Cuando Seto se enteró, fue el más perplejo de todos.
Se encontraban almorzando cuando repentinamente Okumura habló acerca de la decisión que había tomado. La porción de tonkatsu que Seto estaba comiendo escapó de sus palillos y cayó al suelo, pero no prestó atención a ese pequeño incidente, pues se encontraba más bien preocupado por la bomba que su amigo acababa de soltar. Es que... ¿En serio? ¿Era ésa la respuesta que Okumura tenía a todo el problema que había surgido en torno a su senpai? ¿No atrapar jamás para él? Seto no lo comprendía en lo absoluto.
Aunque pareciera realmente desinteresado a todo lo que ocurría a su alrededor, su amigo era una persona más fácil de leer de lo que aparentaba. Seto había notado que había surgido en él un especial interés acerca de los lanzamientos que Sawamura Eijun era capaz de lanzar. Lo había notado en el partido contra Teito (el cual había sido la detonante para que Okumura decidiera ir a Seidou), y lo había notado en otros partidos que había jugado. En todos ellos había tomado notas acerca de los tipos de lanzamientos que su senpai había ofrecido, y era el único que se percataba acerca de cosas peculiares, como el hecho de que no utilizara change-ups en el partido contra Kasugaichi, algo de lo cual Seto no fue capaz de fijarse.
...De todos modos, Okumura tenía mejor ojo para ese tipo de cosas.
Así que ¿Por qué tomar una decisión así? Se preguntaba Seto mientras recogía lo que había caído al suelo y lo arrojaba al basurero luego de acabar de comerse todo su almuerzo. Okumura no había dicho nada más, ni siquiera la razón tras esa resolución, pero sabía que intentar arrebatarle algunas cuantas palabras mientras estaba comiendo era inútil. Koushuu odiaba tener que abrir la boca para emitir vocablos mientras estaba tan concentrado en terminar de comer (Lo cual convertía en todo ese incidente que catapultó la mala relación entre Okumura y Sawamura en algo más grave), así que él mismo acabó con su comida, y estiró los brazos en busca de algo en lo cual entretenerse.
Más allá observó a Sawamura hablar algo con Miyuki. Sawamura lucía enfadado mientras que Miyuki no hacía otra cosa más que reír mientras trataba de terminarse su yakisoba pan. En un momento, Sawamura alzó los ojos, encontrándose con los de Seto, quien levantó la mano en un saludo cortés y Sawamura respondió del mismo modo con una sonrisa radiante antes de continuar charlando con Miyuki, si es que charla podría ser llamado a sus intentos por llamar la atención al capitán acerca de cosas que él no alcanzaba a escuchar a causa de la distancia.
Bueno, podía comprender que Sawamura podía resultar alguien molesto para Okumura, debido a que era bastante ruidoso y enérgico a diferencia de su amigo, lo cual se convertía inmediatamente en un choque de personalidades. Cuando se enteró del incidente en el desayuno del otro día, no pudo dejar de preguntarse acerca de qué tipo de expresión habría tenido Koushuu. Los detalles del incidente eran confusos, pues entonces solo hubieron unos pocos testigos, y el que mejor lo había experimentado fue Asada, quien fue el que relató todo lo que había sucedido con una expresión que resultaba ser una mezcla de resignación y temor.
Okumura finalmente acabó su almuerzo, así que Seto volvió a prestar su atención a él.
— Has estado muy pensativo —comentó su amigo antes de limpiarse las comisuras de la boca con una servilleta por si tenía rastros de comida.
— Solo estaba pensando... —Seto se balanceó sobre su silla— que antes habías estado muy emocionado con la idea de atrapar para Sawamura-senpai, pero ahora dices que ya no quieres hacerlo. Me parece un cambio de ideas bastante drástico ¿No crees?
Okumura permaneció en silencio durante unos instantes antes de responder:
— Es simple: Sawamura-senpai me ha decepcionado. Creí que sería un mejor pitcher, pero no es más que un charlatán.
— ¿Estás seguro? —insistió Seto, bastante suspicaz—. Pero solo has atrapado para él en el bullpen ¿No?
No hubo respuesta de parte de Okumura, porque en esos instantes Kaoru Yui irrumpió la conversación.
— Lamento inmiscuirme, pero no he evitado poder escuchar su conversación —afirmó sonriente. Seto estiró la silla que se encontraba a su lado como una invitación a que se les uniera—. Oh, gracias —y tras acomodarse apropiadamente, e ignorar la mirada indiferente de Koushuu, comenzó a hablar—. Sawamura-senpai es más hábil de lo que puede parecer, después de todo ha dominado su change-up en un solo partido ¿Pueden imaginarlo? ¡Existen muy pocos pitchers capaces de aprender algo como eso en tan poco tiempo! Y lo mejor es que va evolucionando durante cada partido que juega. Miyuki-senpai me ha hablado mucho al respecto. Es verdad que todavía le falta mucho para poder alcanzar a Furuya-senpai, pero creo que al paso que va podría alcanzarlo e incluso superarlo. Solo necesita nuevos lanzamientos, y estoy seguro de que él podrá dominar la mayoría de los que le enseñen.
— ¡Uau! ¿Es eso cierto? ¿No estarás poniendo el listón muy alto? —se atrevió a preguntar Seto. Como toda respuesta, Yui rió.
— También soy un catcher, así que sé de lo que estoy hablando. Sawamura-senpai es algo así como un diamante en bruto al que le falta ser pulido. Sin embargo, si llega a convertirse en el As del equipo, todavía le falta un largo camino por recorrer. Creo que es muy probable que este año no lo consiga, sino más bien el siguiente, eso solo si Furuya-senpai no consigue avanzar más de lo que ya lo ha hecho.
