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Complicado. por Floralis

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Notas del capitulo:

• Los personajes no son míos, todos son propiedad de su creador original, Terujima Yuji.

Sawamura había estado todo el día recostado sobre la cama, estornudando de vez en cuando y sintiendo que iba a morir en cualquier momento a causa de la fiebre intensa que lo aquejaba. Intentó en varias ocasiones conciliar el sueño, pero éste no acudió a él. Se sentía pesado, mareado, con el cuerpo cubierto por una capa de sudor frío. ¡Estar enfermo era lo peor! ¿Qué había hecho él de malo para sufrir algo así? ¡No lo comprendía! ¡No lo comprendía en lo absoluto! Se revolvió varias veces, y acabó resoplando como un animal enfadado. Él quería entrenar con el resto de sus compañeros, quería sentirse bien y poder practicar sus lanzamientos, quería demostrar que una simple gripe no lo tumbaría... Pero las cosas no siempre salían como uno más lo esperaba ¿Verdad? Aunque doliera no poder hacer ciertas cosas, debía aprender a aceptar su destino, aunque no le gustara lo que éste tenía preparado para él.

Para su fortuna, al caer la tarde su fiebre ya había bajado, el mareo había desaparecido, e incluso parecía tener más energías. Por eso fue que decidió unirse a cenar junto al resto ese mismo día luego de haberse dado un baño apropiado y cambiarse de ropa. Los eventos de la noche anterior, sin embargo, quedaron como un incidente borroso del que era preferible no acordarse, razón por la cual saludó a Miyuki con una sonrisa radiante (Si rememoraba lo enfadado que había estado el capitán el día anterior, probablemente lo habría evadido por el resto de la jornada). Haruichi se unió a él, así como Asada y otros estudiantes más, todos preguntando cómo se sentía respecto a su gripe. Sawamura respondía con energías tratando de demostrar que ya estaba bien, y que podía retornar a los entrenamientos tan pronto como pudiera.

— Ni hablar —dijo Miyuki, que estaba sentado más allá. Se había girado en su silla lo suficiente para verlo—. Debes estar totalmente recuperado para poder unirte a los entrenamientos otra vez.

— ¡P-PERO CAPITÁN! —protestó Sawamura de inmediato—. ¡El siguiente juego es en dos días! ¡ESTOY SEGURO DE QUE YA ME ENCUENTRO BIEN!

— No puedes recuperarte en tan solo un día —dijo Kanemaru, que estaba sentado más allá—. No seas un idiota, Sawamura.

Él estaba completamente seguro de que ya se sentía bien, cuando un estornudo sacudió su cuerpo por completo. Se escucharon algunas risas.

— ¿Lo ves?

Sawamura apretó los dientes. Él no quería faltar a un partido solo por una estúpida gripe, así que estaba más decidido que nunca a incorporarse a los entrenamientos a como diera lugar. Con ese pensamiento en mente, dedicó su atención a la cena que tenía frente a él, y devoró cada bocado con un apetito insaciable. Haruichi pidió que tuviera más cuidado con lo que se encontraba comiendo, pues era probable que acabara atragantándose, y Sawamura sonrió asegurando que estaba bien. La charla entre él y los demás presentes se volvió más animada, incluso Kaoru se unió a la mesa tras haber acabado de comer (¿¡De verdad ya terminaste!? ¡Qué rápido!). En esos precisos instantes Okumura irrumpió en el lugar y se dirigió hacia él con sus ojos inexpresivos fijamente puestos hacia el frente. Sawamura, quien no notó su presencia hasta que estuvo justo a su lado, giró el rostro percatándose de que todas las miradas se centraban en ellos dos. El ambiente se tensó de inmediato, y la sonrisa de Sawamura desapareció por unos instantes.

Okumura finalmente habló.

— He decidido que atraparé tus lanzamientos solo si consigues convertirte en el As.

Sawamura pestañeó con perplejidad en su asiento. Todos los presentes permanecieron quietos en sus respectivos asientos, todos ellos sin poder creer lo que estaba sucediendo. Gran parte de ellos ni siquiera sabía que Okumura y Sawamura habían tenido problemas al punto en el que Koushuu decidió rehusarse a atrapar para su senpai, a excepción de las partes afectadas, Miyuki, Seto y Kaoru.

