Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi acosador personal. por MA-D

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

Minseok tardó unos segundos en darse cuenta de la situación en la que se encontraban. Era vergonzoso, demasiado. Dio unos pasos atrás, chocando con la mesa del comedor, haciéndose daño. 

 

Qué hago? Por qué hago estas cosas? LuHan es un desconocido. Un completo desconocido. No le conozco. Él no me conoce tampoco. Esas confianzas las debo eliminar. Esto está siendo enfermizo. No debo confiar en él. Quizá esconda algo. Todos escondemos cosas. Y yo jamás de los jamases permitiré que alguien me dañe.  Es fácil dejarse llevar por las situaciones. Nunca he experimentado este tipo de situaciones, pero no significa que me tenga que dejar llevar. No lo haré.

 

 

Y tras regañarse a sí mismo salió de sus pensamientos, viendo muy cerca de él a un LuHan preocupado. Era una cara de preocupación sincera, que ni siquiera trataba de esconder.

 

-Te diste fuerte? Lo siento. – El ciervo extendió su mano para acariciarle la cabeza a Minseok, pero fue la mano de este que bruscamente le alejó.

-No me gusta esto! Tú… qué quieres de mí? Por qué me ayudas? Por qué esa obsesión? No tienes ni idea de quién soy! Y si soy un asesino? Y si huyo de la ley o algo así?  Y si tú eres un violador que solo juega con su presa? No nos conocemos! – La respiración acelerada de Minseok se fue entrecortando al ver como LuHan se acercaba paso a paso pequeño más cerca de él. – Baozi esto, Baozi lo otro! Me estás involucrando en tu mundo y ni siquiera sé si quiero que me involucres en tu mundo! Y encima lo haces sin pedir nada a cambio! Yo tampoco soy gay! Y por eso esta situación se me hace jodidamente extraña…! Y deja de acercarte! – Pero cuando gritó eso, Luhan ya estaba lo suficientemente cerca como para abrazarle.

-Soy LuHan. Tengo 21 años. Trabajo en una pastelería con mis amigos. Es la pastelería que ellos abrieron juntos, y pronto se expandirá, porque hay muchos clientes. Estoy muy feliz por eso, porque son como mi familia. Vivo en este piso un año, antes vivía con los chicos, con SeHun, el mesero rubio, y con Lay, el chico alto y guapo. Vivíamos todos juntos, pero en ese cuarto vivía con ellos dos. Yo realmente llegué tarde, y ellos me acogieron y dieron trabajo. Y cuando ahorré lo suficiente decidí independizarme. Porque te creas o no a mí no me gusta compartir cuarto con nadie. – LuHan dejó de hablar, lo había dicho todo de golpe…

Los ojos de Minseok estaban muy abiertos, no sabía si por el abrazo o por esa historia, se daba cuenta de que intentaba contarle más de su vida…Y eso a Minseok le gustó, le llegó. 

-Pero por qué yo…? –                                   

-Porque cuando yo vine a Korea, también estaba solo, sin saber qué hacer o a donde ir. Y si no fuese por ellos yo también me hubiese tentado a prostituirme o algo así. – Omitió decir que había llegado a hacerlo. Lo omitió porque así era mejor. – Y fueron ellos los que me dieron hogar y trabajo, sin reprocharlo siquiera! Fueron tan buenos! Y me trataron como su hermano sin que yo pudiera devolverles nada! Y tú, te ves como mi primo. Me recuerdas a él.  No te pediré nada… - Soy estúpido.

Minseok no sabía si sentirse tranquilizado por eso de “Te ves como mi primo” o si sentirse mal.  Yo no soy gay! Se repitió en su mente. Ahí se separó de LuHan, y LuHan de él. 

-Gracias por esto. – Xiumin bajó su cabeza, dando un suspirito.  – Realmente cuando encuentre trabajo te pagaré todas las molestias.  De verdad. –

Y LuHan rio, negando. – Que tierno eres! – Y acarició su cabeza. – No hace falta nada de eso! – Se separó para ver la carne. Estaba negra, olía fatal.

