Los primeros días de clase y ya se rumoreaba sobre nuevas patotas en los alrededores de la escuela, seguro ninguna iba a durar mucho, de eso se encargaba Kim Jae Joong
Ese tipito me molestaba de sobremanera, siempre buscaba un pretexto para pelear, aunque yo tampoco se lo ponía muy difícil, con solo una palabra era capaz de sacar la bestia dentro de mi. El año pasado casi nos matamos, es fuerte sí, y mucho, pero yo no me quedo atrás.
Paso un mes y medio de haber comenzado las clases antes de mi primer encuentro con “la patota de Jae”, era muy difícil de creer que un tipito así sea tan fuerte.
De cabellos lacios y oscuros como la noche, de tez pálida, ojos penetrantes y labios gruesos como los de una mujer, parecía una muñequita de porcelana, pero de fino no tenía nada.
Sentí pasos detrás de mí pero los ignoré, ya era tarde y me dirigía con prisa a mi casa, se me había acabado la batería del celular y no había podido comunicarme antes.
En realidad lo había olvidado, es que estaba muy concentrado repasando una lección que debía dar al día siguiente, y el tiempo voló.
Luego escuche una carcajada-se había tardado-pensé.
-Yunni, ¿cómo estás?-me dijo Jae, mientras dos chicos se paraban frente a mi,
impidiéndome el paso.
-Oh, Jae, creí que seguías en el hospital-dije volteándome y sonriendo.
-Por unos arañazos no te dejan en el hospital nenito, y mas respeto es Jae Hyung para vos-respondió, sabia que esto iba a terminar a los golpes me guste o no, asíque, ¿por qué esperar?
-OK, ¡Hyung cara de marica!- le grité arrojando mi bolso y saltando sobre él haciéndolo caer al suelo conmigo encima.
-¡Imbécil!-gritó.
Entre golpe y golpe escuchaba como los otros lo alentaban, siempre había sido así, si peleabas con Jae era sólo con Jae, nunca dejó que otros le ayudaran en una pelea “uno a uno”.
Hasta que unos gritos nos interrumpieron.
-¡Ayúdenme! ¡Ayúdenme!-gritaba una mujer desesperada.
-¡Vamos!-les dijo Jae a los otros dos chicos y corrieron en dirección a los gritos.
Tome mi mochila del suelo e iba a marcharme, pero la curiosidad me gano, no pude evitarlo, corrí detrás de ellos para ver que ocurría.
Cruce la calle y vi una luz, sentí un dolor en mi costado, un golpe contra el asfalto y voces…
Cuando abrí los ojos me dí cuenta donde estaba.
-¡Genial!-grite y sentí que alguien a mi lado se sobresaltó.
-Despertaste, ¿estás bien? –me preguntó un chico sentado en una silla junto a mi.
-S-sí-respondí algo sorprendido, notando que no me miraba a mí, su mirada parecía perdida.
Luego noté que él traía una bata también, seguro estaba en la cama de junto.
Si Yunho, estúpido Yunho, estas en el hospital, ahora entiendo eso de que la curiosidad mató al gato.
Recorrí la habitación con mi vista, del otro lado de mi cama había otra silla, y en ella la campera y el bolso de mi padre.
-¿Pero donde esta?-dije en vos alta.
-Fueron a tomar café-me respondió el chico.
-Y…hummm... ¿qué te pasó?-le pregunte.
-Es gracioso ¿sabes?, ayer me dieron de alta y hoy estoy aquí de nuevo-dijo sonriendo sin mirarme, nunca había visto una sonrisa tan triste.
-Pero…-y no pude terminar de hablar, abrieron la puerta y entro mi padre junto a dos mujeres muy hermosas.
-¡Bebe! ¿Por qué te levantaste?-dijo la mayor de ellas.
-¿Bebe?-le pregunte al chico, y pude ver una sonrisa de vergüenza muy linda en su rostro.
-No repitas-me dijo.
-Hijo, ¿cómo estás? ¿Te sentís mejor?, no sabes el susto que me diste-dijo mi padre sentándose junto a mi y posando un de sus manos en mi cabeza.
-Pero…yo no se exactamente que paso-respondí.
