-ERES TÚ! BAOZI!! – Gritó un Luhan emocionado, extendiendo su mano, para ayudarle a levantarse a Minseok.
Minseok le miró fatal. Le acababa de llamar Baozi un desconocido? Qué demonios es Baozi, en primer lugar?
Se levantó él solo, no quería problemas. Pero aparentemente le habían confundido, así que salió, ignorando las palabrerías de ese chico moreno. Tenía cosas más importantes que hacer, como buscar forma de sobrevivir esta noche.
Luhan no se lo podía creer. Te estuve buscando horas, para que estuvieras en mi trabajo! Baozi! Corrió hacia él, dejando de lado a su amigo Kris, que se había quedado mirando confuso la situación, pero decidió ignorarla, caminando donde Sehun y Kai, saludándoles con la mano. Ahí vio a un Tao feliz, que se levantó quizá con una subida de humor al ver a Kris.
-Al fin llegas, gege! – Dijo, con una risita. Sus ojeras hoy estaban menos notables. Se notaba que había descansado bien.
Sehun se acercó a la mesa después de que se sentase Kris. Este dio un suspirito, con una mueca que se le formó luego.
-Era acaso Luhan al que esperaba ese chico? - Preguntó el rubio a sus amigos, que se miraron entre ellos.
-Yo no sé quién era ese chico. – Tao miró ahora a Kris, como esperando una contestación apropiada.
-No tengo ni idea. Pero al parecer eran cercanos. – Kris pidió a continuación lo típico, un donut de esos que tanto le gustaban, de vainilla. Tao pidió un bubble tea, haciéndole sonreír al mesero.
-Le diré a Lay Hyung que te prepare de los grandes! – Sehun tuvo una sonrisita satisfecha.
-Y a mí no me prepara un donut de esos grandes? – Kris le echó una mirada asesina a Sehun, que se rio bastante, de forma adorable, yéndose, tras haber asentido varias veces.
-Por qué ligan tanto contigoo? – Lay le echó una mirada a Sehun que no se sabía si era de broma o en serio, pero Sehun solo le ignoró, dándole el pedido.
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-Por qué me persigues? – Minseok elevó su voz. No era común en él, para nada. Pero estaba harto. Ese tipo llevaba 5 minutos detrás de él, y el más bajo había puesto su empeño en ignorarle, pero es que ya le estresaba…
LuHan sonrió al ver que al fin le hacía caso… Sacó el móvil, mostrándoselo. – Te lo olvidaste en el autobús esta mañana. Te llamaron muchas veces y…
La mirada de molestia de Minseok cambió a una de preocupación. Esto no debería de haber sucedido así pensó, y se estresó muchísimo. Miró hacia todos lados. Cogió el móvil, empezando a correr. Se subió en un bus, con Luhan. Debía pensar rápido…
-Dime, has notado miradas en ti? Te siguieron? Contestaste a alguna llamada? – Fueron un montón de preguntas que le hizo Minseok a Luhan.
El moreno miraba al chico con cara de ardilla, estaba confuso con tantas preguntas. Cogió el monedero, inseguro . Ahí extendió un billete, al ver que el más bajo no pagaba al conductor, que ya miraba raro. No le molestó tener que pagarle, ni le dio importancia. Solo quería saber por qué tantas preguntas. Quién era ese Baozi…
-No, no, y no. – Mintió las dos últimas. Siempre había miradas en él. Siempre le seguían chicas jóvenes. Pero eso no era un tema del que tratar ahora…
Se sentaron ambos en la última fila… Minseok había suspirado de alivio al escuchar que no hizo nada de eso. Le cayó un peso encima…
-No debiste haber recogido ese móvil. – Miró por primera vez al alto chico que tenía a su lado. Ahora le recordaba, era el de esta mañana con el que se sentaban en el último asiento.
-Pero por qué? Yo pensé que lo olvidaste. – LuHan se excusó, sintiéndose algo incómodo por los grandes ojos del bajo que le estaban matando con la mirada… A la vez esa euforia de tenerle cerca, de verdad que se sentía genial ahora. Como si el destino les quisiera juntar. Juntar en plan conocernos, nada más, pensó.
-Porque es algo que no te interesa.- Las mejillas de Minseok se inflaron, mirando a otro lado. Dio un suspiro, al recordar que fue el hombre ciervo este que había pagado el billete, pero tampoco le agradecería.
-Me llamo LuHan. – Dijo el alto, con una sonrisa que dejó a Minseok algo perplejo.
El mayor casi suelta un “Que hermoso” pero se controló, aclarando su garganta. – Bien. – Dijo, empezando a esconder el móvil entre los asientos, apagándolo antes.