La cara del más alto ahora era graciosísima, juraba lloraría al ver su preciada carne tan mal. Ya no  era comestible. Se culpó mil veces, mirando hacia abajo…

-Oh. Esa carne ya no… -

-Yaaa… - Fue voz infantil con la que LuHan hablaba. Minseok rio por tal comportamiento del ciervo. – Baozii, no te rías! Ahora cocinarás tú! –

-Esperaba que dijeses esto. – Minseok volvió a reír. –Enséñame donde tienes todo, Lulu. –

-Lulu? – La cara de LuHan se coloró un poco. Le había puesto un apodo?

-Si me llamas Baozi, te llamaré Lulu. –

-Lulu suena tan bien!! – Suena tan bien desde tu boca

 

Ambos estuvieron un rato cocinando, LuHan pasándole la comida a Xiumin, Xiumin cortando y friendo y cocinando…

Ahora que lo pensaba Minseok, cómo era que LuHan se le daba tan mal cocinar si era pastelero y le salía tan bien hacer postres? Que extraño eres…

Media hora después ambos estaban sentados en la mesa, comiendo en silencio, disfrutando del sabor de la comida de Minseok. LuHan hacía años que no probaba algo casero tan rico, le sabía a amor. Sí, si Baozi lo había cocinado, era perfecto.

Terminaron de comer y fue Minseok quien recogió los platos y se puso a lavar, a pesar de que LuHan le dijera que no hacía falta. Minseok odiaba ver lleno el lavabo, lo odiaba tanto…

-Si yo vivo aquí también, habrá que poner reglas. No quiero que haya platos sucios acumulados, e intenta meter la ropa en la cesta. Cuando te laves los dientes y se cae la pasta de dientes, lava el lavabo! Y hay que quitar el polvo. Hay que lavar todo todo! A saber desde hace cuando que no haces limpieza al lugar… - Hablaba Minseok, mientras fregaba los platos.

La cara de LuHan no tenía perdida. Estaba demasiado sorprendido por las palabras del pequeño. Juraría que le recordaba a una madre enfadada que te obliga a que mantengas todo limpio o si no te castigará sin ordenador o algo así. Una madre refunfuñona con un pedazo de trasero… Pensó LuHan,  y se asesinó a sí mismo 800 veces por haberse quedado mirándole esa parte del Baozi. Se dio un pequeño bofetón, suspirando muchas veces…

-Te estás acostumbrando bien a todo, Baozi. – Ahora la voz del ciervo era cálida,  estaba feliz porque Xiumin hubiese aceptado al fin a vivir con él. – Quiero ser tu amigo, Xiumin.

Minseok dejó de lavar los platos de golpe, mirando al frente, con una mirada fría. Temía a que LuHan dijese algo así, y lo había dicho. Pensó que sería mejor ignorarle. Una de las reglas de Minseok era no tener amigos y no confiar en nadie.

LuHan se dio cuenta, quizá había asustado al Baozi. Pero él realmente no dijo nada malo. No tenía de malo querer ser su amigo… -Me da igual si eres un asesino o un ladrón. No creo que lo seas, alguien tan tierno no podría ser capaz de dañar a nadie. –

Xiumin prosiguió a fregar los platos. En serio, ese LuHan es tonto. Es torpe y tonto. Y Minseok de nuevo pensó en la personalidad de LuHan. LuHan seguro era de esos que eran estafados por las calles “Ayuda a tal empresa, dona para los niños hambrientos…” Pero eso hacía a LuHan tierno y único.

Cuando el Baozi acabó de lavar se giró, con una sonrisa única, mirando a LuHan, que mostró expresión de sorpresa. –Gracias por todo, Lulu.

La cara de LuHan se puso rojísima, asintiendo ante los encantos del bajito. Se le formó una sonrisa a él también, su típica sonrisa extraña y fea, que realmente era preciosa, porque hacía que LuHan brillase.