Un colectivo "¿EH?" sacudió la habitación.

— Pero eso es...

— Oe, oe, no estarás hablando en serio.

— ¿Sawamura como la estrella del equipo?

— ¿Qué tipo de resolución es ésa?

— Deben estar bromeando...

Sawamura contempló fijamente los ojos verdes de Koushuu, como si en ellos hallara la respuesta a lo que el otro chico había mencionado, pero tras mucho titubear, finalmente su rostro se iluminó y una sonrisa radiante y determinada hizo acto de presencia. ¿Qué era ese fuego que ardía en su interior? ¿Qué era esa resolución que envolvía su cuerpo? (Ojalá no fuera solo cosa de la maldita gripe).

— ¡Cuenta con que lo lograré! —dijo Sawamura ignorando a los demás. Estaba completamente decidido a cumplir con las demandas de Okumura (Después de todo, él había prometido a Furuya que le arrebataría el número de la estrella de forma definitiva).

Miyuki retornó su atención a la comida, Kaoru sonrió, y Furuya, que estaba más allá, fue súbitamente rodeado por un aura que decía claramente "No voy a quedar atrás".

Ése definitivamente fue un día para rememorar.


Los días pasaron y, tras convencer a Kataoka de que su gripe no era ningún problema, y que estaba dispuesto a guiar al equipo a la victoria, el entrenador decidió incluirlo entre los que participarían en el siguiente juego, lo cual resultó ser un alivio para Sawamura, quien aún tenía en mente lo que había dicho Okumura. Él no se preguntó qué fue lo que lo hizo cambiar de opinión, simplemente estaba feliz de saber que las cosas entre los dos podrían arreglarse si cumplía con esa meta. Así, sin importar el tiempo que le tomara, estaba completamente decidido a convertirse en el As, y no únicamente como una resolución personal, sino porque además tenía expectativas que llenar.

Y no iba a quedarse atrás.

A partir de la quinta entrada, justo luego de Furuya, el entrenador lo envió al montículo. Sawamura se percató inmediatamente de que Furuya no estaba contento con la posibilidad de otorgarle el montículo, y mucho menos luego de haber oído la conversación de unas noches atrás, pero no dijo nada, solo disfrutó del momento. Solo debía mejorar ¿Cierto? Si mejoraba y demostraba que podía llegar lejos, quizás... solo quizás...

Pero comprendía que aún quedaba un largo tramo para eso.

Al culminar la octava entrada, no había concedido una sola carrera y había ponchado a al menos seis bateadores con sus rápidas, empleando el change up solo un par de ocasiones.

— ¡Bien hecho, Sawamura! —exclamó Miyuki mientras corrían hacia el dugout—. Si sigues así, tu participación en Koshien será eclipsada por tus hazañas.

Sawamura detuvo su andar inmediatamente, y tras llenar sus pulmones de aire, gritó:

— ¡OSH OSH OSH! ¡OSH OSH OSH! ¡OSH OSH OSH!

— ¡YA CÁLLATE, SAWAMURA!

— ¡NO PUEDO! ¡DEBO GRABARME ESTA SENSACIÓN A FUEGO EN EL CUERPO! ¡OS-!

— ¡ERES DEMASIADO RUIDOSO! —Kuramochi golpeó a Sawamura, consiguiendo que éste cerrara la boca, lo cual fue agradecido por los miembros del equipo que se hallaban en la banca.

Mientras caminaba el resto de la distancia hacia el dugout volvió a detenerse, pero esta vez, en lugar de gritar, levantó el pulgar en dirección hacia donde se encontraba Okumura, quien lo contempló por un breve rato antes de desviar la mirada. «Ya lo verás, Okumura» pensó «Definitivamente lo conseguiré sin importar lo mucho que me cueste»


Furuya probó un bocado de su cena, aunque realmente no se encontraba muy interesado en ésta. Su mente aun rebobinaba la escena de noches atrás entre Okumura y Sawamura. Al decir verdad, él no estaba al tanto respecto a la relación que esos dos tenían (Y tampoco le importaba mucho), así que no era capaz de comprender del todo lo que estaba ocurriendo. La condición de Okumura para atrapar para Eijun suponía un desafío difícil de cumplir, sin embargo... Eso no era lo que molestaba a Furuya. Lo que lo hacía era esa repentina resolución que había embargado el cuerpo de su rival, esas palabras que brotaron de su boca con firmeza, esa seguridad con la cual lo había dicho, como si él mismo no supusiera un obstáculo difícil de sobrepasar.