-En serio, cómo te llamas? Llevo intentando encontrarte toda la mañana, y justo viniste a mi trabajo. Me sorprendió. Me conoces acaso? – Quizá fue un tono de superioridad por parte de Luhan, pero no lo hizo de malas, solo de broma. Quería hablar con Minseok, estaba ansioso…
-Soy.. Min… - Se quedó callado.
-Min? – Luhan miró curioso a la cara de confusión del chico, a como rodaba los ojos como buscando algo.
Minseok miró por un momento la ventana “Salón de belleza Xiu” – Sí, Xiumin. – Soltó, dando un gran suspiro de alivio al girarse y ver como el tal Luhan se lo había tragado.
-Xiumin. Es bonito. Eres coreano? La verdad es que parecías turista, pero tu coreano es muy bueno… -
-Porque soy coreano. – Minseok le miró, con cierta molestia. Que no aparentaba ser coreano?
LuHan rio incómodo. Baozi le quedaba mejor, aunque Xiumin era ideal para él también. Que voz más bonita… Ver esos labios moverse mientras hablaba era todo un espectáculo, su labio hinchado y gordito, uniéndose al labio menor, para pronunciar las palabras más bellas del mundo, porque todo lo que sabía de tal boca, debía ser bello.
-A dónde vamos? – Xiumin le interrumpió los pensamientos tras ver como se le había quedado mirando. Se sintió hasta acosado.
-Vamos? – LuHan se sorprendió al escuchar que lo dijo en plural. Sonrió bastante, mirando el billete que compró. – Es la parada siguiente. – Y no preguntó por qué dejaba el móvil ahí cuando ambos bajaron. No lo iba a hacer, no le convenía, y no quería asustar a ese delicado chico.
Ambos comenzaron a caminar. LuHan estableció conversación sobre la pastelería en la que estaba. Le contó a Xiumin que llevaba trabajando ahí ya un año, y que era el pastelero principal, con algo de orgullo. Fue inevitable para Minseok sorprenderse ante tales palabras.
Minseok siempre admiró a todos los cocineros. A él le encantaba cocinar, siempre que estaba solo en casa y las criadas le dejaban, él cocinaba, o las ayudaba. Le gustaba mucho, pero nunca se planteó el tema de pastelería. Sus padres nunca le hubiesen dejado estudiar algo así.
El bajo tampoco quería admitir que seguía a Luhan porque no tenía a donde ir, sería penoso. Aunque de alguna forma, muy en el fondo, se sentía bien de conocer a un buen chico. Aun así no le perdonaré que trajese el maldito móvil ante mi! Pensó.
Cuando los dos entraron en el edificio de la pastelería, LuHan fue asesinado 800 veces por SuHo, quizá por haber llegado tarde.
Sehun y Kai se acercaron al ver llegar a su Hyung, ambos sorprendidos por ver de nuevo a ese chico.
-Este es Xiumin! Es mi amigo. – LuHan le presentó ante los dos chicos. – Baozi, estos son Kai y Sehun, mis amigos y compañeros de trabajo. Ah! Este es Lay! – Señaló al chico alto que parecía estar en su mundo, detrás de la barra. Pero ahí salió SuHo de nuevo… Interrumpiendo el “Encantados!” De los 3 chicos.
-Oh! Es el chico de antes. – SuHo se ahorró el comentario de “La próxima vez que vengas tarde, te haré lavar los platos!” La peor amenaza del mundo para alguien como Luhan.
Minseok bajó la mirada. Odió sentir más de 5 miradas en él.
Qué debo decir? Encantado?
-Ho-Hola.- Su voz se entrecortó de los nervios. No era bueno haciendo esa clase de cosas. Aunque ahora que lo pensaba… Luhan le había llamado Baozi, de nuevo! - No me vuelvas a llamar Baozi, ciervo feo! – Señaló a Luhan, con sus mejillas infladas.
Luhan casi se sonroja de ver lo tierno que se había puesto el más bajo, aunque se molestó un poco. – No trates así a tu Hyung, Minnie. –
Y Xiumin fue esta vez el que aniquiló 800 veces a Luhan, tras una risa proveniente de las mesas, con frases de dos chicos como
“Anda que llamar Baozi a alguien” Y unas risas de tierna hiena de fondo.
-Tengo 21 años! – Soltó Xiumin. Luhan se sorprendió bastante también.
