El mundo era injusto y el amor era basura que no deseaba volver a sentir gracias a como su inocente y joven corazón fue pisoteado por un bastardo sin derecho a tener madre, un amor tan nocivo como adictivo para un tonto enamorado, ciego a las brutalidades de su pareja.
Había llorado por horas su amado hijo tenia una fuerte infección en su estomago y el por estar tan sumido en sus propios problemas no lo había notado hasta que su pequeño cayo presa de una fiebre tan horrible que lo obligo a internarlo en el hospital. Los médicos iban y venían sin darle ningún informe de la salud de su hijo de 4 años, en momentos así deseaba tener una pareja con quien contar y no tener que afrontar todo eso solo, luego recordaba que el amor solo es una ilusión creada por corazones tontos e inocentes que están tan ciegos para no ver la verdad de sus parejas frente a sus ojos.
Lo había vivido en carne propia, ver como su ilusión del primer amor se caía a pedazos frente a sus ojos y el fue el ultimo en enterarse que su mundo utópico de amor no era mas que una escupida ilusión, sus conocidos le habían advertido que aquel hombre era un hijo de puta, las advertencias de sus amigos y familiares cayeron en un saco hueco para no ser escuchadas jamás por el pequeño omega enamorado de un bastardo alfa que solo lo usaba para calentar su cama y nada mas, si los hubiera escuchado se habría ahorrado una buena cantidad de dolor dejado por ese malnacido cuando la venda cayo de sus ojos.
-¿Familiares del niño Ulises Watt?- la voz del medico lo despertó de su infierno personal limpiándose las lagrimas y mocos con un pañuelo desechable, apenas pudo ponerse en pie con sus temblorosas piernas y caminar con pasos torpes ir hasta donde estaba el medico.
-Yo soy la madre de Ulises, mi nombre es Francis Watt- su voz apenas fue audible, el medico lo miro con algo de fastidio posiblemente por ser un omega o por el cansancio tomando en cuenta las altas horas de la madrugada, sus delgadas piernas apenas podían mantenerlo en pie gracias al mareo que sufría por los nervios de no saber como estaba su hijo.
El medico lo examino, olisqueando su aroma para definir si estaba o no acoplado con algún alfa al tener un hijo era fácil suponer que estaría unido a uno, salvo que este no era el caso, la acción que lo tenso y molesto en extremo. Dando un paso atrás mostro una clara mueca de disgusto por aquella acción que no paso desapercibida por el hombre.
-¿Como esta mi hijo? ¿Esta bien?, tengo horas esperando que me informen sobre la salud de mi pequeño...soy padre soltero, no tengo a ningun alfa de pareja, asi que digame ¡¡ ¿Como esta mi hijo?!!- mordiéndose el labio espero que aquel medico le informara que pasaba con su amado Ulises, ya sabia que al ser un omega le negarían esa información y solo el padre alfa tendría derecho a saber como estaba su pequeño, pero su situación mandaba al diablo esa regla impuesta por alfas estúpidos y machistas, para el todos los alfas eran imbéciles.
-Lo tendremos en observación hasta mañana, por los análisis podemos decirle que su hijo sufrió una ligera intoxicación y no será necesario tenerlo mas tiempo en el hospital, únicamente le daremos antibióticos para tratarlo- la voz cansada y arto del medico lo tenían irritado, sentía el tono de reproche de aquel alfa al hablarle y podía apostar lo que fuera que era por ser un omega con hijo y sin un alfa al lado como la gran mayoría de los omegas.
- Ya veo, si me disculpa me aire con mi hijo debe estar asustado por estar en un hospital- tratando de no parecer molesto, modulo su voz para hacerla ver lo mas suave posible. No había dado ni un paso cuando el medico lo detuvo del brazo obligándolo a detenerse.
-Debo informarle al padre alfa, estén o no casados tiene derecho a saber que pasa con su hijo y las leyes me obligan a contactarlo- pudo sentir como lo presionaban intentando forzarlo a quedarse y contestar sus preguntas sobre la identidad del padre alfa de Ulises, solo que el no se intimidaba con las amenazas de la ley, las conocía de memoria para saber que ese maldito bastardo no tenia ningún derecho sobre su hijo.
Las conocía de memoria las leyes de protección a menores y mas aun que los padres alfa perdían todo derecho sobre sus hijos después del primer año si no se hacían responsables del infante, aquel bastardo después de pisotearlo y romperle en la cara los análisis de su embarazo "porque no le interesaba nada que viniera de el" simplemente lo echaba a patadas de su lado sin saber que ese sobre era la prueba de la existencia de su pequeño Ulises.
