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Complicado. por Floralis

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Notas del capitulo:

• Los personajes no me pertenecen. Todos son propiedad de Terujima Yuji.

Haruichi contempló a su mejor amigo con algo de preocupación mientras éste se encontraba observando una bola con detenimiento. Comprendía que Eijun estaba intentando hallar la manera de convertirse en el As y cumplir con las expectativas de Okumura. Analizándolo detenidamente, la única forma en la cual podría conseguirlo descansaba en algún error fatal que Furuya podría cometer, y la mejora indiscutible de Sawamura. Pero desde el partido que habían tenido contra Kasugaichi, Furuya parecía haber sufrido más una mejora que un retroceso, aunque en el posterior análisis del partido con todos los integrantes del club, tanto Miyuki como Kataoka señalaron que, a ese paso, Furuya sería capaz de tropezar con una piedra que lo conduciría hacia la derrota. Sawamura, que había escuchado con detenimiento todo el análisis, consideró que lo mejor sería que él mismo debía hallar la manera de avanzar hacia su rival, hasta que la distancia entre ambos fuese mínima y, así, poder arrebatar el tan codiciado número de la estrella.

— Eijun-kun —lo llamó Haruichi intentando devolver los pies sobre la tierra a su amigo—. ¿En qué piensas?

Sawamura permaneció callado por un momento mientras giraba la bola entre los dedos, como si intentara deducir la manera correcta de elaborar un lanzamiento.

— Harucchi, esto no será fácil, pero necesitaré aprender más lanzamientos —dijo con una seriedad que era poco usual contemplar en él—. Si quiero convertirme en el As, necesito aprender a controlar al menos un par de lanzamientos más.

La última vez que Haruichi lo había visto tan decidido a algo era la ocasión en la que Sawamura aseguró que sacaría el número de la estrella a Furuya. Entonces él mismo se descubrió conmovido por esa resolución, y no había podido evitar sonreír. Haruichi había sido testigo de la evolución de su amigo, quien no había dejado de sorprenderlo desde el momento en el que jugaron juntos por primera vez. Sabía que Sawamura era un As en potencia, alguien a quien solo le faltaba ser pulido un poco más, alguien que, definitivamente, guiaría a Seidou a innumerables victorias.

Por que sí, Haruichi tenía fe en que lo conseguiría.

«Su resolución desde el principio no fue otra más que convertirse en el As» pensó «Ahora estoy seguro de que Okumura no ha hecho más que recordárselo y, por consiguiente, la batalla entre Furuya-kun y Eijun-kun será mucho más difícil. Me pregunto quién será el que ganará al final»

Haruichi contempló la forma en la cual Sawamura parecía tan concentrado pensando acerca qué tipo de lanzamientos elaborar y, por un instante, admiró lo decidido que estaba su amigo a cumplir con esa meta, costara lo que costara.

— Harucchi —dijo entonces Sawamura, levantando la vista y clavando sus ojos en los de su amigo—. ¿Quieres ir conmigo a la sala de informática? Necesito investigar mejor todo esto.

Haruichi asintió con la cabeza, preguntándose inevitablemente cuáles eran los planes de Sawamura.

Caminaron juntos hasta el edificio donde se encontraba la sala de informática y, tras pedir permiso al profesor, tomaron asiento junto a una de las máquinas. Sawamura tecleó rápidamente las palabras "Tipos de lanzamientos en el béisbol". Haruichi sonrió nervioso. ¿Así que Sawamura no estaba seguro respecto a qué tipo de lanzamiento elaborar? Debió haberlo imaginado. Su compañero no era alguien realmente muy conocedor, prácticamente había olvidado ese pequeño pero importante dato.

— ¡Mira, Harucchi! —exclamó entonces Sawamura con los ojos brillando a causa de un descubrimiento luego de ver un video— ¡Creo que ya sé qué tipo de lanzamiento aprender! —señaló la pantalla con entusiasmo y, entonces, Haruichi abrió un poco más los ojos.

— ¿Estás seguro? —preguntó no muy convencido—. Ese lanzamiento luce muy difícil ¡Es posible que no lo domines nunca!

— No lo sabré a menos que lo intente ¿Cierto? —Sawamura levantó el pulgar—. ¡Todo estará bien! ¡Ya lo verás!

Haruichi abrió la boca para protestar, pero al ver esperanza en los ojos de su amigo, prefirió no continuar replicando. En lugar de eso, se limitó a suspirar y a preguntarse si sería una buena idea practicar ese lanzamiento. ¿No arruinaría su postura, por si acaso?

— ¿Piensas pedir a Miyuki-senpai que te ayude con el lanzamiento o...?

— No —la negativa de Sawamura sonó tan brusca, que eso sorprendió a Haruichi—. Necesito a alguien más, necesito a... ese catcher de primer año. Sí, quizás él pueda ayudarme con esto.

