacen recorridos dentro.
—Ah, sí.
Thor hundía su cuchara hasta el fondo de su tazón, y lo volvía a la superficie contadas veces antes de llevárselo a la boca. Comía sin ganas. El cereal ya no le gustaba tanto como antes. Masticaba como perezoso. Estaba ido.
Fandral entonces abrió mucho los ojos—¿Ya vieron? ¡Encontraron un cadáver en el parque!.
—¿En serio?
—Si, miren.—extendió el periódico sobre la mesa. Jane se acercó.
Thor se alzó de la mesa para poder ver bien desde su posición. Había una foto a color del hombre con la cara arrugada y una pequeña calva en la cabeza, lo recuerda bien. Pero al tratar de buscar las marcas no vio ninguna. La razón era que la cámara había logrado tomar apenas un ángulo de aquel cuerpo. Seguramente al camarógrafo lo habían echado de inmediato después de la primera foto.
Lo arrebato de la mesa. Entre el pequeño texto busco algo, por lo que usualmente se preocupaba y vaya sorpresa cuando lo encontró: “...un hombre de metro ochenta, cabello negro. Vestía jeans oscuros. Informar a la policía de cualquier avistamiento al siguiente número….”
—Thor, ¿lo conocías?—preguntó Fandral. Ambos lo veían con curiosidad, y no era para menos, seguramente tenía el rostro de alguien que había recibido una horrible noticia.
—¿Al sospechoso?
—¿Qué? No. A él. —Apuntó a la fotografía del muerto.
Su pecho se aflojo, recobró la voz. Eligio mentir. —Si, si... era...Parecía un buen hombre.
—Oh.
Dejó el tazón en la mesa y se excusó al baño. Paso varios minutos ahí dentro, Jane miró preocupada a Fandral, quien solo suspiro. —Debe ser difícil para él.
Jane espero pacientemente hasta que Thor salió, con el rostro húmedo y tenso. Ella le tomó del brazo. —¿Quieres ir a…?
—No, estoy bien, gracias.
Jane asintió. Le dio un pequeño beso en la mejilla que aceptó con una sonrisa. De pronto, ella se quedó sin aliento. —Dios mio, Thor.
Thor frunció el ceño. —¿Qué?
—¡Estas sangrando!
Después de tanto tiempo, ha perdido un poco de sensibilidad en esa zona. Ni el cabello suelto pudo esconder el camino rojo de su cuello hasta la ropa. Realmente no sabe cómo explicarlo. Está metido en problemas, es lo único que pudo pensar con claridad.