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Mi acosador personal. por MA-D

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Para Minseok la siguiente semana fue ocupada. Se había ofrecido a ayudar en la preparación del piso de arriba, y SuHo lo agradeció mucho. Quizá era lo único con lo que podía compensar todas las cosas que hicieron por él, y que harán.  Además, no era por ser masoca, es que a Minseok le gustaba limpiar y poner en orden todo, le tranquilizaba.  Kris y Tao también iban a ayudar. Minseok cada vez se preguntaba “¿Es que no se separan?” Claro que no le molestaba, vamos, qué razón tendría de molestarse. Los chicos parecían totalmente normales.

 

En el piso de arriba había una zona de baile, y otra en la que se encontrarían los sofás y sillones. También habría mesas de madera, en las que la gente podría comer si quisiera.

 

Minseok esa semana también le había dado algunos consejos a Lay, de cómo hacer un buen café. No es que el Baozi no se esperara que Lay aprendiese tan rápido, es solo que le sorprendía su capacidad de adaptación. Con esos pocos consejos, Lay hacía ya un café totalmente decente.

 

Los chicos se habían tomado el cambio de Minseok bien, el mayor fue halagado muchas veces,  y no solo por los chicos, sino por las clientas, especialmente algunas amigas de SeHun. Después de unos días ellas no le volvieron a dirigir la mirada. Quizás la causa de eso fuese un ciervo que las esperó a la salida con una cara de pocos amigos, amenazando sutilmente. Quizás había empleado frases como “Él no busca novia” o frases como “Está malditamente cogido. Lejos de él” Y LuHan se daba cuenta de su comportamiento, pero no le importaba ir de persona en persona, echando a todos y a cada uno de los valientes que se acercaban a SU BAOZI.

 

No, aparte de eso, LuHan era solo sonrisas. Porque podía ver prácticamente todo el día a Minseok. Y le había propuesto  a SuHo que movieran a Lay arriba, en el bar, y que Minseok quedara abajo, ya que se le daba mejor hacer café. Después de hablarlo todos, decidieron que lo que harían no sería quitar a Lay, sino añadir a Minseok. Y como el bar solo abriría de tarde/noche, era perfecto.

 

Era fin de semana y LuHan había decidido ir a comprar ropa. Si el Baozi se compraba ropa sexy, él también se compraría. Y quizá era momento de dar un cambio de look.  Había pensado en teñirse de marrón, pero no le gustó la idea. Él quería destacar para llamarle la atención a Minseok. Sí, la triste realidad. Quería desesperadamente llamarle la atención al Baozi. Sabía que el rubio le quedaba genial, pero no podía. Sería un suicidio.

 

Ese día Minseok también estaba en la cafetería, y ya le estresaba el hecho de dejarle solo con tanta gente…Al menos confiaría en sus cercanos, en Lay, en Sehun, en D.O, en Tao. Sí, confiaría en ellos. Había pedido a Kris que le acompañase, y aunque le dijera “No es mi estilo” le acabó insistiendo y convenciendo.

 

 

LuHan no tardó tanto en comprar todo. LuHan era de esos que odiaban ir de compras. Solo iba por diversión, no para comprar cosas. Además de que se encontraba a final de mes, y LuHan siempre a final de mes estaba ajustado de dinero. Tuvo que pedir avanzado a SuHo, que claro, le dio.

 

Después de unas horas de compras y de estar en la peluquería, se dirigió a la cafetería. Llevaba unas gafas que le hacían ver muy mono. El peluquero le había propuesto teñirle de rosa, pero como LuHan es muy macho (a pesar de que 20% del total de sus pertenencias sean rosas) se negó. Había optado por un marrón anaranjado muy natural, y se había cortado algo por los lados el pelo. Ahora lucía más sexy, quizá más joven.

 

Fue un verdadero espectáculo cuando LuHan se adentró en la cafetería, con un Kris parecido a padre orgulloso, sonriendo y asintiendo.

