Ahora se podría decir que MinSeok vestía perfecto. LuHan estaba plenamente satisfecho. Sí, hasta llevaba las zapatillas que se había comprado con él el fin de semana pasado. Había sido algo como “Oh, mira, 50% de descuento en el segundo par” y un “Pues ya sabes” Y un “Me quedan bien?” y un “Claro que te quedan bien.” Y luego algo como “Pero no me queda apenas dinero…” y la conversación acabó en un “Yo soy un caballero, por eso, pagaré”
Quizás Minseok se los había puesto porque así le haría un poco la pelota a LuHan, pero tenía su orgullo y no lo iba a reconocer. Pero sí, parecían una parejita. Y eso les hacía felices por dentro. Mucho.
La verdad era que LuHan no sabía a donde llevar a Minseok. Nunca fue de llevar a chicas por ahí, lo suyo siempre en un pasado había sido más bien “A ver a qué motel la llevo” Pero con Minseok era ahora todo un proceso, como preparar un buen café. Y ahora iba más o menos por la fase de “conseguir unos buenos granos” Sí, así de mal.
-A dónde vamos? – Y fue la pregunta que no quiso que le hicieran, pero ahí estaba Xiumin, como siempre dando en el clavo.
-A algún parque o algo así. Kris y Tao solo te han llevado a centros comerciales, no? Vamos a ver un poco a Seúl. – Buen plan LuHan, cuanto tardaste en elaborarlo? Tu vida entera?
-En serio? – Sí, Minseok estaba sorprendido. Para él ir a un parque era gran cosa. Nunca había ido a un parque, bueno. Si se consideraba el patio del instituto un parque…O el jardín de su casa… No, definitivamente nunca había ido a un parque.
-Te parece buena idea? – LuHan le dio un golpecito con su propio hombro, al hombro de él. Era común para ellos hacer eso.
-Estupenda. –
Sin duda a LuHan le encantaba ver sonreír a Xiumin. Era cálido. Y ya no le molestaban los secretos. Un Baozi sin misterios no era un baozi. Al menos no le molestaban por ahora.
Durante el camino hacia el parque los dos chicos estuvieron hablando de lo que pasó en el bar anoche, de los clientes, del pequeño lío que hubo en el cual estuvieron involucrados Baek y Chanyeol, de lo bien que lo hizo Tao pinchando, de lo bueno que era Lay con los cócteles, o Kris, o LuHan mismo… Y LuHan puso un realmente gran esfuerzo para no decir lo bueno que era el trasero de Baozi en el uniforme. Eso sí era bueno. A la mierda el tan halagado culo de SeHun, ese bebé debía aprender de Minseok.
De verdad que era como un niño pequeño Baozi. Miraba a todos lados, como si jamás hubiese visto un parque. Le sorprendía tanto la gente como la vegetación, tanto el calor del verano que se acercaba, como el sonido de los pájaros que poco se oían por culpa de los gritos de los niños…
Y fue un, por primera vez “Luge, Luge, cómprame helado!” señalando al pequeño puestecito, el que derritió el corazón del ciervo.
Luge. Qué bonito.
Crisis emocional. LuHan de nuevo lo estaba haciendo. LuHan de nuevo tenía un orgasmo mental. De nuevo ese movimiento extraño de caderas y esos abrazos a sí mismo, esos tembleques tan peculiares… LuHan, LuHan estaba loco.
De amor.
-Te gusta? – Preguntó un ciervo curioso, viendo como Minseok comía de su helado de 3 bolas, de limón. Limón, asqueroso limón. Cuando vio que se pedía ese sabor casi le niega comprarlo, pero parecía tan emocionado… - Por qué limón? Quién le echa limón a los dulces? En serio…
-Porque el limón contrasta bien con lo dulce, así no me empalago tanto. Así como el café que contrasta muy bien, pero no había sabor a café. – Explicaba Minseok, y un muy atento LuHan, a cada palabra de su Baozi, a cada expresión, movimiento…. Lamida… asentía.