Al pensar en ello, su cuerpo fue rodeado por un aura que demostraba que estaba completamente decidido a no permitir que eso ocurriera costara lo que costara, sobresaltando a sus compañeros de equipo cercanos a él junto a la silla que ocupaba. Pero ellos -de alguna manera- eran capaces de comprender qué exactamente estaba sucediendo, y es que los ojos de Furuya estaban fijos sobre Sawamura, quien conversaba animadamente con Haruichi más allá. Todos ellos habían presenciado la forma en la cual Eijun aceptó el reto de Okumura con tal facilidad y, debido a que solo un reducido número de personas estaba al tanto de lo que había sucedido entre los dos, aún no eran capaces de esclarecer el motivo por el cual Sawamura lucía tan feliz con esa repentina decisión.

Furuya ni siquiera fue capaz de culminar la cena. Se puso de pie y se dirigió hacia el sitio que ocupaba Miyuki con los puños apretados, todavía rodeado por algo similar a llamas que determinaban la resolución que llevaba dentro. Miyuki, quien estaba charlando junto a Nabe mientras comía, giró el rostro encontrándose con la mirada de Furuya clavada fijamente en él.

— Quiero lanzar —dijo con simpleza—. No pienso quedarme atrás.

Miyuki arqueó las cejas trazando una falsa expresión de sorpresa, y su mirada instintivamente se dirigió hacia donde se encontraban tanto Okumura como Sawamura. Ambos estaban muy apartados del otro, y cada quien parecía presente en su propio mundo, pero aun así...

El capitán dejó los palillos al lado del plato.

— No eres el único que no desea hacerlo.


Kaoru Yui no conseguía salir de la impresión que le había dejado la nueva decisión de Okumura Koushuu. Mientras más lo veía, más misterioso resultaba ser éste respecto a sus cambios repentinos de decisión. ¿Qué lo habría impulsado a decir todo eso? Se preguntó perdiéndose en el espacio de sus pensamientos en horas de clase. Creyó que sería conveniente preguntárselo a Seto, pues era de su amigo de quien estaban hablando, no obstante éste parecía tan confundido como él. Incluso dijo que no conseguía extraer ni una pizca de información de la boca de Koushuu, lo cual usualmente era extraño, pues él era el único al que expresaba sus ideas (No todas, pero sí gran parte de ellas en medida correspondiente a sus deseos de hablar). Nadie realmente se había esperado algo así, e incluso él mismo cayó como víctima de la sorpresa que eso había conllevado.

«Okumura Koushuu» pensó girando el lápiz entre los dedos «¿Qué tipo de persona eres? ¿Qué es lo que te mueve a elaborar decisiones tan impulsivas?»

Supuso que lo mejor sería investigar desde el principio. ¿Qué tipo de catcher era Okumura en realidad? ¿Con qué clase de pitchers había estado trabajando hasta ese momento? ¿Qué tipo de lanzamientos usualmente pedía? ¿Cuáles habían sido sus logros? Preguntas que, aparentemente, estaban poco relacionadas con el tópico, pero que en realidad guardaban un gran significado. A Yui le gustaba observar y analizar, sacando sus propias conclusiones a partir de lo que había visto, la cual era la razón por la cual había tenido mucho éxito hasta ese entonces. Sabía que si investigaba a Okumura Koushuu desde el principio, conseguiría hallar la raíz de todo el problema.

Ése fue el motivo que lo impulsó a buscar a Watanabe a la hora del descanso. Resultó un poco difícil hallarlo pero, al final, lo encontró junto a sus amigos charlando acerca de las siguientes materias en el horario. Lo más educadamente posible pidió que consiguiera los datos de la secundaria de Okumura Koushuu. Watanabe se mostró genuinamente sorprendido con esa repentina petición, y explicó que no se trataba de la primera persona que estaba pidiendo algo similar.