Los clientes, ya no divididos chicos y chicas, todos, se le quedaron mirando. LuHan no tenía músculos, pero su piel blanca y esos finos brazos se veían impecables en su camiseta de tirantes. Y su marcada clavícula destacaba más de lo normal. Claro que hacía calor últimamente (se acercaba el verano) pero quizás él se aguantaba un poco el frío, solo para mostrar cacho y seducir al bollo. Lo que sí estaba claro era que LuHan no quería llamar la atención a nadie que no fuera su BAOZI, pero precisamente era el Baozi al que no estaba viendo.

Se acercó a SeHun y Kai, que le estaban medio ignorando porque había muchos clientes y debían atenderlos.. – Oye, habéis visto a Xiumin?

 

SeHun le echó una miradita, de pies a cabeza. – Hola a ti también, Hyung. – Y caminó hacia la mesa para dejarle el pedido.

 

Kai negó, mirándole también de la misma forma, aunque menos dedicada que la forma con la que le miró SeHun. – Mira arriba si eso, Hyung.

 

No necesitó más información para comenzar a subir las escaleras hacia el segundo piso de forma desesperada.

 

Baozi… Baozi…

 

-Dónde está? –Fue un grito que soltó al ver solo a SuHo, Chen y Tao arreglando alguna que otra cosa. Aunque el grito más bien fue un “Duuunde ehtáaaa…” Desesperado, y a la vez infantil y gracioso.

 

 SuHo se rio en su cara, negando más veces. Era sorprendente que LuHan fuese el mayor de todos, bueno, ahora era MinSeok el mayor.

-Es muy bueno Xiumin para que le haya dado tan fuerte a LuHan con él, cierto? – Preguntó sonriente JongDae, a lo que Tao asintió muchas veces.

-Al principio es un poco frío, luego se suelta un poquito. – Hablaba ya Tao como un experto. Y para qué mentir, actualmente MinSeok pasaba más tiempo con Tao y Kris que con LuHan, y eso a LuHan le jodía. –Se fue a vuestra casa, gege. Dijo que pensaba hacer la cena.

 

Si esto fuese una novela, quizá se debería llamar “Persiguiendo al bollo” LuHan se estiró un poco, antes de comenzar a correr, ignorando el hecho de que tuviera unas 7 bolsas en sus manos, solo le importaba llegar rápido a casa. Y era una bestia, porque se chocaba con gente, sin evitarlo, pero luego paraba y pedía disculpas y volvía a correr, hasta de nuevo chocar y volver a hacer una reverencia. Cualquiera que lo viese se empezaría a descojonar de su actuación tan torpe y tierna, pero gracias a eso llegó justo a tiempo.

 

Abrió de golpe la puerta. Lo primero que percibieron sus fosas nasales fue un olor sabroso de algo que desconocía, o quizás lo conocía pero jamás con tal olor exquisito…  Dejó por ahí las bolsas, como siempre, tirándolas al sofá, sin gran importancia. Al entrar en la cocina vio al bollo ahí, con una camiseta que se había remangado hasta los hombros, de nuevo dejando ver sus perfectos brazos, con unos shorts ajustados negros que le marcaban todo, lo justo y más, las pantuflas que LuHan le había regalado 4 días de su llegada (pantuflas de ardillas muy tiernas) y SU delantal, rosa con ovejitas. Benditas ovejas.

 

En estos momentos se sentía estúpido. Era él el que debía seducir al bollo, pero el bollo le acababa de hacer un knock-out con tal solo verle la parte trasera…

 

 

 

MinSeok había decidido volver temprano hoy, para limpiar la casa y de paso hacer algo de cenar. Sí que la pasaba muy bien con los chicos en la pastelería, y además ayudaba, y aprendía cosas nuevas, pero además quería ayudarle a LuHan en el cuidado de la casa. Sí, porque si no fuera yo, estaríamos llenos de mugre.