No supo exactamente cuándo le empezó a crecer lo que tenía en los pantalones. Quizás cuando se imaginó que el maldito helado de limón no era un helado. Y Minseok se había dado cuenta, Minseok aposta, confirmando su título de “calientahuevos” lamía mientras le echaba miradas sexys a LuHan.
Lame, lame. Yo sí que te lameré la… Vale LuHan, tienes un serio problema. Vivir un mes con un Baozi te hace mal. Tienes que relajarte, tienes que relajar tu entrepierna. Nunca habías necesitado llegar a usar la mano, siempre había otras manos u agujeros que te complacieran, pero ahora con el bollo, LuHan, ya debes proceder a la mano.
Eran ridículas las conversaciones que se daba a sí mismo el alto, mientras observaba como tan entretenido, Minseok continuaba con sus lamidas, que si desde arriba, que si el liquidillo que se había derretido y caído por el cono…
Joder, pero sí, yo nunca he estado tan necesitado. Desde que conocí al Baozi no he salido con ni una sola mujer. Ni un poquito. Ni con esa amiga de la novia de Lay que tan buenas… buenos atributos tenía. Pero mírale. Sensual Baozi. Cuándo he sido yo así? En China era peor que aquí. Aquí al menos solo salía los fines de semana y algún que otro día suelto, ahí todos los días y a todas horas… Y de pasar de ser un completo mujeriego/puto, a un hombre normal, y ahora a un carente de vida sexual… Baozi cuando te pille no te vas a poder sentar bien durante meses… Porque soy muy varonil. Obvio que yo iré encima.
Los pensamientos/análisis extraño de LuHan fueron interrumpidos cuando Minseok levantó un brazo, saludando a alguien en la lejanía.
-Sehun, Sehun! – Se puso de pie, y LuHan con él también.
Qué típico. SeHun con sus amigos. SeHun interrumpiendo algo. El maldito bebé de nuevo interrumpiendo la maldita cita. LuHan le quería matar. De verdad.
-Hyungs! – Se acercaba, con su típica sonrisa, al lado de 3 chicas y un chico. Los de siempre.
MinSeok sabía que esos eran los amigos de SeHun. Siempre le visitaban en la pastelería y era siempre SeHun el que les atendía y se quedaba hablando con ellos. Además, ayer creyó ver a esa chica de pelo rubio en el bar. Era guapa. A MinSeok realmente le pareció de su tipo, no por ser guapa, sino porque iba atrás, y parecía callada. En el bar también estuvo callada, no pidió alcohol a diferencia de sus amigos.
-Hola Sehun! – Minseok desvió la mirada de esa chica, quizá porque recibió un apretón en el muslo derecho por parte de LuHan.
-Que oportuno, Sehunie! – LuHan era solo falsedad. Nunca le gustó esa rubia, él lo sabía. Esa rubia era mala, una víbora. Por qué se la quedaba mirando así Baozi? Asquerosa rubia teñida! Falsa, falsa!
Los 4 amigos de SeHun se fueron acercando, quedando unos pasos atrás, bueno, solo la chica rubia quedó atrás. Quizás porque sabía que LuHan la odiaba. Tampoco había mucho misterio, LuHan no se cortaba en echarle miradas de odio, especialmente hoy.
Y es que LuHan no tenía problemas con la otra amiga de SeHun, la del pelo corto y negro. Ella era monísima! Tan tierna, tan achuchable y bajita! O la otra, de las gafas, aunque usase un poco más de maquillaje de lo normal! Que tierna! O el amigo de SeHun! Ese sí que era divertido, no Baek. Pero esa rubia… víbora!
-Vinimos a dar un paseo, aprovechar mi tiempo libre. EXO drena mucho, no, Hyung? – SeHun mira a LuHan, que asiente varias veces, sin despegar su mirada de la víbora, que a su vez tampoco se corta en mirarle de la misma forma.
De nuevo actúas posesivo, LuHan! Cuándo aprenderás? Xiumin le da un golpecito en el muslo a Luge, que le saca de su mirada de asco y odio e indignación…
-Qué tal estás, LuHan oppa! – La chica del pelo corto se acerca, tras echarle una miradilla tierna. Ahora al parecer cambiaron el rol, ahora era Minseok el celoso.