Liberándose del agarre ignoro por completo la pregunta del medico, su única atención era llegar con su hijo y su única razón para vivir, Ulises realmente era su todo lo único que lamentaba era el parecido de su hijo con el bastardo alfa que solo lo uso como una simple prostituta barata de la calle, una que sin dudarlo abriría las piernas por un puñado de dólares y se iría en silencio escondido entre las sombras sin mirar atrás.
La habitación de su hijo era privada un gasto extra por tener privacidad con su hijo. Tenia varios años ahorrando como loco, teniendo que dejar sus estudios de lado para conseguir un trabajo y pagarse su parto, no deseaba mendigar ayuda ni de sus padres ni del bastardo que lo embarazo haciéndose desde los 19 años un responsable adulto.
-¿Mami?...tengo sed- rascando sus hermosos ojos verdes "iguales a los de él" enfoco en la menuda figura de su madre, sonriéndole con toda la ternura que poseía hacia su único padre y el único que ser que amaba en el mundo. No conocía a su otro padre ni deseaba conocerlo porque al parecer había lastimado el corazón de su madre, solo por eso no quería conocerlo.
-Todo estarán bien bebe, mañana podremos regresar a casa y en cuanto estés mejor saldremos a pasear al parque ¿Te parece bien?- sirviendo un poco de agua entrego el vaso a su pequeño ayudándolo a tomar el agua, ver a su pequeño caer enfermo sin aviso lo aterro y no supo como reaccionar ante esa situación, ser un padre soltero significaba no contar con nadie en emergencias de ese tipo y su renuencia a casarse complicaban un poco las cosas.
-¿Lo prometes mami?, hace mucho que no vamos juntos al parque ¿Me compraras un helado y frituras?- dejando que su madre lo arropara de nuevo se acomodo en la cama, le gustaba sentir los mimos de su madre el poco tiempo que esta podía estar a su lado, sabia que su mami trabajaba en una librería y no podía estar todo el tiempo con él.
-Lo prometo mi bebe, te comprare lo que quieras siempre que te repongas, ahora duérmete nos iremos a primera hora mañana- no deseaba quedarse mas tiempo en ese hospital donde los alfas lo miraban como si fuera un bicho raro por no estar acoplado.
Sentándose en un sillón observo a su pequeño bostezar antes de dormirse, amaba tanto a ese pequeño niño por sacarlo del foso de porquería y culpaba donde se había metido por pie propio al sentirse usado y tirado como una basura.
Tan tonto e ingenuo para tragarse toda la porquería barata que le soltó para conquistarlo, la misma que seguramente le dijo a todas sus conquistas anteriores y por venir más ingenuos omegas que se dejaban seducir por esa poesía barata.
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Los recuerdos dolorosos son los que mas fácilmente se quedan grabados en tu corazón, siempre serán los que surgen primero y aquellos que mas te dañan al traerlos a flote.
Un día caluroso de verano del último que pasaría en la escuela, del último año donde vería todo con inocencia, aquella biblioteca fue el inicio de su infierno.
Recorría los estantes buscando libros de apoyo, estaba retrasado con las tareas por estar atorado trabajando a medio tiempo en una pastelería, 2 años ahorrando cada centavo para irse de vacaciones al mar el mes entero de vacaciones por desgracia tomar turnos extra le estaban quitando tiempo para estudiar y ponerse al corriente con sus tareas.
-Eres un omega muy lindo me gustas, tengo varios meses interesado en ti y no sabia como abordarte, se mío pequeño- acorralo el cuerpo del pequeño omega contra la pared cerrándole las vías de escape e impidiéndole escapar de sus brazos.
-Debes estar equivocado no te conozco lo suficiente para que digas algo así- tembló como una hoja al verse acorralado por ese enorme alfa, sus piernas temblaron al oler el fuerte aroma del alfa una fuerte fragancia masculina capaz de aturdirlo totalmente. Un omega pequeño y sin experiencia en como tratar con alfas, en su vida jamás había sido popular con ningún alfa.
La caliente lengua del alfa entro en su boca dejándolo completamente indefenso y a merced de aquel hombre, su menudo cuerpo tembló por esa sola acción y dejándose envolver por completo por las dulces palabras que le decía.
Su inocencia le impedía ver lo falsas de esas promesas de amor, de haber estado atento habría escuchado sobre todos los rumores de cada amorío que mantenía el alfa con diversos omegas, de como usaba a cada omega únicamente para calentar su cama y terminaban con el corazón destruido por verse usados de esa forma por ese bastardo alfa.
Mathew Crow un nombre que odiaría hasta el fin de los tiempos, un bastardo alfa al que sin importar el tiempo que pasara albergaría un muy profundo odio y rencor por como había sido tratado, gracias a la herida tan profunda en su corazón hecha por un hombre que no merecía ni una sola de sus lagrimas o cada uno de los días en que el dolor invadiera su corazón.
