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Dulce calidez. por Milusa

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Notas del fanfic:

¡Aquí está la prometida Historia de Cancer con Capricornio!

Apodados los padres del Zodiaco.

Notas del capitulo:

Ojala disfruten esta tierna Historia.

La próxima historia será de Géminis y Sagitario.

Milusa.

Cáncer era el único o de los pocos del grupo que soportaba a Capricornio.
Y era porque él sabía cómo en  realidad era Capricornio.

El hijo de la Luna había visto una vez el niño que tenía capricornio dentro, el amor que necesitaba y la atención que requería.

Lo veía todos los días, cada vez que Capricornio iba a su casa con pasteles.
Cuando una vez comentó que le gustaban los pasteles, Capricornio le compraba todos los días.

 Y para que decir que Capricornio era asquerosamente rico, Mas que su rival, Leo.

Se mataba trabajando todos los días, para hacer una gran fortuna, acumular dinero era su Hobby.

Pero comprar pasteles para su tierno y risueño Cáncer se había convertido en una pasión.

Y ese día, un 24 de noviembre, cáncer esperaba impaciente a Capricornio, Veía los copos de nieve caer, y tuvo un feo presentimiento, en verdad estaba preocupado.

Al otro lado de la mesa, Estaba  escorpio, con un ordenador portátil, investigando, porque ese era su trabajo.

Sus afilados ojos miraron en una fracción de segundo a cáncer, Al enigmático Escorpión se le hacía muy fácil leer la cara de Cáncer, estaba preocupado.

—No te preocupes, Hierba mala nunca muere, dicen por ahí.

Cáncer fue sacado de sus pensamientos, para mirar con una tímida sonrisa a escorpio.

—Lo sé, pero.  .  . Ya debería estar por llegar ¿No crees? ¿Se habrá quedado por el camino? ¿Y si se quedó sin batería? ¿O si un asesino lo mató?

Escorpio rió con ganas, para pararse y darle un abrazo al apretujable Canceriano, ese pequeño a veces se preocupaba demasiado.

—Tranquilo, estará bien.

De repente, una persona entró a la casa, haciendo un pequeño rechino en la puerta de madera.

Era Capricornio.

Escorpio miró con una burlona sonrisa a Capricornio, mientras se despegaba del alegre cáncer.

Capricornio respiró profundamente, no debía de dejarse llevar por los impulsos como Aries, Todo tendría una explicación ¿PERO PORQUE CANCER ESTABA ABRAZANDO A ESCORPIO?

¿Y POR QUE ESA MALDITA SONRISA DE ESCORPIO?

 
Debía de practicar lo que aprendió en la clase de ira que todos los signos cogieron hace mucho, mucho tiempo.

Apretó la bolsa que tenía en la mano derecha, donde un Pastel de Tiramisu, el favorito de Cáncer, aguardaba.

— ¡Capricornio! Me tenías muy preocupado hombre.

Dijo cáncer para pararse de la silla y recibirlo con un afectuoso abrazo.

Capricornio al oler el aroma de cáncer, cerró  sus parpados por un momento, era delicioso.

Pero no correspondió a su abrazo, debía de castigar un poco a cáncer por dejarse tocar de otra persona que no fuera  El.

Cáncer se sorprendió un poco al no recibir respuesta  se despegó con una mirada algo confusa.

Escorpio miraba fijamente a Capricornio, Sabia lo que sentía, conocía a los suyos, cada vez que Leo abrazaba a Tauro y los encontraba así, sentía los mil demonios , pero era divertido ver la expresión de control en su rostro.

Escorpio Recogió sus cosas y su ordenador para musitar.

—Ya debo irme, mis deberes en casa me esperan, Ojala que el pastel este rico, nos vemos querido Cáncer.

Escorpio se despidió dándole un besito en la frente al tierno cáncer para salir como alma que lleva el diablo, Presentía que esos dos esa noche llegarían al siguiente escalón.
                               
                                            
                                                        
. . . 


Capricornio entró, quitándose la bufanda que llevaba puesta, puso las bolsas en la mesa y miró a Cáncer por un momento, quien estaba metido en la pequeña cocina lavando unos vasos y platos para servir el pastel.

Iré al baño, Ya regreso.

Dijo capricornio mientras caminaba por el corredor, frotándose las manos.