En serio me tomas por tu primo y te pones rojísimo? En serio LuHan, que torpe eres.

-Bueno, yo iré al cuarto a dormir. – Minseok se dirigió al cuarto, ya sin cortarse. LuHan era un buen chico, y Xiumin le compensaría cuando encontrase trabajo, se lo prometió.

-Buenas noches, Baozi. –

 

Después de esa situación LuHan estaba agitado. Se fue al sofá, tumbándose, mientras soltaba ligeros suspiros. Él no sabía que hoy, este día que estaba por acabar, era el principio de algo que cambiaría su vida entera, su monotonía.

 

Cuando Minseok despertó miró hacia el techo. Este cuarto no era el cuarto en el que había dormido ayer. En este cuarto sentía libertad.

Se puso de pie animado, sonriendo mucho. Empezaría compensando todo lo que LuHan hacía por él. Caminó al baño, para asearse.  Supuso que Lulu estaría en el trabajo ya, porque no había ningún ruido, y al parecer ya eran las 12. 

Encendió la tele, poniendo cualquier canal de música, subiendo el volumen. No quería ensuciar la ropa de LuHan a la hora de limpiar, por eso cogió la ropa que se había cambiado anoche.

Las siguientes horas fueron divertidas para Minseok, aunque quizá para otros se tratase de algo aburrido, para Minseok limpiar era divertido  y muy necesario. Se había asegurado de que cada rincón estuviese completamente reluciente, sin ni una pizca de polvo. Ordenó los platos por tipos, lavándolos todos antes. La estantería con todas esas figuritas la ordenó también. Le sorprendía que tuviera tantas figuritas, era tierno LuHan, como un niño. Planchó toda la ropa del tendero, poniendo la sucia a lavar y colgándola luego al tendero ya vacío. Se había tentado en ordenar el armario del ciervo, pero quizá era pasarse, así que no lo hizo. En la estantería ordenó los libros también, limpió el sofá, y de paso hizo el almuerzo. No se hizo nada costoso, sino lo necesario para vivir.

 

Fue después de comer que se escuchó el timbre. Minseok se puso nerviosísimo. Debía ir a abrir? De verdad que no sabía. Paranoias de nuevo “Y si es su novia? Y si son sus padres y me ven a mi aquí? Y si es la del alquiler  y le regaña porque otro vive aquí?” Pero esos pensamientos fueron interrumpidos al escuchar voces familiares.

-Hyung! – Y otras llamadas.

Minseok tuvo una leve sonrisita, acercándose a la puerta y abriendo sin pensárselo dos veces.

-Hyuuung! – Y fue un abrazo el que recibió, por parte de Tao. A su lado estaba Kris, que rápidamente separó a Tao del abrazo. Minseok perplejo tampoco había correspondido. –Venimos a llevarte con LuHan gege!

Kris dio un suspiro, con esa expresión típica fría de él. – Pensamos que quizá te aburras solo, y como no tenemos nada que hacer, pensamos que te gustaría venir con nosotros a la pastelería. – Ahí Kris tuvo una sonrisa, sí, una sonrisa algo “cool”

Minseok asintió, sonriendo. Pero al ver la ropa que llevaba, se puso nervioso. – Vengo en 5 minutos. -  Y no sabía por qué se había puesto tan contento al escuchar que irían donde Luhan.

Se puso la ropa que le había prestado el ciervo ayer, y sus deportivas negras. Se arregló el pelo, poniéndose algo de gomina que LuHan tenía para darle alguna forma. Ahí salió, mirando a los chicos, que estaban muy sorprendidos viendo todo el piso.

-Nunca habíamos visto la casa de Luhan tan limpia! Fuiste tú, Hyung? –Tao parecía realmente sorprendido. A Minseok Tao le parecía también de ese tipo de personas que brillaba, pero el brillo de Tao era un brillo más caluroso,  el brillo de LuHan era un brillo puro, blanco, el de Tao era más un brillo anaranjado.

