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Déjame llegar a ti... por Runa_Beart

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Notas del capitulo:

Espero les guste este fanfic.. No es el primero que escribo pero si el primero que me animo a publicar :3

Me disculpo por los errrores que puedan encontrar.

Ninguno de los personajes me pertenece. 

No sé de cuantos capítulos constara... Pero creo que no será corto xDD

Nota: Cuando aparezcan palabras en cursiva se refiere a los pensamientos del personaje.

Siete años atrás…

 

-Ma! Ya me voy!

– Ten cuidado cuando vuelvas y recuerda pasar por tu hermano.- Se giró para ver a su mamá antes de salir. A pesar de no ser una mujer mayor se podían ver arrugas en su cara y lo trabajado que comenzaba a lucir su aspecto.

No podía apartar la sensación de culpa cada vez que la miraba…

-Mamá… Sabes que puedo dejar la escuela para ayudarte, ya tengo diecisiete, aunque no sea mayor puedo conseguir empleo y ayudarte aquí en casa… -Se acercó a ella lentamente mirándola con una mescla de ternura y angustia. Desde que su padre se fue ella tuvo que cargar con el peso de la familia.

-Sabes bien mi respuesta Mia.- Su tono de vos delato la molestia que causaban sus palabras. Se giró para mirar a su hijo. -¿En qué momento creciste tanto?- .Era la pregunta que rondaba su cabeza cada que miraba a su hijo. –Tú preocúpate de tus estudios y de ayudar a tu hermano. Del resto yo me encargo.-

-No me gusta ver cómo te desgastas y no hacer nada para ayudarte… -Gran error.

Pudo ver el enojo en el rostro de su madre por la forma en que lo miro. Le molestaba cundo le recordaban su aspecto. No por ser pretenciosa ni nada parecido, si no por que luchaba para que sus hijos no notaran el cansancio que la consumía. Cosa que no podía ocultarle al mayor de ellos.

-Jovencito, tú único deber es estudiar. Esa es la mayor ayuda que me puedes dar. Eso y ayudarme con tu hermano, es todo lo que te pido… -Acaricio su mejilla con mimo, a su corta edad ya le llevaba por una cabeza a su madre. Pero ella no podía dejar de mirarlo como el pequeño que alguna vez cargo en sus brazos. –Agradezco que te preocupes por mí, me demuestra lo mucho que me quieres.

-Pensé que te lo demostraba siempre… Ay!! –Recibió un pequeño golpe en su rubia cabellera.-

–Cállate y escucha.- Le dijo con una sonrisa en su rostro. Esa sonrisa que lograba ahuyentar cualquier duda o angustia en aquel muchacho. –Mi deber es cuidar de ustedes. Sabes que daría mi vida por ti y tu hermano… Así que deja de tonterías y a la escuela.- Lo empujó hacia la puerta de salida y deposito un tierno beso en su mejilla. –Ten cuidado de camino a casa! Y dile a tu hermano que sus deberes, si no cuando llegue del trabajo lo castigare.- Rio divertido ante aquellas palabras. Sabía perfectamente el castigo que más le dolía a Meto. Y es que ese chico no soportaba la idea de que le quitaran a Ruana, su pequeño oso de peluche que atesoraba como si de la más fina joya se tratase.

-Está bien. Adiós te quiero! –Y yo a ti!. –Sonrío viendo como su hijo se marchaba.

 

Nunca creyó que sería la última vez que lo vería…

 

 

Unos golpes en su cabeza lo trajeron a la realidad.

Ya habían pasado siete años desde aquellos y no había día que no lo recordara… ¿Si tan solo no hubiera salido de su casa serían las cosas diferentes? Si hubiera llegado un poco antes a casa quizás su madre seguiría con ellos…

-Ya se, es tarde… -Miro con ternura al chico ya no tan pequeño que estaba junto a él. - Al menos te tengo a ti…

Meto lo miraba con una mescla de curiosidad y angustia, desde lo que paso ya casi no se escuchaba esa risa tan característica de él. No hablaba con nadie, y cuando lo hacía era solo para temas puntuales. Se podría decir que con el único que hablaba era con él. Aunque Meto no se encontraba muy lejos de su situación. –Se hace tarde y Ruana tiene hambre.-

-Desde cuando se supone que tu peluche adquirió cualidades humanas? -Dijo con sarcasmo mientras le dedicaba una sonrisa a su hermano. –Hasta donde sé, los animales de felpa no comen.-Termino la frase con una carcajada a la que obtuvo como recompensa un golpe en su brazo. –Solo jugaba.