Cáncer vio que se iba y aprovechó para como un niño, ir a la mesa y coger la bufanda del hijo de Saturno, para olerla.

Su aroma era embriagante, fuerte, puro, seguro, como lo era Capricornio.

Olía Muy bien.

F
ortaleza, serenidad, eso tenía capricornio, cosa que calmaba las mareas del Canceriano, lo admitía, era un romántico empedernido.
Amaba a ese hombre, Tenía todo lo que necesitaba, seguridad,
Pero lo que no contó fue con ver a capricornio observándolo con una cara, que no sabía describir.

Lo primero que hizo, fue soltar la bufanda, que cayó al suelo.
Sus grisáceos ojos miraron con bastante vergüenza la cara de capricornio.
Sentía su cara arder, más que Troya.
¡Y eso era mucho joder!

Sentía como sus huesos se debilitaban y dijo.

— iré por los vasos, ve repartiendo por favor…
Su voz era temblorosa, débil, quería huir, ya no podría mirar nunca a Capricornio.

Capricornio lo vio irse y lo siguió, ya no aguantaría más, y no soportaba esto que guardaba desde hace 3 años.

Sabía que estaba mal hacerlo, pero lo haría, Le sacaría la verdad hoy.



                                          . . .

Mientras copos de nieve caían en el techo, un Cáncer muy nervioso se intentaba tranquilizar, había sido un gran idiota, Tan solo tenía que ser directo como Aries.

Solo me gustó el olor de esta bufanda’

y se habría ahorrado un problema.

Cuando escuchó el sonido de pasos, apretó la llave de agua.

Sus ojos se encontraban todavía entornados hacia abajo, No quería verse tan afectado.

Pero la fuerte y profunda voz de Capricornio lo sacó de sus pensamientos.

— ¿Por qué hiciste aquello?

Los ojos de cáncer se encontraron con los serenos ojos de capricornio, sus ojos eran tan oscuros, más que los de escorpio, dándole una apariencia sobria y calmada.

Cáncer se sobresaltó un poco y susurró.

—T-Tan solo me gustó el olor de la bufanda.

— ¿Y por qué corriste sin sentido alguno?

Cáncer cada vez se sentía acorralado, daba pasos para atrás, mientras capricornio avanzaba.

—Porque. . . estaba deseoso de comer el pastel que me trajiste.

 —Mientes.

En el rostro de Capricornio había una pequeña sonrisa, Una triunfadora.

Con un gran valor, raro en el, se armó de valentía y dijo.

—Te seré sincero Cáncer, tu. . . tú me haces que mi autocontrol valga muy poco, casi, casi pierdo el control cuando escorpio te abrazó. . .  y veo que no soy el único que se siente así ¿no?

Cáncer bajó la mirada, recordando que sintió unos celos peor que la furia de Hades, cuando Libra inocentemente abrazó a Capricornio, a SU capricornio.

Sus ojos se enfocaron en el presente, mirando con incertidumbre a Capricornio.

—Sí me conoces bien, Capricornio, ese día. . . me sentí muy mal. . .

— ¿Y sabes lo que se  le llama a eso?

—Celos. . .


Capricornio avanzó más, para abrazarlo, acurrucarlo, protegiéndole de lo que temiera Cáncer. 

Cáncer suspiró de placer, al sentir el delicioso olor de él más alto, de la calidez que le hacía falta esa noche.

—Te amo. 

Esas simples palabras hicieron temblar el cuerpo entero de cáncer, cerró los ojos, digiriendo bien las palabras.

—Quédate esta noche. 

Susurró cáncer al oído de Capricornio, a lo que este asintió para besarlo con 
suavidad.

Al sentir los finos labios de Capricornio, Cáncer supo que él era el indicado.

Al paso de unos segundos, Los besos se volvieron más intensos y más agresivos, Cáncer se sorprendía ante lo agresivo que podía ser Capricornio.

 

Capricornio de repente se despegó y miró con intensidad a Cáncer, ya no se aguantaba más, quería tenerlo solo para él.

 

Con suma suavidad, dijo.

 

— ¿Quieres ir a tu habitación?

 

Los poros del Hijo de la Luna temblaron ante esa invitación y aceptó, asintiéndole.

 

La gran mano de él Capricorniano sostenía la de Cáncer, dándole apoyo, seguridad, cosa que le faltaba al lunático.