 

Había dedicado dos horas a hacer lo básico, barrer y fregar, quitar el polvo, hacer la cama y el sofá donde dormía LuHan, limpiar las ventanas, tender la ropa, poner otra lavadora… Y sí, ya tenía la ropa que se compró en el armario.  Por la mente le había pasado que quizá con LuHan se veían como una pareja, por como compartían todo. Todo menos la cama. Pero MinSeok no se daba cuenta de la forma con la que lo miraba el ciervo. Quizás porque lo daba por imposible. Quizás porque no quería pensar en ello y complicar así las cosas.

 

Oyó como se abría la puerta y bolsas eran arrojadas al sofá. Tengo que educarte de nuevo? Se gritó en la mente, porque siempre, siempre de verdad que intentaba hacerle buenos hábitos a LuHan, pero era como un niño pequeño que solo te contestaba “Sí, sí” y al día siguiente volvía a hacer lo mismo…

 

Cuando sintió la presencia detrás de él se giró, no iba a aguantarse más regañarle. – Hay formas y formas de dejar las bolsas en… - Los ojos de Xiumin le jugaron una mala pasada, recorrieron el cuerpo de LuHan de pies a cabeza, y juraría que se había puesto rojo como un tomate. Era legal ser tan…? Tan…

 

-Hm? – LuHan se acercó unos pasos más cerca, jugaría. Y jugaría bien. Pero Minseok se echó unos pasos hacia atrás, confuso, avergonzado, muerto.

 

La mano del más alto fue al pecho de Minseok, acariciando un poco, y cogiendo el delantal. Se podía ver claramente como exhalaba e inhalaba el más bajo, con la mirada bajada, algo sumisa quizás.

 

-No es mío este delantal? – Y tiró del delantal, pegando a Minseok a su cuerpo.

 

Y ese cambio? No sabía que Lulu se podía ver tan bien en ese tipo de ropa… Aunque ahora que lo pienso, ese tipo de camisetas de tirantes deberían estar especialmente hechas para él… Que color de pelo tan… Por qué con gafas…? Qué me pasa…? Parezco una fangirl…

 

-Quieto, quieto, quieto! Que me vas a hacer? – Minseok al fin tomó valor para hablar, aunque su voz había salido algo temblorosa. Sentir a LuHan tan cerca le desconcertaba, le provocaba sensaciones contrarias.

 

-Es mí delantal, Baozi. Te lo tengo que arrancar acaso? –

La respiración de ambos era acelerada. Minseok había olvidado todo sobe lo que cocinaba, y LuHan había olvidado el hecho de que MinSeok era un hombre. Le daba igual ahora mismo. No, le daba igual  y le daría igual mañana, pasado, o en 50 años, ahora mismo.

 

-B-bueno pero no había otro y yo cogí este.  No lo he manchado mucho de cualquier forma… - Tomó aire para tranquilizarse, porque sentir la delantera de LuHan era excitante. Sentir su pelvis contra la de él también era excitante. Y más lo era que pasase así los brazos por su espalda, aunque sabía que era para deshacerse del nudo del delantal, lentamente lo estaba matando.

Ahora te das cuenta, Baozi? Estoy flirteando…

LuHan hacía todo con sumo cuidado, aunque sin dejar de estar pegado a su bollo. Mantenían el contacto visual, pero de vez en cuando la mirada del uno se desviaba a los labios del otro, y viceversa.

-No digas nada, Baozi.  Fuiste un bollo malo. Odio compartir mi delantal con otros.  – Susurró LuHan, muy cerca de la oreja del más bajo. Los brazos de Minseok fallaban, no podía hacer fuerza para empujarle, y sus piernas ni las sentía, estaba como una estatua, sin poder moverse.  Y de repente le vino a mente que quizá LuHan sí era muy masculino, al menos si actuaba así…

 

Le costaba no ponerse duro.  Le costaba y estaba a punto de no aguantarlo. Se mordía los labios constantemente, y LuHan disfrutaba tanto…Pero le cabreaba tanto a Minseok… Solo que sentía que si se alejaba (no es como si pudiera, pero si pudiera…) perdería el juego. Porque este era un claro jueguito por parte del ciervo.