Seto se emocionó un poco, pensando que quizás Yui estaba allí precisamente para ayudarlo en ese asunto, para que Koushuu se retractara de sus propias palabras, pero éste no lucía muy emocionado ni siquiera con todo lo que Yui acababa de decir. De hecho, se puso de pie y abandonó la mesa con la bandeja en las manos ante la mirada resignada de Seto. Yui entonces preguntó algo respecto a él, y Seto se apresuró a responder, por lo cual el tema quedó estancado de esa forma por el momento. Takuma realmente quería saber qué había atravesado la mente de Okumura mientras oía hablar a Yui.
Entonces esa misma tarde, mientras practicaba su bateo, a sus oídos llegó el rumor de que algo había ocurrido a Sawamura durante el entrenamiento en el bullpen, y que Okumura necesitó acompañarlo hasta la enfermería. Preocupado por toda esa situación, pensó que el capitán era realmente sádico al obligar a Koushuu a ir junto a su senpai a ese sitio. ¿Acaso estaba buscando la manera de reconciliarlos? Se preguntó mientras se dirigía a la enfermería también (luego de haber pedido permiso) con el fin de evitar que haya una posible disputa entre ellos dos. Sin embargo, tan pronto como vio salir a su amigo del edificio, pudo observar como si éste fuese rodeado por llamas de determinación.
— ¡Koushuu! —llamó mientras corría hacia él— He oído lo que ha ocurrido con Sawamura-senpai. ¿Se encuentra bien?
— Solo es gripe —respondió él caminando de regreso al campo de entrenamiento—. Nada de qué preocuparse realmente.
— Ya veo... —Seto lo acompañó durante el trayecto no muy seguro acerca de qué preguntar—. Entonces ¿Ha ocurrido algo entre ustedes dos? Luces muy emocionado.
— . . .
Seto sabía que cuando Koushuu prefería no responder, era mejor dejar de insistir con ese tema, pero también comprendía que probablemente había ocurrido algo entre ellos dos, o de lo contrario su amigo no estaría rodeado por un aura cargada de expectativas.
— Tú realmente quieres ver el mundo arder —fue el comentario que lanzó Kuramochi y, en respuesta, Miyuki rió.
— Soy el capitán, mi deber es asegurarme de que todos se lleven bien —dijo Miyuki oprimiendo el botón para dejar que una lata de café cayera en la bandeja de la máquina expendedora. Kuramochi resopló.
— Yo creo que tú solo lo has hecho porque estabas intentando escapar de tus labores como capitán.
Miyuki rió de nuevo, y su rostro pareció brillar sospechosamente.
— ¿Tanto se nota?
— ¡Eres de lo peor!
Miyuki no dijo nada mientras abría la lata de café y se lo llevaba a los labios. El sabor amargo de la bebida inmediatamente devolvió todos sus sentidos a la realidad, mientras repasaba mentalmente lo sucedido aquella tarde. Okumura había regresado al bullpen como alguien completamente diferente. En sus ojos cargados de inexpresión había algo brillante que refulgía con fervor. ¿Había dicho algo Sawamura? Sí, conociéndolo como el bocazas que era, definitivamente emitió algo que llenó de expectativas a su kouhai. Porque era así. Sawamura tenía algo que definitivamente despertaba a los demás en su interior. Había ocurrido con él, había ocurrido con Furuya, y posiblemente, también había ocurrido con Okumura. En esos instantes él más que nadie deseaba ser capaz de meterse en la mente del menor y averiguar qué había dicho con exactitud, ya que sabía que preguntarle directamente no ayudaría en nada.
Más sorprendido estaba del hecho de que deseaba poder ayudar a que ellos dos tuvieran una mejor relación. Quizás porque había visto potencial en Koushuu y, sabiendo que este verano sería el último para él, estaba completamente seguro de que Koushuu sería de los primeros en ser elevados al primer equipo. Sawamura necesitaba tener a todos los catchers de su parte, porque él mejor que nadie sabía que la competencia entre Sawamura y Furuya por el número de la estrella tarde o temprano sería bastante pareja conociendo el ritmo con el cual Eijun mejoraba en cada partido. Lo único en contra que tenía era su participación inútil en Koshien.
Miyuki quedó un rato más hablando con Kuramochi, antes que éste decidiera ir a su habitación porque debía aplastar a Asada en los videojuegos. Entonces se dirigió a paso pesado hacia su habitación con la lata de café en las manos, llevándosela a los labios de vez en cuando para vaciarla. Era una noche bastante tranquila, pero pensar que Okumura podría estar allí presente drenaba sus ánimos. Por alguna razón el estudiante de primer año era bastante hostil con él, y no lo alcanzaba a comprender. Por supuesto que ver sus miradas inyectadas de veneno solo provocaban que una risa aflorara de su garganta, pero aún así...
Miyuki descubrió que la puerta estaba abierta, así que pudo suponer que alguno de sus compañeros de habitación estaba presente.
— Ya estoy aquí —anunció sin muchas energías mientras ingresaba a la habitación.
Entonces, al enfocar mejor su vista, descubrió a Sawamura con la espalda apoyada contra la pared, y Okumura lo estaba acorralando con una mano apoyada al lado de la cabeza del pitcher de segundo año.
Los dos entornaron los ojos y lo miraron fijamente por unos segundos.
— ¿Eh?