Capítulo 1: Pasado ausente.
A veces no siempre lo que se desea es lo que se obtiene, y quizás fue lo que le falto entender a él, quien tanto maldijo y odio buscando el culpable de que su felicidad se le fuese de las manos.
Sin embargo, aunque los años pasaran, aquella herida seguía tan abierta como en aquel momento.
Jamás pudo superarlo, el mismo lo sabía, pero se había prometido cerrar aquella etapa de su vida como fuese.
Por su bien, por el de todos…
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Actualidad:
Se encontraba fuera del país, en uno de sus tantos viajes como modelo y figura de una compañía. Aunque ya se le había hecho costumbre el estar viajando constantemente de un lugar a otro, debía reconocer que a veces le resultaba bastante agotador, y más que eso era el hecho de extrañar Japón.
Aunque no era extraño pues su vida estaba allí. Sus amigos y familia.
Con mucho desgano se preparaba para la siguiente reunión, su presencia esta vez era obligatoria según le había informado su manager. Lo cual solo le resultaba más tedioso. Aunque lo valía si con eso terminaba más rápido y volvía pronto a casa.
–¡Kise! ¡Kise! Por Dios, despierta -le grito un joven de cabellos negro y ojos azules.
–Emh Kasamatsu senpai, ¿por qué me grita?, que dolor de cabeza -se quejaba el rubio frotándose la cabeza.
–Porque sigues durmiendo a pesar de que hay mucho trabajo ¿acaso volviste a beber? -pregunto molesto. Era evidente que lo había hecho, su mirada lo delataba, pero más que bebido, parecía fastidiado.
–Como se te ocurre, no lo haría-contesto serio.
El ojiazul quedo sorprendido, esperaba una respuesta más despreocupada por parte del modelo/actor, sin embargo, este adopto una actitud seria de repente. Lo que le hizo pensar en que quizás algo había ocurrido, o tal vez era relacionado con aquel tema que siempre perturbaba al actor ¿podría ser que lo haya visto?
–Dime Kasamatsu, no estamos a unas pocas horas de Estados Unidos, quizás menos -sonrió con cierta ironía.
–Efectivamente estamos cerca, pero no sé si tanto, ¿por qué? ¿Te interesa ir? -pregunto contrariado.
–Por nada, solo pensaba, más bien cambiemos de tema. ¿Qué tenemos para hoy? Alguna otra reunión.
–No más bien tenemos que prepararnos para filmar y cerrar el tema de la campaña.
–Bien, entonces podremos irnos pronto -sonrió Ryouta.
Continuaron hablando de trabajo esa mañana. Al otro día filmaron en las cercanías del aeropuerto, más tarde se preparaban para regresar a Japón.
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Capítulo 1: Pasado Apartado.
Hoy era su día de descanso, irónicamente descanso ya que, aunque no fuera directamente a la oficina tendría que seguir tratando con asuntos de la empresa. Aun así, no se quejaba, pues lo prefería así, antes que estar libre y tener tiempo de pensar acerca de su vida. Después de todo una parte de él se arrepentía seriamente de haber tomado ese rumbo, mientras que la parte racional no se quejaba y daba por acertada y apropiada su decisión.
Por lo que era mejor ignorar, ya que tampoco llevaba la peor vida, tal vez solo una triste soledad que lo acompañaba hoy más que nunca, solo eso.
De sus amigos ya no sabía mucho, con el que hablaba de vez en cuando era Midorima y Kise. Aunque pareciera extraño con los años el rubio se había vuelto una persona en la que podía sentirse comprendido.
Continúo revisando archivos ese día hasta que su cuerpo le pidió un verdadero descanso.
–Aka-chin eres lo único que realmente me importa.
–Lo se Murasakibara, nosotros no terminaremos como ellos, si es lo que te preocupa, todo estará bien -le dijo calmadamente antes de abrazarlo.
–Y si el padre de Aka-chin no cede e interfiere en nuestra relación, a él no le parece bien que estemos juntos -comento.
–Terminara aceptando, lo sé. Y aunque no lo hiciese entonces yo tampoco te dejaría. -reafirmo.
Despertó de golpe, algo agitado, no se esperaba recordar aquello, todo era un sueño, uno de los tantos que lo atormentaban. Tal vez porque parecía tan real, tan cercano y lejano a la vez que lo confundían.
Miro la pantalla de su celular, aún era temprano. Seguramente se durmió del cansancio. Pensó en continuar durmiendo, pero el temor de recordar aquello otra vez lo hizo quedar despierto hasta que ya fuera hora de ir a la oficina.
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–Bien antes que todo quiero decirles que no será fácil el entrenamiento, tienen que seguirlo constantemente, solo así se volverán verdaderos maestros del básquet -decía un orgulloso pelirrojo.
Mientras sus amigos lo miraban curiosos, nunca se imaginaron que aquel chico fanático del básquet se volviera una persona tan seria y responsable. Tal vez porque, aunque ya no jugara continuaba involucrado con aquel deporte que tanto ama, aunque esta vez sea enseñándoles a otros.
–Quien diría que Kagami se volvería una persona tan responsable -comentaba Kiyoshi.
–La verdad lo que me sorprende es haya desarrollado aquella cualidad de la que carecía, PACIENCIA -recalcaba una joven de cabellos castaño.
–Te equivocas Riko, aún carece de ella – dijo un chico de cabello negro y anteojos, observando precisamente como el pelirrojo se desesperaba y terminaba irritado por un error de uno de sus alumnos.