 

-Oh. – LuHan al fin deshizo el nudo de la espalda, yendo al del cuello… Posó sus brazos en los hombros de Xiumin, sin dejar de mirarle. Le admiraba, le comía con la mirada, le deseaba, pero no lo haría.

 

El nudo de arriba se deshizo más rápido, y con él, se deshizo la parálisis del bollo.

 

-Eres estúpido LuHan! Quién te crees? Vienes tan de repente y te me pegas  así! Tu cara de niña me desconcentra! Por un momento pensé que eras mujer! Casi me da algo! – Excusa tras excusa, para que un Minseok enfadado y refunfuñón saliese de la zona de cocina y fuese al baño para lavarse la cara y bajarse los humos. Y más lo necesitó cuando oyó la risa egocéntrica de LuHan…

 

-Eres un alma débil, Baozi! Mucho “soy más fuerte que tú” pero luego te derrites entre mis brazos! Tan faltado de cariño estás? Increíble! – LuHan fue a una de las bolsas, sacando un delantal amarillo y blanco, con ardillitas. Era a juego con sus pantuflas.

 

 

-No soy ningún alma débil! Ya verás. – Ese Ya verás sería el que desembocaría futuros problemas, o quizás, futuros juegos…

Xiumin se vio al espejo. Se puso demasiado nervioso cuando se percató de lo rojo que estaba… De verdad estaba así delante de Lulu? No puede ser… Y volvió a echarse agua, como 10 veces, hasta que finalmente su cara se volvió un rojo más natural…

 

-Baozi, Baozi! Ven. Quiero que te pruebes esto! –Se escuchó a LuHan hablar, en la cocina. Sí, a veces LuHan tenía esas buenas ideas, como la idea de remover la comida para que no se quemase, o bajar la temperatura de la hoya para que no se hiciese tan rápido…

Minseok rodó los ojos. Debía actuar normal, LuHan solo se burlaba de él y debía ignorarlo.  Ya tendría él su momento para burlarse…

Se sorprendió quizá mucho al ver el delantal blanco y tan nuevo, con esas monas ardillas en él… Lo miró, luego a LuHan. Luego al delantal, y luego de nuevo a LuHan… Y LuHan sonreía, porque se daba cuenta de que la sonrisa de Xiumin era real,  y le ponía demasiado feliz que le gustase tanto…

Por un momento Minseok se olvidó de como jugó LuHan con él. Cogió el delantal, sonriendo.  Le había parecido demasiado mono.. – Es a juego con las pantuflas! – Medio gritó. Y LuHan asintió. Se acercó a él.

 

-Te ayudo a ponértelo? – Sonrió a su Baozi, y él le devolvió la sonrisa, asintiendo.

 

A pesar de que te veas tan masculino y tan maduro, Xiumin, eres como un niño pequeño cuando te lo propones…Un tierno niño pequeñito… Un Baozi.

 

Le puso el delantal de forma muy normal, esta vez no jugaría, porque no quería asustar al Baozi, y ya había conseguido lo que quería, saber que MinSeok no le era indiferente, y que LuHan no le era indiferente a MinSeok.

 

-Gracias, Lulu! Es muy bonito! – Xiumin se miró con el delantal, sonriendo. Le dio un puño amistoso en el hombro a LuHan, sin darse cuenta de que le había lastimado (LuHan es papel) pero el más alto disimuló muy bien, y no hubo problema…

 

 

Qué pasaría si te regalo algo más… mejor? Qué pasaría si te sorprendo con algo más a tu nivel, Baozi? Te pondrías más eufórico? Me gusta verte tan feliz… Eres tierno. Eres tierno, pero luego eres un sexy bollo… Me estás volviendo loco, Baozi… Rompes mis esquemas…

Yo no sé quién soy ya… Estoy cambiando. Pero, la verdad es que, cambiaré más aún, si es para tenerte cerca.

Notas finales:

LuHan

Gracias.


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