-¿Qué pasó?, pasó que cruzaste la calle sin mirar y te arroyó un auto. ¿Por qué estabas tan tarde fuera y con el celular apagado?
-Es que repasaba para una lección que tenia que dar, el celular se quedo sin baterías y cuando…-mejor no le digo lo de Jae o le da un ataque-ya no importa-dije fingiendo cansancio.
-Bueno, por suerte solo tienes un golpe en el costado, y uno que otro golpecito, supongo que por la caída-si una caída llamada Jae joong, pensé- nada grave, el auto iba despacio, creo que te darán de alta pronto. Aun así…-un grito llamo nuestra atención.
-¡No!, ¡no quiero!-grito el chico de la otra cama.
-Pero Minni, bebe, necesitamos seguir con el tratamiento, después de lo de anoche creí que quizás el progreso había desaparecido pero el doctor dice que…
-¡Quiero que se vayan! ¡Déjenme descansar!-grito el chico haciendo que la mujer comenzara a llorar, pero en silencio, la mas joven se retiro sin decir nada, casi escapando de la escena ocurrida.
-Bebé-dijo la mujer casi en un susurro, y salió de la habitación.
-Quiero dormir papá-dije rápido, esperando que hiciera lo mismo que las mujeres.
-B-Bueno, yo me voy a trabajar, vuelvo mas tarde-me dio un beso en la mejilla y se fue.
No dije nada, me limite a mirarlo, a ver bien su rostro, se había sentado en la cama mirando algún punto de la habitación, sin emitir ningún sonido.
Su rostro era muy bello-lindas facciones-pensé, cabello marrón medio largo, mirada perdida, un rostro muy angelical, de piel morena, labios no muy gruesos, nariz perfecta.
-Hermoso-dije.
-¿El qué?- respondió. Me sorprendí, no me había dado cuenta que había hablado en voz alta, de nuevo.
-Hummm...bueno, yo vi…-no sabía que decir.
-¿Qué? ¿Hay tele en la habitación?-preguntó.
-¿Qué?, Claro que no, ¿no ves?
-No, no veo-respondió dejándome helado, ¡no! ¿Como no me di cuenta? ¡Que idiota!
-Perdón, no sabia-respondí muy apenado.
-No importa, no había forma que supieras-me dijo sonriendo.
-¿Por eso lo del tratamiento?-pregunte
-Si-dijo desanimado-hace mas de dos meses que no veo, tuve un accidente automovilístico, mi…mi padre falleció y yo…yo solo perdí la vista.
-¿Solo?, por suerte, eres un chico muy her…hummm...
-¿Hermoso? me… ¿m-me decías hermoso a mi?-pregunto sonrojado.
Recordar: ¡pensar antes de hablar yunho!- seguro parezco tomate.
-Yo dije, si dije hermoso s-si por…
-jeje-rió nervioso
-Este… ¿qué edad tenes?
-Tengo 16 años.
-Yo tengo 18 recién cumplidos, y me llamo Yunho, supongo que tu nombre no es bebé, ¿o sí?-dije entre risas.
-Claro que no hyung, mi nombre es Changmin, Shim Changmin, y mi madre solo me llama bebé, o Minnie.
-Me gusta Minnie- dije sonriendo, me levante y me senté en la silla junto a su cama-y ¿qué fue lo que te hizo volver? Dijiste que ayer te habían dado de alta-
-Anoche nos asaltaron al salir del hospital, un chico nos ayudo pero igual recibí un golpe en la cabeza, mis ojos se están recuperando poco a poco, solo un poco más y voy a poder ser operado para ver de nuevo, pero esos estudios me tienen cansado.
-Pero si querés volver a ver este seria como un último esfuerzo ¿no?-
-Supongo…pero tengo que esperar como seis meses más, más gotas, más estudios, más remedios…
-Yo soy un poco torpe, medio “lentito” y me cuesta controlarme cuando me provocan, si me dijeran que haciendo algo como eso recuperaría un poco del cerebro perdido, lo haría-dije emocionado, el comenzó a reír y a mi…a mi me encantó esa risa.
Después de eso nos hicimos amigos, a solo dos días de haber sido dado de alta y el haber pasado ese tiempo en su compañía me dí cuenta de que quizás…
-Yunho, ¿Te estas enamorando?-pregunte al espejo del baño.
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