Haruichi aún no salía de la sorpresa que le ocasionaba saber que Sawamura se negaba a que Miyuki atrapara sus lanzamientos. ¿Había sucedido algo entre ellos dos o...? Pero su amigo no lucía como alguien incómodo ante la mención de Miyuki, así que supuso que tal vez estaba yendo por las ramas. No tenía idea de qué pasaba por la mente de Sawamura, era verdad, pero aún así lo apoyaría todo lo que necesitara.


La reunión se desarrolló entre tres personas: Watanabe, Miyuki y Yui. El televisor se encontraba encendido, y en él se mostraba un partido entre dos escuelas secundarias. Tanto Kazuya como Kaoru se encontraban interesados en el desenvolvimiento del catcher, que no era otro más que Okumura, quien había dirigido con suma facilidad al pitcher junto al cual estaba jugando. Para sorpresa de ambos, Okumura resultó ser bastante más agresivo de lo que aparentaba, con una gran facilidad para comunicarse con el pitcher, y la mayoría de los lanzamientos que había requerido no habían sido en vano. Había cometido muy pocas equivocaciones. Eso solo despertó la adrenalina en Yui, quien se sintió más motivado al comprender que consiguió sobrepasar y llegar hasta el primer equipo con alguien como Okumura como su rival.

— Es increíble —comentó Kaoru con una sonrisa, genuinamente maravillado ante la posibilidad de competir contra alguien como su compañero de primer año—. Si él consigue ascender al primer equipo luego de la retirada de los de tercer año, seguro no me resultará fácil obtener el puesto de catcher titular. Sin embargo, eso volverá más divertido al béisbol de Seidou. Supongo que siempre han tenido variedad de pitchers, pero no así de catchers.

Miyuki sonrió y clavó sus ojos momentáneamente en Yui.

— No debes quitarte el crédito —dijo completamente relajado—. Tú también eres increíble ¿Sabes? De lo contrario no habrías alcanzado el primer equipo con tanta facilidad. Años atrás siempre se ha puesto a prueba la capacidad de cada jugador en partidos de práctica para así poder extraer el trigo de la paja.

«Y yo no necesité atravesar esa prueba» pensó Kaoru preguntándose qué tan reñida fue la decisión del entrenador acerca de introducirlo a él o a Okumura Koushuu entre las filas del primer equipo.

Probablemente no había sido algo fácil de discernir.

— Hay algo más que quiero mostrarles —dijo Nabe con seriedad, mostrando uno de los DVDs que consiguió para ese entonces. Las miradas de los otros presentes se clavaron en él de forma automática—. Mientras me encontraba analizando el material que he conseguido, he hallado algo que seguro llamará su atención.

Tras decir eso, Nabe pausó la reproducción y extrajo el DVD que había estado presente para poder así colocar el que necesitaba mostrar a los demás.

El contenido era otro de los juegos de Okumura, quien esta vez se encontraba jugando en conjunto con un pitcher que, simplemente, parecía el doppelgänger de...


Sawamura rió escandalosamente ante la súbita acusación de parte de Haruichi.

— ¡Por supuesto que no ha ocurrido nada! ¡Y no estoy evadiéndolo! ¡Miyuki-senpai podría ser el más confiable respecto a este tipo de lanzamientos, pero estoy seguro de que ese otro chico podría resultar igual de útil!

Haruichi suspiró intentando no reparar en lo nervioso que lucía su mejor amigo luego de haber emitido esas palabras, como si estuviera intentando convencerse a sí mismo de que decía la verdad. Juntos caminaban en los alrededores del edificio buscando a Yui para pedir un poco de su tiempo luego del entrenamiento de esa tarde, hasta que finalmente se encontraron con él en uno de los pasillos. Al verlos allí, Yui saludó con la mano y se acercó a zancadas.

— ¡Sawamura-senpai! ¡Kominato-senpai! Qué sorpresa verlos por aquí. ¿Están buscando a alguien?

— ¡Tú! —Sawamura se adelantó y lo sujetó por los hombros— ¡Podrías ser mi salvación! ¿Serías capaz de atrapar mis lanzamientos? Hay uno en específico que me gustaría practicar, pero...

Yui dibujó una expresión de sorpresa sobre su rostro, pero luego sonrió más que encantado con la propuesta.

— Por supuesto, será un honor atrapar para usted, Sawamura-senpai —Dijo con la mayor calma que podía—. Lo esperaré en el depósito una vez culminado el entrenamiento de esta tarde.