–Tienes razón -comento divertida la chica.
Kagami se dio cuenta de su presencia y fue de inmediato con ellos.
–¿Qué hacen aquí ustedes tres? -pregunto algo contrariado.
–Esa es manera de saludar a tu ex capitán de equipo, por lo visto no tienes respeto Bakagami -Respondió el chico de anteojos.
–No es eso Hyuuga yo…No esperaba su visita
–Al parecer sigues igual que siempre -comento la chica – Eso es bueno.
–Teníamos tiempo y decidimos venir a verte -dijo Kiyoshi.
–Con que fue eso, bueno es extraño volver a verlos, sobre todo a ti Riko.
–JA, como que extraño, venimos seguido a verte, además que manera tan cordial tienes de recibir a tus amigos, por lo visto te falta pulir esa cualidad -Respondió Riko – Mejor preséntanos a tus alumnos.
El pelirrojo así lo hizo mientras ellos tres muy divertidos contaban anécdotas del pasado de Kagami a los alumnos. el entrenador ahora de básquet más en vergüenza no pudo quedar.
Pasaron el día hasta que vieron llegar a un pelinegro muy sonriente acercarse a Kagami con confianza.
–Ese no es Takao Kazunari, ex compañero de equipo de Midorima y pareja ahora – comento Hyuuga.
–No sabía que era tan cercano a Kagami-kun -dijo la chica.
–Al parecer lo son, aunque eso no nos incumbe -Termino de decir Teppei
–mmh cierto -dijo algo insegura Riko mientras hacia un gesto de saludo a Takao quien les había sonreído. -Sera mejor irnos.
Se acercaron al pelirrojo los tres y despidieron, continuando extrañados de ver a Takao tan cercano al pelirrojo.
–Bueno Kagami, si sabes algo de él, avísanos, sabes que ese ingrato no se comunica con nadie a menos que no sea contigo, y la verdad es que a todos nos gustaría saber cómo se encuentra – agrego Hyuuga antes de irse.
Kagami asintió y continuo con el entrenamiento de básquet en compañía de Takao quien le ayudo a enseñarles a los chicos.
La verdad nadie sabía exactamente como ellos se hicieron tan cercanos, ni mucho menos que lo eran.
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Estaba en su oficina, mas no podía concentrarse claramente. Desde anoche se encontraba intranquilo, esta vez ni el trabajo lograba distraerlo.
Pensó en buscarlo por un momento, acercarse y ver por su propia cuenta, como se encontraba él, mas no lo hizo pues sería lo correcto. Más de una vez Midorima le había dicho “Deberías dejarlo vivir su vida”, y pensándolo bien tenía razón.
–¿Me llamo para saber información de él verdad?
–¿Que has averiguado? – pregunto algo inquieto. Ciertamente le molestaba haberlo tenido que llamar.
–Pensé que no me volvería a necesitar, por lo que no me esmere mucho esta vez, me disculpara.
–También creí que no lo haría – suspiro- Así que no hay problema, dime lo que sepas.
–Bien, el señor Murasakibara Atsushi continúa trabajando en aquel restaurant, su familia y amigos lo visitan frecuente, el señor Midorima fue hace poco, mas no ha vuelto aparecer.
–Shintaro estuvo allí, que extraño.
Akashi siempre creyó que ambos no congeniaban bien, y es que el peliverde siempre solía decir lo poco útil que era el más alto.
–Respecto a su vida amorosa, por lo que se dice termino con aquella chica con la que estaba y ahora solo se concentra en su trabajo.
–Ya veo, ¿es todo no es así? -pregunto cómo último. No le interesaba más.
–Así es.
–Puedes retirarte -declamo Akashi.
–Aunque...señor me informaron acerca del chico de Estados unidos. Volverá en unos días a Japón. Sin más, me retiro.
Akashi guardo silencio, esa noticia era inesperada, desconcertante, pero más que nada era algo aterradora, no para el claramente. Sin embargo, de una u otra forma cambiaria las cosas. Y es que hace tantos años no se sabe de él, es como si el pasado regresara.
Sin pensarlo mucho decidió llamar a Kise, por alguna razón sentía que era mejor decírselo a que lo pillara de sorpresa.
–Diga ¿Akashicchi?
–Ryouta, ¿estás de viaje todavía?
–Estoy en eso, en unas horas parte el vuelo, que extraño que llames
–Tetsuya, el regresara. No sé muy bien, pero será pronto.
–Ya veo -contesto serio el rubio desde la otra línea – Espero no tener que encontrármelo -rio irónico – Bueno, hablamos después Akashi, estoy algo ocupado en estos momentos.
–¿Ryouta? – pregunto, pero simplemente el rubio ya había cortado.
–¿Estás seguro de que lo mejor sea volver? ¿no estas arriesgando demasiado?
–No fue decisión mía, él quiere volver y ciertamente por mi está bien, confío en lo que tengo con él.
–Aun así, Tatsuya, tu sabes todo lo que paso cuando estuvo aquí, su relación con aquel tipo.
–Taiga, han pasados años, el pasado en algún momento debe enfrentarse.
–Siento que no traerá nada bueno, no va al caso, ustedes estaban bien allá – hablo un pelirrojo no muy convencido.
–Tal vez tengas razón, pero no fue mi decisión, de todas formas, será bueno vernos Taiga.
–Te espero y buen viaje Bro.