-No veas la de mierda que tenía. Creo que nunca había limpiado su casa. – Y Minseok rio.

-Es LuHan, él no limpia. No es su estilo. – Kris tuvo una mueca de lado, después recibió un golpe por parte de Tao.

-Tu estilo tampoco era limpiar, pero mírate ahora! – Y Tao caminó hacia afuera. Ambos habían reconocido la ropa de LuHan que llevaba Minseok, pero decidieron no comentar nada.

Xiumin solo sonrió. Realmente esos dos parecían una pareja feliz, aunque quizá malinterpretaba y solo eran muy cercanos.

Mientras caminaban por la calle fue Minseok el que se atrevió a preguntar qué exactamente eran ellos dos, porque su curiosidad ya le picaba, y aunque sabía que no se debía entrometer en eso…

-No trabajáis, chicos? – Preguntó, con tono inocente.

Tao y Kris se miraron, con una mueca. “Trabajamos de noche” Fue lo que respondieron, dejando a un Minseok más confuso de lo que estaba antes. Eran prostitutos? O qué eran? Que cosas tenía la vida…

El hecho de que Minseok mencionase tanto la palabra “prostituto” o lo relacionado con ella quizá era un problema, pero él no se daba cuenta. Quizás su realidad o su forma de ver el mundo fuese un poco enfermiza, algo que se podría deber a su falta de conocimiento de “vivir”

No tardaron mucho en llegar a la cafetería. Kai estaba atendiendo unas clientas, cerca de la ventana y pudo ver antes a Xiumin. – Ya viene.-  Le dijo a Sehun, que asintió.

-Ya viene, Hyung. – Dijo ahora a Lay, acercándose.

Lay soltó una risa, esto era de niños. Se asomó a la ventanilla, buscando con la mirada a LuHan. LuHan estaba ahí, haciendo las malditas tartas que tanto odiaba. SuHo se había tomado a pecho eso de que hiciera las tartas esas. Es que LuHan odiaba el limón en las tartas, le daba nauseas. No podía con eso. Quizá fue porque de pequeño le tiraron un pie de limón y se le incrustó en la nariz la nata, y olía demasiado  a limón, haciendo que vomitase. Simplemente lo odiaba, demasiado.

-Ha llegado tu Baozi. – Lay avisó, y la mirada de concentración de LuHan se borró por una de felicidad, con una sonrisa amorfa característica de él…

-BAOZIII. –

Justo a tiempo, justo Minseok entraba cuando fue recibido con ese grito. 

Tiene un radar acaso? Es quizás más peligroso que mis padres…Maldito obsesionado…acosador…

SuHo ya no decía nada, quizá se acostumbró a que LuHan actuase así. Pero hoy había muchísima clientela. Últimamente demasiada. Si todo iba bien, a final del mes podrían comenzar con la expansión de la pastelería, porque podrían reformar el piso de arriba…

 Chanyeol regresaba con su moto. Iba a coger el siguiente pedido e irse de nuevo. Era el repartidor del lugar, sí.  Y sorprendentemente, había mucha gente que pedía dulces a casa, o cafés. SuHo se había planteado hacer cosas saladas también después de la expansión, pero debería encontrar otro chef, o rogarle a Chen.

-Hola, Lulu. – Xiumin le miraba de forma neutra, haciendo que el más alto tuviera un puchero.

-Has comido algo? Dormiste bien? Baozi no me mires así con esa carita… - LuHan de nuevo hizo un puchero. Su sonrisa después se formó, inevitablemente.

-Sí, sí, sí… - Minseok le sacó un poco la lengua. Era LuHan una especie de madre rara? Claro, me ve como su hermano.

-Anda, Baozi. Luego de que acabe el trabajo iremos a comprarte ropa. – LuHan le señaló, con una risilla.