-Ooh! KyungRi! Bieen! Al fin tiempo libre! Y estoy aquí, sacando a Minseok.
“Sacando” Minseok le iba a matar.
-Es tu novio, oppa? – La otra chica se acerca, la que no es la rubia. Tiene una sonrisa traviesa. Mierda de sonrisa, piensa Xiumin. Poco tiempo tardó en sentir odio hacia ellas dos. Espera. ¿Cómo que novio?
SeHun ríe incómodo. Tener amigas fujoshi era lo que suponía. Shipeos constantes.
-Están un poco locas. Lo sentimos! – Fue esta vez el amigo chico el que se llevó a las dos fujoshis, que tras protestar un poco, se alejaron.
LuHan se había quedado sin habla. Sin duda amaba a esas chicas. Eran geniales. Siempre le cayeron bien las amigas de SeHun. Siempre siempre. Y ver lo que le habían provocado a Minseok…esa rojez tan tierna… Las amaba! Se acordaría de comprarles el nuevo tomo de ese manga que tanto les gustaba… Sí. Menos a la víbora, esa podía irse a la…
SeHun de nuevo vio la mirada tan asesina de su amigo hacia la rubia. Se puso delante de él, impidiéndole el contacto, como protegiendo a su amiga. – Hyung, ya nos iremos. Nos vemos a las 4. – Y baja la cabeza.
Cuando SeHun se acerca a su amiga rubia esta da un suspiro. – Antes pensaba que estaba enamorado de ti, por eso me odiaba. Pero ahora veo que simplemente me odia sin más. –Habló con voz seria la rubia, pero un tono cálido, solo si hablaba con sus 4 amigos.
-Te odia porque ese chico a su lado se te quedó mirando! Y como son pareja! Pues te odia! Celos! – KyungRi reía, tan feliz. Un nuevo Shipeo. En cambio la chica del cabello largo se giró, tomándoles una foto. “Buen material” Pensó.
SeHun no pudo más que reírse un poco, tocando su codo con una mano, luego con ese codo dándole un codazo a su amiga rubia. – No seas así.
Sí, LuHan tenía celos. Moría de celos. Moría. Porque él veía en la mirada de esa rubia la falta de inocencia. Y sabía que a SeHun no le iría bien esa chica. Pero ahora más motivo para mirarla si se trataba de un Minseok ligón que le echaba esas miraditas.
-Te gustó esa harpía, eh? – Suelta, molesto, sin siquiera esforzarse a no aparentar estar enfadado.
-Quién? La chica rubia? Es muy guapa, no crees? Su pelo tan largo y rubio…Y parecía natural. Pero era asiática. No?
-Que va a ser natural. Seguro que cada fin de semana se gasta dinerales en decolorarse. – Porque LuHan no admitiría que su pelo era natural. Para él era una zorra teñida. A pesar de que él se teñía. –Así que te parece guapa.
Minseok se le quedó mirando. Era extraño para él mantener ese tipo de conversaciones. Muy extraño, el hecho de que LuHan se portase tan posesivo. Pero ya era típico de él esos comportamientos, no? Cuando caminaron por la calle, estaba seguro que detrás de esas gafas de sol, LuHan asesinaba a cada persona que se quedase mirando a los dos. Pero Minseok no tuvo en cuenta que quizás eran celos enfermos.
Quizás sí le gustaba un poco que LuHan tuviera esos celos enfermos. Le hacía sentir especial… - Y esas dos chicas qué? Eran muy monas. De tu tipo? – Preguntó Baozi.
Ahora era LuHan el que soltó una carcajada. – Baozi tu no me conoces! Mi tipo de tías eran precisamente como la víbora! Taconazos, pintalabios rojo, faldita corta! Oh, pobre zorra! – Una voz enferma, tras una risa enferma. Los ojos de LuHan se abrían mucho cuando hablaba de eso.