-Y yo tengo 21 años. En serio tienes 21 años? –
Sehun y Kai se miraron el uno al otro, dando pasos hacia atrás y continuando con su trabajo. SuHo iba a decir que se moviera el culo y fuese a la cocina, que había dejado a KyungSoo demasiado tiempo solo, porque le pareció que había algo raro entre los dos chicos, y decidió mejor dejarles hablar.
-Claro que tengo 21 años! – Xiumin de nuevo infló sus mejillas.
-Demuestralo! – LuHan aún no se creía que ese chico tan bajito y tan delicado podría tener 21 años. De verdad, no se lo creía!
Minseok rápidamente sacó de su bolsillo su carné de identidad, tapando el nombre. LuHan realmente no dio mucha importancia a tal comportamiento, porque se quedó con la boca abierta al ver en claros números “26/03.” Se enfermó. Luhan se cruzó de brazos, dando suspiros intensos.
-Eres mi Hyung… - Y eso hizo a Minseok soltar una risa enferma. Se sintió muy bien, como ganador. – No te rias! No te llamaré Hyung! Eres un baozi, un baozi! – Y caminó hacia delante, pasando por la puertecita, detrás de la barra.
-No me llames baozi! Soy tu Hyung! – Minseok se empezó a poner nervioso.
Qué debería hacer ahora? Dio un suspiro intenso. Realmente no sabía, se sentía tonto. Quizá simplemente se debería ir.
Caminó a la salida, pero Kai se puso delante de él.
-Descuida, LuHan te invitará a algo de comer, ya que le esperaste 2 horas. – Kai miró de reojo a su Hyung.
Luhan quedó sorprendido ante tales palabras. Que se había quedado 2 horas esperándole? De verdad? Así que sí sabía donde trabajaba… O era casualidad? Pero sonrió, sonrió mucho. – Qué quieres de beber, Baozi?
Minseok bajó su mirada. No iba a abusar de la situación. Él no era un aprovechado, no podía permitirse eso. De verdad que no podía. – Bueno… Yo…
-Café? – LuHan había visto como la mirada del pequeño viajaba a la parte del cartel que ponía “Americano” No necesitó respuesta, para decirle a Lay que preparase el café. – Ahora mismo te traeré unos donuts, Baozi Baozi. – Y se metió dentro del cuarto donde estaba la cocina.
KyungSoo le asesinó 800 veces con la mirada, bueno, por ser KyungSoo, le asesinó 800.000 veces. – Necesito ayuda, Luhan! Sabes que no se me da tan bien como a ti. – Se quejó el bajito de ojos grandes.
-Voy, voy. – Cogió de los donuts preparados. Había diferentes sabores, por eso cogió uno de vainilla, uno de chocolate, y una tarta de café que había hecho la tarde anterior. Sonrió un poco al servirlo de la mejor forma en el plato. Puso con sirope en el plato con los dulces un “Baozi” Y lo dejó en la ventana, para que Ley se lo llevase. Se sintió tan feliz de tener un nuevo amigo…Tan lindo, un lindo amigo…Sí, amiguito. Un enano con cara de ardilla, un tierno enano.
Ley cogió la tabla. Puso el café encima y suspiró al ver que había un corazón al lado de ese Baozi. Realmente pensó que Luhan era tonto, pero de alguna forma mono.
-Sehun, aquí tienes. – Le dio la tabla, tras una sonrisita.
El rubio caminó a la mesa en la que estaba Xiumin, Kris y Tao. Quien sabe cuando fue que los dos chicos se habían sentado en la mesa del mayor para no dejarle solo, porque si era amigo de LuHan, era su amigo también.
La mirada de Xiumin estaba bajada. Por qué todos eran tan buenos con él? Esto le sabía mal. Era extraño. Se sentía como estúpido.
-LuHan hyung es realmente bueno con los dulces! Pero deberías probar el bubble tea que Lay Hyung hace. Es un poco malo con el café, pero realmente se le da bien preparar bebidas dulces. – Sehun tuvo una sonrisa quizá algo malvada.
Tao se rio mucho ante el comentario del mesero, asintiendo. – Lay nunca aprende. SuHo acabará despidiéndole. – Y miró a Minseok, con una sonrisita. – Pero su bubble tea es muy bueno!
Minseok tenía su mirada baja de nuevo. Esto era demasiado para él. Si ni siquiera le conocían… Pero de alguna forma, se sentía como aceptado. Aceptado en qué? Si es que…
Los ojitos de gato del mayor fueron hacia el plato. “Baozi” y un mini corazón. Sus mejillas se sonrojaron levemente, y una sensación de calor recorrió su cuerpo.
– Que no me llames baozi!! – Se escuchó por toda la pastelería.
-BAOZI!