— Miyuki precisamente acaba de pedirme lo mismo. ¿Sucede algo con Okumura?

Kaoru Yui abrió la boca para hablar, pero ningún sonido brotó de ésta. En lugar de eso, acabó cerrándola y una sonrisa curvó sus labios.

— No, pero creo que las grandes mentes pensamos igual.


Esa misma noche, justo luego de haber tomado un baño, Koushuu se encontró a sí mismo tendido sobre la litera que le correspondía, contemplando la mano con la cual solía atrapar los lanzamientos de los pitchers junto a los cuales entrenaba. Su mano tenía el vívido recuerdo de la sensación de la bola golpeando justo en el lugar indicado, y el que había realizado tal hazaña era un chico de mirada brillante y sonrisa igual de radiante. Okumura cerró los ojos con fuerza intentando borrar esos recuerdos de su mente, y volvió a abrirlos cuando estuvo seguro de que éstos se habían esfumado. En su lugar, Sawamura ocupó el puesto con aquella mirada decidida, con esa actitud que gritaba "No descansaré hasta conseguirlo".

¿Por qué? Se preguntó ¿De dónde conseguía sacar esas energías? ¿Por qué no le afectaba que impusiera esa condición tan difícil? ¿De verdad creía que podría lograrlo? No lo entendía. La personalidad de Sawamura Eijun se encontraba más allá de su raciocinio. ¿Qué lo impulsaba a continuar adelante? ¿Por qué estaba tan seguro de que se convertiría en el As? A pesar de las cosas que él mismo había dicho ¿Cómo es que aún así sonreía de esa manera? Sawamura Eijun ¿Quién eres en realidad?

Okumura apretó los labios y volvió a cerrar los ojos mientras hacía lo posible por vaciar su mente de pensamientos innecesarios. Él había tomado esa resolución, y no iba a echarse atrás de ninguna manera. Los lanzamientos de su senpai lo habían atraído, y se convirtieron en una de las razones por las que optó ingresar a Seidou, pero ya no daría el brazo a torcer. Al igual que él, lucharía por hallar un espacio dentro de esa institución. Se esforzaría por volverse un titular. Haría lo posible por demostrar que él podía ser igual... No, incluso mejor que Kaoru Yui.

Sin embargo, la puerta de la habitación se abrió, y él decidió cerrar los ojos simulando que se había quedado dormido. No tenía ganas de saludar a quien fuera el que acababa de llegar, así que acompasó su respiración y permaneció tieso.

— ¡Ah! Okumura ¿Ya estabas aquí? —la voz de Miyuki resonó en la habitación por encima de sus pasos— ¿Eh? ¡Oh, vaya! Así que, al parecer, te quedaste dormido.

Okumura no se movió un solo ápice, ni siquiera elaboró un gesto de reconocimiento. Simplemente permaneció quieto, simulando que dormía plácidamente.

Pudo sentir que los pasos de Miyuki se alejaban en dirección al escritorio, y también percibió el sonido de la silla arrastrarse. Al parecer, su capitán no tenía la más mínima pizca de sutileza. Por un momento estuvo tentado a abrir los ojos o de girar sobre sí mismo en busca de una posición más cómoda para dormir, pero cuando apenas acababa de plantearse esas ideas, percibió que los pasos se dirigían a esa dirección.

Miyuki se detuvo justo al lado de él.

— ¿Sabes? No soy bueno diciendo esto, pero... —lo escuchó musitar— Has conseguido causar un gran impacto en Sawamura. Lo que has dicho respecto a atrapar sus lanzamientos cuando se convierta en el As ha conseguido motivarlo. Cuando me gradúe tendré que dejarlo en manos de catchers confiables, y ellos son Yui y tú. Si mientras continúo aquí no consigue convertirse en la estrella, al menos espero que bajo tu liderazgo lo consiga. No subestimo a Furuya, la batalla entre ellos por el número que portan en la espalda será campal, pero con mis propios ojos he visto la habilidad de Sawamura. Te lo encargo.

El sonido de los pasos retornaron y Okumura abrió un poco los ojos, contemplando cómo la espalda del de tercer año se alejaba.


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