Así que ese es tu tipo de mujer, LuHan. Yo quizás fui un tonto… LuHan a ti te gustan ese tipo de mujeres femeninas, verdad? Pero tú no ves en ella lo que hay detrás, tú ves su aspecto… Somos muy diferentes en eso, Luge. Pero en lo que somos parecidos es que ambos tenemos ese tipo de gustos, las mujeres.
Sí, Minseok se culpaba a sí mismo por hacerse tontas ilusiones y quizás por él mismo haber pensado ese tipo de cosas de LuHan y haber sentido ese tipo de cosas… Ahora estaba todo muy claro. Ahora Minseok se sentía tonto. Ahora a Minseok le parecía muy lejana aquella noche en la que se abrazaron y durmieron juntos.
Estaba tan distraído que no se daba cuenta de cómo caían gotas de helado por su mano, pasando por su brazo, apunto de mancharle el pantalón.
LuHan con solo ver eso se agachó, sacó su lengua, pasándola por el brazo de Minseok.
Calor.
Suspiros.
Corazón a 300 por minuto.
El helado no era lo único que se derretía.
Su lengua fue subiendo, lamiendo cada centímetro, milímetro manchado de helado. Y no pudo saber mejor ese helado de limón.
La mano de Minseok, cubierta por ese asqueroso helado, de verdad le sabía a ambrosia. A frutos del paraíso. A la manzana prohibida. Daban igual las miradas de asco que les echaban algunos, daba igual que Baozi estuviese tan avergonzado que se quería morir. Daba igual todo, por eso mismo LuHan lamió el helado medio derretido, almacenando ese helado en su boca, subiendo a la altura de Baozi y cerrando sus ojos, para juntar sus finos labios con los carnosos de Minseok, y fundirse en sus labios.
Al fin. Porque el tipo ideal de LuHan siempre fue un chico de estatura baja, de bracitos sexys, de trasero marcado y caderas traviesas, de mofletes regordetes, de mirada felina, de pelo sedoso, de piel de porcelana. Y odiar el limón era lo de menos ahora. Sabía a perfección si se le añadía un poco de Minseok. La receta perfecta de todo, solo hacía falta añadir un poco de Minseok…
-¿Lu…ge…? –
Ojos abiertos como platos.
Un helado que se acabó cayendo al suelo.
Unos labios entreabiertos, cuyo espacio era rellenado por otros labios, con un fuerte sabor a limón.
MinSeok había olvidado todas sus paranoias.
¿Luge…?
Fueron risitas que poco duraban, miradas avergonzadas, mejillas rojas, narices chocando, corazones sincronizados, mariposas, vibraciones por todo el cuerpo… Ya no quedaba rastro de helado de limón, ahora solo quedaba lo mejor. El sabor de Minseok, el sabor de LuHan. Ahora solo quedaban dos lenguas que bailaban en la boca del más bajo, y la vergüenza era nula, al menos por parte de LuHan. Para él esto era el mejor momento de su vida, y que Minseok correspondiera, era mucho más especial. Aunque quizás le hubiera gustado violarlo un poquito, pero así era perfecto.
Minseok se dejaba, como un buen Baozi. El helado había caído y él aún así mantenía su puño como cogiendo algo, hasta que la mano de LuHan cogió la suya, entrelazando los dedos, tras separarse del beso.
-Vámonos a casa, Baozi. Llamamos mucho la atención. – Se puso la máscara. Debía ser cuidadoso, odiaba ser cuidadoso ahora mismo, pero debía. Mierda. Sí, continuarían en casa.
El que se mantenía en total silencio sin decir nada era Minseok. Pero lejos de estar tranquilo, en su mente pasaban todo tipo de paranoias. Por qué había hecho esto? Por qué ese beso? De verdad fue sucio. Su primer beso. Por qué así? Qué pasaría ahora? Cómo debía actuar?
LuHan pudo notar la inseguridad en su mirada. Le agarró más fuerte de la mano, tirando con algo de fuerza. – Hablaremos en casa, Baozi. Solo no te separes de mí por ahora.
-B…bien. –