-Como te decía, Ruana tiene hambre. –Continúo el de pelo negro levantándose del suelo para sacudirse el polvo. –Y yo también. –Miro a su hermano aun sentado en el piso. No era extraño ver a Mia así. Era como si se colocara dentro de una burbuja, nadie más que él y sus pensamientos cabían dentro de ella. –Vamos a casa Mia…

-A casa… -Soltó un suspiro mientras se ponía de pie. En algún momento esas palabras lo llenaban de alegría…

 

Flash back.

 

-Vamos a llegar tarde y mamá nos regañara por tu culpa. -Caminaba apresurado mientras prácticamente arrastraba al menor tras el.-

-No va a ser culpa mía! –Bufo molesto el peli negro con la vista pegada al suelo. –Esos chicos me querían quitar a Ruana! Y tú no estabas… -Las lágrimas no tardaron en hacerse presente y por más que se resistió a ellas no las pudo contener, estallando en un llanto no tan acorde con su edad.-

-Ya tranquilo… -Algo que Mia no podía soportar era ver a su hermanito llorar. –Cuando lleguemos a casa lo arreglare para ti, ya verás que queda como nuevo! –Miro a Meto por el rabillo del ojo, notando como este sorbía sus mocos mientras intentaba controlar su llanto. –Pero sigo sin entender porque sigues llevando ese peluche a todas partes. Ya estás un poco crecidito no crees?

-No, muchos niños llevan sus peluches a la escuela.

-Si tienes razón… Pero ellos tienen seis años. Tú ya tienes once, no estas para andar jugando con peluches Meto. –Aunque no quiso sus palabras sonaron más duras de lo que pensó.

-Papá me lo regalo… -Fue un susurro casi inaudible, pero aun así el mayor lo escucho.

Paro su caminar y solo con brusquedad la mano de Meto. –No menciones a ese tipo en mi presencia.- Ni siquiera le dirigió la mirada a su hermano y siguió caminando.-

-Es mi papá Mia… -Abrazo a Ruana mientras las lágrimas amenazaban con salir de nuevo.

 

End flash back

 

 

Caminaban juntos de regreso a la que ahora era su hogar. Normalmente sus caminatas iban acompañadas de charlas y uno que otro juego, pues a pesar de todo seguían siendo igual de unidos el uno con el otro.

Por eso cuando Mia se metía en su burbuja el menor se sentía tan incómodo…

-Mia… Quieres cenar espagueti? O quizás podría preparar un poco de aros y lo juntamos con lo que sobro del almuerzo, con este frio no creo que el pescado se descomponga.- Rio intentando animar al mayor, pero este parecía no importarle lo que su hermano le decía. –Bien, entonces preparare sopa de espárragos con cebolla. –Soltó una carcajada al ver como Mia arrugaba la nariz. Si existía algo que el rubio realmente odiase, eso era la cebolla. –¿Qué prefieres? Tú dime.

-Espagueti… -El menor sonrío, siempre lograba traer de vuelta a Mia. –Apresurémonos o se me ara tarde.

Meto disminuyo el paso. Sabía que no tenían otra opción, desde que eran solo ellos dos no la tenían. Pero le era imposible estar tranquilo con el rumbo que tomo la vida de ambos.

-Mia… No vayas… Me preocu-.

–Basta Meto. –lo interrumpió el mayor girándose a verlo. –Sabes que tengo que ir. Sino quien cuidara de nosotros. –Lo dijo con una sonrisa en el rostro para animar a su hermano, cosa que ni a él le resulto. –Tu tranquilo, tu hermano es fuerte y valiente. –Inflo el pecho con orgullo, sacándole una pequeña risa al peli negro.-

-Lo sé. -Rio- Pero también sé que es un tonto bruto. –Golpeo despacio la cabeza del más alto.

-Olvidaste lo apuesto. –Se hizo el ofendido y siguió caminando.

-Lo que tú digas… -Puso los ojos en blanco y continuo caminando tras su hermano.

Notas finales:

Espero les haya gustado.

Tratare de actualizar lo más pronto posible. 

Cualquier reclamo o sugerencia por favor haganmelo saber :c

Gracias por leer~~


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