La cara de Minseok se tornó roja, de la vergüenza. Porque llevaba la maldita ropa de LuHan y moría de vergüenza…   El ciervo notó eso. Se rio, poniendo su mano encima del hombro de Baozi. – Te gustaron los donuts o la tarta? Pide lo que quieras, te lo haré. –

Tao y Kris se acercaron, Tao tuvo una mueca. – Mmm…yo quiero una tarta de fresa con…

-Vosotros no. – LuHan tuvo una sonrisa enferma, casi enviándoles a sentarse y dejarlo a solas con Minseok. LuHan no sabía por qué trataba tan bien a ese pequeño. Será porque era pequeño y de verdad le recordaba a su primo, o será porque quería cuidarlo y que no pasase por el mismo infierno por el que él pasó.

-LuHan no hace falta… - Xiumin bajó la mirada, se sentía ahora mal. – Ya mucho haces por mí… -  Y su voz al hablar era dolida, quizá porque su orgullo estaba dañado, o porque sentía que abusaba de Lulu.

-Descuida! A mí me gusta. Mira que mono eres! Será un espectáculo vestirte o verte comer mis tartas.. – Cogió sus cachetes, estrujándolos, de forma graciosa. – Bonito Baozi, mírate, mírate! Tantas mejillas no son normales! Que bonito! Baozi..

Minseok dejó de escuchar en el primer Baozi, porque sabía que LuHan le estaba mimando cual perro.  –Esa tarta de café. – Fue lo que dijo, para interrumpir el momento de “avergüenza a Xiumin delante de todo el mundo” porque sí, todos los clientes les miraban, y Sehun y Kai, junto con Kris y Tao, sobre todo Lay, sabían que no era típico de LuHan ese comportamiento. LuHan nunca se acercaría así a nadie. Lo sabían ellos, que LuHan si no era perseguido, no iba. O si no le insistían, no aceptaba. LuHan era cerrado, LuHan no era de hacer amigos…  Baozi era la excepción.

-Ahora mismo te la traen. La hice esta mañana.  -  Y LuHan se separó la mano del hombro de él, dando un suspirito.  Fue SuHo el que le gritó un “Vuelve a tu maldito trabajo!” que le hizo retroceder  y meterse a hacer la tarta horrible de limón…

KyungSoo miró hacia su amigo, o su maestro, porque él aprendía mucho de LuHan, KyungSoo normalmente no tenía ni idea de dulces. – Que relación tienes con Xiumin Hyung, Luhan? – Preguntó, mirándole confuso. – Tú no sueles actuar así con nadie. Acaso te gusta?

 

Fue una respuesta auto reflejo, ni se lo planteó, solo lo soltó. –Sí.

Y se quedó sorprendido por su propia respuesta, riendo de lo torpe. KyungSoo recordaba la de veces que LuHan le echaba indirectas de que no estuviesen tan cerca él y Kai, y ahora salía con esto? – Me recuerda a mi primo, me gusta como un hermano pequeño. – Se intentó auto convencer a sí mismo, y luego a D.O..

-Ah. Ya veo. – Sin duda era un tono de “no me lo creo” el que empleó el bajito, pero tampoco profundizaría más.

LuHan sonrió, porque le encantaba pensar que el Baozi estaba cerca, se animaba, lucía, brillaba.

 

Minseok estaba por sentarse, pero fue SuHo el que le paró, mirándole con una sonrisa. – Veo que te llevas bien con LuHan. Me dijo que buscabas un trabajo.  – Fueron los ojos de Minseok los que se abrieron mucho. Este asintió. – A partir del siguiente mes buscaré empleados. Si puedes esperar esa semana y media…

 

La sorpresa de Minseok fue notoria. Cómo? Trabajar en este lugar con Lulu? Le estaría acosando todo el rato. Debía? Además, en qué trabajaría? A Minseok pocas cosas se le daban bien realmente, o eso era lo que él pensaba. Tampoco tuvo tiempo de preguntar todo eso, porque SuHo se fue sin esperar respuesta, porque había venido una oleada de clientes.

 

¿Qué debo hacer?

 

Notas finales:

Gracias por leer.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).