Sawamura elaboró un gesto de victoria. Sabía, por supuesto, que no sería fácil, especialmente si no tenía los consejos de Miyuki a mano, pero tenía el presentimiento de que lo lograría (¡Él siempre podía hacerlo!). Estaba muy confiado en que, si conseguía dominar ese lanzamiento, ser el As ya no formaría parte de sus alocados sueños. Por supuesto que comprendía que todavía era muy joven e inexperto, que le faltaba mucho para conseguir alcanzar sus metas, pero no por eso quedaría atrás. No estaba haciendo esto por Okumura ni por nadie, lo estaba haciendo por sí mismo, porque deseaba demostrar su valía.

Y qué mejor que hacerlo con el deporte que tanto amaba.


El partido contra Inashiro se encontraba a la vuelta de la esquina, y todos los de segundo y tercer año solo tenían en mente una sola cosa: Derrotar a Mei, vengándose de la derrota del verano pasado. Por supuesto que no sería una hazaña fácil, pero Miyuki estaba confiado en que lo lograrían. Sí, es verdad que Inashiro no era el mismo equipo que había sido vencido por Umemiya en el torneo de otoño, pero Seidou tampoco cometería las mismas fallas que habían impedido que pisaran el suelo del Koshien de verano.

Pensó detenidamente en la mejora de Furuya y la de Sawamura, en la alineación que presentaban ese año junto a Masashi -el hermano menor del anterior capitán-, en su propio rol como capitán y en el apoyo que tenía de parte de Maezono y de Kuramochi. Él no iba a arrodillarse ante nadie, y mucho menos ante Mei, a quien demostraría que había elaborado la elección correcta al no formar parte de su grupo de élite. Quizás estaba siendo un engreído, pero estaba realmente orgulloso de todos y cada uno de los integrantes del equipo, desde sus compañeros de tercer año, hasta aquellos que acababan de unirse a la alineación, y se encontraba más seguro que nadie que este año sí conseguiría lograr aquello que sus senpais -que ya no estaban- intentaron por tanto tiempo conseguir.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos, sin embargo, cuando llegó a las puertas del depósito, y contempló a un grupo de personas observando algo que transcurría en el interior del lugar. Entre los presentes estaban Furuya, Kuramochi, Kominato, Masashi, e incluso algunos de primer año a quienes Miyuki reconoció como Asada y Mogami. Todos ellos con las mismas expresiones de pasmo, como si cada uno hubiera sido tallado a imagen y semejanza del otro.

— ¿Qué sucede aquí? —se atrevió a preguntar mientras alcanzaba la distancia entre él y los demás.

— O-Oh... Miyuki, tienes que ver esto —dijo Kuramochi, quien señaló hacia un punto en el interior del depósito.

— ¿Hum?

Al alcanzarlos finalmente, contempló entonces aquello que los había dejado tan sorprendidos.

En el interior del lugar, Sawamura se encontraba elaborando lanzamientos acompañado por Yui Kaoru. Si bien cada uno de dichos lanzamientos iba muy alto, parecían tener una buena forma.

Esperen.

¿Forma?

Eijun sonreía vivaz y con el rostro cubierto por gotas de sudor, y parecía que Yui compartía el mismo entusiasmo. Sin embargo, Miyuki todavía no conseguía comprender qué era lo que captaba la atención de todo el mundo hasta ese punto. Fue entonces que el sonido de la bola impactando contra el centro del guante llegó a sus oídos, y Miyuki lo comprendió, aunque tarde.

«Esa es... ¿Una bola de nudillos?»

— ¡Esa ha tenido una muy buena altura, Sawamura-senpai!

— ¿¡Verdad que sí!? Pero... ¡AAARGH! ¡Es bastante más difícil de lo que imaginé! ¡Ni siquiera puedo conseguir que la bola vaya a donde yo quiera!

— No se preocupe. Es el lanzamiento más difícil de dominar, así como de atrapar —mencionó Kaoru retornando la bola a la mano de Sawamura—. Inténtelo otra vez, aunque éste será el último que practicaremos hoy. El partido contra Inashiro se acerca, y usted no puede permitir que su postura sea influenciada.

— ¡Oh! ¡No te preocupes por eso! —Sawamura contempló el objeto que tenía en sus manos y, al alzar la mirada, podía observarse un brillo determinado en sus ojos—. ¡Vamos! ¡Esta vez definitivamente no fallaré!

Pero ese último lanzamiento fue muy alto. Tanto, que fue imposible que Yui lo atrapara.

— ¡UGH-! ¡L-Lo siento mucho!

— No se preocupe, Sawamura-senpai. Es normal que se tarde un poco en aprender este lanzamiento —Yui se sacó la careta que llevaba puesta, y se acercó al pitcher, quien se encontraba secándose el sudor de la frente.

Miyuki no se movió de donde estaba. No sabía qué decir, qué hacer, o cómo reaccionar.

Pero antes que dijera algo, su mirada se posó en Furuya, quien apretaba los puños con tanta fuerza que sus nudillos se habían vuelto completamente pálidos.

Entonces se percató de la verdad: Estaba frustrado.

¿Era ése el principio del fin?


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