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Tenia miedo de caminar e ir a ese lugar sosteniendo el papel de la dirección del bastardo que arruinaría su vida, sabia que debía ir *Por ley debes decirle*, recordaba muy bien las palabras del medico que lo atendiera y salvara la vida, si el alfa rechazaba la notificación perdería todos los derechos y no tendría que preocuparse mas por verle la cara después de ese día.
Sintió la mano del hombre apretar su hombro dándole apoyo, un poco de seguridad para afrontar tan difícil momento y decisión, las leyes en ese aspecto eran demasiados duras y no podía saltárselas sin afectar su futuro, solo podía agachar la cabeza y hacerle saber lo que acababa de enterarse, pero al ser echado de casa por sus padres y vivir por caridad del medico en jefe que atendía su embarazo no podía darse el lujo de fallar.
Jamás olvidaría el repugnante olor de café de esa horrible cafetería, ni el dolor que sintió al ver al alfa en ese lugar con una mujer, reuniendo el poco valor que la compañía del medico le daba camino con pasos temblorosos hasta aquel hombre.
-Mathew, tengo que decirte algo muy importante...por favor salgamos afuera- sintio el nudo en la garganta formarse al ver como el alfa besaba a una hermosa y preciosa mujer sentada en sus piernas con ropa provocativa y reveladora con un cuerpo de envidia, con el corazon encogido por el dolor se trago las lagrimas al verlos juntos.
-No me interesa nada que venga de ti, ¿No ves que estoy ocupado?- ignorando por completo la presencia del omega volvió a besar a la mujer, una de sus tantas aventuras y amantes tal como lo había sido aquel omega.
-Es importante...por favor tenemos que hablar- sacando del bolsillo de su abrigo un sobre sellado, sus temblorosas manos le extendieron el sobre al alfa, ver como este lo tomaba y rompia en su cara con una sonrisa llena de sana maldad termino por destruir su lastimado corazon. Las lágrimas escaparon de sus ojos y antes de darse cuenta sus piernas se movieron solas llevándolo lejos de ese lugar.
Corrió hasta vomitar, escondiéndose entre los arbustos de un parque para llorar, sujetando las vendas de sus muñecas aun podía sentir la picazón de las cortadas en ellas de forma casi inconsciente toco su vientre, la noticia que cambiaba por completo su futuro.
-¡Francis! ¡¿Estas bien?! no debes correr en tu estado, no te preocupes hijo estoy aquí apoyándote- inclinándose hasta quedar a la altura del pequeño, acariciando la menuda espalda trato de reconfortarlo, el viejo alfa le ofreció su mano para que el omega se levantara del suelo, no podía permitir que su paciente se enfermara.
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Doblo en una maleta la ropita de su bebe, este se mostraba entretenido jugando con un dinosaurio de peluche. Sentía una gran ira trepando por su garganta tan acida para quemarle, de nuevo el medico quería meterse en su vida y obligarlo a revelarle el nombre del padre alfa de su hijo, esta vez tratando de presionarlo por los medios legales para obtener el nombre del otro padre de su pequeño Ulises.
No planeaba dejarse intimidar por ese hombre y sus argumentos baratos sobre los derechos de un alfa sobre sus hijos, conocía letra por letra cada ley nueva o vieja sobre el registro de un recién nacido, al firma el acta de nacimiento tubo un testigo que levantaría un acta sobre la renuncia del padre biológico sobre el recién nacido, de ser un omega el testimonio no hubiera servido pero al ser un alfa no hubo problemas al registrar el incidente.
-¿Estas listo amor? debemos irnos a casa- cerrando la maleta volteo a ver a su hijo, este sentado sobre el piso le extendía los brazos, sonriendo por ver la reacción de su hijo se inclino para tomarlo en brazos.
Prefería irse y no volver a ese hospital por ningún motivo, no para ser presionado por todos los bastardos alfa que deseaban imponerle sus leyes, tomando a su hijo en brazos y con la maleta en la mano salió de la habitación, la cuenta la pagaría con cargo a su tarjeta de crédito y así no tendría que seguir soportando a esos estúpidos alfas machistas en ese hospital no quería que ese bastardo supiera sobre su hijo.
Caminando con la frente en alto y sin detenerse, ya había entregado los datos de su numero de cuenta y no tenia porque quedarse mas, evitando a cualquier medico que cruzara su camino sin problemas logro llegar hasta la entrada principal. No se detendría bajo ninguna circunstancias, ignorando al guardia en la puerta camino con paso firme hasta la calle, listo para tomar un taxi que los llevara de regreso a su hogar