 

Al llegar a la habitación, con un  pequeño empujón, logró que Cáncer cayera a las orillas de la cama, sintiendo como su corazón se aceleraba y sus manos sudaban.

 

Capricornio miró con Picardía a los ojos de Cáncer, para besarle la planta de los pies, mientras sus manos recorrían la piel desnuda de sus piernas.

Haciendo que Cáncer vibrara de placer.

Ese hombre lo estaba matando.

 

Con dedos temblorosos, Cáncer desabotonó sus pantalones, dándole más acceso a sus blanquecinos muslos.

 

Capricornio tiró con desprecio esa ropa, ya estorbaba, quería mas, más de la piel de ese hombre, quería verlo sudar bajo sus palmas, y eso haría.

 

Con delicadeza, empezó a besar los muslos del hombre, y pasar unos dedos por la pelvis de este, Castigándolo, haciendo estremecer y haciéndolo jadear.

 

Con maestría desabotonó la camisa que dejaba ver el blanquecino pecho del Canceriano, sus dedos vagaron hasta encontrar un pezón y acariciarlos como si de una perla delicada se tratara.

 

—Capricornio~, Mh~…

 

Al oír la lasciva voz de cáncer, la entrepierna de Capricornio dio un espasmo bastante tortuoso.

Con voz grave y profunda, el excitado capricornio, dijo.

— ¿Quieres más?

—Quiero más.

Esa simple afirmación hizo que la boca de Capricornio, besara el mentón redondeado de Cáncer y sus manos jugaran con sus pezones.
Su pierna se apoderó de la entrepierna del más bajo, para presionarla, haciendo estremecer el pequeño cuerpo del Hijo de la luna.

Una marca, Dos marcas, Tres marcas no fueron suficientes para saciar el deseo de atar y poseer a cáncer.

 Los chupones corrían por todo el pecho de Cáncer, Gritando que esta era la propiedad de Capricornio y de nadie más.

—Prepárate cáncer, porque no seré gentil contigo.

—Y no quiero que lo seas.

Con esas palabras, Capricornio tomó un pezón entre su boca  y empezó a succionar, a morder, y a deleitarse con los dulces gemidos de Cáncer.

Su entrepierna sobresalía de aquel pantalón de tela.
Quería fundirse en el, Poseerlo, tenerlo para él y solo para él.

—Lo voy a hacer, Cáncer. . .

Este lo miró con los ojos entrecerrados y con una pequeña lasciva sonrisa susurró.

—Hazlo, maldición.

Ya Capricornio no necesitaba más, con un movimiento, desnudó completamente a Cáncer, teniendo su ropa interior en sus manos, susurró.

—Creo que me llevaré esto a casa~b34;

—P-pervertido.
 
Los largos dedos de Capricornio, jugaban con los suaves y pequeños vellos púbicos de cáncer mientras lo besaba.
Uno de sus dedos tocó con  firmeza el glande de cáncer, haciéndolo estremecer, otro se unió, hasta que la mano entera subía y bajaba de aquel falo.


Los gemidos de cáncer se escuchaban en toda la habitación, Capricornio no aguantaría mas, ese dolor era insoportable, necesitaba estar dentro.

Con dos dedos, y su propia saliva, capricornio, empezó a masajear desde los testículos de cáncer hasta su estrecha entrada.

Otro espasmo se hizo presente en el cuerpo de cáncer, sacándole un suspiro a Capricornio.

Un dedo entró junto a un adolorido gemido, Otros dos más seguido, haciendo que cáncer se acostumbrara a un delicioso dolor.


Al ver que estaba debidamente lubricado, Capricornio Se desató la corbata y se bajó la cremallera del pantalón, dejando ver su grueso y carnoso falo, cosa que no pasó por alto a los ojos de Cáncer.

 —Tendré que llamar al trabajo mañana, Creo que no voy a poder ir.

Jadeó  capricornio mientras con lentitud se enterraba en la cálida entrada de Cáncer.

—Y porque yo no te dejare ir~.

Gimió Cáncer, sabiendo que esa noche no sería la única Ocasión que Capricornio tendría que llamar al trabajo, Para cancelarlo.

Notas finales:

Si os ha gustado Dejar un Comentario, es de gran ayuda.


Milusa.


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